El llamado A Hallownest
Por si alguien se dio cuenta, si me robe el título de un comentario
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El encuentro de anoche fue una experiencia ultra aterradora para Rae, pensaba que estando ahí no volvería a saber nada sobre el Rey pálido o cualquier cosa de él, y ahora, después de condenarlo a él y a sus hermanos a una vida miserable venía a exigirle su regreso, como se atrevía ese gusano.
Rae no estaba totalmente enterado de lo que sucedía haya en Hallownest, sabía una o dos cosas que alcanzó a ver el día de su nacimiento, sabía que su padre era el rey pálido, sabía por la forma desesperada de su actuar que estaba esperando algo de sus hijos, estaba intentando buscar algo en ellos, Rae desde siempre tuvo talento para la lucha pero estaba claro que no era totalmente vacío como su padre lo deseaba, por lo que como el resto fue arrojado al vacío, estaba también enterado que por el cese de sus experimentos su padre encontró un receptáculo puro, que por la situación que estaba pasando Hallownest cuando él huyó no parecía que le estuviera yendo del todo bien. De lo que no estaba enterado era de que el Rey había sido asesinado, por lo que le resultó todavía más espeluznante verlo de pie frente a él.
Y más aún cuando tras decir aquellas palabras demandantes, Rae huyó y entró a su casa buscando la protección de Dalia, en ese momento sintió como todo volvía a la normalidad, lo que hizo que Dalia le gritase por llegar a casa corriendo como loco y casi tirando otra vez la comida. Y cuando le advirtió a Dalia de visitas no deseadas, Dalia se encontró con que fuera de la casa las calles estaban vacías, El Rey había huido, en esa situación no pudo contarle la apariencia del ser que había visto, se excusó diciendo que se había confundido, Dalia estuvo escéptica pero tampoco le insistió.
Durante toda la noche tuvo los ojos bien abiertos esperando que su padre se apareciera para llevárselo, y es por eso que hoy estaba de cacería, de cacería de gusanos, estaba buscando por todas partes cualquier indicio de su pabre, tenía la impresión de que si quisiera que él volviera haría que los lideres lo echarán o quizá que el malvado hablaría con Dalia para poder llegarselo, quien sabe pero cualquier cosa le parecía horrible. Claro el no podía hacerlo solo, necesitaba la ayuda de su siempre fiel y confiable ¡albóndiga!.
Su pensamiento era que mientras más ojos mejor, ya había entrenado en la mañana a albóndiga para este misión, con imágenes del rey pálido y sacos con comida ahora Albóndiga estaba condicionada a atacar a la figura blanca etérea.
Pero había un problema, desde que hizo su muda de piel Albóndiga se había estado comportando de una manera un tanto peculiar, aparte de su enojo cuando llegó Filete/Brutus, ahora la criatura se había vuelto una diva en busca de atención, la criatura se paraba en frente de Rae intentando lucir su nuevo caparazón, buscaba a cada rato su dueño le diera mimos y alagara su belleza (aunque no pueda hablar).
Estaba siendo un problema más grande de lo que pensaba, no podía dar ni tres pasos sin que Albóndiga no lo detuviera para que le prestara atención y si no lo hacía chillaba —Gi! Gi! Gi!—
No podía continuar así, en lo que se distraía con albóndiga el Rey pálido podría estar haciendo de las suyas por ahí, pero tampoco quería hacer a un lado a albóndiga, más que nada por que la última vez, le hizo un berrinche enorme, no podía seguir perdiendo el tiempo, necesitaba ayuda, pero no podía pedirle ayuda a Dalia o a los Lords, quizás Amber podía ser una buena opción. Rae le dio varias vueltas por un lado pero finalmente supo que hacer, no había sujeto más confiable para pedir ayuda que Tiberius.
Le hace muy feliz verlo, no lo había visto desde que le entrego a Brutus, estaba emocionado por saber que había sido de ellos.
Al llegar a su casa como siempre podía escuchar los ruidos de entrenamiento desde la entrada de su casa, admiro el gran cartel de Tiberius que decoraba su casa y entró por la puerta, el todavía no entendía la importancia de tocar al entrar en casas ajenas. Tras pasar la puerta vio a Tiberius haciendo más de sus espectaculares entrenamientos, esta vez no usaba su sofá roca esta vez estaba golpeando a una roca de más o menos dos veces tamaño de Rae, lo curioso es que habían pedazos de piedra suelta en suelo y la piedra parecía que estaba hundida donde Tiberius golpeaba.
Brutus por otro lado estaba secundando los bramidos de su dueño, saltando de lado a lado precia que le estaba dando ánimos, pero se detuvo cuando escuchó el crujir de la puerta que anunciaba la llegada de Rae y Albóndiga, de inmediato al ver a la encantadora Koharu, dio saltos de alegría al verla y rápido fue corriendo hacia ella. Pero de toda la atención qué Albóndiga quería recibir la única que no quería era precisamente la de Brutus, su actitud automáticamente se cambió a una fría y distante al momento.
—Ah! Amiguito que gusto verte de nuevo— Tiberius dejo de golpear la piedra para atender a sus invitados, y enseguida volvió a acompañar cada una de sus palabras con esas poses físico culturistas que tanto adoraba hacer —Has visto ya las remodelaciones en mi casa? Si e estando haciendo reforma aquí adentro para que mi nuevo amigo se sienta más cómodo, solo mira lo que hago —Señaló a la piedra que estaba golpeando —El otro día un primo me enseñó que había colocado en su casa una especie de cúpula de piedra donde calentaba su comida, jaja pensé que sería una buena idea tener una de esas pues aquí mi compañero come una barbaridad.
Rae acintio a lo último, tanto Albóndiga como Brutus eran unos tragones, y como había mencionado ahora tenía nuevos cambio en su casa, para empezar, había mucha piedra en el suelo, y después había una caja de madera al fondo del cuarto, eso era todo.
—¿Y bien que te trae a mi fabulosa casa?
—....
Rae lo tenía todo preparado ya, se había quedado sin papel y la última hoja que quedaba la había usado para hacer un cartel de "se busca" con la cara del rey pálido en ella, exagerado para que se viera como una mala persona, e incluso incluyó una jugosa recompensa.
"Malvado"
"Recompensa: Un abrazo"
(No me juzguen, no tenía ganas de dibujar xD)
—Mhh....— Tiberius analizó la imagen con detenimiento, el sujeto se veía muy malo, sin dudas el pequeñín necesitaba ayuda —¿A si que este sujeto te a estado causando problemas—
Rae asintió y procedió a hacer una pequeña demostración de lo malo que era su atacante con mucha mímica.
—No me digas, esto es muy cerio, un hombre como este no debería de andar suelto. ¡Muy bien es hora de actuar! —Tiberius se alzó de un salto haciendo retumbar el suelo, soltó un grito de batalla que probablemente asustó a más de uno fuera de la casa, Brutus por otro lado se apartó de Albóndiga, a la cual se había estando frotando todo este tiempo intentando llamar su atención, pero cuando Tiberius grito se puso frente a su amo para también hacer poses exageradas junto a él.
—No te preocupes amigo, te aseguro que encontraré a este criminal y le presentaré a la justicia en persona ¡Mi masa! Jajaja— con ese ánimo pegadizo salió de su casa pateando la puerta que apenas se logró sostener por los dos tornillos que seguían en pie.
"Perfecto" pensó Rae, ahora si podía atender a los problemas de atención de su mascota, que al desaparecer Brutus volvió a ponerse pegajosa con el.
Volvió a su casa calmado esperado a Dalia en el banco fuera de su casa, aunque estaba tallado en piedra por alguna razón era el banco más cómodo que en el que se habían sentado.
Legada la tarde fue que Dalia por fin aprecio, cargando un saco con comida en su espalda, Rae salto feliz al verla pero al acercarse noto que la mantis estaba un tanto perdida hoy, pero al ver al pequeño acercarse cambio rápido su expresión por una sonrisa leve.
—¿Como estas Rae, me extrañaste?
—......— Por supuesto el asintió pero luego tuvo que preguntar la razón de verse tan decaída ese día.
—Ah no es nada, no te preocupes, solo es que an sido días muy largos de trabajo, aunque la época de apareamiento de animales está cerca por alguna razón las presas están muy escasas a si que es difícil encontrarlas y perseguirlas. Pero no es algo de lo que te tengas que preocupar tú. Vamos a entrar ¿quieres?
Rae no pregunto más, la voz de Dalia aunque apagada le daba suficiente seguridad, y era mejor que no permanecieran afuera pues, quien sabe si el gusano podría estar cerca.
La noche llegó finalmente y Tiberius seguía en su búsqueda de el criminal del Rey pálido, se lo estaba tomando muy enserio y preparó una emboscada por si el gusano aparecía, espero hasta que la gente se metiera en sus casas, concentrándose al máximo para escuchar cualquier ruido de pasos en la calle.
—Muy bien Brutus, el plan es este, cuando él canalla se acerque aquí vamos a saltar a su encuentro y entonces lo golpeamos hasta desmayarse entendido— Dijo susurrando
—Gri!— le respondió su mascota
—Esa es la actitud chico!
El plan estaba hecho, no había cabida a fallo, pues ya lo sabían que con su ingenio y astucia nada podía malir sal.
Los pasos de algo acercándose alertaron a los guerreros que algo se acercaba, Tiberius y Brutus de inmediato se pusieron en posiciones, aplastarían a ese maldito, sin Piedad
—Ahh!— Tiberius salió de su escondite gritando como loco para hacerle un ataque sorpresa al enemigo, su maso, giro sobre sí mismo para pegar al villano pero...
Al darse cuenta, de quien estaba al frente dudo un segundo, el maso se detuvo a solo centímetros de golpear el rostro del individuo, tuvo que mirar la imagen de su objetivo varias veces y contrastarla con el escarabajo tembloroso y bajito que tenía enfrente, no coincidía mucho.
—Ah lo siento señor, pensaba que era alguien más.
—Está bie— de pronto el pequeño cayó al suelo muerto del miedo.
—Oh...vaya...Eh— Tiberius dudo un segundo pero luego volvió a reír en voz alta —¡Jajaja! supongo que ese rufián no aparecerá sabiendo que el Gran Tiberius Magnaticus está en su búsqueda! ¡Así es! Hemos hecho un gran trabajo aquí Brutus vámonos.
—Gri?—
Así fue como todo estaba en orden nuevamente. Las calles tranquilas, la gente durmiendo en paz, todo gracias a Tiberius Magnaticus y su fiel bestia de combate Brutus. Menos la única persona que necesitaba ayuda.
El pequeño contenedor estaba experimentando un mal sueño, normalmente dormir significaba desconectarse de todo y solo dejar que el tiempo pasara, no era realmente estar dormido por lo que esa sería la primera vez que soñaba realmente con algo.
Tenía frío, se encontraba en gran espacio oscuro, donde el sonido de sus pisadas hacían eco por todos lados, si nunca había sabido lo que es el agobio ahora lo estaba sintiendo, para donde sea que viera solo podía observar la infinita obscuridad y un silencio mortal que desaparecía con el eco de sus pisadas, no sabía donde se encontraba pero estaba seguro de que estaba solo, aunque a veces el sonido de sus pisadas querían darle a entender que no estaba solo, que cerca de él, alguien estaba siguiendo sus pasos.
Rae se detuvo abruptamente, a la lejanía empezó a divisar una extraña estructura de un negro brillante con forma de esfera, un escalofrío le recorrió la espalda mientras empezaba a dar pasos lentos hacia aquella estructura, conforme se acercaba empezó a escuchar un ruido, no un ruido como tal, más bien se trataba de un sonido apenas audible que hacía presión en sus oídos, de pronto el "silencio" fue interrumpido por un grito ahogado casi susurrante, un grito de dolor patético para cualquiera, pero en donde los demás oirían algo tétrico para Rae era una tortura, los gritos de desesperación se incrustaron bien dentro de su mente desgarrando y arañando sus sentidos, el grito desgarrador de lo que antes fue algo tan pequeño e indefenso como el, pidiendo que terminaran con su sufrimiento, la rotura de una esperanza y el declive de un reino, implorando a la nada ser rescatado.
Los gritos de auxilio se volvieron más fuertes, cada vez penetrando más su pequeña mente, pero tan repentino como los gritos empezaron callaron, Rae pensaba que todo había terminado, por fin su tortura termino.
Nada más lejos de la realidad, pues su padre se alzó por encima de él con aquella mirada demandante, repitiendo las mismas palabras una y otra vez.
—Regresa
La palabra se repitió y mientras más pasaba más voces se unían a su castigo, podía escuchar las voces de miles de personas exigiendo su regreso aplastándolo y sofocándolo, hasta que finalmente se despertó estando al borde con los ojos dejando caer parte de ese líquido negro que lo componía a modo de lágrimas.
Al ver a sus lados pudo respirar aliviado que todo estuviera en orden, Dalia estaba sobre su hamaca y Albóndiga dormía muy plácidamente moviendo las patitas por momentos, le tomó tiempo pero finalmente decidió levantarse, pues no quería volver a tener el mismo sueño, miraba a todos lados con ansiedad deseando que nada más perturbara su tranquilidad.
Los minutos pasaron y por suerte no hubo ningún otro alboroto, era la primera vez que la calma y soledad le fueron reconfortantes, estaba a punto de volver a su cama cuando un extraño ruido le hizo mirar afuera.
A pesar de que en las calles sólo habitaba la más absoluta de las tranquilidades podía percibir un leve ruido de voces a lo lejos, no parecidas a las de su sueño, estas eran más profundas y menos escalofriantes. Su impulso natural fue seguir aquellos extraños ruidos orientándose solo con el oído.
Sus pasos lo llevaron lejos de casa, hasta lo más profundo dentro de la aldea, sus pies dejaron de tocar piedra para empezar a tocar cráneos, las voces misteriosas lo conducían directo a la casa del Farolero Seek. Todo esto le estaba dando mala espina pero como siempre su prudencia era devorada por su curiosidad, se adentró dentro de su casa, pero el caracol no estaba, en cambio la puerta de su sótano estaba abierta y los sonidos espectrales sonaban con más intensidad.
Tomando todo el valor que tenía salto dentro de su sótano, aquel en donde una vez se vio aprisionado y tuvo que pelear contra los Apids de ojos amarillos, pero esta vez el sótano estaba iluminado por varias antorchas que mostraban una gran sala más grande que su casa incluso, y en uno de los laterales del sótano había un largo corredor con más atrochas prendidas, en ese punto estaba más curioso por saber que más ocultaba el caracol que por la procedencia de esos ruidos, siguió por el corredor hasta que llegó a una escalera que se dirigía hacia abajo, las voces sonaban todavía más fuerte que antes y ahora Rae podía identificar que se trataba de solo una vos agrandada por el eco, una voz profunda casi de ultratumba.
Ignoro la escalera y se dejó caer a lo profundo, había otro pasillo más, un tanto más estrecho que el anterior y en el que ya no había antorchas, siguió las voces por varios minutos hasta que llegó a una gran sala sumida en tinieblas, todo a su alrededor estaba conformado por piedras de color negro y estructuras olvidadas ya de hace bastante tiempo, al igual que el exterior de la casa el suelo estaba pavimentado con los cráneos de cientos de insectos diferentes, finalmente frente a él había un gran altar de color negro, pero resaltaba que en su estructura tuviera la forma de un ser de enormes proporciones, con ocho cavidades para ochos ojos, cuatro brazos que se extendían al frente junto a tentáculos que salían de su espalda, las manos de la estatua estaban abiertas como sosteniendo una enorme esfera de líquido negro que se movía como si agua se tratara, y saliendo de los cráneos del suelo alimentando aquella esfera de vacío salían pequeños hilos de la misma.
— Los has oído ¿verdad?—Los cánticos de antes cesaron de pronto —El pequeño Niño de la oscuridad condenado en su celda. Tanto entrenamiento, tanto sufrimiento y al final ¿para que?
Rae entonces se fijó en la figura que sin mirarlo sabía que estaba ahí, Seek estaba de espaldas sentado de cuclillas.
—Fueron necesarias tantas vidas para crear un arma contra la luz y ni siquiera eso funcionó, la luz está volviendo a tomar fuerza, más furiosa y poderosa que antes, no tendrá reparos en exterminar todo lo que quede de la grandeza de nuestro señor.
—Rae, esto es para lo que ese monstruo os creo, al final de la batalla todos se alzarán como un ser Perfecto, sin mente, ni voz, todos juntos.
Rae no entendía ni una palabra de lo que el viejo decía pero le molestaba que el caracol dijera que él tuviera que hacer algo, con profundo enojo miró al caracol y apuntó su cuchillo contra el.
—Ahora no lo aceptas, y quizá nunca lo hagas, pero esto va más haya de ti, todavía eres débil, así que, como tú amigo....jeje te daré una ayudita para el futuro.
El caracol chasqueó sus dedos y de inmediato aquella esfera de vacío reaccionó a sus órdenes, parte de la esfera se desconectó del resto para lanzarse ferozmente contra Rae, el pequeño no pudo hacer nada y parte del vació se introdujo en su cuerpo dejándolo inconsciente en el suelo.
—De alguna forma u otra terminarás aceptando tu destino...— Fueron las últimas palabras que escucho del caracol antes de desmallarse.
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Hey!
Bueno las cosas van a irse serrando poco a poco, yo no quería pero inevitablemente esta cosa se volverá más oscura con forme avancemos al final, este capítulo en su mayoría fue alegre y un tanto humorístico, y lo necesitaremos por qué Uff la que se viene, por suerte soy mejor en tramas oscuras que en romance a si que estén atentos.
Aunque tranqui no llegaremos a eso de golpe, el siguiente todavía será más relajado
Y ahora quiero hablar de algo, bien en mi cabeza quería que Rae no se acordara nada de su pasado y que fuera shalala shalala por la vida, pero inevitablemente tuve que poner que recordara algo, pues siempre e pensado que cuando los vessels nacieron en algún momento el Rey pálido tuvo que hacer pruebas con ellos para asegurarse de que serían puros, y eso incluía ponerles regímenes de entrenamiento y someterlos a castigos duros para seleccionar al mejor de los mejores, la última prueba vendría siendo la de salir del abismo, prueba que solo el pure Vessel pasó.
Y si se preguntan por qué llamo al gusano gusano es por que en su forma de Wyrm se parece mucho a uno y si lo vez bien cuando es rey pálido también tiene el aspecto de uno.
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