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Rumors


Compartieron estancia tres noches seguidas. Estuvieron juntas sin notarlo durante cuatro horas aproximadamente. Lo más sorprendente es eso, solo hicieron falta tres noches para que cierto par de chicas rondaran en boca de todos.

Contando ese año que ya acababa
Himari suma viviendo en la ciudad seis años. Seis largos años rodeadas de los mismas insípidas personas; seis años asistiendo a la misma escuela, las mismas tiendas, las mismas fiestas y nada cambiaba.

Era la pequeña pelirosa conocida por todos y con una reputación de mierda.

Porque nadie soporta que tras esa apariencia angelical se escondiera la más zorra de todas.

No habían pruebas ni testimonios; nadie se había atrevido o tomado el trabajo de inventar historias sobre Uehara. Pero aún así todos aseguraban que la pequeña Número uno de la clase era una zorra preparada para agarrar presa.

Y vaya que acertaban.

El único martirio de Himari es no haber encontrado en seis putos años una víctima lo suficientemente apetitosa para hincarle el diente.

Tal parece, eso estaba a punto de acabar.

— Es hermosa y que mi madre no me escuche, pero abandonaría mi heterosexualidad sin pensarlo dos veces con tal de escuchar "Kitten" en mi oído cada noche.

— Es tan... — Otra integrante del salón que no formaba parte de la conversación anterior siquiera, formuló un resonante ronroneo.— Sus manos, sentía que me desmayaría en cualquier momento cuando rozó mi mejilla con esos hermosos dedos de pianista.

Así continuaron.

En el baño, comedor, laboratorio, salón de clase ¡No se detenían! Y según Himari pudo captar, se trataba de dos personas.

Una chica de cabello violeta en boca de las féminas y una pelirroja en boca de los chicos.

Era sorprendente a ojos de Himari el revuelo. Para todos ese par era puro misterio; magia.

Pero la pelirosa no afirmaría antes de comprobarlo con sus propios ojos.

— Joder es tan esbelta... Ponerla de puntillas contra la pared ¡Ella tiene que ser elástica por Dios!

— Su voz no es realmente algo que acostumbre buscar en una chica, tal vez algo grave para mis gustos generales... Pero solo de imaginar a esa peliroja gruñir mi nombre me tiene anticipando la noche, hermano.

Las chicas querían ser tratadas como princesas mientras que los chicos buscaban una bestia que domar.

Suficiente información, el terreno nadie lo conoce mejor que Himari y finalmente esa noche buscaría lo que estos seis sosos años esperó encontrar.

Kaoru y Tomoe tomaron el mismo sitio que tres días atrás; las invitaciones por mejores asientos volaban, pero ellas conocían que controlar la mesa era mejor que aceptar cualquier invitación. Así que permanecieron cómodas en el sofá en forma de L a esquinas del antro. No tenía gran calidad, ni el lugar ni el amueblamiento. Pero se sentían bien en ese sitio donde eran desconocidas por todos.

— Tu turno de buscar las bebidas.

No pudo hacer más que rodar los ojos.

— No tengo sed, si quieres las buscas tú.

Cual de las dos más perezosa. Se sumieron en una batalla en la que Tomoe tuvo que aceptar la derrota.

— Me tienes la maldita garganta seca de tanto insistir ¡Dame el dinero! Yo iré a la barra.

Entrecerró los ojos en dirección a la sonrisa triunfal de su gemela de otro vientre y simplemente se marchó tras agarrar de mala gana el fajo de billetes.

Kaoru acomodó su espalda en el sofá explorando el sitio con sus hermosos ojos rojo fresa. De vez en cuando tropezaba con alguna que otra mirada a la que proveía un guiño y luego continuaba su barrido visual. Se sentía tan bien para ella el teatro que estaban montando; no solo escapaban de sus hogares, escapan también de ellas mismas. Por eso Kaoru se deshizo de su actitud tierna y vulnerable por la facilidad para encariñarse con el resto; este ambiente es el mejor para fingir ser alguien que no eres.

Su mirada se tropezó con una chica baja de estatura que sin dudas se dirigía a ella. Valiente podría decir. Su estudio sobre la persona le dijo que efectivamente, no solo ella es una espléndida actriz. Una manita que fácilmente podría encerrar con una de las suyas acabó tendida a la altura de su pecho.

— Mi nombre es Himari, vivo en esta zona desde hace mucho.

Kaoru solo esbozó una sonrisa y recibió la mano tendida a modo de saludo.

— Soy Kaoru ¿Quieres sentarte?

Sin devolverle la sonrisa la pelirosa asintió y se sentó a su lado dejando las manos sobre su regazo.

— Entonces... ¿Andas sola?

Himari contestó con un nuevo asentimiento pero decidió acompañarlo esta vez con una frase.

— Suelo salir sola, ando así la mayor parte del tiempo técnicamente.

— Pero ... ¿Eres tímida?

Ante la pregunta Himari se gira a verla mostrándole por primera vez una sonrisa, una socarrona que la hizo sonreír sin remedio.

— ¿Lo parezco?

— No realmente, pero si no tienes amigos es o porque eres tímida o porque... ¿No quieres?

Ve una de las comisuras de los labios de la pelirosa arrugarse en un gesto extraño.

— No disfruto de la soledad realmente, pero no encuentro compañía que me interese, eso es todo.

— ¿Has sido tan selectiva con tu compañía durante tanto tiempo? ¿Qué sentido tiene estar sola si tampoco lo disfrutas?

Podría parecer extraña toda la charla que impulsaba Kaoru, pero a pesar de considerarlo incorrecto, no podía parar. Tenía una curiosidad fuerte por la pelirosa, una curiosidad que no la dejaría en paz hasta acallarla.

Contrario a lo que esperaba, Himari no parecía incómoda con las interrogantes, por el contrario, parecía disfrutarlo.

Por ello con una sonrisa tranquila contestó

— Ser selectiva es algo que aprendí con el tiempo. No solo selectiva, aunque parezca algo frío tengo amistades etiquetadas. Cuando quiero compartir sobre un buen libro busco a una persona; si me apetece ver el estreno de una peli invito a otra y para asistir a lugares como estos me invitan a mí o vengo yo sola. No tengo una mejor amiga precisamente, prefiero dejar de involucrarme sentimentalmente de esa manera... Es más fácil sobrellevar ciertos aspectos así.

Kaoru quedó en silencio con los ojos sobre el perfil de la chica absorbiendo toda la información. Rápidamente el rostro rojo de su acompañante se cernió de frente a su estudio.

— Madre mía, perdón. Hiciste una simple pregunta y yo en cambio...

— Me interesas, Himari.

La nombrada arrugó el entrecejo por la interrupción a sus disculpas y esperó las palabras de Kaoru.

— Me gusta hablar contigo, eres interesante. Quedemos en algún sitio fuera de este lugar alguna vez, así me contestas la segunda pregunta la cual censuraste ¿Te parece?

Le pegó cierta ternura la emoción que claramente sus ojos no podían ocultar, era algo que Himari no esperaba y Kaoru, al ver su respuesta, corroboró en que esa había sido una muy buena decisión.

— Ahora dime ¿Por qué te me acercaste en primer lugar?

Totalmente desenvuelta especuló con sus manos la respuesta.

— Ah, eso es porque...

— ¡Me tardé pero es que esperaba las mejores bebidas! Acaban de descargar el camión entonces... Vaya, hola.

Rápidamente se puso de pie e hizo una reverencia escasamente respetuosa, solo lo justo para la ocasión.

— Mucho gusto, soy Himari.

Dejó las bebidas frías sobre la mesa y alzó la vista a la pelirosa.

— Tomoe. — Se presentó asintiendo con la cabeza y dislumbró la sonrisilla de Kaoru, producida por la reacción cortante de ella al intercambiar saludos con la intrusa en la mesa.

— Sírvete Himari, Tomoe trajo bebidas para unas cuantas noches por lo visto.

— Hay calor, genio.

Vió a la de ojos verdes barrer la mesa con la mirada para luego negar con la cabeza.

— No, gracias pero yo... Sinceramente solo tomo limonada. — Su risita baja y avergonzada se ganó nuevamente el estudio silencioso por parte de Tomoe. — Por lo visto les gustan las bebidas dulces... Recomiendo en ese caso la piña colada con alcohol. A mí me aburre por el dulzor pero sé les gustará.

— Oh~ Tomoe ¿Por qué no la acompañas a la barra y la ayudas? Se me antoja una piña colada ahora.

Kaoru se ganó con eso una mirada recriminatoria de su amiga.

— ¿Piensas que el dinero crece de los árboles? Traje cuatro botellas distintas de cerveza y una de licor ¡Prueba eso idiota!

Sintió un repentino tacto cálido alrededor de su muñeca.

— Yo puedo pagar, la piña colada lo vale más que la bazofia que compraste.

Y así una enana insultantemente confianzuda la arrastró a la multitud y lo último que escuchó de Kaoru fue su carcajada.

Nuevamente resultó el centro de las miradas pero lo ignoró como nunca, se mantuvo entretenida en la falda saltarina de la pelirosa que la guiaba de la mano. No evitó el morderse el labio y solo quitó la vista de la curva trasera para fijarse en el pecho que casi le roza las narices.

— Ya... llegamos.

Despegó a duras penas la mirada del busto de la chica para posarla en el apenas perceptible sonrojo en sus mejillas.

— J... Jay ¿Puedes ponerme dos piñas coladas con alcohol y mi limonada de siempre?

— Claro linda.

Entonces soltó su mano y bajo su mirada apoyó el costado derecho de su cuerpo sobre la barra esperando las bebidas.

Efectivamente.

Los idiotas que la rodean no tienen gota de creatividad.

Los rumores que atrajeron a Himari a comprobarlo con sus propios ojos, por lo visto, se quedaban más que cortos.

Realmente, con el poco tiempo que ha compartido con el par deseado por todos, tiene por seguro dos detalles:

Kaoru solo jugaba, no tenía intención alguna de conquistar a ninguna de las chicas con las que coqueteaba, aunque no la ha visto en acción realmente. Pero es un verdadero alivio para Himari no haber sido tachada de Kitten por Kaoru.

Con respecto a Tomoe, los chicos tendrán que recogerse. La hermosa pelirroja no tiene ojos para ellos.

— Toma preciosa. — Le entregó el dinero al barman y se despidió con un asentimiento. Vislumbró a Tomoe alcanzando con rapidez las piñas coladas por lo que ella se limitó a tomar su limonada.

— No te gusta lo dulce entonces.

La pregunta llegó antes de que se introdujeran de vuelta a la multitud, en donde les sería imposible conversar. Pero a diferencia de la comodidad lejos de los altavoces, esta vez la cercanía debía ser mayor.

Tragando con fuerza por el cuerpo de Tomoe estratégicamente tras el suyo, se inclina.

— Las bebidas difíciles de digerir me resultan más apetecibles. Por eso prefiero que mi lengua se estremezca ante la acidez del limón antes que se aburra por la cantidad de azúcar en tu bebida.

Siente los labios ahora fríos de Tomoe rozar su oído al hablar.

— Me gusta la mezcla de alcohol y azúcar, pequeña Himari.

Se estremeció por la sensación de un recipiente frío en el bajo de su espalda y fue impulsada así a la multitud.

Recorrieron el espacio hasta el otro extremo del antro y pasaron la noche entre insinuaciones.

No solo entre ellas.

— Vaya... Veo que han conocido a Himari.

Se puede decir que hayan dos bandos. Dos clases de zorras.

Están las que son como Tenya; zorras a voces.
Y las que son como Himari; zorras no proclamadas.

Y ambas, desgraciadamente, por mucho que se intente. No pueden ser amigas. Al menos no en este caso.

— ¿Por qué parece que no lo esperabas, Tenya-Chan?

La sonrisa de Himari era amplia a más no poder, estaba estratégicamente sentada entre Kaoru y Tomoe. Realmente fue la decisión de ambas con el fin de no excluirla. El detalle es que no había un presente en el antro que no envidiara dicha posición.

— Debo decir que me sorprende un poco Himari... Pero ya era hora de que lo aceptaras ¿No?

Su sonrisa tambaleó un poco y se enderezó en su puesto entre los brazos de ambas.

— ¿Qué se supone debo aceptar?

Por lo visto Tenya se sentía muy bien siendo el centro de miradas de Kaoru y Tomoe; lástima que no reparase antes el producto de estas miradas y la advertencia en ambas.

— Oh no... ¿Cómo podría ponerte en una posición tan vergonzosa diciendo algo como la verdad, Himari?

Himari sintió dos toques. Uno en cada hombro, la ligera presión que delataba la presencia de las chicas que recién esa noche conoció. Así su sonrisa se mantuvo prepotente.

— Por favor, Tenya-Chan ¿Qué podría avergonzarme?

Su mirada solo decía: Levántame de aquí si puedes.

Y así sucedió, Tenya mordió el anzuelo que planeaba atrapar.

— Tu sexualidad claro está. No lo aceptaste ante tu madre antes pero tengo la esperanza de que esta vez tus sentimientos sean bien recibidos Himari. Y sepas que... Ya te perdoné lo de la última vez, fue difícil pero... Fui educada para eso.

La quería matar.

Sabía... Joder, algo a Himari le aseguraba que sacaría esa sucia y estúpida carta.

Tras soltar la bomba Tenya simplemente se dio la vuelta y se retiró prometiendo volver.

— Le dijo a mi madre que la estaba acosando. — Himari tomó un sorbo de su limonada nueva y quitó las dudas no dichas por las chicas sentadas a cada lado suyo. — Dijo que estaba obsesionada con ella y se libró de mi presencia en la escuela un mes.

— ¿Y eso lo hizo por...?

Más que ofendida, Himari se divertía con la situación. Sabía que era su turno de revancha.

— Intentó ser más zorra que yo... No le funcionó, las venganzas son mi especialidad.

— Tienes amistades muy raras, Himari. — Expuso Kaoru con la ceja fruncida.

Y Himari solo pudo decir.

— Si muero un día de estos, solo ella y mis padres derramarán lágrimas por mí.

— Mira Tomoe, es como nosotras.

— Yo haría más que derramar lágrimas por ti.

Y con eso cerraron el tema.

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— Eres una enana agradable ¿Sabías?

Tomoe recibió por respuesta un morro enojado.

— En primer lugar, no soy enana.

— ¿Ah no? — Su sombra se cernió sobre la pequeña figura quien retrocedió como pudo hasta toparse con su puerta a sus espaldas. — No pareces algo más que eso justo ahora.

Tomoe se sintió cómoda abarcando el cuerpo de la pelirosa, el destello del mismo pero en una posición más... Comprometedora, cruzó su mente como una bonita fantasía.

— No lo soy, aunque desde tu punto de vista lo parezca; desde la altura de un enano soy una persona de baja estatura.

— Joder como hablas...

— ¿Cuánto tengo que hablar para que me calles con un beso?

Y ahí Tomoe tuvo que tragarse la lengua y quedar procesando las palabras de Himari. Aunque el proceso no fue muy doloroso la verdad, mientras una frase coherente tomaba forma en su cabeza se detuvo a observar de cerca los rasgos redondeados de la más pequeña. Recorrió con sus ojos la mandíbula apenas definida, la nariz puntiaguda pero chica, casi se sintió acariciar con la respiración misma la superficie de aspecto suave en sus mejillas. Veía de reojo el pecho subir y bajar con lentitud, tan... apetecible.

— Los besos no se piden... Los besos se roban.

— ¿Esperas a que te lo pida para robarlo?

— Mhm... Creo que esperaré a que crezcas.

Vió conteniendo la risa como los ojos verdes rodaron en las cuencas y Himari simplemente se salió de la prisión de sus brazos.

— Practica mejor tus rechazos, son ridículos

Comprendiendo que el juego de tira y afloja había sido suficiente agarró la cintura que la tentaba desde el inicio de la noche; cuando sostuvo la curvatura y sintió el calor de la piel traspasando como vapor la tela supo, ese sería un pastel del que tardaría en aburrirse. La haló y apegó sus pelvis, tomó con el permiso que no necesitaba pedir con palabras el cuello de Himari e inclinó su cabeza para atacar los mullidos labios.

El sabor ácido con tonos azucarados de la limonada explotó en su paladar; le sorprendió los tímidos movimientos en la lengua de la contraria, el pequeño músculo tanteaba en su cavidad tan inexperto como atrevido. La dejó apegarse más, le dió la libertad de abarcar su cintura con sus manos hasta sentir el baile de lenguas acabar; no lo quiso permitir, pero la sorpresa de recibir constantes mordidas a lo largo y ancho de su labio inferior la hizo abrir los ojos. Ya Himari la esperaba con los ojos abiertos, el destello hambriento y ansioso de sus ojos verdes le arrancaron a Tomoe un gruñido.

Pero la noche terminó.

Himari soltó su labio dejándolo incluso más apetecible que antes por lo rojo e hinchado en él.

— Cuando crezcas y comprendas que no está bien rechazarle un beso a la enana ni jugando... Entonces recibirás otro. Hasta la próxima Tomoe.

Y desapareció viendo la sonrisa ladeada de la pelirroja. Tal vez se encontraban mañana en el mismo sitio... ¿Tal vez?

Claro, como si la diminuta marca de un colmillito en el labio de Tomoe dejase dudas.

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Rumors by Neffex

Recomendada, como siempre.

Hastalaprócsima: Mucha gracias por el lof like always <3


Pd: Por qué Wattpad es tan cruel con los escritores???

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