1. James, el idiota, Potter
14 de octubre del 2010
Maeve Coleman
Me encontraba en mi sexto año de Hogwarts y la verdad es que no podía creer que en un año ya me graduaría, la verdad es que no sabría que hacer una vez fuera, estaba tan acostumbrada a Hogwarts que una vez fuera, sería demasiado raro.
Tenía muy buenas amistades, aunque cuatro personas, mejor dicho dos, eran unos completos idiotas. Sirius Black y James Potter podían ser unos idiotas si querían, pero los quería de igual forma.
Sirius tenía un hermano demasiado encantador, y unos padres un poco severos con ellos, pero los amaban demasiado. Me alegraba demasiado por ellos, bueno, en verdad me alegraba que todos mis mejores amigos tuvieran una muy buena relación con sus padres.
Para mi suerte yo también la tenía y estaba demasiado agradecida de tener unos padres tan increíbles. Siempre habían estado para mí en todo momento y habían tomado todas mis decisiones. Mi padre y yo éramos demasiado unidos y recuerdo que desde muy pequeña me había gustado mucho tirar con arco y mi padre me enseñó encantado.
Con el tiempo mi padre me enseñó a pelear y muchas cosas más, que según él, serían muy buenas para mi futuro, pero no sabía de qué me serviría saber disparar o tener un buen manejo de la navaja, pero no quería discutírselo.
Así que ahora me encontraba de camino al sitio donde me reuniría con mis amigos para ir a clases, todos los días era lo mismo, pero era divertido tenerlos a mi lado.
A lo lejos los vi hablando y riendo, la primera en notar mi presencia fue Marlene que corrió hacia mi demasiado feliz logrando que se me saliera una sonrisa.
Ella me abrazó muy fuerte mientras yo soltaba una pequeña risa.
—¡Te extrañé! —volví a reír mientras la abrazaba.
—Nos vimos ayer mujer —nos separamos y ella volteó los ojos divertida, para ir con los demás. Saludé a todos y James me abrazó por los hombros para empezar a caminar.
En todo el trayecto estuvimos hablando de todo, un poco y cuando llegamos entramos a nuestra clase, hoy a primera hora nos tocaba Literatura con la profesora McGonagall, una mujer demasiado encantadora, aunque los Merodeadores le tocaran las narices.
¿Por qué los Merodeadores? No tenía ni idea, además era algo de ellos, así que tampoco insistiría, lo bueno de todo eso era que eran demasiado unidos y eso era algo que me encantaba de ellos.
La clase se había pasado demasiado rápido, al igual que las demás, la verdad es que últimamente las clases se pasaban volando, no entendía del porqué, pero me alegraba porque así podía pasar tiempo con mi familia o con mis amigos.
Al salir, decidimos ir todos a comer a algún sitio, así que fuimos a comer obviamente comida rápida. Nosotros no éramos para nada sanos, pero bueno, ya que podíamos comer lo que quisiéramos, pues lo haríamos.
Al llegar, Sirius y James fueron a pedir la comida, mientras los demás buscábamos una gran mesa para sentarnos todos. Nos sentamos y Marlene decidió ir a ayudar a los chicos mientras nosotros nos pusimos a hablar y reír hasta que los chicos llegaran.
Un rato después llegaron con las bandejas con hamburguesas y patatas, Marlene tenía la bandeja con los refrescos, así que una vez sentados todos, empezamos a comer con tranquilidad. Aunque gracias a Sirius y James fue una comida demasiado divertida.
Al terminar decidimos ir a dar una vuelta antes de ir cada a uno a su casa. La verdad es que pasar tiempo con ellos me hacía demasiado bien, además me divertía muchísimo.
Estuvimos riendo y hablando de cualquier cosa, hasta que ya era de volver a casa, por lo cual James se ofreció a llevarme, ya que los dos vivíamos prácticamente cerca. Aunque no entendía por qué no habíamos ido juntos hasta el lugar de encuentro.
—¿Estás bien? —él me miró un poco confundido.
—Obvio, ¿por qué lo preguntas? —negué sin darle mucha importancia— Maeve...
—Solo era curiosidad —él soltó un pequeño suspiro mientras caminábamos— Estamos bien, ¿no?
Él me regaló una sonrisa mientras me abrazaba por los hombros.
—Estamos más que bien, ahora dime que te pasa.
—Nada, solo era curiosidad.
—Hagamos que te creo —me dio un beso en la cabeza mientras yo sonreía.
—Sería lo mejor —los dos reímos.
—Sabes que todo irá bien, ¿no? —asentí con una pequeña sonrisa.
Ni sé por qué estaba así, simplemente me había hecho falta que me dijeran eso, no sé, era algo realmente raro, pero agradecía de tener a James.
Siempre que había estado mal, él me había consolado y había estado ahí para ayudarme en cualquier cosa. Estaba demasiado feliz por tener a James en mi vida. Nos habíamos hecho muy amigos cuando éramos unos niños y menos mal que nuestra amistad siguió tan fuerte como siempre.
A veces solía ser un idiota, pero así de idiota lo quería.
—Eres la mejor amiga del mundo —sonreí viendo a James.
—Y tú eres el mejor amigo del mundo —él sonrió.
—¿A pesar de ser James, el idiota, Potter? —asentí.
—Aunque seas James, el idiota, Potter, siempre vas a ser el mejor amigo del mundo.
Él asintió y seguimos caminando hasta que llegamos a mi casa, me despedí de él con un abrazo. Cuando ya estuve dentro, todo estaba en completo silencio.
—¿Mamá? ¿Papá? —nada.
Fui a la cocina y pude ver una nota de mis padres diciendo que no volverían hasta mañana. Suspiré y me preparé la cena.
Cuando ya la tuve lista, cené viendo la televisión. Al terminar recogí todo y fui a ver que todo estuviera bien cerrado, para luego poder subir con tranquilidad hasta mi habitación.
Una vez ya lista me acosté en mi cama y estuve un buen rato viendo el techo sin poder conciliar el sueño.
Me levanté para ver la ventana porque no iba a estar todo el tiempo viendo un maldito techo, en la casa de al lado vivía James y lo bueno era que nuestras ventanas conectaban.
Así que me dio curiosidad ver la ventana de James y pude ver como él se acerca y me vio con una pequeña sonrisa mientras me saludaba con la mano.
Le correspondí el saludo con una pequeña sonrisa.
—¿No puedes dormir? —negué, por lo que supuse él tampoco podía dormir.
De pronto vi como él salía por la ventana, solía hacerlo mucho, escalar era su pasión favorita porque solía hacerlo casi siempre para poder venir hacia mí.
Abrí la ventana para que pudiera pasar, parecía un mono siempre escalando.
—El día en el que llames a la puerta será el fin del mundo —él soltó una carcajada mientras se tiraba a mi cama.
Volteé los ojos divertida.
—El día que llame a la puerta, no seré yo —asentí sentándome en la cama mientras lo veía con su típico pijama, una camiseta blanca y unos pantalones de pijama de cuadros azules con los bordes negros.
Le quedaba bastante bien, no iba a negarlo.
—Vamos a dormir o quieres seguir viéndome —volteé los ojos divertida y me acosté a su lado.
Él me estrechó en sus brazos logrando que soltara una pequeña risa. James sonrió y me dio un beso en la mejilla mientras cerraba los ojos.
—Buenas noches Maeve —susurró él con una sonrisa en su rostro.
—Buenas noches James —sonreí acomodándome mejor mientras lo abrazaba y cerraba los ojos.
Un rato después pude por fin conciliar el sueño en los brazos de James.
NOTA DE AUTORA
¿Qué os ha parecido el primer capítulo?
Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es historias.wattpad_ también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #radioactivewattpad ❤
Os amo❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro