Jeongyeon cumplió su palabra al decir que iba regañar a Tzuyu, ahora se encontraba frente a ella y su novia luego de darle una regañada bastante larga sobre no dejar a las amistades de lado.

── ¿Piensas volver hablarle? ──Inquirió con una ceja alzada.

── Todos los días lo intento, incluso estoy apunto de marcarle pero me acobardado al no saber qué decirle ──Bajó su cabeza sorbiendo sus mocos que estaban rezagados.

── Ella esta bien de salud, emocionalmente esta como la mierda creo que comparten ese sentimiento realmente no tengo valor para hablarle, Momo debe saber más pero yo no me llevo con ella ──Contó tratando de sonar serena.

── Tranquila, no es necesario que le hablas, en algún momento tomaré el valor, espero su llamada pero yo se que nunca llegará ──Su corazón latió en dolor cuando dijo eso, Jeongyeon se acerco a dar un pequeño abrazo.

── Vamos a comer, seguro no tienes más en tu cuerpo que el cigarro ──Regaño levantándose del sillón para ponerse a servir comida.

── Come frente a ella, por favor ──Pidió con una pequeña sonrisa que Tzuyu correspondió.

Quizás la compañía no le venía más, era casi primavera en otras ocasiones hubiera disfrutado junto a Sana y Jeongyeon, la llegada de las bellas flores, que adornaban calles y campos con una belleza inmensa.

── Tranquila, Jeongyeon es una persona importante para mí, no debo decepcionar ──Se levantó del sillón para caminar hacía su mejor amiga.

Quizás la compañía no le iba hacer muy mal, para pensar otras cosas.

──────────────────────── ♡︎

11 de Marzo

Ahí estaba de nuevo, frente a un lienzo completamente en un blanco perfecto, como un árbol sin florecer, eso decía Sana cuando aún no comenzaba a pintar.

"Parece un árbol esperando la primavera para llenarse de color y vida" recordó cómo ella lo había dicho con esa bellísima sonrisa que la caracterizaba, tan hermosa como el mismo cielo, siendo una obra perfecta.

Los recuerdos de Sana estaban tan vivos en su mente, casi como repetir una y otra vez cuando fue feliz un día, cuando despertaba junto a ella, la extrañaba, la extrañaba tanto, una lágrima cayó sobre su mejilla recorriendo su cara hasta llegar a su mentón hasta que cayó en algún lugar.

Mordió su labio reprimiendo cualquier sonido que pudiera emitir, se sentía patética al escucharse, tan cobarde de no poder ir a hablarle y aclarar las cosas, ya entendió lo que obligó a Sana irse de su lado.

Pero ahora ya era ella misma, seguía siendo la misma solo le falta Sana a su lado para tener todo en su vida, la quería y necesitaba tanto como su propio corazón, su alma estaba siguiendo a la de Sana por algún lugar.

Siendo lo que más apreciaba en su vida, siguiendo su propia vida a manos de Sana, sollozó cayendo al suelo, tirada en el piso de su sala en la soledad que está amarga noche, una de tantas noches.

Sus lágrimas eran tan inevitables como las noches de lluvia mojaba su propia cara como la lluvia mojaba todo para preparar la llegada de la primavera.

Tzuyu sentía su vida irse junto la lluvia, quizás ahora Sana iba florecer junto la lluvia, como lo más hermoso de la primavera.

Esperaba tener la dicha de apreciar la flor más bella que alguna vez fue suya.

── Te extraño tanto ──Le dijo a la oscura soledad casi queriendo que se quede plasmado en el aire y llegue a Sana.

Se quedó totalmente dormida en el suelo, aún soltando bajos suspiros pesados llenos de su dolor, suspiros que movían todo su ser con tanto dolor que hasta su pecho era presionado.