Ya había desayunado. Mi padre había tomado el otro auto para irse a trabajar. En cambio, mi mamá y yo íbamos a tomar la camioneta. Era el otro vehículo que tenemos para salir, pero como yo ya no iba a la escuela y no tenía amigos, dejaron de usarla. Con el paso del tiempo, mi papá fue el ganador del otro auto en un sorteo de una de las compañías de tarjeta de crédito a la que está afiliado.

Mi madre usaba unos pantalones de vestir azules, una blusa color salmón y un saco que hacía juego con el pantalón. Yo; llevaba unas zapatillas tenis negras, una blusa de rayas de colores azul, naranja y blanca, una chaqueta de mezclilla azul que iba con mis tejanos.

Poco después de que papá se hubiera ido al trabajo, mamá fue la cochera para sacar el auto. Yo, fui al patio de en frente para abrir la cerca metálica que bloqueaba el paso. Cuando la abrí, se estaba levantando la puerta automática de la cochera. Luego, logré encontrar la extraña pata de conejo de papá que había colgado en el espejo retrovisor. Él no creía en la suerte, pero fue la primer pata de conejo que había tenido en su vida (según el nos contaba a mamá y a mí).

Luego de haber sacado la camioneta a la calle y haber cerrado la cochera, me apresuré a cerrar la cerca para luego meterme adentro. Y después de haber entrado, partimos directo al centro de salud.

Estaba ansiosa pero emocionada. A pesar de que no sabía cuál podía ser la respuesta, mi cuerpo no podía esperar más para llegar y ver al Sr. Peterson para preguntarle.

Mi madre tenía que ir a trabajar, así que me iba a dejar al cargo de Penny. Y en lo que ella trabajaba, yo me debía poner a cuidar a los niños de la guardería del centro.

Y pasados unos 20 minutos de viaje, por fin llegamos. Mi mamá se bajó conmigo, y me acompañó trotando hasta la entrada; pues ya se le estaba haciendo tarde. Y cuando cruzamos la puerta y llegamos al vestíbulo, mi mamá le dio la noticia de sorpresa a Penny. Y con pocos segundos para asimilarlo, ella asintió poniéndome en otra silla que le hacía compañía tras el mostrador.

Poco después de que mi mamá me hubiera dejado, ella salió a carreras del edificio.

Esta era. Sí, esta era mi oportunidad de saber si volvería a ver al chico que había encontrado en el corredor.