Deseo...
El contenedor miraba al gran sol con terror, estaba confundido, desorientado, no quería ni sabía cómo había llegado al mundo onírico y sin embargo ahí estaba, parado en una plataforma oscura en medio de las nubes. A lo lejos una gran esfera brillante lo contemplaba con paciencia, sin ninguna prisa en hacer un movimiento súbito, pues sabía que el contenedor estaba a su merced.
Hizo alarde de su grandeza extendiendo sus alas plateadas que reflejaban el dorado brillo de su cuerpo. The Radience, diosa de la Luz, soberana del cielo, y diosa del engaño se presentó frente a su invitado con un alarde de su forma majestuosa.
La diosa opaco su propio brillo para poder ser vista con mejor claridad, con una mueca de compasión muy bien ensayada para ocultar su claro desprecio y sentimiento de superioridad.
Era cautivadora, incluso si el contenedor sabía de lo que ella era capa, su belleza y clase eran innegables, y eso es lo que le hacía peligrosa, la belleza y la maldad deberían ser antónimos, pero la realidad es que ambas palabras estaban demasiado ligadas en ella. Lo que más aterraba al pequeño era que, él no debía estar ahí, no sabía ni siquiera cómo fue que llegó al mundo onírico de la diosa.
Fue como si su mente abandonara su cuerpo, justo después de que su hermano.....
El contenedor calló sobre sus rodillas abatido y a dolorido.
—"Perdí...."— Por primera vez, sintió el verdadero dolor de perder algo importante. Las manos le temblaban y apenas era capaz de contener las lágrimas que empezaban a hacer presencia al rededor de su cuenca. Nunca pensó que este día llegaría, siempre estaba preparado para todo, y sin embargo nunca estuvo listo para ese día.
Miro a la diosa, su mirada parecía reflejar pena, quizá ya era una mueca con la que veía a todos aquellos inferiores a ella, pues no tuvo reparos en hacer aparecer una esfera de Luz teledirigidas contra el. Aún estando débil y emocionalmente acabado no iba a dejarse matar por ella, se levantó arrojándose a un lado antes de que la esfera le diera, le funcionó pero no podía hacer más para salvarse, el miedo fue lo único que pudo hacer que se levantara al ver como la diosa le seguía atacando.
Demasiado cansado e incapaz de moverse a tiempo para salvarse del siguiente impacto arrojó su aguijón contra la esfera de luz, la bola se rompió dejando tras de sí bellos polvos etéreos de color dorado. A su lado cayó su aguijón, el contenedor lo arrancó del suelo para poder apuntar a la Radiance con el, si iba a perder algo más, mínimo lo perdería dando su vida.
Todo esto inició la mañana después de haber escapado del coliseo tanto Rae como Asher disfrutaban del calidad entre hermanos, jugando como un par de niños en un pequeño arroyo que encontraron. Y quien decía jugando decía que estaban en un combate a muerte y sin misericordia lanzándose agua mutuamente. En un principio iba ganando Rae pero las manos más grandes de Asher terminaron por arrebatarle la victoria.
Todo iba genial para los dos hermanos, a pesar de que Rae mas que nunca tenía la preocupación de saber como estaba su madre y la distancia seguía siendo un gran problema para el, pero para no molestar a su hermano decidió no decirle nada.
Tenía en mente ver si podía hacer a su hermano cambiar de opinión en el transcurso del viaje, pero para eso no podía intentar convencerlo de forma activa, tendría que buscar la forma de convencerlo sin que se viera muy forzado.
La noche llego y salvo por unos extraños ruidos que provenían del interior del bosque todo el resto era muy tranquilo.
Aquellos ruidos que atribuyeron a bichos recorriendo la zona, sería lo que en los próximos minutos desencadenaría una tragedia.
A los pies de un árbol, una escuadra de quince Mantispas de las cuales destacaban dos, como los que llevaban la voz andante, el príncipe de las Mantispas y el campeón del coliseo. Después de su intensa pelea en el coliseo contra Rae el campeón resultó brutalmente herido, de hecho se había despojado de su armadura a partir de su cintura para arriba, dejando ver múltiples cicatrices y heridas de otras batallas, pero sobre todo, los vendajes que cubrían gran parte de su cuerpo debido a la batalla contra Rae.
Había mucho movimiento al rededor de los capataces, el resto de sus subordinados trabajaban a toda marcha en plena oscuridad usando unas lámparas con una lumélula dentro.
—¿Cuanto más tomará terminar las trampas?— Se quejó el Campeón a su majestad.
No era muy paciente que se diga, acostumbraba a encargarse del problema de manera inmediata y sin titubear, eso de preparar estrategias no era lo suyo, sin embargo algo que se le daba muy bien a toda su cultura era la creación de mecanismos como trampas avanzadas, era algo en el que el no destacaba y por eso odiaba tener que usarlas.
El príncipe quien en ese momento estaba gritándole a alguien para que hiciera bien su trabajo se dio la vuelta para atender al gladiador impaciente —Solo un poco más— Le respondió de forma calmada. —Mejor pregunta que esa, ¿Ya está listo tu equipo?
—Si, ya están todos listos
—Perfecto— Respondió el príncipe.
Tras eso el campeón dio media vuelta dispuesto a seguir esperando a que todo estuviera preparado, pero entonces sintió como su soberano lo detenía posando una garra sobre su hombro.
Este lo veía con expresión severa, podía ver venirse el sermón, como aquella vez en la que trató de montar un cavasuelos gigante y terminó derribando varias viviendas.
—Espero que no estés tratando de ir a por ellos en secreto o algo parecido— El gladiador se hecho para atrás de la sorpresa ¿como lo supo?
— Si es que eres tarado, ¡Acepte traerte aquí con la única condición de que no te adelantarais!
—¡Y no lo e hecho! Pero por favor, ¿Crees que estas trampas van a servir en absoluto?— El monarca lo vio molesto —¿Y tú crees que atacarlo sin más te va a servir? Morirías antes de siquiera ser capaz de levantar tu espada.
—Eso no lo sabes— El campeón reprochó irritado
—Oh pero claro que lo se y si no quieres que te mande a casa atado como a una larva inquieta te tendrás que ceñir a mis reglas— La aprensión final del príncipe dejaron al campeón sin ganas de reprocharle de nuevo, detestaba el plan pero detestaba más irse sin tener su venganza.
Las horas siguieron avanzado y el sol casi estaba saliendo por el horizonte, Asher fue el primero en levantarse, como de costumbre se quedó fuera del refugio en espera a que Rae se despertara, pero tan rápido como salió tuvo que volver a meterse para despertar a su hermano.
El pequeño se despertó entre zarandeos violentos de Asher, pero ni tiempo le dio de enfadarse —"¡Rae despierta! ¡Nos atacan!"
Los dos salieron de su refugio para encontrarse rodeados de seis Mantispas haciendo círculos al rededor de ellos, como una manada asecharía a una presa.
Entre todo el publico resaltaba un Mantispa en especial, Rae no lo reconoció al principio pero la presencia de parte de cierta armadura color cobre delató al Campeón, parado detrás de todos los demás mirando con especial recelo a Rae.
Al verlo parado ahí, como si la paliza que le dio no hubiera ocurrido estaba haciendo que lamentara el haberlo dejado con vida, tal vez si debió haberlo asesinado cuando tuvo la oportunidad. Como fuera, esta vez no iba a dejarlo escapar con vida.
Los Mantispas se abalanzaron sobre los pequeños, dos de ellos fueron directamente contra Asher, pero su ataque fue interceptado por el hechizo de Rae que en un principio apareció al rededor de los contenedores como un capullo, las lanzas rebotaron en la planta tras atravesarla un poco seguido de un leve destello blanco con partículas del mismo brillo.
El capullo se abrió por un lateral y de este salió Asher cargando contra el Mantispa más cercano a el, fue tal el elemento sorpresa que su oponente no vio venir el gran tajo que acabó con su vida, el aguijón de Asher golpeó tan fuerte al pobre desgraciado que el tajo bajo desde su cabeza hasta su pecho donde se detuvo. Consecutivamente el capullo de Rae se abrió por los demás lados aplastando a todo aquel que se encontrara en su rango.
Solo el Campeón no fue azotado por el hechizo.
Sus soldados cayeron como moscas frente a él en tan sólo un parpadeo, dio unos pasos hacia atrás, Ambos vieron esa cara incrédula tras haber perdido a todos sus soldados tan rapido, seguramente estaba horrorizado.
—Maldita sea— Dijo el campeón entre dientes mientras daba pequeños pasos hacia atrás.
Pronto ya no solo daba pasitos, empezó a caminar cada vez más rápido hasta que empezó a correr.
Se lo dijo antes, Rae no lo iba a dejar escapar esta vez, tan rápido el mantispa empezó a huir Rae se hecho a correr tras de él.
—"Rae ¿A donde vas?— Grito Asher al ver como Rae se iba corriendo tras el campeón.
—"Si sigue vivo no dejará de molestarnos, ¡pienso acabar con esto hoy!"— Respondió Rae cada vez más lejos
—"¡Espera!"
Rae siguió avanzado ignorando el último grito de su hermano, no iba a permitir que los siguieran molestando, estaba determinado a acabar con esto, además no parecía difícil, claramente el campeón estaba en mal estado, si seguían así no tardaría en alcanzarlo y darle fin a su existencia.
Corrieron por el bosque, una carrera por la supervivencia, el Galdiador cada vez corría más lento hasta llegar a una zona compuesta de varios árboles que hacían un espacio en el centro casi formando un círculo.
Ahí el campeón no pudo más, se recargó en uno de los árboles, agotado y visiblemente indefenso parecía una presa fácil, Rae siguió corriendo adentrándose en ese extraño "círculo" formado naturalmente que demás tenía una cantidad absurda de hojas caídas cubriendo el suelo, era como si de pronto todas las hojas de esos árboles se hubieran puesto de acuerdo para caer todas en aquella parte específica del bosque. Al entrar en el círculo casi cae al suelo, su pie se atoró con algo pero por la inercia siguió avanzando hasta chocar con un muro que apareció de repente frente a su cara.
El golpe lo dejó mareado y adolorido, sentía que su ser se iba a salir de su máscara, se tambaleó tratando de hubiese su rumbo y volver a ver al Campeón.
Lo vio tras un árbol mirándolo desde ahí, al verlo empezó a marchar hacia él apuntando con su mano a su objetivo amenazándolo.
Corrió hacia él con la suerte de no tropezarse en el camino, cuando finamente lo tuvo en frente y se logró deshacer de su marea a quien tenía enfrente no era al campeón, era otro sujeto totalmente desconocido, sin embargo sabía que estaba con el campeón pues entre otras cosas era un mantispa, y tenía sus garras puestas sobre una cuerda la cual al tenerlo ahí delante sonrió con gran malicia y la corto de un tajo.
Vio que encima suyo había una gran roca, su cuerpo hizo un esfuerzo enorme para poder alejar su cuerpo a tiempo para no ser aplastado, pero al reincorporarse ya no había nadie. Estaba empezando a enojarse, no estaba de humor para volver a participar en los juegos sangrientos y trampas locas de las Mantispas.
Ahora que miraba a su alrededor en busca de el campeón y de aquel que lo quizo aplastar con una roca se sentía atrapado, como si tras esos árboles estuviera un ejército entero listo para ir a por el, lo que le alteraba no era la idea de un ejército lo que le provocaba esa sensación era no saber qué esperar y que sus sentidos primitivos le gritaban que estaba un gran peligro.
A lo lejos veía a Asher acercarse, Rae agitó sus brazos frenéticamente a manera de advertir a su hermano de las trampas de la zona.
Justo su hermano se detuvo antes que un tronco colgante lo golpeara desde un lateral, con una mueca de sorpresa total se acercó a Rae en el centro de todos los árboles.
Al estar de frente, Rae estaba a punto de decir algo pero tan rápido como llego Asher lo agarro de un cuerno —"¿Estas tonto o que sucede contigo? No corras a través de un bosque como si estuvieras en tu casa".
—""Asher mi máscara!"— Pero el siguió jalando. —"¿Viste ese tronco que casi me rompe la mía? Es por eso que no persigues a las Mantispas cuando huyen de ti, la mayoría de veces corren cuando saben que no pueden contra ti y te guían a trampas como esa".
Rae no podía discutirle nada a su hermano, todo era cierto y él claramente tenía más experiencia tratando con ellos.
—"¡L-lo siento pero ya déjame!— Rae miro a su hermano con ojos suplicantes, pidiendo que lo liberara.
Asher lo soltó no sin dedicarle una mirada desaprobadora.
Los hermanos estaban a punto de irse cuando Asher sintió que algo que lo sujeto del pie, tan rápido como lo sintió su piel fue jalado con fuerza a través de todas las hojas y el follaje hasta que terminó colgado de un árbol.
Parte de las preocupaciones de Rae se volvieron realidad en ese momento, un pequeño ejército de Mantispas salieron de detrás de los árboles haciendo un círculo al rededor de Rae.
—"Bien ¿¡Que esperan!? Puedo con todos ustedes y más— El contenedor se mostró ante ellos con seguridad, agarró su aguijón, no tenía problemas en combatir contra ellos y hasta cierto puesto lo veía un combate de lo más sencillo, pero al tener a Rae rodeando unos cuantos gritaron "Ahora" a un bicho que estaba sobre una rama de un árbol.
Este Mantispas tenía una piedra en sus manos que lanzó a Rae tras la señal, el pequeño hizo un salto para poder esquivarla, nada complicado, pero la roca al golpear el suelo lo atravesó.
El suelo bajo Rae desapareció dejando solo ante una caída a un pozo con afiladas estacas en su fondo.
Se aferró con fuerza a las garras de mantis para no caer a lo que podría ser una muerte muy dolorosa, las paredes del pozo eran resbalosas por el lodo y sus garras tuvieron problemas para adherirse a la superficie, apenas y pudo detenerse a escasos centímetros de ser empañado por una estaca. Con cuidado trato de separa una de las garras de mantis para ir escalando, la tierra húmeda provocaba que la garra rasgara con gran facilidad su superficie y que la subida pareciera algo imposible, era mejor dar saltos impulsándose de las paredes para seguir subiendo.
Incluso con lo resbaloso que estaba nada parecía detenerlo, pero entonces sus adversarios le jugaron una movida que le costaría un buen golpe en medio de la frente, un mantispa arrojó su lanza a su dirección, sin muchos problemas el esquivo el ataque saltando cual grillo, pero en ese instante entre salto y salto fue alcanzado por una segunda lanza que acertó en su objetivo, el. El golpe logró hacer que perdiera su objetivo y de nuevo cayó a lo más bajo de todo.
Las garras de Mantis derraparon hasta nuevamente quedarse al límite antes de ser pinchado.
Aun después de eso se aferró firme a sus deseos de salir y darle una paliza a todas las Mantispas, volvió a subir, hundiendo más profundó sus garras para evitar el derrape, estaba nuevamente en el punto en el que lo atacaron.
Viéndolo desde ahí con sus miradas clavadas en el, se sintió todavía más preocupado que antes, si es que eso fuera posible, se aferró con más fuerza a las garras de Mantis e hizo el intento de volver a subir, bloqueo el primer ataque y usó el segundo para impulsarse para arriba, volvió a ponerse contra la pared para nuevamente saltar, pero más lanzas se venían a su encuentro, bloqueo dos que venían juntas y esquivó otra que venía directamente de atrás, finalmente estaba a un salto de la salida, ya podía tocar la orilla, pero los ataques seguían, no podía perder más el tiempo tratando de bloquear, golpeó las lanzas hacia abajo para poder impulsarse y así llegar a lo más alto. Ya lo tenía tenía la mano puesta sobre la orilla, veía a Asher colgado al revés, y ahí estaban tanto el príncipe de las Mantispas como el Campeón, apoyo ambas manos para salir del pozo pero un terrible dolor recorrió todo su cuerpo haciendo que perdiera el agarre.
Su pierna se encontraba clavada con una lanza a la pared, no parecía tener fuerzas para poder quitar aquella lanza de su pie, por mucho que forcejeó no pudo safarla, desesperado forcejeo para liberarse, las lágrimas de dolor empezaron a brotar de sus ojos fue finalmente el miedo mayor al dolor que le permitió jalar con fuerza su pie y liberarse, un río de lágrimas corrió por su máscara, sin voz para gritar expulsar gotas de sí mismo era lo único que podía hacer.
Enterró con toda su fuerza el aguijón en la tierra, no desmedido tanto como antes pero había levantado tanta tierra que ahora estaba completamente manchado por el lodo, su máscara blanca ahora portaba trazos café además de las líneas negras al rededor de sus cuencas.
Si eso era lo que él estaba sufriendo, le aterraba pensar en lo que debía estar sufriendo Asher, a él le tenían más manía que a él, solo pensar en cómo debería estar su hermano hacia qué pudiera mantener las manos firmes en su arma para poder subir, empezó a escalar pero estando a punto de entrar en la zona de riesgo paro de forma repentina, volvía ver a todos sus adversarios apuntándole con sus armas, ¿Serias capaz de hacerlo?, antes no había tenido tantas dudas pero ahora, no veía la forma de subir, estaba atrapado y sin ayuda de su hermano no sería capaz de lograrlo.
Un grito de alarma lo despertó de aquellos oscuros pensamientos, arriba de él sus adversarios empezaron a fijarse en otros objetivo, todos empezaron a marchar hacia otros lado, podía escuchar algunos gritos desesperados, que no paraban de gritar "Mostruo" un insulto ya muy conocido de ellos, solo le dio la atención que se merecía, su hermano estaba bien y había logrado escapar, volvió a escalar con la esperanza de llegar a ayudar a su hermano, tan absorto estaba en este pensamiento que no oía los gritos de los Mantispas implorando por su vida, y ahí estaba, una mano negra y unos cuernos que sobresalían de la orilla ofreciéndole su ayuda, sin pensarlo dos veces tomó la mano de su hermano, al subir estaba enormemente feliz de verlo, quizo expresar esa alegría a través de un abrazo cálido y cordial.
Tan alegre estaba que no notaba que su hermano estaba cabizbajo y se notaba abatido, ni siquiera noto la sangre que cubría por completo su capa, solo quería abrazar a su hermano y recomponerse de ese momento en el que lo vio todo perdido.
Pero no alcanzó ni a tocarlo, antes de poder abrazarlo, llego a él un olor espantoso, ¿cadáveres? No, ni siquiera se podría considerar que era un olor repulsivo, simplemente era dulce.
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