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03.

Bethany's POV.

Hoy me desperté con mucho mal humor, y se la razón de eso. Casi no pude dormir, estuve toda la noche pensando en lo que pasó hace unas horas.

Me levanté de la cama y me coloqué mi bata de seda que tenía aquí en la casa de Blake, que estaba tirada en el piso.

Blake ya no estaba acostado en la cama. Seguramente él seguiría enojado por lo que pasó.

No sé la maldita razón por la que dije el nombre de Justin. Oh, sí que la sé. No había parado de pensar en él.

Desde que se apareció en mi casa, no he podido dejar de pensar en él. Fue demasiado raro que fuera a mi casa.

No fue buena idea que lo dejara llevarme a mi casa ese día de tanta lluvia. Ahora él sabía mi dirección, y eso no era bueno si seguía haciendo lo que hizo ayer.

Suspiré, cansada de tanto atormentarme, y me coloqué mis pantuflas. Después pensaría en el tema de Justin. Ahora solo quiero arreglar las cosas con Blake.

Salí de la habitación y bajé las grandes escaleras.

Llegué a la cocina y allí estaba Blake desayunando.

-Hola mi amor. -Lo saludé con la mirada gacha.

-Hola. -Respondió secamente.

-¿Cómo amaneciste? -Pregunté, intentando tener una conversación.

-Bien. ¿Tú?

-Bien, gracias. -Quise besar su mejilla, pero el corrió la cara.

-No quiero besos tuyos. -Suspiré. Se estaba comportando como un idiota.

-¿Me perdonas? -Pregunté abrazándolo por la espalda. -Por favor, no lo dije con intención. -Besé su espalda lentamente.

-No. Sigo enfadado. -Dijo y se soltó de mi agarre, dejando mi boca en el aire.

Él no se estaba dando cuenta, pero me estaba lastimando con su comportamiento.

-No quise decir eso.

-Pero lo dijiste. Ahora ve a vestirte, te llevaré a tu casa. -Respondió y se levantó de su asiento para luego salir de la cocina.

Mis ojos se aguaron, y unas lágrimas amenazaron con salir, pero no dejaría que salgan. No le daré el gusto de que me haga llorar.

Salí de la cocina y subí a su habitación. Se escuchaba desde el baño el ruido del agua, se estaba bañanado Blake. Si estaríamos bien, estaría allí dentro junto a él, pero gracias a mi maldita boca, estamos distanciados. Me vestí con lo que tenía puesto ayer y volví a la sala. No me llevaría lo que me regaló, sería muy descarado de mi parte.

Tomé mi bolso y me dirigí a la salida. Blake aún se estaba bañando y no esperaría para que me lleve, me iría sola. No me moriría por tomarme un bus.

Tomé un papel que había en el mueble cerca de la puerta y tomé una lapicera para escribirle algo a Blake.

"Espero que me perdones pronto. Me voy sola a mi casa, no me moriré por tomar un bus. No

quiero que me lleves a mi casa, se sentiría la tensión, y no lo soportaría.

Hasta luego, te amo.

PD: Cuando me perdones, llámame.

                            Beth"

Dejé la nota en un lugar visible y salí de la casa. Nunca había dicho tal estupides, y menos cuando estábamos teniendo relaciones. Seguro que Blake se sintió como si no fuera bueno, o sintió que lo engañé con Justin.

{...}

Ya en mi casa, me puse ropa cómoda, y me dispuse a planchar la ropa, odiaba que esté ahí toda arrugada. Me gustaba más dentro del closet, ordenada.

Mi teléfono sonó, así que me dirigí a él y lo tomé. En la pantalla se marcaba el nombre de Blake, atendí y llevé el teléfono a mi oreja.

-Hola. -Dije secamente, como él me habló hace dos horas.

-Te había dicho que yo te llevaría a tu casa. -Respondió directamente.

-Yo estoy muy bien. ¿Tú?

-Bethany, no estoy para bromas.

-Yo tampoco.

-Beth. -Suspiró. -Yo iba a llevarte a tu casa.

-Te he dejado anotada en un papel la razón por la quería venirme sola a mi casa. -Dije y dejé de planchar la ropa.

-Ábreme la puerta, quiero hablar contigo.

-¿Estás aquí? -Pregunté sorprendida.

-Sí, sino no te estaría pidiendo que me abras la puerta.

Sonreí y corté la llamada. Me dirigí a la puerta y fingí seriedad. Abrí la puerta y allí estaba Blake, vestido como para ir a una fiesta, con el oso de peluche que me regaló ayer, en sus brazos.

-Hola. -Saludé.

-Hola Beth. -Entró a mi casa y dejó el oso a un lado, en el suelo. Me tomó de la cintura, se acercó a mí, y me besó.

Como soy una maldita débil ante sus besos, lo tomé por el cuello y profundicé el beso.

Unos segundos después nos separamos por la falta de aire.

-¿Qué necesitas hablar? -Pregunté con la respiración agitada.

-Primero, te olvidaste tu regalo en mi casa.

-No me lo he olvidado, no quería llevármelo, quedaría como una descarada.

-No digas estupideces, es tuyo, y podías llevártelo.

-Bien, ya está aquí. -Sonreí y lo solté. -Córrete de la puerta, la cerraré.

Tomó el peluche del suelo y entró más a la casa. Se sentó en el sofá y cerré la puerta. 

Caminé hacia donde estaba la plancha y la desenchufé.

Me dirigí al sofá y me senté al lado de Blake.

-Ahora dime todo lo que tengas que decir. -Dije.

-O mejor dicho, preguntar.

-Bueno, entonces pregúntame lo que quieras.

-Bien. -Suspiró. -¿Me has engañado con ese tal Justin?

-Sabía que pensarías eso. -Gruñí. -No, no te he engañado con él Blake, solo dije su nombre, porque estaba pensando en él, porque me pareció muy raro que haya venido a mi casa. Nada más.

-Pero dijiste su nombre mientras estábamos haciendo el amor. ¿Qué pensarías si yo digo el nombre de mi ex mientras estamos teniendo relaciones? -Preguntó y me quedé callada, sin saber que responder. -¿No pensarías cualquier cosa?

-Sí, pensaría otra cosa. -Respondí.

-Ahora ves como me sentí yo.

-Confórmate con que no te he engañado. Si no me quieres creer, no lo hagas, es tu problema. -Dije irritada y me levanté del sofá.

-Beth, por dios, no te enojes. Tengo razones para dudar. -Dijo persiguiéndome.

-¡No, solo tienes una razón!

-No quiero seguir discutiendo por esto. -Se pasó una mano por el cabello.

-Tú empezaste.

-¿Yo he gemido el nombre de ese tal Justin? -Dijo irónico y yo resoplé. -No puedes decir nada.

-Cállate, si vas a seguir molestando, mejor vete de mi casa.

-No quiero irme.

-Bien, quédate aquí. -Dije enojada y comencé a caminar hacia el patio, pero Blake me tomó del brazo y se pegó a mí, mi espalda quedando apretada contra su pecho. -¿Qué quieres?

-Salgamos.

-¿Para qué?

-Para romper la tensión que hay. Perdón por decirte que me engañaste, sé que no es así, pero me supera pensar que hay otro mejor que yo.

-No hay nadie mejor que tú. A Justin lo conocí hace unos días. Ese día que llovía demasiado, él casi me atropella.

-¿¡Casi te atropella!? -Gritó.

-Sí, pero frenó justo. Fue mi culpa, yo no vi cuendo cruzaba.

-Tendrías que denunciarlo.

-No Blake.

-No terminaste de contarme. ¿Cómo sabe tu dirección si sólo lo viste ese día?

-Porque me trajo hasta aquí, en modo de disculpas.

-Beth, ahora un extraño sabe donde vives.

-Tampoco me secuestrará.

-¿Tú qué sabes?

-No te responderé, seguiremos peleando.

-Si, tienes razón. Ahora me quedaré contigo, hasta que ese tipo deje de aparecer. -Dijo y reí.

-Estás loco, pero me gusta esa idea. -Acaricié los pelitos de su brazo.

¡Que débil que eres Bethany, eres una imbécil!

-A mi también me gusta la idea. -Besó mi cabello.

-¿A dónde quieres salir? -Pregunté.

-A un club nocturno.

-Bien. Aún es temprano.

-Sí, iremos más tarde. -Besó mi mejillas. -¿Qué haremos por ahora?

-No sé, decide tú. -Respondí.

-Ya sé lo que podemos hacer. -Dijo y lo miré. -Podemos terminar lo de anoche. -Subió las cejas pervertidamente y reí.

Blake nunca cambiaría.

{...}

-¿Ese short no es muy corto? -Me preguntó Blake cuando salí del baño.

-No, no es muy corto. -Miré mi short negro, junto con mis ligas negras y zapatos de plataforma rojos.

-Sí, es corto. Y tu top también, se te ven los pechos.

-Lo sé, esa es la idea. -Bromeé.

-No saldrás con eso.

-Sí, saldré con esto. Arriba va a una remera transparente.

-Me estoy arrepintiendo de salir.

-No pasará nada, estarás conmigo toda la noche. -Lo besé y me dirigí a mi habitación.

Terminé de prepararme después de diez minutos, y salí.

-Ya estoy lista. ¿Vamos? -Pregunté.

-Sí, vamos. -Se levantó del sofá y me tomó de la mano.

Salimos de mi casa y nos montamos en su auto.

Creo que sería una noche divertida.

{...}

-Este club es bueno. -Dijo Blake cuando estacionamos frente al club.

En Seattle no había muchos clubs nocturnos, pero dicen que este es bueno, y conocido.

-Bueno, entonces bajemos. -Dije y bajamos del auto.

Delante nuestro estaba estacionando un auto como el de Justin. Maldición, espero que no sea él.

Tomé la mano de Blake, y luego de que vieran nuestras identificaciones, nos dejaron pasar.

Adentro, la gente bailaba y tomaba como si el mundo se acabara en minutos. La música estaba demasiado fuerte, y todos se chocaban con todos.

Hacía mucho tiempo que no venía a un lugar como estos. 

-Vamos por unos tragos. -Me dijo Blake en mi oído y comenzamos a caminar hacia la barra.

Llegamos a la barra, y nos sentamos en los taburetes de allí.

-¿Qué quieres tomar mi vida? -Me preguntó.

-Un Cosmopolitan. -Le sonreí.

Blake se dio vuelta y comenzó a pedir los tragos.

Unos minutos después, me entregó mi trago, y comencé a beber.

-¿Quieres ir a bailar? -Me preguntó acariciando mi pierna.

-Sí, vamos. -Sonreí y nos dirigimos a la pista.

Blake se puso a mis espaldas y comenzó a rozar mi trasero. Apoyé mi cabeza en su hombro y seguí su paso.

-¿Te gusta bailar así? -Me preguntó besando mi cuello y yo estiré mi mano hasta su cuello.

-Sí. -Susurré y seguimos bailando.

-Cuando lleguemos a tu casa, volveremos a hacer el amor. 

-No, iremos a dormir. -Reí y seguimos bailando.

El calor aumentaba cada vez más, me estaba sofocando. Y el alcohol en mi cuerpo no ayudaba mucho. Ya me había tomado cincos Cosmopolitan, y dos Vodkas.

Estoy mareada, y no sé donde mierda se metió Blake. Me dijo que iba al baño, pero creo que tardó demasiado.

Comencé a caminar entre la gente, que me pisaba y aplastaba, y vi a un chico en la barra, creo que era Blake.

Me acerqué sonriendo a él y lo abracé por la espalda. Él dejó el trago que tenía en la mano, sobre la barra, y volteó su taburete, haciendo que quedemos frente a frente.

-Hola mi amor. -Dije torpemente y lo tomé de la cara. -Me dijiste que ibas al baño. -Me apoyé con una mano sobre su hombro. Estaba perdiendo el equilibrio.

-No soy... -Iba a decir él, pero lo interrumpí.

-Shhh, no te preocupes, te perdono. -Sonreí y lo besé.

Lo tomé del cuello y lo acerqué más a mí. Mi lengua entró en su boca, acariciando su lengua. El gusto al alcohol se mezclaba, y lo hacia más excitante.

En un momento, siento que me tiran del brazo haciendo que me separe de Blake.

-¿¡Qué mierda haces!? -Grité. Y cuando lo miré, me quedé muda. ¡Era Blake!

Entonces... ¿A quién estaba besando?

Giré la cabeza con temor, y cuando logré ver quien era, quise que la tierra me tragara, y los escombros me aplastaran.

¡Había besado a Justin, él estaba aquí, y lo peor de todo, me lo confundí con Blake!

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