A veces descubrimos cosas que desearíamos jamás haber descubierto, porque es más llevadero vivir en una fantasía en donde todo esta bien y no sabemos cosas que nos lastiman que caer al mundo real donde la verdad sobre la verdad es que duele y por eso mentimos.

Mentimos porque es mucho más fácil decirle a un niño pequeño que su mascota se fue a vivir a una granja con muchos animales y que cuando crezca va a poder ir a visitarla, a decirle que la verdad es que murió y por desgracia no va a poder verla nunca más.

Mentimos porque la vida es mucho más llevadera de esa forma, no es tan dolorosa, tan amarga, pero al fin de cuentas no es sincera, y tarde o temprano siempre somos atrapados por esa verdad que tanto intentamos evitar.

Ahí esta Seokjin, parado en la esquina de una de las calles de la gran ciudad de Seúl con un hermoso ramo de flores en la mano, ramo que a pesar de su belleza no se compara en nada a la mujer de sus sueños que se encuentra esperando justo ahora, hoy se cumple exactamente un mes desde que empezaron a verse casi todos los días, se cumplen dos semanas desde la primera vez que se besaron y una cosa llevo a la otra en el gran departamento de Seokjin.

El hombre tiene planeado cada detalle de la cita de esta noche, ya que decidió que hoy de una vez por todas iba a confesar sus sentimientos y pedirle una relación a Kim Yongsun, sabe que decir, como hacerlo, donde, a que hora, tiene planeado cada detalle para que todo salga a la perfección, solo falta que ella llegue y esta seguro de que puede pasar en cualquier instante.

Hay momento en los que algo nos llama la atención, algo que tenemos que mirar dos veces porque no somos capaces de comprender lo que estamos viendo, eso es exactamente lo que siente Seokjin en cuanto su atención es capturada por la enorme pantalla que decora el edificio en frente suyo.

Ahí esta, en una pantalla gigante en el centro de Seúl, el rostro de su mejor amigo Jeon Jungkook junto al rostro de la mujer de la que se enamoro perdidamente en tan solo un mes, Kim Yongsun, y justo debajo la palabra "Comprometidos" destaca con letras negras, siente como sin querer deja caer el hermoso ramo de flores de sus manos, siente como un calor abrumador invade su cuerpo logrando marearlo por completo, sabe que la chica va a llegar en cualquier momento y lo único que es capaz de hacer es huir, huir sin saber de que esta escapando, huir mientras se siente traicionado.

Escapa como si hacerlo significara jamás haber visto lo que vio.

Casi como una cruel broma del destino la imagen en la gran pantalla cambia por completo justo cuando Yongsun llega al lugar del encuentro y advierte ese hermoso ramo de lilys, un mal presentimiento le recorre todo el cuerpo en cuanto se agacha a recogerlo, esas son las flores que Seokjin le regala en cada uno de sus encuentros pero no hay ninguna señal del chico, y entonces la encuentra, esa pequeña tarjeta escondida entre las flores que al leerla logra que sus dudas se esfumen, ese ramo es para ella, es de parte de Seokjin pero...¿Dónde esta él?

"Por favor ámame, Sunnie —Jinnie"

Jungkook corre con todas sus fuerzas entre las personas que colman las calles del centro de Seúl, sus pasos se frenan abruptamente en cuanto localiza esa figura femenina sentada en el piso hecha un bollito con la cabeza oculta y con un ramo de lilys entre sus manos, sabe enseguida de quien se trata, por ese motivo se acerca a ella a pasos lentos hasta ponerse de cuclillas frente a ella y decir una sola palabra.

—Llegue.

Y eso es todo lo que se necesita para que la chica levante la cabeza y se lance a los brazos de su mejor amigo para poder llorar desconsolada y como le da la gana.

Desde que es pequeña Yongsun sabe que él único lugar donde puede llorar es en la ducha, donde nadie puede escucharla gracias al sonido del agua, donde nadie puede notarlo, porque a simple vista es fácil confundir lagrimas con gotas de agua, pero entonces conoció a Jungkook, a partir de ese momento supo que si era sus brazos entonces llorar estaba bien, supo que no importara que él la viera porque él es su lugar seguro en el mundo.

Sabe que si algún día esta agonizando de rodillas Jeon Jungkook sería la persona que la rescataría, es algo que tiene muy en claro desde que lo conoció, aún recuerda la conexión inmediata y extraña que tuvieron desde que sus miradas se cruzaron, aún siente nostalgia por esa sonrisa tímida que logro ganarse su corazón por completo y sin duda recuerda esas palabras que le dijo la primera vez que hablaron, palabras que no va a olvidar nunca en su vida..."Sos increíble, te esforzas por lograr llegar a ser lo que realmente queres, desearía tener la fortaleza para lograr eso algún día".

Eso fue lo que Jeon Jungkook le dijo a ella, a ella que nunca nadie le había reconocido nada en su vida, a ella que nunca nadie la había mirado a detalle, una persona a la que marginaron toda la vida y educaron solo para que sea la esposa ideal capaz de conseguir un hombre que pudiera hacerse cargo de la empresa familiar ya que, según las palabras exactas de su padre "Una mujer jamás sería capaz de lograrlo y mucho menos vos".

Tal vez al principio fue por eso que decidió permanecer junto a Jugkook, porque el chico siempre la estaba halagando y diciéndole lo increíble que era, y la mejor parte era que sus palabras eran sinceras, no eran cargadas se segundas intenciones como los demás chicos que siempre se acercaban a ella tratando de enamorarla para convertirse en los herederos de la empresa de su familia, Jungkook era diferente al resto, Jungkook era todo lo que siempre había deseado, un amigo para toda la vida, un lugar al cual finalmente podía correr siempre que que quisiera y llamarlo hogar.

En medio de la noche Seokjin maneja a más velocidad de la permitida por las calles de uno de los barrios más exclusivos de Seúl, barrio donde por algún motivo Kim Namjoon compro una casa donde tranquilamente puede vivir una familia pero solo es él.

Estaciona el auto sin darle importancia, se baja y camina hacía la casa de su amigo tratando de poner su mente en blanco, tratando de quitar ese sentimiento de traición de su cabeza pero le resulta imposible.

Se siente traicionado, con el corazón roto y sobretodo se siente un estúpido.

—Adelante.

Pronuncia Namjoon que había abierto la puerta hace instantes permitiéndole a Seokjin entrar en su casa.

Kim Seokjin solo tiene un objetivo emborracharse y por lo menos por esa noche olvidar que conoció el amor de su vida de nombre Kim Yongsun.

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En unos minutos subo el siguiente de hoy 💛