Capitulo 1: Estilo Bestia
El sol del atardecer teñía el paisaje de X60 con tonos dorados y rosados, creando un ambiente etéreo sobre el campo de entrenamiento. Savage, el joven victoriano de cabello oscuro y mirada decidida, observaba con atención desde la distancia mientras su compañero Leo, un guerrero de otra raza con una destreza impresionante, se enfrentaba en un duelo contra un humanoide musculoso.
—¡Vamos, Leo! ¡Tú puedes hacerlo! —exclamó Savage, animando a su amigo desde la distancia.
Leo, concentrado en su oponente, parecía escuchar las palabras de ánimo de Savage, pues redobló sus esfuerzos y lanzó una serie de ataques rápidos y precisos que sorprendieron al humanoide. Sin embargo, este último logró esquivar la mayoría de los golpes y contraatacó con ferocidad, obligando a Leo a retroceder momentáneamente.
—¡Bien hecho, Leo! ¡Mantén la presión! —gritó el maestro, alentando a no rendirse.
El maestro Malude, un anciano sabio y experimentado que observaba la pelea con interés, asintió con aprobación ante los movimientos de Leo. Se volvió hacia Savage y le dijo:
—Tu amigo tiene un gran potencial, Savage. Su técnica es impresionante y su determinación admirable. Si sigue así, se convertirá en un luchador formidable.
Savage asintió con orgullo, sus ojos brillaban con admiración por Leo. Sabía que su amigo tenía lo necesario para triunfar en aquel lugar misterioso y desafiante.
—Lo sé, maestro Malude. Leo es un verdadero guerrero y estoy seguro de que nos llevará lejos en este viaje —respondió Savage, con una sonrisa de confianza en su rostro.
La pelea continuó con intensidad, cada vez más reñida, mientras Savage, Leo y el maestro Malude seguían observando con atención.
Con cada movimiento calculado, Leo parecía estar encontrando su ritmo, sus golpes se volvían más precisos y su defensa más sólida. Con un giro rápido, desarmó al humanoide con un golpe certero, dejándolo en el suelo, sin aliento y derrotado.
Un coro de aplausos y vítores estalló entre los presentes mientras Leo se erguía victorioso, con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Savage se acercó a él, lleno de admiración y respeto.
—¡Increíble, Leo! ¡Lo hiciste genial! —exclamó Savage, extendiendo su mano para darle un apretón de manos.
Leo aceptó el gesto con humildad, agradecido por las palabras de su amigo. Luego, con una mirada traviesa en sus ojos, se volvió hacia Savage y le propuso algo inesperado:
—Savage, ¿qué te parece si tú y yo nos enfrentamos en una lucha amistosa? Sé que has estado entrenando duro y estoy ansioso por ver tus habilidades en acción.
Savage quedó momentáneamente sorprendido por la propuesta, pero luego una sonrisa de emoción se extendió por su rostro.
—¡Por supuesto, Leo! Será un honor medirme contigo en el campo de batalla —respondió Savage, aceptando el desafío con entusiasmo.
Savage y Leo se posicionaron en el campo de entrenamiento, listos para comenzar su lucha amistosa. Ambos adoptaron posturas de combate, observándose con respeto.
El maestro Malude observaba la escena con interés, asintiendo con aprobación ante la iniciativa de sus jóvenes discípulos.
—La práctica entre compañeros es fundamental para mejorar vuestras habilidades. Adelante, que comience el combate —dijo el maestro, animando a los dos amigos a prepararse para su enfrentamiento.
El enfrentamiento comenzó con una serie de movimientos rápidos y precisos por parte de Savage, quien parecía tener la ventaja inicial. Sus golpes eran certeros y su defensa sólida, presionando a Leo hacia atrás.
Sin embargo, a medida que avanzaba el combate, Leo parecía estar dejándose llevar, permitiendo que Savage tomara la delantera. Sus movimientos eran más lentos y parecía estar estudiando los patrones de ataque de su amigo con calma.
De repente, en un instante de sorpresa, Leo cambió de táctica. Con un movimiento ágil, logró esquivar un golpe de Savage y contraatacó con una patada sorpresa que derribó a Savage al suelo. El golpe fue tan repentino y poderoso que Savage apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de encontrarse en el suelo, mirando hacia arriba a su amigo triunfante.
—¡Suficiente! —exclamó el maestro, con una voz firme pero tranquila—. Leo, tu técnica fue impresionante, pero debes recordar que la seguridad de tu compañero es lo primero. Savage, has demostrado gran habilidad, pero debes aprender a mantener la concentración en todo momento.
Savage se puso de pie, sacudiendo el polvo de su ropa con una sonrisa.
—¡Fue una gran pelea, Leo! Eres un gran artista marcial espacial —dijo Savage, extendiendo su mano hacia su amigo.
Leo asintió con una sonrisa agradecida, aceptando la mano de Savage.
—Tu habilidad en la lucha es admirable. Lo que te falta es fortaleza mental y control de tus emociones. Estoy seguro de que ambos seguiremos mejorando juntos en este viaje —respondió Leo, con un brillo de determinación en sus ojos.
—¿Control de mis emociones? —pregunto Savage.
—No es que yo sea mejor. A mi también me sermonean.
El maestro Malude los miró con orgullo y satisfacción.
—Ambos han demostrado gran progreso. Continúen entrenando con determinación y respeto mutuo, y alcanzarán grandes alturas en el arte de la lucha —dijo el maestro, antes de dar por concluida la sesión de entrenamiento.
Con sus cuerpos cansados pero sus espíritus renovados, Savage y Leo se prepararon para seguir adelante en su aventura en el planeta X60, sabiendo que cada desafío los acercaba más a dominar el Beast Style y a descubrir los secretos que aquel mundo misterioso les guardaba.
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Más tarde, tras la sesión de entrenamiento, Leo se encontraba junto al maestro Malude y el instructor observando a un grupo de humanos y otros seres extraterrestres practicando el Beast Style en el campo de entrenamiento. Las diferentes formas de lucha y los estilos de combate de cada especie se mezclaban en un espectáculo fascinante y enriquecedor.
—Gracias por dejarme entrenar con tus estudiantes, maestro Malude. El estilo bestia es magnifico. Tengo mucho que aprender —comentó Leo, admirando la diversidad de técnicas y habilidades que se exhibían en el campo de entrenamiento.
—Tu planeta natal, L77, y EL planeta, X60, son planetas hermosos y hermanos aliados. Nuestras puertas están abiertas. Entrenar con jóvenes artistas marciales como tu también nos ayuda a nosotros —respondió el maestro, con sabiduría en sus palabras.
—Es cierto, Leo. El Beast Style es un arte que trasciende las barreras de la especie y la cultura —Comento el instructor.
De repente, Leo se dio cuenta de que era hora de partir. Se volvió hacia el maestro Malude y el instructor con un gesto de respeto.
—Maestro Malude, Instructor, ha sido un honor entrenar con ustedes y aprender de su sabiduría. Estoy agradecido por todo lo que me han enseñado —dijo Leo, con sinceridad en su voz.
El maestro Malude le devolvió el gesto con una mirada llena de afecto y respeto.
—El honor ha sido nuestro, Leo. Eres un verdadero guerrero y estoy seguro de que llevarás el Beast Style a nuevas alturas en tu viaje. Que la fuerza y la sabiduría te acompañen siempre —respondió el maestro, con una expresión de gratitud en su rostro.
Con esas palabras en mente, Leo se despidió del maestro Malude, del instructor y del mundo de X60, el llevara consigo las lecciones aprendidas y honrar el vínculo que compartían los planetas en aquella vasta y misteriosa galaxia.
Fuera del coliseo, Savage se acercó a Leo mientras se preparaba para partir. Había una sensación de melancolía en el aire, mezclada con la emoción de lo que estaba por venir. Savage miró a su amigo con una sonrisa cálida, consciente de que aquel encuentro marcaba el final de una etapa en su viaje juntos.
—Leo, asegúrate de traer a tu hermano Astra la próxima vez. Para entonces seré tan fuerte que podre vencer su combinación gemela —expresó Savage, con sinceridad en sus palabras.
—Espero que llegue ese día —comento leo chocando puños con Savage—. Por cierto, Savage, ¿has recuperado tus recuerdos?
—Nada aun. Quien soy y de donde vengo... No recuerdo nada antes de llegar aquí. Lo que puedo recordar es mi nombre es Savage.
—Ya veo. Bueno, no te preocupes. Tienes a tus compañeros luchadores, amigos... debes protegerlos.
Savage reflexionó por un momento, pensando en todo lo que habían compartido juntos durante su tiempo en X60. Recordó los desafíos superados, las lecciones aprendidas y los lazos de amistad que habían forjado.
—Leo, cuando vuelvas a tu planeta, no olvides llevar contigo todo lo que has aprendido aquí. Las enseñanzas del Beast Style son poderosas, y estoy seguro de que harás honor a ellas allí —dijo Savage, con convicción en su voz
Leo asintió, consciente del peso de sus palabras.
—Lo prometo, Savage. Seguiré practicando y perfeccionando lo que he aprendido aquí. Y quién sabe, tal vez algún día nos volvamos a encontrar en el campo de batalla, pero esta vez como aliados en lugar de adversarios —respondió Leo, con una sonrisa esperanzadora en su rostro.
Con un apretón de manos firme y sincero, Savage y Leo se despidieron, sabiendo que aquel encuentro había dejado una marca indeleble en sus vidas. Mientras observaba a su amigo alejarse hacia el horizonte, Savage sintió un profundo agradecimiento por la amistad y las lecciones compartidas en aquel mundo extraordinario de X60.
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La noche envolvía el paisaje de X60 con su manto oscuro y estrellado. Savage camina hacia una cueva enorme que se alzaba imponente ante él. El sonido de sus pasos resonaba en la quietud de la noche, mientras su mente se perdía en un mar de pensamientos y reflexiones.
Entró en la caverna, donde las sombras danzaban en las paredes rocosas, iluminadas apenas por la débil luz de las estrellas que se filtraba desde el exterior. Se detuvo en el centro de la caverna, rodeado por la vastedad y el silencio, y dejó que sus pensamientos vagaran libremente.
Savage reflexionaba sobre todo lo que había aprendido durante su entrenamiento en X60. Recordaba los desafíos superados, las lecciones aprendidas y los lazos de amistad que había forjado. Sin embargo, a pesar de todo su esfuerzo y dedicación, sentía que aún le faltaba algo.
—El entrenamiento normal no es suficiente para seguir el ritmo a leo y su hermano Astra. ¿Será suficiente lo que he aprendido aquí? —se preguntó en voz alta, dejando que sus palabras se perdieran en el eco de la cueva.
Se sentó en el suelo de piedra, con la mirada perdida en la oscuridad que lo rodeaba. Sus pensamientos se volvían cada vez más profundos y oscuros, como las sombras que lo rodeaban.
—Necesito más. Necesito superar mis límites, alcanzar nuevas alturas en mi entrenamiento. Este mundo, esta cueva, tienen más que ofrecerme —murmuró para sí mismo.
El rugido resonó en la caverna, haciendo eco en las paredes de piedra y enviando escalofríos por la espalda de Savage. Intrigado, siguió el sonido hasta encontrarse con una escena sorprendente: en el centro de una cámara iluminada por una tenue luz violeta, una figura se alzaba con gracia y poder.
Era Lira, una habitante del planeta X60, una guerrera cuyos movimientos estaban envueltos en un aura de misterio y elegancia. Con un gesto fluido, Lira invocó su estilo bestia, manifestando un símbolo de energía en forma de una pantera morada que danzaba a su alrededor con una gracia felina.
Savage observaba maravillado, impresionado por la habilidad y la fuerza de Lira. Se acercó con cautela, sintiendo el peso de su presencia en aquel lugar sagrado.
—¿Lira? —llamó Savage, reconociendo a su amiga habitante del planeta X60—. Eso es un... estilo bestia.
Lira se volvió hacia él, con una sonrisa amistosa en su rostro.
—Debes concentrarte, Savage. El Beast Style es una parte fundamental de nuestra cultura aquí en X60. Nos conecta con las fuerzas de la naturaleza y nos otorga poderes más allá de nuestra comprensión —respondió Lira, con serenidad en su voz.
Savage asintió, comprendiendo la profundidad de sus palabras. Sabía que aún tenía mucho que aprender sobre el Beast Style y las fuerzas que lo impulsaban.
—Lira, ¿crees que puedo llegar a dominar el estilo bestia como tú lo has hecho? —preguntó Savage, con una chispa de esperanza en sus ojos.
—De verdad, eres tan serio y emocional. Cuando llegaste hace un año, estabas inconsciente y me preocupe por ti. Salve tu vida, así que sera mejor que este agradecido.
—Lo estoy. Solo que me aterra pensar en no poder tener ese poder.
—Aceptar a un estudiante amnésico como tu es inaudito, pero el maestro Malude te acepto, así que no lo decepciones —respondió Lira.
—No lo haré. Para retribuir la bondad del maestro, quiero aprender el estilo bestia y hacerme mas fuerte.
Savage y Lira continuaban su conversación, sumidos en la profundidad de sus pensamientos sobre el Beast Style, cuando de repente fueron interrumpidos por la entrada repentina de un humanoide imponente, cuyo cuerpo dorado brillaba con la luz de la caverna. Este ser, conocido como Diav, llevaba una imponente armadura plateada adornada con una cresta en su cabeza.
—Yo siento lo mismo.
—¡Diav! —exclamó Savage, sorprendido por la llegada de su amigo—. ¿Qué te trae por aquí?
Diav se acercó con paso firme, con una mirada determinada en sus ojos dorados.
—He oído hablar de nuestro entrenamiento en el Beast Style y de los poderes que habéis adquirido. Yo también quiero ser más fuerte, quiero alcanzar nuevas alturas en mi lucha por la excelencia —declaró Diav.
Lira lo miró con curiosidad, evaluando la determinación que irradiaba de él.
—Diav, el camino hacia la maestría en el Beast Style es difícil y lleno de desafíos. Pero si estás dispuesto a comprometerte y a trabajar duro, no hay límite para lo que puedas lograr —respondió Lira, con sinceridad en sus palabras.
—Para un artista marcial como yo, venir al planeta X60 es como un sueño. Muchas razas de distintos tamaños llegan aquí. Yo siendo un Absolutiano, nos encanta los retos.
—Menos los victorianos, ellos tienen tecnología avanzada, ni se molestan aprender a luchar. Pero un forastero como tu se convierte en un estudiante, eso si es una anomalía.
—Oye, vamos, no seas tan dura, Lira —Comento Savage.
—Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para alcanzar mi objetivo. Me someteré a cualquier entrenamiento, enfrentaré cualquier desafío. Estamos juntos en esto, Savage. —dijo Diav, con una determinación feroz en su mirada.
—Tienes razón. Desde que llegue ustedes dos han sido mis hermanos. Aunque seamos de distintas razas.
Savage y Lira intercambiaron una mirada significativa, reconociendo la intensidad del deseo de Diav por volverse más poderoso.
—Diav, te ayudaremos en tu búsqueda de fuerza y maestría. Pero debes estar preparado para enfrentar tus miedos y superar tus limitaciones. El camino no será fácil, pero juntos podemos lograrlo —dijo Savage, extendiendo una mano en señal de amistad.
—Entonces, buena suerte a ambos. Si tienes alguna duda, puedes preguntarme —Comento Lira.
Diav aceptó el gesto con gratitud, consciente del desafío que se le presentaba.
—Gracias, Savage. Lira. Estoy listo para comenzar este viaje hacia la grandeza. Juntos, alcanzaremos nuevas alturas en nuestra búsqueda de poder y sabiduría —declaró Diav, con determinación en su corazón y esperanza en su voz.
Y así, con Savage, Lira y Diav unidos en su búsqueda de fuerza y maestría, se prepararon para enfrentar los desafíos que les aguardaban en su camino hacia el dominio del Beast Style. En aquel lugar de maravillas y misterios, su viaje apenas comenzaba, y estaban decididos a descubrir lo que el destino les tenía reservado.
Próximo Capitulo: (CAPITULO 2: "Invasión")
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