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Capítulo 11°: Fuego sobre fuego

Fuego sobre fuego

Existen tantos átomos en una sola molécula de tu ADN como existen estrellas en una galaxia promedio. Somos, cada uno de nosotros, un pequeño universo.

Neil de Grasse Tyson

La tierra es una cosa curiosa.

Hay colores cálidos en el cielo que matizan con las escalas de grises de los edificios circundantes y pienso que, de alguna manera, todo se funde en el paisaje cuando bajamos por la acera, veo rosa, naranja, amarillo y lila mientras el sol se mueve con nosotros. Los arboles no son tan frondosos como me lo imaginaba, el aire no es tan limpio y las personas caminan demasiado rápido, pero creo que todo es hermoso de la manera imperfecta en que son las cosas, con colores, bordes, curvas, raspaduras... como Yoongi. 

Yoongi es una cosa curiosa, también. 

Es genuinamente inteligente, como hace unos minutos cuando ha comenzado a exagerar la calidad de las ventiscas, logrando que Hobi decidiera por su cuenta darme su abrigo y guantes porque puedo resfriarme y nadie quiere eso. Y de esa manera ahora puede rozar mi piel, tocar mis brazos y empujarme un poco sin salir lastimado. También es discreto, como la forma en la que sus ojos se vuelven inquisitivos de la manera en que sabes siempre qué quiere preguntarte, pero no dice nada que sea inconveniente, como el hecho de que no ha vuelto a mencionar nada del incidente de esta mañana y no puedo estar más feliz con que sea así.

Yoongi es un ser humano interesante, y pienso que, de haber sido la estrella de alguien más y lo hubiese conocido por mera casualidad, habría creído lo mismo. 

Desde que llevo puesto los guantes me siento en mayor confianza y en ocasiones Hobi me ha llevado de la mano o me ha abrazado por los hombros y es grato poder tener contacto físico indirecto con otros por la calle, pero mayormente mi mano ha estado aferrada a la mano de Gi. 

Puedo decir que tiene una batalla interna mientras me sostiene porque puedo observar a través de los lentes oscuros, la forma en la que se tensa cada vez que otro humano camina cerca de nosotros y nos queda viendo con muecas y expresiones agrias. Sin embargo, cada vez que pasa, Gi aprieta mi mano con mayor fuerza, como diciendo que no importa, como queriendo que sepa que quiere sostenerme de igual manera.

Es cálido. Mi pecho se siente cálido. 

Vamos a un Banco por la liquidación de ambos, y he podido observar lo que es el intercambio de dinero, las filas, las discusiones sobre prestamos y becas y economía que es sumamente importante, y en el transcurso de las situaciones, Hoseok ha intentado animar a Yoongi, que sostiene el pequeño cheque con los labios fruncidos mientras observa la cifra, proponiéndole aprovechar hasta el último peso que les sobre yéndose de fiesta.

Anímate, Min, Mañana no tendremos clases en todo el día, había dicho, vamos a divertirnos hasta que nos saquen del lugar.

—Seokjinnie, definitivamente, tienes que ir con nosotros —Comenta Hoseok de un momento a otro mientras salimos del lugar, como si se le acabara de ocurrir una brillante idea. 

—¿Estás loco? Ni siquiera tiene edad para beber.

—Pero puede entrar al club ¿No? Solo tienes que mostrar tu identificación, La Fabrica permite la entrada a mayores de 18 años, Jungkookie también puede ir con nosotros ¡Será divertido!

Siento a Yoongi tensarse por quincuagésima vez en lo que va del día y espero a que se invente cualquier cosa para no llevarme, que maquine cualquier artimaña como lo ha hecho con el abrigo, pero me sorprendo cuando lo veo sonreír a su amigo mientras cruzamos la calle y encogerse de hombros diciendo: —Si es así, no hay problema.

Hobi comienza a liderar el camino hasta el próximo destino, diciendo en voz alta todo lo que su imaginación humana puede contemplar como diversión para esta noche, y Gi hace que nos quedemos rezagados para que no pueda escucharnos hablar.

—¿Qué estás planeando, Gi? Sabes que no tengo una identificación, a duras penas y sabes que tengo veinte años. 

Él asiente, mirándome de reojo, como si le diera vergüenza darme la cara, mordiéndose el labio inferior con disimulo.

—D-Dijiste que querías que pidiera un deseo ¿No?

—Sí, y también dije que debías pedir algo que desearas de verdad —Gi sonríe y me mira y parece tan concentrado en mi rostro que estoy a punto de pensar que algo va mal hasta que habla de nuevo.

—De verdad quiero que vayas conmigo, así que no estás rompiendo ninguna regla.

—Y ¿Qué quieres desear? ¿Que aparezca una identificación por arte de magia? No puedo aparecer cosas físicas, ya te dije, solo puedo jugar con energías-

—No me refiero a eso, Jinnie, quiero desear que estés conmigo esta noche, que te diviertas conmigo esta noche y que nada se interponga entre nosotros para ello... ¿Es un buen deseo? ¿Es algo posible?

Yoongi deja de caminar y yo hago lo mismo, dándome la vuelta para mirarlo a la cara y quiero quitarme los lentes oscuros para poder observar bien sus colores.

—Es un deseo perfecto, Gi.

Seguimos caminando y hay mil cosas que rondan en mi cabeza mientras siento que estoy sonriendo. 

He aprendido que las sonrisas son reacciones instantáneas inevitables, que a veces se pueden retener, pero no por mucho tiempo y no si la emoción es fuerte. He intentado retener todas las sonrisas que son para Yoongi a ver si soy capaz, pero nunca lo logro. No puedo dejar de sonreír para él y eso es curioso.

Mis sentimientos son como partículas de polvo que se esconden, que necesito de luz para poder verlos flotando, pero ahora mi cabeza está rodeada de la oscuridad de mi desconocimiento. No sé qué son la mayoría de los sentimientos humanos y no entiendo esta necesidad de clasificarlo. ¿Dónde lo siento, después de todo? ¿Está en mi cabeza? ¿En mi tórax? ¿Está en las puntas de mis dedos? ¿Está en mi abdomen? Pero es que lo siento en todas partes y es como un vibración que me estremece, pero al mismo tiempo es paz que me consume y no puedo comprenderlo porque mi pecho se acelera y mis manos sudan y todo sucede al tiempo.

Ni siquiera puedo saber qué lo provoca... ¿Estaré enfermo? ¿Hace parte de mi conversión a humano?

Para cuando es hora del almuerzo, hemos recorrido media ciudad y ambos se han quedado sin la mitad de su dinero por todas Las deudas que un adulto adquiere al crecer. Y estoy de acuerdo en que podemos comer en un pequeño restaurante tailandés con unas pocas mesas en la parte de la terraza.

Todo lo que ha sucedido en el día me ha hecho replantear algunas cosas sobre mi estadía y, más que todo, sobre el dinero, y una parte de mí cree que sería buena idea ayudar a Gi. Pero el hecho de conseguir empleo, adquirir ganancias, repartir obligaciones, parece más difícil en la práctica que en la teoría, y no sé si sea capaz de hacerlo.

Es cuando Hoseok se sienta en frente de mí en la terraza del pequeño local, que comienzan sus rondas de preguntas que, de alguna manera, ya me esperaba.

Oh, Jinnie, así que es una ceguera temporal ¿Cómo pasó? Prefiero no hablar de ello, hyung.

¿Fue un accidente? Algo así. 

¿Estás estudiando, Jinnie? S-Sí.

¿Qué estudias? Ehm...¿A-Astronomía?

¿Estás de vacaciones? Supongo

¿Cuánto tiempo te quedarás?...

—Jung, ya basta con tu interrogatorio —Yoongi luce incomodo y hay algo más atravesando la capa oscura de sus ojos y es nuevo, no lo puedo reconocer. Fue repentino, casi al tiempo en el que su mandíbula se apretó y su expresión se cerró con la última pregunta que Hobi hizo.

No puedo evitar preguntarme si es debido a que ya está cansado de mí y en la carga económica que represento para su bolsillo, o si realmente no quiere pensar en el momento en el que me tenga que ir, y me aferro a ese gramo de esperanza que no sabía que quería.

Porque ciertamente no sabía que realmente quiero quedarme.

Quiero que él quiera que me quede.

★ ★★

La pequeña charla durante el almuerzo me persigue incluso horas después cuando estoy en medio de mi única clase del día.

Estoy nervioso y ansioso a partes iguales porque Jin está con Hoseok y mi hermano esperándome en algún lugar de la facultad y porque sé que iremos a La Fabrica después de esto.

No estaba pensando bien cuando he aceptado ir al lugar llevando a mi estrella, pero el pensamiento de Jin en mis jeans oscuros ajustados, con mi camiseta negra favorita que deja a la luz sus clavículas, bailando conmigo en medio de las luces estroboscópicas y el humo bajo que rodea el club con cualquier canción que sonara en el momento, me nubló la mente y me atrajo más de lo que pensé que alguna vez pasaría.

Y me di cuenta de que quería esto más de lo que he querido algo alguna vez.

Estás un poco jodido aquí, Min Yoongi.

El resto de las horas de clase las paso en automático, al igual que el encuentro con mi hermano y mi mejor amigo y el taxi camino al club donde lo único que registro es que estoy sentado entre Jin y Jungkook.

Mi hermano habla sin parar porque eso hacemos cuando estamos nerviosos. Sí, lo dije. Y sé que es porque él no suele salir muy a menudo. A veces capto, en el transcurso, algunas palabras que le dice a Jin y creo que él es demasiado importante para mi hermano, solo que no sé hasta qué nivel.

Cuando llegamos, Jungkook se adelanta con Hoseok y me dejan caminando hacia la entrada con Jin, quien mira la oscuridad del día y las luces que salen del local y me ha mencionado que las vibraciones de la música son algo totalmente nuevo para él. 

Andamos lento, contando los pasos, sonriendo por la carita de asombro que mi estrella coloca cada vez que la vibración cambia y los vidrios del resto de locales se estremecen. 

Comienzo a visualizar la entrada del club por donde nuestros dos acompañantes han desaparecido ya, pero, antes de entrar, sin embargo, me aseguro de tener mi mano entrelazada con Jin cuando lo jalo hasta el callejón más cercano.

La música consume el ruido de nuestras pisadas fuertes contra el asfalto humedecido y mi estrella se ríe como si escaparnos fuese la cosa más divertida del mundo. Y sé que es porque le he dicho que nadie puede vernos que parece emocionado, como si la idea de hacer una travesura le fascinara.

Cuando encontramos la oscuridad más próxima lo único que alumbra nuestras cabezas es la luna que hace ver azulosa la plata en los cabellos de Jin y su espectro monocromático le confiere el aspecto de un ser mágico nocturno.

Delirante.

Hemos corrido deprisa, casi sin respirar y mi pecho sube y baja con frenesí mientras nos reímos como dos críos sin sentido. Ahora, entonces, me doy cuenta de que quedarme sin aire no me da miedo, no si es así. 

Coloco mi espalda en contra de la pared de ladrillos del callejón y puedo ver a Jin solo a medias mientras se acerca con su respiración irregular. Tiene un poco de sudor bajando por su garganta, descansando a la altura del relieve de sus clavículas y sus labios entreabiertos dejan escapar el aire en pequeños espirales blancos del vaho de su respiración.  

—Puedes sacar el frasco ahora, Gi —bisbisea y tengo que patearme a mí mismo para dejar de desconcentrarme. Deslizo la mochila por mis brazos con cuidado antes de sacar el envase y colocarlo entre nosotros, alumbrando con dos pequeñas luces solo apenas nuestros rostros y él está sonriendo con incertidumbre.

—¿Va a dolerte? —Mi voz es apenas un rumor del viento, pero Seokjin está cada vez más cerca y ya no necesitamos alzar la voz o respirar con demasiada fuerza.

—Confía en mí, Gi. Es lo único que te pido.

—Confío en ti, cariño, no sé cómo, no sé por qué, pero realmente lo hago, solo... todo esto es una locura —Jin suelta una pequeña risita antes de sentir que su cuerpo ha chocado con el mío y su calidez me envuelve igual que sus brazos rodeando mi cuello, aprisionando el frasco entre nuestros pechos y rozando nuestras mejillas juntas.

—Eres increíble, Gi, y sé que piensas que solo estoy haciendo esto por obligación, pero no es así, ¿Vale?, solo desea ser feliz ahora y justo ahora y yo... yo haré lo posible por cumplirlo.

Ser feliz. ¿Qué considero que me haría feliz? ¿Hacer que Jin pueda entrar al club me haría feliz? ¿Irnos a otro lugar me haría feliz?

Hago que mis brazos salgan de la presión de nuestros cuerpos y rodeo la pequeña cintura de Jin con ellos como puedo. Me gusta la calidez de Jin, me gusta llevar mi rostro a su hombro y que mis ojos se cierren mientras respiro el olor del shampoo de uvas. 

Creo que ni siquiera estoy pensando cuando respondo: —Quédate conmigo Jin...solo quédate conmigo.

El cuerpo entero de Jin se tensa y sé que no debería haber dicho eso, no obstante, él no menciona nada, él no me hace retractar.

—Deséalo, Gi

Mi cuerpo es separado solo un poco del suyo y estoy tan cerca de su rostro que hasta ahora noto que no lleva los lentes puestos y las galaxias en su mirada son mi vistazo favorito al universo. Nuestros alientos revolotean con el frío de la noche sobre nuestros rostros y ni siquiera reconozco lo baja que suena mi voz.

—Desearía...—Pero sé que no puedo pedir ese deseo. ¿Y si él no puede quedarse después de todo? ¿Si el deseo es demasiado grande que terminaría con su energía? No quiero pensarlo, pero recuerdo las palabras de mi madre y sé que sigo siendo el niño de cuatro años que no sabe sostener, que está apunto de apretar tan fuerte que está próximo a apagar una estrella y eso me aterra, así que sacudo mi cabeza, intentando sonreír con sinceridad —Desearía que pudieras entrar a ese club conmigo esta noche y poder divertirnos, que pasemos desapercibidos para cualquiera excepto para nosotros mismos —suelto en una exhalación temblorosa y sé que estoy apretando su cintura con demasiada fuerza cerca de mí y quiero detenerme, pero no lo hago.

Seokjin sonríe suavemente y sus dedos están jugando con los cabellos cortos sobre mi nuca, enviando escalofríos por toda mi columna vertebral que me hace soltar el aliento. Estoy tan cerca que puedo ver como las comisuras de sus labios comienzan a bajar lentamente cuando su frente se une con la mía y estoy apunto de cerrar mis ojos por impulso, pero me obligo a no hacerlo.

Sus ojos se están oscureciendo mientras recorren mi rostro, apagando las constelaciones y se siente algo parecido a la emoción cuando mi corazón late frenéticamente en mi pecho porque sé que ahora solo puede mirarme a mí.

La respiración se atora en mi garganta y estoy sintiendo todo con demasiada intensidad y el calor se extiende y se ilumina por las venas que recorren todo el cuerpo de Seokjin.

—Deseo concedido —murmura cuando sus ojos se iluminan y su nariz se enrojece como si estuviera a punto de llorar.

Y sucede.

Una pequeña lagrima se desprende con lentitud de uno de sus ojos y recorre su pómulo mientras resplandece en nuestra propia oscuridad.

Estoy embelesado por su rostro, por la intensidad de su mirada, por el sonido de su respiración, que no sé cuándo se ha separado y ha tomado mis manos entre sus manos, destapando el frasco justo en el momento en que la lagrima de mi estrella se ha desprendido y ha comenzado a caer, uniéndose a las demás luces encerradas, iluminando un poco más el callejón.

Seokjin parpadea con fuerza y sonríe con timidez, bajando la mirada mientras su piel vuelve a su estado original y yo guardo el pequeño frasco con cuidado en mi mochila, protegiéndolo con mi vida.

Algo ha pasado y lo siento circulando en el aire, pero no puedo decir que haya sido el deseo. Algo ha pasado cuando sus ojos se han conectado con los míos, cuando he visto su rostro demasiado cerca, cuando he sentido que el aire nos ha rodeado por la cercanía de nuestros cuerpos y es tan nuevo, pero también es familiar, que me deja atolondrado por algunos segundos, despejándome solo hasta cuando escucho el sonido de su voz. 

—No me he lastimado ¿Lo ves? —dice cuando me incorporo y sus ojos siguen oscuros y su cabello se mueve con el viento de forma angelical, alzando sus palmas hacia mí para mostrarme la piel expuesta.

Sonrío y niego con la cabeza, pasando una de mis manos por mi rostro para intentar borrarme la expresión de imbécil que, seguramente, tengo, pero es inútil, no sé va. Así que acomodo mi bolso nuevamente antes de tomar su mano con un apretón fuerte.

Me tomo un segundo para volver a mirar su rostro para luego jalarlo y hacerlo correr de vuelta hacia la entrada del club.

La piel de Seokjin no quema cuando la rozo a pesar de que su calidez sigue llamando a mi cuerpo, y en la entrada nadie nos pregunta nada ni nos detiene, nadie nos presta especial atención. 

Mi hermano y Hoseok están riendo en la barra y solo nos miran sin intención alguna, como si les bastara con checar que hemos llegado por fin, y no sé si se debe al deseo o porque de verdad no les ha importado que nos hayamos desaparecido unos minutos. 

Jin comienza a caminar hacia ellos, pero lo detengo, no quiero beber, así que lo llevo conmigo mientras la música retumba en nuestros oídos, a lo lejos puedo ver a nuestros acompañantes ignorar nuestra retirada por unas chicas que acaban de aparecer detrás suyo y no puedo tener problema con ello.

He dejado mi bolso en la entrada junto a las chaquetas y decido que nada más va a importarme esta noche. Nada excepto la música; nada excepto las manos que presionan las mía; nada excepto las sonrisas y las risas y las miradas.

Nada excepto Seokjin.

Y somos una supernova.

Somos una explosión que es notable a simple vista mientras nos movemos en medio de la pista llena de gente en el club.

Me gusta bailar, siempre lo he sabido, pero descubro que me gusta aun más bailar con Seokjin, quien no necesita pegar su cuerpo por todas partes del mío, quien no necesita hacerme una conversación trivial, quien no necesita nada más que respirar para mantener mi atención enfocada.

Seokjin se ha reído y le he dicho que no tiene que saber bailar, que solo se sienta bien, que se divierta y solo me mire a mí, que solo me sienta a mí.

Como si yo pudiera hacer lo contrario. Y él ha comenzado a balancear su cuerpo, moviendo sus extremidades a mi alrededor con los ojos cerrados y una sonrisa pintada con acuarelas de tonos fuertes. 

Somos una supernova porque hemos estallado en una locura de luces y colores donde antes no había nada, donde antes solo había masas de cuerpos y ahora solo estamos nosotros construyendo putas galaxias con nuestros ojos conectados y nuestros brazos uniendo nuestros cuerpos en movimientos sincronizados que nada tienen que ver con la música.

No sé qué canción suena, ni cuántas han sonado ya, pero no me importa. Jin se ríe porque no sabe cómo mover su cuerpo o donde poner sus manos y en ocasiones apoya su barbilla en mi hombro y yo aprovecho para abrazarlo por todas partes porque no puedo solo dejar de tocarlo.

Esto es algo nuevo y no tengo tiempo de analizarlo o aterrarme de ello ahora porque solo siento que quiero estar a su alrededor, como si orbitara siendo jalado por su centro de atracción y su campo gravitacional es mas fuerte que el de la propia tierra.

Y por primera vez en mi vida me siento parte del universo.

★★★

Yoongi realmente se está divirtiendo y eso me hace feliz dentro de todo el agotamiento que mi cuerpo experimenta, trabajando con mi reserva de energía y con la fuerza de las energías que manejo para poder cumplir el deseo de Gi.

He aprendido algo sobre la diversión y es que es algo así como un proceso terapéutico y toda la tensión que aun podía ver en los ojos de Yoongi ha desaparecido.

Pero otra cosa sobre la diversión: es temporal.

Así que me esfuerzo un poco más y levanto sus brazos como he visto que ha hecho la pareja de al lado, digo cualquier cosa tonta sobre nuestros movimientos y hago que se ría mostrando sus encías, hago que gire entre mis manos y ambos nos movemos por el espacio reducido sin separarnos mucho.

Me gusta rodear su cuerpo con el mío, permanecer conectados hasta por las puntas de los dedos mientras desconozco si estamos girando o es el espacio el que gira alrededor de nosotros.

La camisa blanca de Yoongi se ha pegado a su cuerpo por el sudor y el cabello se le ve más oscuro por las luces y la transpiración y nos hemos quedado un poco rezagados con todo el movimiento de fondo.

La canción dice: Así que quieres jugar con magia. Y paso mis dedos por su cabello rubio oscuro, lanzándolo hacia atrás y destapando su frente. Deberías saber en lo que te estás metiendo. Yoongi lleva sus manos a mi cintura y me apega más a su cuerpo, moviéndome despacio. ¿Te atreves a hacerlo?. Creo que hacemos un gran contraste de día y de noche con mi camiseta negra flotando sobre mi cuerpo y sé que yo soy la oscuridad ahora. ¿Estás listo para una tormenta perfecta?. No puedo dejar de sonreír y le digo que la música es extraña y que no sé moverme, pero él solo sigue acercándose. Porque una vez que seas mío no hay camino de vuelta.

Las manos que están en mi cintura comienzan a rodear mi cuerpo y me obligan a sostenerme de sus hombros para apoyarme, hasta que estamos de pie en medio de la gente en una especie de abrazo que me hace deslizar mis brazos por toda la extensión de sus hombros haciendo que me acerque más.

Es normal, hemos compartido abrazos como este muchas veces, pero entonces no entiendo por qué parece que mi corazón quiere salirse de mi pecho, por qué parece que estoy a punto de desmayarme por el calor.

Y la canción cambia a una melodía más lenta que hace que las parejas a nuestro alrededor comiencen a moverse de forma diferente y la intensidad de la mirada de Yoongi hace que me pierda por un momento.

No digo ni una sola palabra, pero aún sí, me dejas sin aliento y me arrebatas las cosas que conozco. Ahí estás tú, salvándome del frío de fuera.

Yoongi se mueve solo un poco y siento el roce tibio de su nariz contra la mía y la electricidad del movimiento envía luces y descargas por todas partes de mi cuerpo haciéndome cerrar los ojos, pero los abro de inmediato porque quiero ver su cara. 

Los parpados de Gi están caídos y solo alcanzo a ver un poco del brillo de sus orbes oscuros justo enfrente de los míos porque nuestra diferencia de estatura se siente casi inexistente.

Suspiramos al tiempo.

Es fuego sobre fuego.

Muevo mi cuello un poco hacia adelante sin saber muy bien qué estoy haciendo porque mi cabeza está en blanco y mi corazón funciona erráticamente y entonces desatamos una explosión por fuera de nosotros.

Los labios de Yoongi rozan los míos entreabiertos y hay un millón de planetas explotando dentro de mi piel y siento que se ha abierto una grieta gigantesca que se ha tragado todo lo que vive y suena a nuestro alrededor.

Solo quedamos nosotros, solo está Yoongi y sus labios cálidos que se están moviendo en contra de los míos y mis ojos se han cerrado y los dedos de mis pies se enroscan por la electricidad que recorre mi columna vertebral.

Y solo puedo pensar que no es suficiente.

Mis manos retuercen el cabello de Gi y sus brazos aprietan mi cuerpo con más fuerza y quiero estar más cerca, quiero que dure para siempre.

Yoongi se convierte en las constelaciones de mis ojos y las galaxias que sostiene el universo y cada partícula de él llama a mi cuerpo. Sus labios son delgados y suaves y gentiles mientras transmite todo lo que sus palabras no pueden y es el mejor idioma que podría conocer en la tierra.

Mi corazón explota y sé que esto no debía ser así pero no me importa, y sé que las decisiones que he tomado son todo lo bueno que pude hacer para estar aquí, con él.

Me besa y sé que tiene miedo de soltarme y mis fuerzas se están escapando de mí, pero me obligo a quedarme en la tierra, consciente, porque sus brazos están sosteniéndome y tomando mi corazón, mi energía, mi alma, entre sus dedos.

Y he roto más reglas de las que puedo contar con facilidad, pero el universo ha desaparecido.

Tengo que decirle. Tengo que contarle todo lo que sé y que he aprendido. Tiene que saber que mi esencia le pertenece y le ha pertenecido desde que la materia ha formado los sistemas en el firmamento.

Pero no sé cómo y sus labios siguen borrando cada pensamiento racional de mi cabeza. No sé cómo porque su humanidad es diferente a la mía y no quiero asustarlo. No quiero que esto termine.

Con lentitud siento que sus labios se separan de los míos y el frío que pasa sobre nosotros no se siente.

—Por favor —susurra y no sé cómo puedo escucharlo cuando la música parece que se ha encendido de nuevo —abre los ojos, cariño.

Lo hago y Yoongi sonríe, con encías.

Sus manos suben a mi rostro y me sostiene con delicadeza, como si tuviera miedo de tocarme. Junta nuestras frentes y suspira. Yoongi tiembla casi tanto como yo y sé que ha sentido todo: la energía, la electricidad, la corriente.

—Gi...

—Jinnie ¿Por qué siento esto? ¿Qué es lo que me has hecho? ¿Es real siquiera?

Tengo que decirle lo que tengo atorado entre pecho y espalda a pesar del miedo y por eso me armo de valor antes de dar un paso atrás y tomar su mano mientras le sonrío, quiero tranquilizarlo.

Caminamos hasta las sillas donde Jungkook y Hoseok han estado y ellos quieren quedarse. Hobi promete llevar a Jungkook a casa y no sé cómo reaccionar cuando me mira a los ojos y solo se ríe diciendo: —Desde que te vi supe que eras especial, pero ¿Esos lentes de contacto? Yo necesito unos así.

Yoongi ni siquiera me pregunta a dónde vamos o si es buena idea dejar a los chicos solos y sale conmigo luego de buscar la mochila.

Es bastante tarde y la luna está posada sobre nuestras cabezas sin mostrar ninguna estrella a nuestro alrededor y no hay necesidad porque no necesito mirar más allá del cuerpo que entrelaza sus dedos con los míos.

No puedo seguir mi plan de llegar hasta el apartamento porque mis fuerzas se están perdiendo y cuando pasamos por un parque infantil, lo hago que nos sentemos en la grama junto a un árbol que se ha quedado sin hojas.

Yoongi juega con mis dedos y está nervioso cuando lo miro y sé que perderé el conocimiento en cualquier momento.

—Quiero que sepas algo, Gi —él me mira y acerca su mano a mi rostro

—¿Jin? Estás helado, deberíamos ir a casa —Casa... Niego con mi cabeza y tomo aire, esperando que no me interrumpa mientras hablo. Nuestras espaldas están apoyadas en el tronco y nuestros rostros están a milímetros del otro y yo solo quiero besarle una vez más, pero no me atrevo. 

¿Qué hemos hecho? La tormenta en mi pecho comienza a cobrar sentido porque la respuesta siempre ha estado frente de mí.¿Qué he sentido? No puedo saberlo, no puedo descifrarlo, pero tampoco puedo detenerlo si ha estado siempre allí. 

—N-Necesito que sepas, Gi, que mi alma ha estado unida a la tuya desde el día en que nací, y que, incluso antes de eso —trago duro —Teníamos una vida entrelazada, yo-

—¿A qué te refieres con antes?

—Gi, no me interrumpas.

—Lo siento —sonríe, pero su sonrisa se borra un poco cuando mi cuerpo tiembla y el sudor frío comienza a perlar mi frente.

—Min Yoongi...—suspiro porque mi visión se borra y creo que voy a desplomarme, pero tengo que decirlo —Esto, Gi... tu y yo, estábamos destinados a pasar.

Mi respiración sale en oleadas irregulares y lo último que escucho es la voz de Gi llamando mi nombre. 

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N/A: 

Espero que estén teniendo días buenos.

Realmente no estoy segura de si podré publicar el fin de semana y, por lo tanto, he decidido publicar hoy. 

#FunFact3: La idea de la historia surgió una vez hace meses que, como siempre, caminaba sin prestar mucha atención a nada escuchando el álbum Space de SAT, me topé con una obra de un hombre en el espacio que miraba hacia la tierra. Fue solo un segundo y pasé de largo, no vi el nombre de la obra, ni el autor, ni reconocí los detalles, y la imagen estuvo rondando en mi cabeza durante mucho tiempo hasta que comenzó a tomar forma y mutó de muchas maneras hasta llegar a este resultado. Así que podemos decir que el universo me habló con algunas casualidades. 

Sean felices. 

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