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Reunion de media noche

Un largo suspiro salió de su boca, la mente de la mantis estaba en medio de una guerra entre su orgullo y sus sentimientos, un anhelo del pasado quería terminar con aquello, mientras su necedad y su rencor le impulsaban a negar de el.

Cualquiera que fuera su deseo, quizá esté estaría interferido por el propio deseo de Jade, si él no cambiaba o no estaba dispuesto a ello, lo más probable es que finalmente terminaría de enterrar ese pequeño deseo dentro suyo, como fuera quería cerrar ese capítulo vergonzoso de su vida, y lo haría fuera de una forma o otra.

Recordaba aquella expresión del líder cuando le dijo que podían verse para hablar tranquilamente, le pareció tierno esa expresividad de confusión y desconcierto en su cara, quizás esa era la misma emoción que Salvia sentía cuando le hacía eso a cualquier mantis con orgullo, había quedado con Jade esa misma noche detrás de su casa cuando todos estuvieran dormidos, le parecía sospechoso cuanto menos pero siendo ella no le llegaba a preocupar demasiado, era sumamente capaz de volver a derribarlo si se daba el caso.

Pero en la mañana pasó que él y Quirrel tuvieron una ligera discusión y ella tuvo que intervenir en favor de Quirrel, le dijo un par de cosas y no sabía si sus palabras habrían herido el orgullo de Jade lo suficiente para que este decidiera finalmente no acudir al lugar convenido.

Dalia tarareaba una canción que una vez escuchó cantar la madre de Amber, mientras impaciente movía sus pies, sus párpados decaían y tanto por aburrimiento como por la propia canción que tarareaba le iba entrando el sueño, puede que Jade nunca apareciera.

De pronto un toque en su hombro la despertó del sueño, su primer instinto fue atacar aunque fuese un toque bastante suave, sus instintos primarios todavía eran más rápidos que ella en reacción por lo que solo lanzó el ataque directo a la cara de quien tuviera en frente, pero una mano ágil, la misma que la despertó, la hizo a un lado con un simple moviendo.

Frente a ella estaba Jade, con una sonrisa bulona en su cara, que vergüenza —Vaya, pero mira quien aparece, que no sabes que a una dama no se le hace esperar— No podía evitarlo.

—Los asuntos de los Lords son muy extensos y hoy en particular había mucho que revisar, siento hacerte esperar pero Salvia insistió en terminar todo hoy—

—Mhh...Por un minuto pensé que no vendrías por lo qué pasó entre tú y Quirrel— Dalia se fijó que cuando mencionó el nombre de su amigo Jade de inmediato frunció ligeramente el ceño, parece que no se acordaba de ello hasta que se lo recordó.

—Tonterías, por que iba a faltar por un pequeño y patético insecto como una cochinilla— Jade noto como otra vez Dalia lo juzgaba con la mirada, de notaba que no iba a poder quejarse de él cochinilla enfrente de ella, le molestaba demasiado que ella se pusiera de su lado. —De cualquier manera viene aquí como quedamos.

Aquella mirada acusatoria de Dalia de inmediato desapareció al ver el artilugio que Jade tenía en su muñeca, claro la excusa para reunirse era que él le enseñaría cómo funcionaba la ballesta, Jade sacó entonces otra de estas para entregársela a Dalia.

La emoción de poder tener la ballesta en sus manos le hizo olvidar su cansancio o cualquier cosa que tuviera en mente. La razón por la cual estaban haciendo esto tarde además de su horario e impaciencia fue por que a diferencia de Dalia, Jade era más vulnerable a los bulos que se contaban sobre el, y siendo alguien que no manejaba bien la vergüenza era mejor evitar que se divulgaran rumores.

Jade empezó a darle unas pequeñas clases de como trabajaba el mecanismo de la ballesta, estaba oscuro pero colgado de un gancho había una pequeña lámpara que les daba suficiente luz como para ver bien lo que hacían. Fue una conversación bastante amena, la más calmada y pacífica que habían tenido, no hubo gritos tampoco regaños, ni siquiera miradas amenazantes, solo dos insectos hablando.

Al terminar sus clases Jade se levantó de la cómoda banca en la que hasta ahora había estado sentado, hizo crujir sus músculos entumidos, su mirada entonces se centró en los ojos de Dalia, ambos se conectaron la mirada por un largo tiempo sin decirse nada, Jade estaba contento, Dalia ahora lo miraba con mucha más suavidad, en esos ojos oscuros en lo que se reflejaba su silueta y la noche, donde antes había fuego quemando constantemente, ahora solo había un mar de calma, pero había llegado a un punto muerto para el, nunca se imaginó llegar hasta donde estaba por lo que pensaba en largarse, quizá ahora la mantis si sería capaz de pedirle aquello que él creía que se había estado guardando desde hace mucho por miedo o vergüenza.

El Lord se estaba dando la vuelta pero Dalia no se sentía satisfecha todavía sentía que le faltaba aclarar las cosas, su intención era tomar su mano para que se diera vuelta pero en su ejecución las cosas se torcieron de manera que Jade se dio la vuelta pero sus pies trastabillaron cayendo sobre la mantis, sus reflejos le ayudaron y alcanzó a sostenerse de la pared, pero eso involuntariamente hizo que ahora Dalia quedara con la espalda pegada a su casa y con Jade atrapándola entre sus dos fuertes brazos.

Como siempre el cerebro de la mantis tardó un rato en procesar lo que pasaba, si esto le hubiera ocurrido a una Dalia más joven sería el momento idóneo donde su cara se enrojecería y pensamientos para nada inocentes empezarían a circular por su mente.

Por desgracia eso mismo estaba pasando en ese momento, además de Quirrel nunca ningún macho la había aprisionado de esa forma, lo de Quirrel le dio vergüenza pero a quien tenía ahora era a Jade, era normal que sus instintos la llevaran a buscar machos fuertes y ahora que tenía a ese tipo de macho encima su mente solo era capaz de imaginarse a ella siendo sometida, y por desgracia algo dentro, muy dentro de ella anhelaba y deseaba que eso pasara, pero el resto de su mente se negaba, tenía que detenerse, tenía que atacar ese deseo, lo malo es que con "atacar ese deseo" significaba directamente atacar a Jade.

—¡Ahh! ¡Pero a qué vino eso!— A Jade le llovió un tremendo golpe en la cabeza por parte de Dalia.

—¡Eso es lo que te ganas por aventajado!

—¿Yo aventajado?.— Pregunto con indignación. —No hagas como si no lo hubieras querido, admítelo, lo has estado deseando desde antes de perder tus alas

Un hormigueo le recorrió la espalda tras de oír las palabras de Jade, su cara de inmediato palideció.

—No creías que no notaría que alguien me seguía a todos los lados que iba ¿verdad?

—¡Lo sabias y por qué me ignorabas!

—No lo hacía, tú eras la que se escondía tras las esquinas, y cuando trataba de averiguar qué rayos hacías siempre huías— Dalia tenía la cabeza agachada sostenida por sus manos tratando de contener la vergüenza, cuando Jade empezó a acercarse de nuevo a ella.

—No crees que ya es suficiente? Has estado esquivando aquello que quieres y antes no hiciste un esfuerzo por hacer que me fijara en ti y cuando lo hiciste me repudiaste, me molesta que seas tan irritante y a la vez tan cobarde para pedir que me haga con la paternidad de tus huevos. Así que te seré claro, aceptaré gustoso si me lo pides.

Dalia levantó la mirada para observar a Jade quien de un momento a otro se había vuelto a poner frente a ella, lo tenía mirándolo con esos ojos fríos tan característicos suyos, sin saber muy bien como reaccionar nuevamente fue puesta contra la pared, pero ahora estaba inclusive más cerca de él.

—¿D-Desde cuando es que te intereso?— Pregunto Dalia muy inocente tratando de esquivar la mirada tan pesada que Jade tenía sobre ella.

—¿Tengo qué decirlo? Fue cuando entraste hecha una bestia a retarme, hasta ese momento eras una mantis sin carácter y que se escondía (no eras mi tipo)— Jade apartó la mirada de Dalia pues lo que iba a soltar era algo que en la vida se imaginó diciendo— pero no pude evitar no fijarme en ti tras ese combate, esa mirada envuelta en fuego y pasión y esa figura tan atractiva tuya, cada vez que tratabas de atravesar mi caparazón podía sentir que atravesabas algo más dentro mío, quiero que seas mía Dalia.

—Entonces ¿Querida que dices?

La sensación fue parecida a aquella en la que Salvia convirtió a Dalia en un florero, las emociones dispares que su mente tenía que manejar eran muy complejas, cosa más atribuida a su especie que a ella, Dalia no había nacido en las tradicionales tribus de mantis pero su educación fue parecida, si para Dalia manejar cosas como el amor eran tema complejo para una mantis fuera de esta tribu era un equivalente a cometer una herejía y una total muestra de debilidad, aún así ni ellas se salvaban a veces de sufrir anhelos y sentimientos hacia alguien.

Fue difícil pero por fin pudo conectar la mirada con Jade, sus ojos eran fríos pero entre tanto hielo podía notar un toque suave que terminaba por notarse con la ligera sonrisa en su rostro, aunque esto no era lo que esperaba, pensando fríamente las cosas, era lo que estaba esperando, "arreglar las cosas", cerró los ojos, tomó una gran bocanada de aire para finalmente soltarla y volver a encarar a Jade.

—Te mentiría, si no te digiera que me llegaste a interesar de esa manera, y todavía hay algo....— Dalia no estaba más nerviosa ahora podía pensar con claridad, esquivar a su captor no le supuso problema —Cuando fui a retarte, estaba celosa de que no te fijaras en mi, y entiendo que fue mi culpa por pensar que las cosas pasarían mágicamente, esta iracunda y solo quería golpearte y golpearte hasta que no quedara nada de ti.

Dicha afirmación hizo que Jade parpadeara de desconcierto —Irónico que eso fuera lo que hizo que te fijaras en mi, pero tengo que negarme, además no tengo ganas de tener más crías, ya es suficiente con tener a Rae y a Albóndiga en casa.

Jade la vio con escepticismo, para él podía ser que simplemente esta siguiera con su miedo o quizá....—No será que estás interesada en la cochinilla esa?— Soltó aunque el proceso le dolía en el orgullo y deseaba estarse equivocando.

—Por favor Jade, Quirrel es un buen amigo y todo pero no es mi tipo, es demasiado bueno para mi— Dalia sonrió y volvió a acercarse a Jade —Odio ahora mismo odiarte, pero tampoco voy a aceptarte, solo hagamos las pases.

Jade vio la garra de Dalia extenderse hacia él a modo de apretón, estaba decepcionado, pero esto no era un "no" rotundo, en realidad era una nueva oportunidad para acercarse.

—¿Entonces no me darás el gusto?

—No.

Bufo resignado —Que se le va a hacer— correspondió al apretón.

Tras lo cual Dalia sonrió aliviada, por fin podía dar fin a este capítulo tan vergonzoso de su vida.

Jade se dirigía a la salida pero se detuvo para ver nuevamente a Dalia, no estaba satisfecho del todo, agarró una lanza y la clavó en el suelo.

—Antes, Dalia permíteme tener otro duelo contigo.

—Que no está prohibido que un lord rete a una súbdita a duelo?— Arqueo la ceja.

—No te lo pido como Lord, te lo pido simplemente como Jade—

No podía negarse, en ambos latía ese espíritu de pelea, era algo que pocas veces tenían oportunidad de hacer, sin más ambos tomaron lanzas y empezaron un frenético combate "amistoso", que de amistoso un combate entre mantis tenía poco, era más bien una lucha a muerte que se llevaba con buenas intenciones, realmente por un descuido podía lastimarse severamente y si se emocionaban demasiado esta pelea podía ser tan brutal como la que tuvo Jade con Tiberius.

Aunque para ellos esto no era una batalla tan brutal, se esforzaban por derrotar al otro mientras se sonreían mutuamente, dando estocadas y tratando de romper la defensa del otro, para quien más resultaba entrañable la batalla era para Jade, ver a Dalia con esos movimientos ágiles pero elegantes, ataques rudos pero calculados, le invadía la nostalgia, recordaba como ocurrieron las cosas. Una mantis entrando a la sala de tronos cargando en su espalda una cantidad ingente de armas, exigiendo combatir contra el, su impresión era que ella no iba a durar mucho pero grata fue su sorpresa cuando la mantis le empezó a ganar terreno con sus técnicas pulidas en todas las armas que usaba.

Uso aguijones, lanzas, masas e incluso látigos, logró herirlo pero él seguía en pie, quien diría que al final sería vencido con la única arma que ella no poseía, las suyas, había logrado tumbar a Dalia, pero esta fingió su derrota para arrojar tierra directa a sus ojos, podría considerarse sucio pero para ellos uno tenía que aprovechar todos los métodos a su alcance, de forma rápida y hábil uso las propias cadenas que sostenían sus hachas para hacer que cayera al suelo amarrándolo para finalmente acabar el combate ahorcando al líder con sus propias cadenas.

En contraste con el pasado, Dalia podía sentir que se había oxidado, su técnica seguía siendo impecable, y casi parecía que esquivaba los envistes fugaces de Jade por naturaleza, una coreografía de batalla bien ensayada cuando Jade comenzó a atacar de frente en vez de desvanecerse, el era más de encarar frente a frente a la gente no de hacer ataques por la espalda o por sorpresa, como todo un maestro hizo girar su lanza como un torbellino. Dalia se cubrió bien, no tenía problemas con ello pero su falta le combate le pasó factura cuando Jade con un ágil movimiento le hizo un barrido.

Tumbada en el suelo Jade solo colocó la punta de su lanza sobre el cuello de la mantis dando por concluido el combate.

—Me e vuelto mala en esto, creo que tanta vida de familia no le hace bien a mi técnica.

—Si o quizás es que yo me e vuelto mejor.

Ahora en definitiva ya no había ningún resentimiento entre ellos, lenta pero segura la semilla de su relación se abrió.

Todo era bonito de no ser por qué un pequeño bicho de piel negra sin caparazón y con una curiosa cornamenta estaba siendo sobrepasado por tantas palabras desconocidas y tantas dudas existenciales sobre lo que había oído.

Sujetaba su cabeza con las manos mientras trataba de entender lo que dijeron los mayores. No pudo dormir toda la noche tratando de unir los cabos, tarea titánica pues su imaginación se permitía viajar muy lejos, le molestaba no saber a qué se referían Dalia y Jade con toda su conversación, para empezar ¿Como nacían los niños? Tema que ambos mencionaron ¿Jade ahora su papá? ¿Qué beneficios le traía eso? Eso y más incógnitas llenaban su pequeña cabeza.

A la mañana siguiente a la hora del desayuno, Jade se presentó en la puerta de su casa por motivos totalmente ajenos a los acontecidos el otro día, el pequeño no pudo resistirlo y fue el primero en abrirle la puerta, con los brazos en alto.

Tuvo suerte de que Jade no podía entenderlo pero inmediatamente Dalia escupió su comida cuando interpretó lo que Rae le trataba de decir.

—"Papá!"

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Hey!
Me quiero morir xD, tengo muchos sentimientos encontrados con este capítulo, pues creo que es la primera vez que hago una relación entre dos de mis personajes, revisándolo me daba demasiada vergüenza subirlo y tuve que cambiarlo cerca de tres veces, no soy experto en esto y mucho menos (las críticas para futuro son bien recibidas).

Hoy quiero comentarles algo que me sucedió cuando escribía el fic, sucede que yo empecé esto cerca de octubre del 2019 (obviamente la plantación venía de antes) tenía una colección grande de capítulos que los subía más o menos cada semana. Sucede que cundo estaba en el capítulo cinco "Hogar" fue que personas con más "fama" que yo empezaron a leer este fic y creo que es gracias a eso qué este fic empezó a adquirir un poco de "fama", me dio un ataque de creatividad inmenso y las ganas de escribir me llegaron cuando leía cada comentario que me dejaban. Y sucede que en momento tenia cerca de 7 episodios más por subir, pero lo borre todos y cada uno de ellos, ya de por sí no me agradaban del todo, pero ahora que esta la veía más gente quise tratar de hacer las cosas mejor.

En resumen, gracias a todos los que comentan y ponen sus opiniones, me ayuda mucho, a veces cuando no tengo inspiración vuelvo a ver lo que me dejan y ya con eso me animo a continuar

Rae os quiere y les envía un abrazo

(Dibujo hecho por LSRC-02)

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