Capítulo 11: Brigitte la sabia
Cuando Darién abrió los ojos, se encontró en su vieja habitación y saltó de la cama de un sobresalto.
Ellery estaba allí, leyendo un libro y cuando el joven se levantó, el hombre alzó los ojos para mirarlo.
Darién lo contempló con frialdad y sin decir ni una palabra se encaminó a la puerta.
—¿Te vas? —preguntó Ellery sin dejar su lugar.
—No intentes detenerme —respondió Darién—, no tengo motivos para quedarme y ahora qué repuse mis energías... —Darién lo miró por sobre el hombro—. No te recomiendo tratar de oponerte.
Ellery se levantó de la silla y Darién se puso a la defensiva de inmediato. No quería herirlo, pero sabía que haría lo que fuera necesario para obtener su libertad.
—¿Y qué se supone que harás allá afuera? —Ellery lo miró con severidad—. Te fuiste hace siete años y mira como te vengo a encontrar... Estás más delgado, desnutrido, sucio y a simple vista, pareces un vagabundo. Puedo saber con sólo verte que no la tuviste nada fácil allá afuera, ¿acaso piensas regresar a eso?
—Si con eso puedo sanar a mi madre...
—Tu madre es una estatua ahora. —Ellery rompió la distancia entre ellos y se colocó frente a Darién, confrontándolo—. Dime, Darién, ¿qué te hace pensar que encontrarás las respuestas que nuestra organización con todos sus recursos no ha podido hallar?
Darién frunció el ceño frente a lo dicho y Ellery notó de inmediato que lo estaba haciendo dudar.
—Yo soy diferente... —El chico trató de mantenerse firme.
—Claro que eres diferente. —Ellery asintió—. Por eso es que para la OCI tú eres tan importante, eres nuestra única esperanza y la posible solución a nuestros problemas. Tu luz Darién. —Ellery puso el libro que estaba leyendo sobre el pecho del muchacho y lo miró fijamente a los ojos—. Por eso es que debes quedarte, tú tienes la luz y nosotros los recursos. Déjanos cuidar de ti y a cambio encontraremos la cura para tu madre.
Darién tomó el libro, viendo que era el libro de Anastasia y lo sostuvo con cuidado. Por su parte, Ellery pensó que eso bastaría, pero para su sorpresa, Darién retrocedió rechazando la oferta y volvió a mirarlo con frialdad.
—Mi confianza en ustedes se agotó —respondió Darién, volviendo hacia la puerta de la habitación.
—Entonces romperemos la estatua. —Le advirtió Ellery por detrás, haciéndolo frenar en seco—. La hemos escondido en un lugar donde tú nunca volverás a encontrarla y sí te vas... Si desertas, Darién, romperemos la estatua.
—¡No es una estatua! —Darién se dio la vuelta con brusquedad y ésta vez, fue Ellery quien retrocedió cuando percibió el resplandor plateado de su cabello—. Es una persona y sabes que lo es, por eso la usas para chantajearme...
—Sea como sea, la crisis amerita métodos desesperados, Darién.
—No podrán retenerme para siempre. Algún día la encontraré y cuando ese día llegue... OCI lamentará habernos encarcelado.
La luz de Darién se extinguió, mientras desviaba la mirada a un punto muerto de la habitación y Ellery dejó salir todo el aire contenido.
—No será necesario y cuando nuestra investigación dé resultados, estarás agradecido. Salvarás al mundo, Darién. —Ellery pasó junto al chico y se aproximó a la salida—. De todas formas, ya no hay nadie esperándote afuera.
Ellery se fue, dejando a Darién inmerso en una profunda tristeza. Ahí, sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas próximas y por un momento, lo invadió el profundo anhelo de dejarlas salir para que su dolor se volviera de piedra. Convertirse en piedra; pero lo contuvo, sin saber muy bien el porqué.
Sentada sobre la cama, Anastasia contempló los vendajes en torno a sus muñecas y meditó con amargura sobre el desenlace. No sabía qué había sido de Darién o de Desuellamentes, sólo sabía que en ese momento, se encontraba encerrada dentro de una horrible prisión de hierro.
—Es difícil de asimilar. —Brigitte tomó asiento junto a la sílfide y observó a las otras hadas que revoloteaban por el lugar, buscando cómo matar el tiempo—. Escapamos de nuestra dimensión con intención de mejorar nuestras vidas, pero terminamos en una jaula impenetrable.
—¿Hace cuánto que están aquí? —preguntó Anastasia.
Brigitte le señaló un montón de basura en un rincón y desde ahí, Anastasia pudo notar que se trataban de envolturas de jabón.
—Según la cuenta, unos cinco años...
«Que desafortunado —pensó Anastasia».
—Nos traen de comer una vez al día, junto con un jabón para bañarnos y la hora del baño se habilita una vez a la semana. —Brigitte señaló el área del baño, atravesando las camas, las cuales estaban ensambladas al piso—. Cuando el jabón llega junto con la comida, sabemos que toca el baño y el chorro de agua sale por sí solo. Debemos aprovecharlo todas juntas porque nosotras no lo controlamos. Así, la envoltura de jabón se suma a la cuenta de nuestros días aquí. Cada envoltura vale por siete días.
—¿No han intentado escapar cuando les traen la comida? —preguntó Anastasia, tratando de visualizar sus opciones.
—Del otro lado de la puerta hay otra habitación de hierro —explicó el hada—, y siempre hay soldados que la custodian. Aunque lográramos salir de esta habitación, no saldríamos de la otra porque la cierran antes de entrar aquí. Nos dispararían sí saliéramos.
Anastasia comprendió el riesgo y entendió que no lograría escapar siendo más grande que las hadas.
«Los de la OCI están muy bien entrenados y morir no es una opción viable en estos momentos».
Después de pasar algunas horas sentada en su cama, reponiendo energías y reflexionando sobre la situación, algunos soldados de la OCI ingresaron al lugar. Les ordenaron ir cerca de la pared, mientras las amenazaban con sus armas de fuego. Las hadas y Anastasia obedecieron, sin llegar a tocar la pared por obvias razones.
Uno de los soldados tiró del cabello de Anastasia y ella emitió un grito cuando lo sintió. Trató de embestirlo, pero los otros se unieron al forcejeó y lo ayudaron a sujetarla. Anastasia se asustó cuando se vio inmovilizada y sudó frío cuando vio que sacaban unas tijeras. Pensó que la torturarían, pero sólo le cortaron el cabello.
Cuando terminaron con la labor, la arrojaron al suelo y Anastasia gimió de dolor, porque su cuerpo todavía no se recuperaba del todo. Los vio salir de la habitación con suma precaución y se llevaron con ellos los vestigios de su cabello dorado.
—Analizan nuestro ADN —explicó Brigitte, yendo hacia ella junto con las otras hadas—, le hacen eso a todas una vez al mes, es sólo para prevenir si nos corrompemos.
Anastasia regresó a la cama con dificultad y se limitó a recuperarse.
Fue así como su estadía en la prisión comenzó y tal como Brigitte le había explicado, no resultaba viable escapar por la puerta principal. Analizó el baño a detalle, pero tampoco encontró una forma posible para huir.
Pasó los primeros días allí, planeando alguna forma de escapar, pero tan pronto se le ocurría algo nuevo, se quedaba sin opciones de inmediato. Finalmente, cuando su cuerpo se recuperó, comenzó a ejercitarse con intención de reponer fuerzas y prepararse para el día en que se presentara una oportunidad. Curiosamente, mientras Anastasia se ejercitaba, Brigitte hacía yoga o meditaba.
—¿Qué hace? —se acercó a preguntarle a las otras hadas en una ocasión.
—Fortalece su mente y su alma —explicó una de las hadas, pero como Anastasia no entendió a lo que se referían, ella siguió entrenando cómo sabía.
No tardó en entender que para las hadas, Brigitte era alguna especie de líder por ser la más sabia y la más inteligente, sin embargo, Anastasia pensaba que eso no serviría de nada sí querían alcanzar su libertad.
Así que, ahí estaba ella, haciendo abdominales con desenfreno cuando Brigitte se acercó a hablarle.
—Princesa Fayrel. —Brigitte se sentó sobre el suelo junto a Anastasia en posición de yoga— ¿Por qué se esfuerza tanto?
—Porque quiero salir de aquí, ¿no es obvio? —respondió Anastasia con la voz contrariada por el esfuerzo.
—¿Por qué te urge tanto salir?
—¿Cómo me preguntas eso? —Anastasia dejó de lado las abdominales y miró a Brigitte con extrañeza— ¿Ustedes no quieren salir?
El hada se encogió de hombros.
—Estamos mucho mejor aquí que en nuestro mundo, eso es seguro.
—Bueno, pues yo no, hay gente que quiero volver a ver allá afuera.
—Eso es otra cosa. —Brigitte sonrió—. Tienes una motivación.
—Todas deberían tenerla —replicó Anastasia—, deberían aspirar a cosas mejores y les aseguro que hay mejores opciones que permanecer en esta espantosa prisión o morir en manos de un poseído dentro de nuestra dimensión...
—Seguro que sí —respondió Brigitte—, pero si tanto deseas salir, me temo que estás recurriendo a los métodos equivocados.
—¿Acaso hay un buen método?
—Eres una sílfide, claro que los hay.
—No para mí. —Anastasia negó con la cabeza y bajó la mirada avergonzada—. De hecho, fui prácticamente exiliada porque desafié mi naturaleza... No soy una sílfide.
—¿Qué no eres una sílfide?, ¿cómo va a ser eso posible? —Brigitte mostró incredulidad.
—He tomado vidas —explicó Anastasia con tristeza—, de personas poseídas, pero vidas al fin y al cabo. Sé que para la comunidad eso me convierte en una aberración de la naturaleza... —Anastasia evitó mirarla, pensando que se decepcionaría y dejaría de llamarla "princesa", pues sin darse cuenta, había extrañado ser llamada de esa forma.
—Eres la hija de Fegim Fayrel, no me extraña que seas una guerrera implacable. —Brigitte la sorprendió con su respuesta y luego la vio sonreír—. Seguro te hicieron creer que al romper las reglas te convertirías en un ser antinatural, pero creo que al ser la hija de un silfo guerrero y una matriarca... Es natural que tú seas tan fuerte.
—No entiendo. —Anastasia frunció el ceño con frustración—. Yo maté... Siendo una sílfide...
—Cariño, eso no tiene nada que ver con tu naturaleza.
—Entonces qué... —Anastasia sonó desesperada, pero se calmó cuando Brigitte puso su mano sobre su pierna.
—Puedo ayudarte a responder esa incógnita, pero para eso, tendrás que enfrentarte a tus tormentos internos que te impiden reconectar con tu verdadero ser.
Ese fue el día en que, Brigitte la sabia, tomó a Anastasia Fayrel como su discípula y sin saberlo, sus conocimientos cambiarían la vida de la sílfide junto con el destino del universo
Holiwis con besitos cariñositos 😚😚😚😚
Aquí les he traído un capítulo más ligero, pero que, sirve de introducción para el siguiente arco que se viene 🤭 Espero que haya sido de su agrado y si algo no les gustó, por favor háganmelo saber, con eso me ayudan a mejorar 😊
Les doy las gracias por todo su apoyo, ya que, con él, hacen posible esta historia 🙌🏻😍💕
✨ ¡Sigan comentando y nos estaremos leyendo muy pronto! ✨
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