Capítulo 28°: El camino de vuelta a ti
El camino de vuelta a ti
No estás obligado a dejar de tener miedo. Lo único que necesitas es aprender a vivir con tus angustias y con las suya. No ignorarlas y dejar de prestarles atención. A mí me parece que todos estamos un poco ahí. Y creo que es el problema más hermoso del mundo
—Mathias Malzieu
Casi como en un sueño, mi mente se mueve entre la bruma de mis miedos intentando atrapar un atisbo de realidad del cual sostenerse, uno que no duela como lo hace ahora.
Pero no estoy soñando.
En mis sueños, la luna sigue siendo un ente inanimado que no tiene consciencia e intensión de lastimar. En mis sueños, Yoongi no está frustrado y enojado y yo no he perdido el control de mis emociones otra vez, ocasionando que la radio y las luces de la sala se fundan.
Pero no estoy soñando.
En mis sueños mis emociones no duelen al punto de lastimarme físicamente. No estoy soñando, porque mis ojos están abiertos y estoy bastante asustado.
—Hyo-Joo —susurra él casi con dolor mientras se separa de mí, dándose la vuelta para sentarse en la orilla de la cama.
Cuando nuestra piel pierde el contacto, tengo la primitiva necesidad de llegar a él de nuevo, pero mi cuerpo no se mueve porque mi alma sangra mientras siente que ya no puede alcanzarlo, que los pocos centímetros de realidad que siempre nos separaron y que se veían insignificantes, ahora son kilómetros imposibles y dolorosos.
—No tiene sentido —vuelve a decir —hemos estado juntos antes y ha sido una completa mierda. Ni siquiera logré sentir por ella nada más que una incómoda costumbre. No tiene sentido.
Tomo aire con fuerza antes de contestar cualquier cosa porque necesito ser objetivo con esto, incluso si duele y mi corazón sangra por fuera de su parénquima, inundando el tejido conectivo fibroso que lo envuelve y matándome en el acto, porque de alguna manera he olvidado que mi única tarea en la tierra no tiene nada que ver con enamorarme de Min Yoongi, no tiene nada que ver conmigo, sino todo que ver con su felicidad, con encontrar su camino.
Y al parecer yo no hago parte de él.
—Tiene bastante sentido si lo piensas —digo lo más bajo que puedo, casi queriendo no ser oído. Abrazo mis piernas y oculto mi rostro sobre las rodillas porque no soy capaz de mantenerme mucho tiempo en la realidad sin explotar de nuevo —Antes de que yo llegara creías que no había manera de que tuvieses sentimientos por nadie, por eso no pudiste ser algo más que egoísta en su relación. Ahora lo sabes, sabes que puedes permitírtelo... y luego está ella, que todavía siente cosas por ti, lo puedo ver en sus ojos cada vez que la miro, solo que es demasiado orgullosa para admitirlo —trago duro porque temo que mi voz se quiebre —tiene sentido. El universo, quizá, me puso aquí con esa tarea en mente, también.
Lo escucho resoplar antes de sentir que el peso de ese lado de la cama cambia y creo que se ha levantado y no sé si se ha ido. Creo que está enojado y no lo culpo, pero no puedo permitirme intentar recabar en un cariño que no debería existir, que va a terminar por quebrarlo y no puedo dejar de preguntarme cómo es que he retorcido tanto las cosas.
—No somos almas gemelas —su voz en mi oído me sorprende y me hace saltar hacia atrás. Cierro los ojos con fuerza, no quiero mirarle y ver su enojo, pero sus manos llegan a mis mejillas y siento la delicadeza de sus pulgares al limpiar unas lágrimas que no sabía que se habían escapado —Cariño, mírame.
Mis ojos se abren inmediatamente, casi como si no pudiese rechazar su voz dulce y calma y me da miedo mirarle, me da miedo lo que puedo hallar en sus ojos.
Sin embargo, soy sorprendido por una profundidad calma en su mirada, por una sonrisa confiada y suave y el contacto cálido de sus manos en mis mejillas con pequeños movimientos inconscientes.
Me doy cuenta demasiado rápido que él intenta tranquilizarme y la realidad de ello rompe un poco más mi corazón.
—No puedo hacerte esto, Gi
—¿Hacerme qué?
—Evitar que estés con la persona que está hecha para ti, necesitamos crear un poco de distancia —intento sonreír, impregnando mi expresión de una positividad que no siento —T-Te puedo ayudar incluso, si quieres, a acercarte a ella de nuevo —Yoongi se ríe como si acabara de decir el mejor chiste del mundo.
—Quieres que esté con la persona que fue hecha para mí... tú eres esa persona, tonto, intenta alejarte y voy a darte cereales remojados para desayunar por el resto de tu vida.
Me atraganto con mi propia respiración.
—¡No te atreverías!
—Oh, claro que sí, puedo ser malvado cuando me lo propongo — se ríe un poco más antes de juntar su frente y la mía, soltando un suspiro cansado antes de susurrar: —Por favor, no te rindas ahora, no te des por vencido con nosotros, yo quiero estar contigo, eso debe ser más importante que cualquier lazo estúpido.
—¿Y si no lo es? ¿Y si ese lazo es más fuerte? ¿Y si, al verla de nuevo, decides que estarías mejor con ella? Y ¿Qué pasará cuando tenga que volver a rendir cuentas y ese lazo sea lo único que me impida volver?
—Entonces tendremos que romper el puto lazo antes de que tengas que irte —me sonríe con lentitud antes de dejar un beso casto sobre mis labios, apenas un roce que electrifica y adormece todos mis receptores neuronales.
—¿Por qué estás tan calmado? Usualmente soy yo quien lo está — Yoongi me abraza, recostándonos a ambos con cuidado en la cama, envolviéndome en él con delicadeza sobre las sabanas y dejando de lado el frío de la noche producto de la tormenta.
—Así son las cosas en una relación ¿No? ¿No te enseñaron eso? —niego con la cabeza, manteniéndome en silencio —A veces voy a enloquecer y tú me calmarás —Yoongi deja un pequeño beso en mi frente y su voz se vuelve más profunda y rasposa dentro de sus murmullos, enviando olas tan cálidas a mi corazón que me humedecen los ojos nuevamente —A veces serás tú; a veces te sentirás triste y yo te haré reír; a veces seré yo, pero dudo mucho de que me sienta triste si estás conmigo —sus brazos se aprietan con más fuerza a mí alrededor, atrapando mis manos en su pecho y nuestras piernas enredadas —En ocasiones te enojarás conmigo porque no soy un ser perfecto, pero yo te pediré perdón y te prometo que intentaré que eso nunca suceda ¿De acuerdo?; habrán días de sol y días de tormenta, como hoy, que crearán corrientes demasiado grandes que parecerán separarnos por millas, pero estoy seguro de que siempre encontraremos el camino de regreso hacia aquí.
—¿Qué es aquí? —pregunto en un susurro, envolviendo mis manos en su cintura.
—Donde sea que podamos estar los dos. Aquí en el departamento, con Hoseok y Jungkook viniendo de vez en cuando a robar nuestra comida, o en la cafetería que pronto abrirá con tus nuevos amigos, o en el invernadero al que no hemos vuelto a ir. Cualquier lugar es bueno.
Yoongi deja otro beso en mi frente y deja reposar sus labios contra mi piel durante mucho tiempo. Yo le abrazo mientras nos reacomodamos para poder dormir, con mucha más fuerza de la que pretendo, pero a él no le importa, él se aferra más a mí, intentando disminuir esos kilómetros, intentando consumir esa distancia, intentando encontrar el camino de vuelta al otro.
Es cuando veo un prado infinito, el cielo púrpura y la pijama sobre mi cuerpo convertirse en un extraño conjunto de luz resplandeciente, que me doy cuenta de que ahora estoy soñando.
Las estrellas en el firmamento caen a la tierra como pequeños haces de luz que desaparecen antes de tocar la superficie y allá en la lejanía, donde el cielo y el suelo se juntan en una línea horizontal, veo caminar a un hombre vestido de rayos de luminosidad.
—¡Jimin! —grito lo más fuerte que puedo, pero mi voz suena apenas como un susurro que se lleva el viento que hace mover la hierba, aunque no pueda sentir físicamente nada de eso y, aunque me pongo de pie y grito más fuerte, parece que mi voz no existe en este plano inconsciente más allá de lo que yo mismo puedo escuchar.
Suspiro cansado, tan agotado, que me desplomo sobre la tierra con un gruñido atormentado, cerrando mis ojos porque la vista del cielo purpura me duele y es incómoda.
—¿Incluso mientras duermes quieres descansar? —La voz de Jimin es divertida y demasiado cercana. Cuando me incorporo noto que él ya no está a millas de distancia sino sentado justo a mi lado, con sus cabellos de plata peinados a un lado y apenas siendo mecidos por el viento y su sonrisa tranquila que hace que sus ojos parezcan medias lunas.
No tardo mucho tiempo en lanzarme hacia él para abrazarle, aunque no pueda sentirle, y aunque Jimin no es un ser humano, puedo imaginarlo envolviendo mi cuerpo de forma protectora. La imagen de mi estrella hermana es casi de la misma estatura que la mía, pero Jimin luce mayor, más serio y más sabio, más tranquilo y más brillante, y tengo la impresión de que, si fuese una persona de verdad, quizá se daría la licencia de ser un poco más afectivo.
—¿Por qué no nos hemos visto antes, hyung? He estado necesitándote.
—Lo sé, lo siento —dice escueto, separándome de él para acomodarnos en la hierba, uno junto al otro. Jimin mira a su alrededor, como si la vista fuese interesante, antes de devolver su concentración hacia mí —madre luna ha sido bastante estricta últimamente con la manera en la que utilizamos nuestra energía.
—¿La has visto esta noche? ¿Es por eso por lo que has venido?
—No, ella ha sido inaccesible desde hace un tiempo. La verdad es que me he escapado —murmura sonriendo antes de guiñarme un ojo —No eres el único rebelde por aquí.
Jimin estira su brazo que no apoya en el suelo hasta trazar sus dedos por mi cabello y dejar su mano allí un rato, sonriendo ahora con algo parecido a la tristeza.
—Te queda poco tiempo, Seokjin, lo sabes ¿No? —asiento y hago un pequeño sonido de disgusto —Sé que no quieres volver, pero ¿Estás preparado para lo que venga?
¿Lo estoy? Me descubro pensando en que no, en absoluto.
—No lo creo así...y mi plan B no funcionará, de todas maneras... no me dejarán regresar a la tierra —Jimin frunce el ceño confundido antes de que algo como el reconocimiento brille en sus ojos claros y luego algo frío los haga resplandecer.
— Estabas realmente seguro de ti mismo la última vez que hablamos, ¿Qué ha cambiado ahora?
Tomo aire con fuerza antes de dejar salir, al pie de la letra todo lo que sucedió en el día, desde mi pequeña charla con Jackson hasta los ojos cansados de Yoongi antes de quedarme dormido con sus labios suaves pegados a mi frente con aprehensión. Jimin no es un ente muy expresivo, así que no me sorprenden sus cortos asentimientos y sus monosílabos para hacerme notar que está prestando atención. Cuando he terminado de hablar, la energía de Jimin circula con enojo entre los dos.
—No estaba al tanto de todos esos detalles, sobre todo no tenía idea de la implicación de un lazo entre esas dos personas. Sabía que Kim Seokjin falleció en la madrugada del nueve de marzo a las 4:24 con 17, 98 segundos. El mismo día del nacimiento de Min Yoongi. Eso me hizo bastante obvio la razón por la cual hizo lo que hizo, pero la creación del otro lazo con la humana de su protección... eso es demasiada casualidad.
La elección de palabras me parece curiosa y eso no me deja evitar que la confusión en mi voz sea evidente.
—Pensé que era parte de su castigo, pensé que en el universo no existían las casualidades.
—Y no lo hacen, Seokjin, parece una treta demasiado turbia que sea justamente su humana.
—¿Entonces qué crees? —Jimin parece en conflicto antes de hablar y yo puedo entenderlo. Hay una regla implícita y milenaria que nos prohíbe divulgar información del cielo, ni siquiera entre los mismos entes estelares, así que puedo comprender su silencio. No es hasta que el brillo en ellos vuelve a tornarse frío que parece decidirse.
—Luce como si ella estuviese efectuando por fin su venganza hacia Helios, del único que no pudo hacerlo en su momento, si ya lo hizo contigo.
—Eso no fue venganza, ella-
—¿Estás intentando excusarla?
—¡No me interrumpas, hyung! y ¡Por supuesto que no! Pero, aunque ella mencionó la palabra venganza, lo que hizo en contra del pequeño Kim Seokjin fue producto del resentimiento por la separación de su alma con la de su amado. ¿Por qué se vengaría de él? No es lógico.
Jimin suelta una pequeña risa antes de llevar sus manos a su rostro y suspirar.
—Me voy a meter en problemas, pero ella no te contó un pequeño e insignificante detalle.
Jimin destapa su rostro para mirarme con resignación, como si yo fuese un niño pequeño al que tuviesen que explicar algo que no se supone que debería saber.
—¿Cuál?
—Fue Endimión —susurra, casi como si dentro de las paredes de mi memoria corriésemos peligro de ser escuchados —fue Endimión quien decidió irse con Psiche por propia voluntad, no fue ella quien lo arrancase de la tierra.
Toso la impresión y el desconcierto fuera de mi cuerpo con un simple y llano: —¿Qué?
—Lo que oyes. Nadie sabe esto, y realmente nadie tiene que saberlo tampoco —escupe en advertencia —pero hace muchos siglos, cuando fue el gran juicio de Selene, todos los entes provistos con algo de consciencia estuvimos allí para presenciar el castigo que el universo pensaba darle.
—¿Estabas allí?
—Soy un anciano comparado a ti, por supuesto que estaba allí —Jimin suspira, perdido en sus recuerdos cuando me empuja con suavidad hacia la tierra, quedando ambos acostados con la mirada al cielo ficticio de mis sueños.
Mirar el cielo, el que fue mi hogar, causa una profunda nostalgia en mi pecho que se asemeja a un agujero totalmente vacío, haciendo que mi mano busque la de mi hermano por inercia. Jimin no rechaza mi tacto, por el contrario, sus dedos se entrelazan con los míos en una muestra silenciosa de apoyo.
—Cuando fue el gran juicio, incluso el padre tiempo, cronos, estuvo allí, así que la tierra y las galaxias más próximas estaban detenidas porque eso fue un gran acontecimiento. Allí fue que todos nos enteramos de que Endimión realmente nunca amó a Selene, ella fue quien se enamoró de él, ella lo envolvió en su manto de luz porque estaba obsesionada con sus ojos de estrella y su alma de luz. Era hijo del sol, después de todo.
—¡Ella me mintió!
—No, técnicamente, ella no te dijo que su amor era reciproco ¿O sí? Selene no suele mentir, ella solo está herida aún. Es bastante orgullosa como para admitirlo...pero nadie puede negar que ella sí sintió algo por él. La naturaleza enfermiza de ello no le quita mérito.
—¿Entonces qué pasó?
—Presentaron a Endimión. Su alma incompleta había estado unida al alma incompleta de una humana hija del cielo que había muerto mucho tiempo atrás sin haberlo encontrado nunca, por culpa de su acercamiento a Selene, por eso cuando Psiche le ofreció llevar su alma como con todos los humanos, él no se negó, quería tener la oportunidad de encontrarse nuevamente con su alma amada.
Un pequeño recuerdo del museo de la ciudad llega a mi mente y la imagen de la diosa del alma aparece con tranquilidad, como un pensamiento fluido y armonioso. La pintura de La Loggia de Pische baila como una imagen familiar.
Mi corazón se siente abrumado y confundido mientras el cielo se torna un poco más claro sobre nuestras cabezas y la mano de Jimin entre mis dedos sobre la hierba es mi único consuelo.
—¿C-Cabe alguna posibilidad de que el alma amada de Endimión haya sido... el alma de Yoongi?
—Ella te dijo que era un alma nueva y yo creo que tiene razón, de ser lo contrario su lazo ya habría existido incluso antes de que naciera. Quizá tu antigua alma amada se volvió parte de las estrellas.
—Entonces —susurro, ya vencido —lo que hizo no solo fue para evitar que mi lazo con Yoongi se creara por su orgullo, sino por venganza por haberla dejado, porque Endimión se fue con Psiche.
—Y no olvides su venganza con Helios, él fue quien la entregó. Piénsalo, ellos deben velar por la felicidad de su humano y Helios no pudo hacerlo con Endimión por su culpa, a Selene eso no le bastó, ¿Qué mejor venganza que hacerlo de nuevo con su protegida? Ella fue condenada a ese cuerpo para cumplir ambas tareas impuestas, ayudar a su humana y resarcir su error. Pero lo está utilizando para ayudarse a sí misma.
Suspiro, porque estoy demasiado sobrellevado por la situación y la información que no alcanzo a procesar del todo bien. Y, a pesar de no poder sentir nada físico estando flotando en mi inconsciencia, no quiere decir que no pueda sentir dolor emocional, e incluso si no puede ser posible, sé que estoy a punto de llorar sin remedio.
—Es una perra manipuladora —susurro con voz quebrada —¿Qué se supone que haga ahora?
Jimin ríe.
—¿No dejarla ganar? Ella es peligrosa, Seokjin, muy inteligente. Pero su orgullo es su máxima debilidad, la ciega. Déjala creer que te tiene donde quiere que estés y sigue adelante con tu propósito. Lucha por él, incluso si tienes miedo de que ambos salgan heridos al final. Toma todos los atajos, rompe todas las reglas, busca toda la ayuda y la información que necesites.
—Necesitaré tiempo.
—Entonces roba todo el tiempo que quieras — murmura con convicción — escucha, no puedo entender las relaciones entre los humanos, pero tu alma y la suya están hechas para estar juntas...recuerda que en el universo no existen las casualidades, y si el padre cielo te dejo volver, es porque hay alguna mínima oportunidad de que todo vuelva a caer en su lugar.
★★★
El silencio de la habitación me saluda cuando logro despertarme para ir a trabajar. No hay sonidos en la ducha, no hay radio, no hay Seokjin.
Me tarda más tiempo del que toma normalmente despertarme porque eso del agotamiento emocional nunca ha sido realmente lo mío y el peso en mi pecho se siente peor que el día después de las fiestas de fin de semana en La Fabrica con Hoseok.
No sé a qué hora me quedé dormido tampoco, ni a qué hora se detuvo la tormenta, solo sé que el cielo sigue gris y algo en mi pecho me dice que vendrán algunos días más sin color.
Tampoco me toma mucho más tiempo darme cuenta de que él ya se ha ido y, de alguna manera, estoy tan entumecido que no logro enloquecer como pensé que lo haría al intentar asimilar todo lo que sucedió el día anterior.
Y esa es la cuestión, que aún no creo haberlo asimilado.
Entro a la sala y hay cables fundidos en la alfombra y supongo que ha intentado en vano arreglar los aparatos que se han quemado por la subida repentina de energía. Camino por la casa, intentando quitarme la sensación de pérdida que se ha instalado en mi pecho desde la noche anterior y el pequeño repiqueteo amargo de pensar en la persona que vive a una puerta de distancia.
Hago una mueca que desaparece al entrar a la cocina y encontrarme con un pequeño plato de cereales ya aguados que me hacen sonreír, cubierto por un bol plástico trasparente en el cual reposa un pequeño papel arrancado con letra temblorosa.
Querido Min Yoon...Gi.
También puedo ser malvado ¿Lo ves? Lo siento si he tenido que irme, pero soy una estrella con una misión.
Por favor, dame tiempo, no me dejes robarlo, por favor, espera por mí. Voy a luchar por nosotros. Voy a encontrar nuestro camino.
Deséame suerte. Te quiero hasta que la materia deje de hacer parte del universo.
Y mi sonrisa tiembla con tanta fuerza que creo que dejo de prestarle atención a lo roto que se siente mi corazón.
——————————————————————————————————————————————————
(1 de 2)
¡Gracias por las 10k lecturas!
#FunFact20: Alguien me dijo que los títulos de los capítulos parecen nombres de historias por sí solos.
Feliz cumpleaños atrasado para @gswtea y feliz cumpleaños adelantado para @sinlxver18
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro