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Aparece la esperanza

Dalia se sentía abatida, decepcionada de ella misma y sobre todo perdida, perdida en el sentido en el que no sabía ya dónde buscar, ya no quedaban pistas de Rae desde ahí, todo había desaparecido, se preguntaba por qué no pudo encontrar a Rae, pensandolo y dándole mil vueltas al asunto solo podía pensar en que sus ganas de verlo habían hecho que se desesperara y mal interpretara todo. Como sea estaba muy enfrascada en pensar que de alguna manera u otra no haber encontrado a Rae era directamente culpa suya como para saber a donde estaba caminado ahora.

De hecho después de salir de la ciudad de las Mantispas había sólo salido y caminado hacia adelante, sin rumbo, ahora más que nada necesitaba de Jade para guiarla, el cual a diferencia de Dalia no se había dado por vencido, o no del todo, estaba corriendo de lado a lado buscando alguna pista sin quitarle un ojo de encima a Dalia. Temía por ella, ya no tenía ese ímpetu con el que inició el viaje, la soledad y la tristeza podían ser temas complicados para una Mantis y más aún atender la de los demás, es por eso que Jade no tenía idea de que palabras o acciones tomar para ayudar a Dalia.

Las horas pasaban y Dalia iba presidiendo los ánimos para seguir avanzando a cada momento, entró en una burbuja en la que los únicos que estaban ahí era ella y su depresión, cuando Jade menos se lo esperó Dalia dejó de caminar y solo se sentó bajo un árbol, sin saber muy bien porque solo se cubrió con sus rodillas y empezó a llorar como nunca antes en la vida lo había hecho, sobrepasada por la culpa de no poder haber podido encontrar a Rae y haberle perdido el rastro, como madre falló, perdió a su hijo, de forma cruel se le fue arrebatado aquel día en que la tribu fue atacada por las bestias, tenía la duda si acaso no hubiera tratado de mantenerlo seguro en casa y en vez de eso se hubiera quedado a su lado esto no hubiera pasado, y mientras más lo pensaba más culpable se sentía.

Jade llego hasta ella, algo agitado, la perdió de vista por un segundo y se angustió al no verla cerca, como estaba actualmente la probabilidad de que alguna bestia la atacara y posteriormente se la comiera era muy alta, viéndola en ese estado vulnerable no podía más que sentir pena, cansado de todo eso se acercó a ella para poder hablarle, no importaba si no fuera bueno para esto, solo quería parar su lloro.

—Dalia....— Se sentó a su lado y trató de llamar su atención tocando su hombro, Dalia tardo lo suyo en reaccionar, llegando hasta el punto en que tuvo que moverla para que reaccionara, esta finalmente pareció salir de su trance y aún con la cara entre las piernas hizo el esfuerzo de verlo y tratar de limpiar sus lágrimas —Bueno...yo...No e encontrado más huellas de él— No se le daban bien estas cosas.

Esas palabras dolían tanto como dagas enterrándose en su cuerpo, pensar en no volver a ver a Rae la estaba matando por ella y Jade no le ayudaba a sentirse mejor. Jade tras haber dicho eso y ver lo qué obviamente iba a pasar se golpeó a sí mismo.

—Quiero decir....¡Que demonios, no es tiempo para rendirse!— Jade de pronto se levantó alzando la voz, casi gritando —¡Esto es humillante, solo por que no buscamos en el lugar erróneo ya estas dándote por vencida ¿¡Donde quedó tu terquedad!? ¿¡Donde está tu determinación Dalia!?— Dalia salió de su trance de golpe —Estoy arto de ser el único que sigue buscando a Rae, mientras tu solo lloras por qué tu instinto de fallo, patético, esa no es la Dalia que me encanta, que no se rinde hasta que cumplir su meta.

Lo último empezó a provocar una reacción no muy buena en Dalia, aunque seguía encorvada y abrazando sus piernas, tenía esta sensación de querer partirle la cara a Jade —Pero...yo realmente sentí que...

—Que estaba ahí, si, los errores pasan y estabas ansiosa, pero eso no quiere decir que eso sea el fin.

—Para ti es fácil decirlo, no sentiste lo que yo sentí, no sabes siquiera como era el.

—No necesito saber lo qué sentiste para saber qué Rae sigue ahí afuera, luchando contra lo que sea con lo que se encuentre y haciendo lo suyo para encontrar el camino a casa, lo cual es más de lo que puedo decir que está haciendo otra persona— Ya no podía retener su enojo, Dalia se levantó de golpe y trató de arañar a Jade, sin mucho esfuerzo golpe su mano para desviar el golpe.

—Muy lenta.

—¡Deja de hablar de Rae como lo conocieras!— Le grito Dalia intentando otro ataque que falló nuevamente.

—Si quizás no lo conozco del todo, pero conozco a quien lo educo y se que esa persona no se rendiría aunque todo fuera en su contra, esa es la Dalia que quiero ver ahora, no esta patética imagen tuya que se desanima solo por haber cometido un error—

—¡Cállate!— Gritó Dalia casi a punto de soltar más lágrimas, lanzó un golpe directo a la cara de Jade, lo que no se esperaba es que esta solo fuera una finta para tomar su mano y hacerle una llave para tirarlo al suelo. —Eso me gusta más...—Dijo Jade después de golpear su espalda dolorosamente contra el suelo.

Le costó levantarse pero finalmente logró ponerse frente a frente con Dalia, ella estaba agitada y respiraba de forma pesada, sus garras le temblaban y parecía estar intentando retener un par de lágrimas que se asomaban en sus ojos.— No es fácil buscar el camino, no es fácil tener esperanza cundo el mundo te grita que no— Dijo Jade poniendo su mano sobre el hombro de Dalia y acariciando suavemente una de sus mejillas para luego secar sus lágrimas con sus propias manos de una manera muy gentil y cariñosa.

—Ya estas sonando demasiado a Salvia.

—De donde más crees que voy a sacar algo así, si no es de mi hermana— Dalia soltó una pequeña riza tras ese comentario.

—Quizá tengas razón, me di por vencida muy rápido, Si Rae no estaba con esos idiotas probablemente se dio cuenta de que no iba en buena dirección o quizás se subió a un insecto volador, ese pequeño no tiene límites— jade embozo una pequeña sonrisa, había logrado que Dalia recuperara el ánimo, todavía lucia decaída pero sus antenas rectas denotaban un claro cambio de humor, pero entonces surgió una nueva preocupación.

—Eh Jade...¿Donde estamos?— Jade se pegó en la cabeza, desde que salieron ninguno prestó atención a donde se dirigían, ahora ellos estaban perdidos. Ambos adultos batallaron mucho para ubicarse nuevamente, fue un momento estresante que por suerte duró poco, hasta que alguno se le ocurrió escalar una árbol hasta poder ubicar la aldea de las Mantispas a lo lejos. Y así una vez más emprendieron un viaje, esta vez de regreso.

—Oye Jade...— Dalia se acercó a Jade de una manera tímida y frotando sus garras con ansias

—¿Estas bien?— Pregunto al ver ese raro comportamiento, ya se veía venir otro inconveniente.

—Si, solo quiero agradecerte por apoyarme, y darme más ánimos para seguir, no podía haber escogido a mejor persona para estar conmigo justo ahora, a si que ehh....gracias— Dalia le dedicó una cálida sonrisa a Jade antes de esquivar volver a esquivar mientras su cara iba adquiriendo un color rojizo.

El Lord soltó una risilla ante este gesto —No hay de que...— Contestó retomando el paso.

Pero para sorpresa de Jade el agradecimiento de Dalia no había terminado ahí, estaba de verdad dispuesta a mostrar su gratitud de la mejor manera posible, es por eso que se detuvo agarrando la cabeza de Jade y jalándolo hasta que ambos estaban casi a la misma altura, sus ojos se encontraron y por un minuto no hicieron más que verse directamente impresionados por lo cercanía de sus rostros, había algo de anhelo en los ojos de Dalia y sabiendo lo que iba a hacer, no podía evitar sonrojarse.

El Lord se quedó hipnotizado en los ojos de Dalia, hasta que esta decidió cerrarlos, entonces su corazón empezó a dar saltos y a bombear con rapidez mientras sus caras se juntaba cada vez más y sus labios estaban a un centímetro de tocarse, los labios de Dalia terminaron dándole un pequeño y delicado beso en su mejilla derecha.

La Mantis se retiró avergonzada rápidamente pero a la vez feliz por haberlo hecho, Jade se quedó en su lugar completamente estático, su cara no lo decía por qué tenía la particularidad de que era un témpano, pero si no tuviera tanto autocontrol probablemente decir que parecía un tomate sería quedarse cortos, aunque esperaba más y estaba algo decepcionado no le quitaba el gran impacto que tuvo en el.

—¡Oye deja de soñar y muévete, Rae no va a esperarte!— Jade agito la cabeza y nuevamente este par de tórtolos volvieron con más ánimo a su misión.

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Otro día en el coliseo, dos más para ser exacto, desde que escucho a su madre llorar encima suyo, Rae había aumentado su eficiencia en combate a otro nivel, y a diferencia de Dalia que se había desganado, Rae luchaba con todavía más fuerza y odio hacia sus captores y ese maldito coliseo.

Todos sus contendientes podían sentirlo en sus propios cuerpos antes de ser derrotados, ese sentimiento de ira y frustración que el pequeño les regresaba en forma de dolorosos ataques fulminantes con sus hechizos o usando sus armas. Muchos ya se estaban tomando enserio al pequeño, ya no era ninguna mala broma, la brutalidad de sus enfrentamiento había hecho que la opinión de su público cambiara radicalmente, ya no se escuchaban los abucheos, ahora la gente gritaba al verlo entrar en la arena y esperaba histérica su siguiente enfrentamiento y como no el rey disfrutaba enormemente de eso, el sadismo de Rae lo hacía pensar que ya había logrado que este se adaptara al coliseo.

Y a quienes más reflejaba su odio era como no a los Mantispas del coliseo, no era de sorprender, ellos tenían la culpa de haber hecho llorar a Dalia, y para Rae todo Mantispa era directamente responsable de ello, no les perdonaría jamás lo que le hicieron a su madre.

Como resultado de eso, había una enorme presión que devoraba a todos los gladiadores Mantispas, era extraño pero todos sentían de un potente malestar cada vez que Rae pasaba junto a uno de ellos. Un malestar colectivo sobretodo presente cuando era hora de la comida.

Durante esos breves momentos de calma, Rae era el único que no era un Mantispa en esa sala, habían otros insectos que no lo eran, pero siempre tomaban su ración para inmediatamente meterse en sus cuartos y no salir, a nadie le gustaba la discriminación de las Mantispas hacia ellos.

Y Rae no era la excepción, la diferencia es que cuando empezaron a molestarle Rae les hizo callar enseguida con una lluvia de dagas.

Fue por eso que entre otras cosas le prohibieron tener armas fuera de la arena, y como buen niño bien portado y obediente eso hizo...O eso les hizo creer, cuando no lo veían aprovechaba para robarse todas las armas que podía y ocultarlas dentro de su cuerpo que como la mayoría de sus hermanos, podía alojar una cantidad ridícula de cosas, Wyrm sabe como.

Con la tontería se estaba haciendo una colección tan grande como la de Dalia, le gustaba pensar que ella esta estaría orgullosa.

La situación parecía muy clara, no acercarse a Rae bajo ninguna circunstancia y menos mientras estaba comiendo si no querías sacar lo peor de él, fácil de entender, pero la mayoría de Gladiadores ahí no eran muy listos que digamos.

—Vamos a que no te atreves a robarle la cuchara con la que estás comiendo— Un grupo de Mantispas hacían retos entre ellos para ver quien era el más insensato entre los insensatos, o quien podía zafarse de situaciones más problemáticas con el menor daño posible.

—Estas loco, la última vez casi le rompe una garra a un tipo que solo pasó a su lado— Dijo uno de los integrantes volteando a ver a Rae, con miedo en sus ojos

—Va!! puras exageraciones, ya sabes como le gusta a la gente inventarse rumores, además no es cierto que casi le rompe una garra, ¡le rompió las dos!— Dijo con sencillez y despreocupación, sus compañeros lo miraron en forma desaprovatoría y negando con la cabeza.

—Oh vamos, ¡Es broma!, es ridículo pensar que ese pequeño pueda siquiera romperle el brazo a alguien— Uno de sus compañeros intervino dándole detrás de la nuca —Se nota que eres nuevo, ese de ahí, es el pequeño campeón, es súmante fuerte, aunque no lo parezca puede hacer cosas muy raras como hacer que unas plantas negras crezcan sobre cualquier superficie y armar una verdadera masacre con ellas.

—¡Ahh!, así que es el— El mantispa que había puesto la apuesta volteó a Rae —Ah! no debe ser para tanto, seguro que no pasa nada.

—Hazlo tu si tan valiente te sientes—

—Lo haré, pero cuando lo logre me deberán 1000 de geo cada uno— Todos sus demás compañeros asintieron con cierta confianza y sonrisa sadica en sus rostros.

El joven mantispa se acercó con cuidado hasta donde estaba Rae, se acercó por su espalda, esperando no ser detectado, con mucha cautela preparaba su mano para tomar la cuchara y salir volando. Lo que no tenía en cuenta es que mucha gente lo estaría observando y dejaría de hacer lo que estuvieran haciendo para ver al próximo novato que necesitaría asistencia médica.

Ya casi tenía la garra puesta sobre la cuchara, un movimiento rápido y podía fácilmente robársela.

El repentino silencio y la mirada de todos en su espalda advirtió a Rae de que algo estaba pasando a sus espaldas, conociendo a esta gente algo, alguien estaría tratando de atacarlo. Rae concentró algo de alma en la palma de su mano y con un movimiento rápido se dio la vuelta, el Mantispa se sobre salto y en lo que reaccionó, Rae puso su mano a la altura de sus ojos, un destello salió de su mano dejando ciego temporalmente al pobre tonto que decidió que atacarlo por detrás era una buena idea.

En eso había avanzado su práctica con el alma, podía usar el alma para crear un destello con el que segar a la gente por un breve instante.

Rae tiro al Mantispa al suelo sacando una lanza de la nada y poniéndola contra el cuello de su atacante, mirándolo con una mirada tan cruel y amenazante que del susto el pobre se quedó temblando en el suelo con las patas recogidas.

—Ahh! ¡Espera por favor perdóname!— chillo rogando por la ayuda de los guardias.

—¿¡Otra vez tiene un arma!?— Los guardias salieron de sus puestos para atender el problema.

—¿Como demonios se las arregla para seguir sacando Armas de la nada?— Un grupo de cuatro rodeo a Rae atenazándole con sus armas .

Al verse rodeado Rae no hizo ni el amargo de insistir, tiro su arma a un lado y dejó ir al Mantispa que al ser liberado huyó gateando refugiándose detrás de los guardias.

Uno de ellos trató de hacer que Rae se moviera, a ese que lo intentó le llovió otra mirada de desprecio de Rae y un gesto con la mano que pasaba por parte de cuello, una sencilla y clara advertencia de que no se atreviera a acercarse a él.

Como si nada hubiera pasado nada Rae volvió a su habitación, dejándose caer sobre su cama, lo único de bueno que tenía ese lugar era sus colchones, a saber con que los hacían pero descansar en ellos era un goce.

Pero no tenía tiempo para estar disfrutando de la única cosa buena que tenían en el lugar, tenía que seguir en su avance de hacer un túnel hasta la arena, y luego hasta la salida, se escuchaba como una locura, y lo era, pero era lo único que se le ocurría aparte de volar todo por todo lo alto.

Una propuesta que en palabras de Asher tomaría demasiado tiempo, tiempo con el que no contaban.

Como todos los demás días Rae se enfrento a una serie de bestias, esta vez hizo frente a una criatura nueva para el, o quizá no tanto, recordaba haber visto el cráneo de esa criatura en la pared de Dalia, sin embargo este lucia más pequeño, probablemente se estaría enfrentando a un ser inferior. Su oponente recordaba un poco a la especie de Albóndiga pero no tenía pelaje alrededor del cuello, ni garras, era mucho más compacto, con un cráneo más alargado, cuatro pares de ojos y unas extrañas prolongaciones saliendo de su boca a modo de tentáculos.

La bestia no se las puso fácil a Rae, le tomó por sorpresa la capacidad para rodar por el coliseo con total soltura, auxiliándose de la jaula que los contenía para hacer un increíble salto con el que aplastar a su objetivo, el primer ataque apenas y pudo esquivarlo, quedó a unos escasos centímetros de la bestia. Apenas y esta cayó al suelo derribó a Rae poniéndose sobre el.

Fue desagradable, sus raros apéndices tocaron su cara y era repulsivo, sin pensarlo dos veces Rae apuñalo esos raros tentáculos en la boca de la criatura para quitársela de encima.

—"Ahhh!. ¡Asher, esa cosa me puso en la cara esas cosas que le salen de su boca!"— Grito Rae a su hermano alarmado y moviendo sus brazos con angustia.

—"No seas tan dramático, no te hizo nada"—

—"¡No sabes como se sintió, esa cosa puso esas cosas asquerosas en mi cara y me estoy empezando a sentir enfermo!"

—"Asher creo que me a envenenado con algo"— Rae toco su cara preocupado pensando que algo le habían hecho. Mientras Asher lo miraba sin inmutarse y totalmente despreocupado —"Rae, esas cosas no son glándulas venenosas y aunque lo fueran, no tienes vía para que el veneno se propague, este se desearía al instante de entrar en tu cuerpo. A si que no te pongas quisquilloso y enfócate en tu rival".

—"¡Oh! ¿Enserio?"— Tras la explicación de Asher Rae cambió su semblante preocupado a uno más alegre —"Vaya que susto, estoy bien, muchas gracias Asher"— Rae le dedico una radiante y gran sonrisa a su hermano, y Asher a cambio le regaló una cálida y muy cordial mirada de agotamiento, por Wyrm ¿Que haría Rae sin el? Se preguntaba internamente.

Rae se tranquilizó justo a tiempo para esquivar un ataque de ácido de la bestia, lo tomó muy por sorpresa, otra vez estuvo a apenas unos centímetros de ser golpeado por el ácido.

Fue una batalla ardua, pues el animal no dejaba de volverse una bola y tratar de aplastar a Rae, pero como en los anteriores combates se adaptó a la forma de lucha de la criatura, saltando sobre ella, desgastando sus fuerzas con múltiples cortes sobre todo su cuerpo.

La bestia fue persistente al final, incluso con sus patas destrozadas se arrastró por la arena, quizá fuera por su persistencia o por qué su público le exigía su dosis diaria de derramamiento de sangre pero Rae se vio animado a darle una muerte espectacular y digna a este gran rival. Rae dio un gran y elegante salto con ayuda de la jaula que lo contenía, el gran animal con sus últimas fuerzas alzó la cabeza al cielo para ver a Rae cayendo en picada hacia el, sin poder moverse lo único que pudo hacer fue arrojar su ácido hacia arriba.

Antes de ser alcanzado por el ácido Rae hizo un cambio en su caída y comenzó a girar a una alta velocidad, convirtiéndose así en una cierra que atravesó los disparos de ácido, él y su arma sufrieron daños a causa de esa maniobra tan arriesgada sin embargo el dolor no iba a detener su ataque, Rae siguió girando y cayendo hasta perforar la cabeza de esa imponente bestia acabando con su vida definitivamente.

Rae dejó su arma clavada en el cráneo de su oponente, aterrizando de forma elegante en el suelo, mientras gente gritó histérica y por primera vez pasó algo que sorprendió a Rae y al Rey, le gente empezó a arrojarle su dinero a Rae mientras no paraban de aplaudir y clamar su victoria.

El dinero y adulaciones eran irrelevantes para Rae, en cuanto el combate acabo dirigió su mirada a su hermano, aunque no lo expresara había cierto orgullo y emoción en la mirada de Asher, eso siempre alegraba a Rae un montón.

Pero tras aquella mirada complacida, apareció la típica seriedad de Asher —"No podemos quedarnos más aquí, tenemos que escapar ya de este lugar."

—No podríamos quedarnos un poco más, todavía quiero vengarme de algunos gladiadores Mantispas".

—"¡No hay tiempo para la venganza! Escuche al rey el otro día, planean ejecutarme dentro de pocos días"— Dijo Asher en tono serio, Rae entonces dejo de lado esa mirada alegre y juguetona que siempre tenía encima, dedicó una mirada vacía a su hermano por unos segundos.

—"Pero...el dijo que no te haría nada, si yo seguía haciendo esto"— Dijo Rae mirando al suelo consternado.

—"Son Mantispas Rae, no puedes creer en lo que dicen, no tiene un sentido del orgullo o del honor como las Mantis"— La vacía expresión de Rae volvió a tener una emoción, esta vez era odio, no iba a perdonar a esas Mantispas, quería volar cada centímetro de ellas y de su asquerosa cultura.

—"Rae calmado, todavía tenemos un par de día, pero sería bueno, que pudiéramos realizar nuestra huida entre hoy y mañana. ¡Dime! Dime por favor que tienes ya preparado algo"

Ahora más que nunca, la vida de Asher dependía de él, si eso era así. Rae miró a Asher decidido —"No te preocupes, ya tengo algo"— Rae mentía pero quería que su hermano sintiera algo de alivio, en su defecto siempre podía acumular toda el alma y armar un alboroto con sus hechizos.

Asher lo miró con desconfianza, no podía evitar no mirarlo dudoso, Rae era demasiado infantil, no lo desestimaba, pues sabía de lo que era capaz en combate, pero en formular planes ya le daba a él que no era nada bueno, pero no estaba en posición para ser quisquilloso, con su probable muerte cerca, cualquier cosa le parecía adecuada. Finalmente decidió darle el visto bueno a Rae.

Rae entonces se marchó, no sin antes recoger todo el dinero que le habían arrojado, no era tonto y recordaba muy bien que todavía no había devuelto todo el dinero que le debía a Dalia después de gastarlo todo en Brutus, no sabía por qué aquellos tontos le había arrojado ese dinero pero no lo iba a dejar pasar.

Rae volvió a su habitación, no sin antes mirar mirar a todos los demás gladiadores con desprecio y desearles una cálida y muy amistosa muerte lenta y cruel.

Empero en su cuarto a que dieran el toque de queda, a esa hora nadie estaba en su habitación y habían guardias que patrullaban a fuera de los cuartos cada hora, y en esas horas en las que no pasaba nadie Rae trataba de escabullirse, él tenía la idea de ver si podía escabullirse y esquivar a los guardias, su plan sólo era llegar al pasillo antes de Asher y ahí lo dejaría ese día.

Dio un paso al frente fuera de su habitación, no había nada cerca, todo se escuchaba tranquilo, solo habían unas voces apenas audibles que se oían a la lejanía con dificultad, Rae se movió por los pasillos en total silencio, ni siquiera sus pisadas causaban ruido, era básicamente un fantasma.

Pero algo, un ruido extraño hizo que no pudiera avanzar más haya de los primeros cuartos, no venían ni de los pasillos ni de él, venía de una de las habitaciones, a su lado, aquel ruido fue como escuchar piedras cayendo al suelo. Rae no podía hacer frente a su curiosidad y aunque cabía la posibilidad de que tras la puerta hubiera un Mantispa con ganas de matarlo por entrar en su cuarto, pero para Rae eso no era problema.

Entró en el cuarto y lo primero que le sorprendió fue no ver a nadie, miró por toda la habitación pero no veía había nada, nadie tratando de emboscarlo o atacarlo, con más confianza entró cerrando la puerta, se pasó unos minutos buscando en el cuarto alguna pista de que había hecho ese ruido. Estaba a punto de rendirse pero bajo la cama encontró algo muy raro, un hoyo en el suelo, parecido al que fue encerado pero este estaba hecho de forma natural.

Rae se lanzó dentro del pozo , era un lugar oscuro y podía oír algo moviendo la tierra a su alrededor, un mal sentimiento le recorrió la espalda al recordar su experiencia en las minas, de inmediato concentró alma en su palma para generar una tenue luz blanca.

Frente a él vio a un insecto de gran tamaño, y con piernas que se doblaban hacia arriba con respecto a su cuerpo que estaba tumbando en el suelo escarbando la tierra con dos  grandes garras delanteras que le funcionaban como dos hábiles palas.

Rae vio con interés a aquel individuo, este al principio no notó la presencia del contenedor, pero la luz blanca de su mano finalmente llamó su atención, la tenue luz pálida, su brazo casi blanco y aquella máscara brillante le otorgó una apariencia etérea que el insecto confundió con el de una aparición espectral —¡¡Ahh!!— Soltó un grito agudo y trató de dar un salto lejos del fantasma, sus piernas eran muy fuertes y no calculó bien la fuerza ni el lugar en donde estaba por lo que terminó dándose un cabezazo contra el techo.

Al saltar y quedar levemente mareado y confundido. Rae pudo ver mejor al raro insecto que se había dado un buen golpe tras su dramático despegue, era un grillo topo, un insecto que pasaba la mayoría de su vida bajo tierra, eran muy inusuales y Rae no había visto nada igual, lo cual lo intrigaba.

El grillo topo se reincorporó entre quejidos —¡Ay ay ay! mi cabeza— El enorme bicho abrió lentamente sus ojos deseando que aquel fantasma no fuera más que una alucinación, pero al abrir los ojos encontró frente a él nuevamente a ese pequeño fantasma viéndolo con ojos vacíos y siniestros.

El grillo dio otro chillido de terror al ver a Rae parado frente a él mirándolo fijamente—¡Por favor señor fantasma no me haga nada, tengo esposa e hijos!.

El grillo empezó a chillar más fuerte mientras Rae intentaba hacer gestos desesperados para calmar al bicho lo cual lo ponía más nervioso todavía, entonces trató de imaginar por qué tanta paranoia, como no tenían idea solo por si acaso decidió apagar la luz de su mano.

Con el disminuir de la Luz y tras largos minutos en los que el grillo trató de calmarse, este volvió a ver a Rae con algo más de detenimiento.

Ya con más calma y si el efecto etéreo el grillo pudo calmarse, la cara de Rae todavía no le daba mucha seguridad pero ya no parecía un fantasma—Oh...N-no eres un fantasma ¿verdad?— Rae negó con la cabeza —Uff que alivió...pero que susto....— El grillo dejó caer su cuerpo estresado por la repentina aparición de Rae, pero entonces otra preocupación más apareció.

—Espera...si no eres un fantasma eso significa que eres un gladiador...y ahora estás aquí...en el hoyo que construir para esca....— El grillo se puso pálido tras pensarlo.

Rae vio como el insecto iba a volver a gritar y así fue —¿No le dirás nada de esto a los guardias? ¡Por favor no le digas a los guardias de esto! ¡Por favor!— El grillo se tumbó en el piso rogándole a Rae que no le delatara, este por su parte negó con sus manos.

—¿No? ¿¡Quieres decir que no vas a tener Piedad!? Espera por favor podemos hablarlo ¡Q-Quieres dinero! Yo puedo dártelo pero por favor no me entregues— Rae solo siguió negando con las manos cada vez más rápido, pero mientras a más ganas le ponía a ellos más loco se volvía el grillo —S-Si tienes razón eso no funcionará, la única forma de resolver esto es a muerte!

—"Que!"— El grillo trató de darle una patada pero Rae se lanzó hacia él y le dio una bofetada.

El golpe pareció traer por un momento a la realidad al grillo, pero pronto eso cambió —Vale esta bien, e-escucha...yo...soy un grillo topo— El grillo empezó a señalar y a explicarle a Rae de forma lenta y pausada, como si hablara con alguien con problemas -Yo puedo, clavar hoyos... ¿vale?...y puedo...hacer un túnel...fuuera de este lugar...si me ayudas, puedo sacarte a ti también ¿vale?

Ignorando el hecho de que le explicaran las cosas como si no entendiera no le hacía gracia, esas palabras iluminaron una chispa en Rae, de inmediato salto sobre el grillo y empezó a zarandearlo con alegría.

Simultáneamente sacó un aguijón con el que empezó a hacer dibujos en el suelo con un propósito, el dibujo se le daba bien, por lo menos se le entendía mejor haciendo dibujos qué haciendo señas, el dibujo era simple, era el coliseo con el túnel en el que estaban marcado, Rae alargó el túnel fuera del coliseo y luego con una línea recta señaló a la arena de este.

Le costó lo suyo pero el grillo fue capas de interpretar los dibujos de Rae —¿Que quieres que cabe un tunel a la arena del coliseo? ¿¡Pero por qué haría eso!?— El grillo parecía reusarse a si que Rae usó sus muy sutiles habilidades de convencimiento.

Rae agarro el aguijón y amenazo al grillo con este —¡Esta bien! ¡Esta bien! Lo haré, solo deja de apuntarme con eso.

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Hey!
Trate de hacer un episodio dramático, ¡pero no puedo!

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