11.
Bethany'S POV.
Me encontraba leyendo el libro de terror que Justin me había regalado y estaba realmente atrapada. Era muy bueno y atrapante, me gustaba leerlo, pero me daba miedo. No era muy amante de ver películas o leer libros de terror cuando llueve, y justamente en cualquier momento se largará a llover.
Dejé el libro a un lado al ver que toda la habitación se iluminó y me estremecí. Malditos relámpagos. De repente, sonó el timbre, haciéndome saltar y caerme de la cama, por lo que estallé en carcajadas.
Dos minutos después, con dolor de panza de tanto reirme, me levanté y sobé mi nalga. Me había golpeado duro. Reí una vez más y salí de mi habitación directo a la puerta.
-¿Quién es? -Pregunté.
-El amor de tu vida. -Respondieron del otro lado y reí. Esa voz la tenía grabada en mi memoria, por lo que abrí la puerta rápidamente.
-Hola Justin. -Sonreí y lo abracé.
-Hola princesa. -Rodeó mi cintura con sus brazos.
-Creo que te tomaste muy a pecho lo de hacerme compañía si tenía miedo. -Reí y lo dejé pasar a mi casa, aún sin soltarnos.
-¿Estabas leyendo? -Besó mi mejilla. Parecíamos una pareja, y éramos amigos, amigos con derecho.
-Sí, pero me dio miedo. -Escondí mi cabeza en su cuello.
-Entonces he llegado en el mejor momento. -Rió.
-No, por tu culpa me ha caído de la cama. -Bufé.
-¿Qué? -Preguntó y soltó una carcajada.
-Sí, me ha asustado el timbre, y me he caído. Por eso tardé en abrir, estaba muriéndome de risa. -Dije riendo.
-Oh, ¿Te duele? -Preguntó.
-Me duele un poco el trasero.
-¿Necesita atención? -Preguntó y comenzó a bajar sus manos hasta llegar a mi trasero. Cuando llegó, lo estrujó en sus manos.
-Sí, necesita atención. -Le seguí el juego.
-Entonces tendremos que sanarlo. -Siguió acariciando.
-Sí, sanarlo. -Asentí y gemí. Me gustaba.
-¿Quieres que sane otra cosa? -Preguntó y le pegué en el hombro.
-Eso no necesita sanación.
-¿Y no necesita atención? -Preguntó y asentí.
-Eso sí.
-Entonces qué estamos esperando para atender eso. -Dijo y reímos.
Justin volvió a subir sus manos por mi cintura y comenzó a besarme. Coloqué mis manos en su pelo, y comencé a tirar de él. Sus besos me encantaban. Tomé su chaqueta y comencé a bajarla por sus hombros, él hizo lo mismo con mi saco de lana. Este hombre despertaba mi hambre sexual.
{...}
-¡Oh sí Justin! -Grité y arañé su espalda. -Justin. -Gemí.
Enredé más mis piernas en su cintura y él siguió penetrando en mi interior. Se sujetó más del respaldo de mi cama y aumentó su velocidad, lo hacía tan bien.
-Mierda, Beth. -Gimió y apreté mis ojos.
Sentía que un orgasmo se creaba en mi interior, y que pronto explotaría.
-Justin, estoy cerca. -Tiré mi cabeza hacia atrás y él besó mi cuello.
-Aguanta un poco más. -Pidió y me tomó de las caderas para aumentar su intencidad.
Me iba a venir en cualquier momento. La excitación era mucha y no podría aguantar mucho más. Nuestros cuerpos estaban sudados y se pegaban en cada movimiento de Justin.
Despegué mis piernas de la cadera de Justin y las abrí más, sentía que este orgasmo me desarmaría.
-¡Justin! -Grité. -!Sí, hazlo así, me encanta!
-Sé que te encanta muñeca. -Volvió a penetrarme intensamente. -Ya puedes venirte. -Mordió mi pezón, y sentí como exploté en mil pedazos.
Mi cabeza cayó sobre la almohada y me desplomé en la cama. Mi cuerpo, que era sostenido por los brazos de Justin, vibraba incontrolablemente.
Segundos después, Justin hechó la cabeza hacia atrás y gritó. Había llegado él también a la cima. Su cara de orgasmo, me provocaría otro a mí. Su cuerpo cayó sobre el mío, aplastando su pecho con mis pechos.
-Dios. -Susurré. -Me mataste. -Justin se levantó de mi pecho, y suspiró. Su cuerpo también temblaba por el intenso orgasmo que tuvimos. y lentamente salió de mi interior, haciéndonos gemir.
Dejó el condón usado sobre la mesa de noche, y se acostó a mi lado.
-¿Estás bien? -Preguntó y asentí.
-Sí, muy bien. -Me volteé para mirarlo.
-Esto ha sido alucinante. -Dijo.
-Si, lo ha sido. -Me acerqué y lo besé.
-Espero tener más noches así.
-Yo espero lo mismo. -Reí.
-Si quieres, puedes leer todas las noches, y yo puedo hacerte compañía.
-No hace falta estar leyendo. -Le guiñé un ojo.
Un trueno sonó por todo el lugar, haciéndome sobresaltar. Justin rió y me envolvió con sus brazos.
-No tienes que tener miedo. -Besó mi cabeza y se levantó de mi cama.
-¿Dónde vas?
-A colocarme mi bóxer. -Respondió. Se lo colocó y buscó su remera junto a mis bragas. Cuando las encontró, me tendió todo y me lo coloqué.
Justin se volvió a acostar a mi lado y me abrazó. Yo coloqué mi cabeza en el hueco de su pecho y aspiré su aroma.
-No creo que tenga mucho olor. Acabamos de follar y hemos transpirado. -Bromeó.
-Lo sé, mañana me ducharé.
-Nos ducharemos juntos. -Dijo y lo miré. -¿Qué? Hay que ayudar al medio ambiente y ahorrar agua, ¿No lo crees?
-¿Pero justo mañana tienes que ahorrar agua? -Pregunté.
-Sí, todas las veces que esté contigo. -Rió y negué con la cabeza. -Creo que tenemos que dormir. -Dijo.
-¿Qué hora es? -Pregunté y miré el reloj en la pared. -Son las once de la noche, no es tan tarde.
-No importa, pero sólo quiero dormir contigo, así abrazados y con el ruido de la lluvia de fondo. -Rió y me besó.
Creo que me he derretido con sus palabras. Me terminará volviendo loca si dice cosas como esas.
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