Penny no dudó en contarle a mi mamá lo que había pasado cuando llegó por mí, y ella supo inmediatamente que me había escabullido por esos chicos. Por fortuna, no me puso ningún castigo, pero no se compadeció de mí pues me había regañado y me dijo que a la próxima que la desobedeciera a ella o a Penny, no iba a tener consideraciones conmigo.

Llegamos a la casa. Pasaron las horas y mi mamá y yo nos pusimos a preparar la comida.

La comida fue la parte más callada del día, y no porque hubiese un problema entre nosotros, sino porque el decir algo podía traer problemas para todos, en especial a mí.

Mi papá, solamente contó unas cosas que había hecho en su trabajo. Mamá, contó que una nueva persona empezó a trabajar en su área esa mañana, como asistente personal del gerente.

Siendo honesta, no me importaba nada de sus problemas de trabajo, pues no servía de alguna manera para ayudarlos.

Después de la comida me la pasé aprendiendo unas cuantas rutinas de fitdance, dibujando flores que me encontraba en la computadora, tomando unas cuantas clases extras en una plataforma de clases en línea (Khan Academy, creo que se llamaba) de mi clase favorita: arte y cultura.

Luego de eso, estuve en un limbo de aburrimiento del cual no hallaba forma de escapar. Al final, sobreviví otro día de mi corta existencia en la procrastinación y el aburrimiento.