—¡Hola, hola! ¿Cómo están mis oyentes sexys? Hoy... hoy estoy un poco preocupada. Doctor Foster, ¿está bien?

—No.

—¿Qué tiene?

—Estoy un poco encabronado. Y perdón por la palabra, pero decir "molesto" no cubre mi sentimiento.

—¿Por qué está encabronado?

—Bueno, ¿por dónde empezar? Hoy el tema es porno y romance erótico, ¿cierto?

—Sí.

—Bueno, no quería que la charla de hoy fuese sólo sobre Cincuenta Sombras de Grey porque la literatura erótica es mucho más que eso. Entonces me metí en mi perfil y escribí en el buscador la palabra "sexo", sólo para ver un poco las tramas que me mostraba Wattpad en su ranking. Y pff... ¡qué decepción! ¿En serio eso es lo que leen, chicos? Es tristísimo.

—Ay doctor, ¿qué resultados le salieron en la búsqueda?

—Hice una lista —se escuchan movimientos de papeles— "la aventura más grande en la vida es el amor", esa es la sinopsis, sólo eso. Me dio curiosidad y entré. En el segundo párrafo ya los protagonistas estaban teniendo sexo. Todo bien, puede ser que sea una escena atrapante, pero no lo fue, así que salí de ahí.

—Eso me pasa mucho. No se genera un clima que me provoque seguir leyendo sexo.

—Totalmente. Chicos, aunque la novela tenga muchas escenas sexuales, no se olviden que como novela al fin, tienen que crearle una trama interesante. Si no generan una tensión sexual, el lector no se engancha. Siguiente: "una chica sin estribos ni control, cuenta su historia tal y como es su vida de perra, sin censura, sin sentimiento alguno o culpa de lo que pase más adelante". ¿Qué demonios es eso del control y los estribos? ¿Saben lo que son los estribos? Son esas cosas que cuelgan de las sillas de montar para que el jinete meta sus pies y maneje el caballo con patadas. ¿Es así como una mujer "no perra" tiene que comportarse? ¿Dejar al jinete que maneje sus estribos? Además, ¿sentimiento de culpa? ¿Por qué? ¿Porque le guste tener sexo? —suspira—. Ya hemos hablado de esto, que una mujer o chica quiera tener una vida sexual activa no le hace una perra insaciable, menos buena y menos dulce que la virgen-a-los-veinte-y-ratón-de-biblioteca. Dios, ¿en qué siglo estamos?

—Ay doctor. No sé si molestarme por el machismo explícito o entristecerme porque seamos las mismas mujeres las que lo profesemos. Chicas, ese tipo de tramas, aunque sean ficción, no deberíamos apoyarlas.

—Exactamente mi punto. Ojo, yo no sé si son unas obras increíblemente buenas. Solo leí las sinopsis. Pero bueno, si la sinopsis es una bosta, lo mínimo que pienso es que el libro también. Sigo porque esto no tiene desperdicio: "Ella, una chica de veinte años dedicada a vender su delicado cuerpo. Él, un empresario de veinticinco años que esconde sus peculiares gustos". Ya saben por dónde viene la cosa, ¿no?

—Christian Grey.

—Exacto. Bueno, supongo, no abrí la novela, pero es lo que me imagino. Aquí, dos cosas. Primero, cuidado con endiosar la imagen de las prostitutas. Vender el cuerpo no es "delicado" como quieren dar a entender en este caso. Y segundo, ¿qué persona es un exitoso empresario a los veinticinco años?

—Mark Zuckerberg.

—Exacto. Tienes que ser un maldito genio que se hizo con el invento del siglo para ser exitoso a tan temprana edad. Montar una empresa requiere tiempo, inversiones y trabajo duro. Pero no, esta falsa imagen millennial de hacerse rico a los veinte, cuando apenas estás entendiendo que debes trabajar para comer. Es sorprendente que ésta sea una fantasía tan recurrente. ¿Esas son sus aspiraciones chicas? ¿Ser la esclava sexual de un millonario? ¿Encontrar un sugar daddy? Entiendo que cada quien hace con su vida lo que quiera, pero espero que sepan que ese no es necesariamente un estereotipo de autorealización.

—Felipe, respira que te va a dar algo.

—No, no, sigo: "Ella una chica de tan sólo dieciocho años y muy enamoradiza. Él un chico de veinticuatro años, serio, que nunca se enamora y tiene a las mujeres como un juguete sexual". ¿En serio?  Aquí quiero detenerme a deconstruir el estereotipo de bad boy.

—El tipo malote que no se enamora.

—Bueno, una cosa es que no se enamore y sólo tenga relaciones casuales y consentidas, es decir, que la otra persona esté al tanto de que ahí no van a mezclarse los sentimientos. Y otra cosa muy distinta es un tipo malo, que juega con las mujeres, les miente, las usa y las descarta, e incluso las maltrata. Son dos tipos de personas diferentes.

—Totalmente.

—¿Cuál es el caso de los protagonistas de las novelas wattpadianas?

—Yo diría que el primero. No he visto protagonistas tan malos. Es más, suelen pintarlos como explotadores sexuales y después que la protagonista los conoce, son unos dulcitos.

—Exacto. ¿Tenemos que enamorarnos en todas las relaciones que vivimos? Quiero que les quede clara la diferencia entre una relación con consentimiento y una tóxica o de abuso. Esa chica enamoradiza, en el segundo que se topa con un tipo que le dice que a él no le van las relaciones, tendría que salir corriendo en la dirección contraria sin pensarlo.

—Totalmente. ¿Por qué desgastarse en ese drama? Además, esas novelas llenas de estereotipos nunca me llamaron la atención. El malote que no se enamora pero que por dentro es un dulce de leche. La popular que se acuesta con quien quiere y por eso es una perra. La nerd que ama leer y odia las fiestas, pero va y se viste linda para que todos digan "guau, qué belleza oculta". La mejor amiga, siempre sabia, que te regaña con amor. El deportista idiota, el mejor amigo tímido, el gay afeminado, la lesbiana deshinibida. En fin.

—Tal cual. Habiendo tantas tramas interesantes, ¿por qué seguimos leyendo y escribiendo tanta cosa que lo único que hace es repetir estereotipos y repartir etiquetas a diestra y siniestra? Eso no quiere decir que tenemos que apegarnos a la realidad siempre. ¿Quieren algo bien fantasioso? En estos días llegué a una historia que lamentablemente no está en Wattpad, de una chica de ventipocos que esta insatisfecha con su vida sexual. Había tenido un par de novios, normal, pero ella sentía que podía dar más. Me encantó que no se centró en esa idea estúpida de que si una mujer no ha disfrutado es porque ha tenido malos amantes, cada quien tiene que hacerse responsable de su propio placer. Esta chica, entonces, se toma dos semanas de vacaciones del trabajo y se inscribe en una escuela de sexo. La novela centra la trama en la relación de ella con sus profesores, pero más allá de eso, las escenas son cada episodio sexual que tiene dentro de cada clase.

—Qué divertido suena.

—¡Lo fue! Y yo no sé si exista una escuela así, que te enseñen llevandote directo a la práctica, pero me pareció bien interesante. Bueno, siguiendo, después me metí en algunas de estas novelas con relatos que son exclusivamente homosexuales. Y vaya que me sorprendí. Hay de todo, unas muy buenas, pero vi mucho frases como "aquí encontrarás relatos de todo tipos de gay, el que está en el closet, el que anda con la bandera atada en la cintura y el que esta casado fingiendo ser heterosexual". Dios mío, hablando de etiquetas, ¿no? Tanto que ha luchado la comunidad LGBT+ para que sean aceptados como personas sin distinción y van los mismos miembros de la comunidad a segregar de esa manera.

—Sí, hay de todo.

—Otro tipo de novela que he visto mucho es donde se cuentan relatos eróticos. Es decir, cada capítulo es un relato como compilado de situaciones y personas distintas. Mi única crítica es que no basta con clasificarla como contenido adulto. Hay que poner una advertencia en la sinopsis y en la introducción porque hay muchas de esas historias que muestran escenas con distintos grados de perversidad que no son aptas para todo público, más allá de la edad o las regulaciones de Wattpad.

—¿En qué sentido?

—Hay historias de familiares con familiares, sobre todo con menores de edad. Hay historias de médicos con sus pacientes, de curas con monaguillos, de violaciones, de sadomasoquismo hardcore, de alcohol, drogas, prostitución, trata de mujeres, etcétera. Hay gente que se lee todo y le gusta, pero quizás hay gente que le gusta leer sexo heterosexual y hasta ahí. O sexo homosexual y hasta ahí. O quizás le da curiosidad y lee el relato de sadomasoquismo, pero una madre haciendole sexo oral a su hija adolescente le parece demasiado.

—Uff, entiendo.

—Hay que tener cuidado como autor porque el sexo es un tema que hiere susceptibilidades. Una cosa es querer experimentar y tener la mente abierta, y otra muy distinta es fantasear con hacerle daño al otro o que alguien se lo haga a sí mismo. El caso de escenas con adolescentes y púberes es el que más me preocupa porque además es el más común. Que un adulto, bien sea un familiar, un maestro o lo que sea, abuse de un menor no es un tema tonto o sexy. Las leyes están ahí por una razón. Aunque ese menor haya dado su consentimiento y goze como nunca de lo que le hacen, lo más probable es que su mente no este desarrollada lo suficiente para procesar lo que esta pasando. Es aquí donde se implantan traumas y se desdibujan los límites de la ética. Y eso es un tema muy grave.

—Por supuesto.

—Pero bueno —suspira— no todo en Wattpad es malo, por suerte. Hay novelas seriamente sexys que tienen una trama interesante. Novelas que tratan el tema del amor juvenil de una forma más realista, con un primer coito responsable sin dejar de ser romántico, o sexy, o los dos. Me encanta cuando los autores logran transmitir esas primeras sensaciones producidas por un beso o un toque. Es delicioso leer y sentir esas mismas mariposas, esa misma excitación.

—Cierto. A mí me gusta leer cuando el que narra es un chico. Entender esa otra perspectiva es divertido.

—Sí, claro. También, aunque pocas, hay novelas más adultas que exploran otras temáticas sexuales de una forma cautivante y que te deja horas enganchado. Y aquí aprovecho de contar que armé una lista de lectura en mi perfil (DoctorFoster) que se llama "Recomendadas con sello Foster" donde he ido agregando las novelas que considero que tienen una trama más interesante en relación al sexo. No tengo muchas aún, pero poco a poco voy descubriendo joyitas ocultas. Claro, si tienen sugerencias, envíenme que con gusto las leo. Eso sí, adelanto, tengo un gusto bastante feminista y de realciones sanas en lo posible, con escenas sexo bien explícitas y realistas.

—Deberías hacer un libro de reseñas donde comentes por qué esas novelas que agregas a tu lista son recomendables.

—Oye, qué buena idea. Voy a pensarlo.

—Doctor, un tema que me hace un poco de ruido es el hecho de que la literatura erótica se asocia unicamente con Cincuenta Sombras de Grey, como si antes no hubo libros así.

—Sí, es como decir que no hubo obras de vampiros antes de Crepúsculo. Una tontería. Además, hay libros más interesantes, con tramas más atrapantes y escenas sexuales más excitantes. Pero rescato que es una novela que ha logrado que la gente hable abiertamente de literatura erótica e incluso se muestre sin tapujos leyendo los libros en el transporte público o ante sus familiares. Eso es un gran logro. Otra cosa que rescato es que esa novela no es sólo erótica, sino que introduce a lectores a prácticas sadomasoquistas. Quizás los puristas piensen que eso no es sadomasoquismo, pero lo que me parece importante es que trajo a la cama de la pareja común y promedio el uso de objetos y juguetes, y el curioseo con otras prácticas. Cualquier cosa que haga a las parejas salir del misionero, lo celebro con champán —se ríen.

—¿Por qué nos gusta tanto leer escenas sexuales?

—Yo creo que la novela erótica, en general, tiene un efecto beneficioso sobre la líbido.Es que el cerebro no distingue si estamos leyendo, imaginando o viviendo una situación, y simplemente reacciona. Es igual que cuando estamos viendo una película de terror y nos da miedo una escena aunque sepamos que es ficción. Obviamente que la intensidad del estímulo no es tan grande como si lo estuviéramos viviendo, pero leyendo una buena novela erótica podemos percibir ciertas respuestas de excitación en nuestro cuerpo. Todo depende de lo metidos que estemos en la lectura, del contexto y de nuestra circunstancia particular. Además la lectura erótica nos permite descubrir cosas de nosotros mismos, prácticas que no sabíamos que nos gustaba imaginar o que nos gustaría llevar a cabo.

—Es decir que recomiendas la literatura erótica.

—¡Por supuesto! De hecho es una de las técnicas que uso en los casos que me llegan de personas con el deseo sexual inhibido, o parejas que están pasando por un período de sequía sexual. Incluso lo recomiendo en hombres con problemas de erección o eyaculación precoz.

—¿Qué lecturas recomiendas?

—Mmm, qué buena pregunta. Supongo que depende de la personalidad de cada uno, lo que le guste y lo que esté buscando en ese momento. Además, la novela erótica es un género bastante antiguo y podemos encontrar muchos ejemplos que además son auténticas joyas de la literatura. Traje una listita, así toman nota. Mis clásicos favoritos son Trópico de Cáncer de Henry Miller, una de las obras maestras del siglo XX que incluso llevó a juicio a la editorial por obscenidad. Cartas eróticas de James Joyce de la que rescato la frase "Te habrán impresionado las cosas sucias que te escribo. Quizás pienses que mi amor es una cosa sucia. Lo es, querida, en algunos momentos", amo esa frase.

—Mmm.

—También recomiendo Emmanuelle de Emmanuelle Arsan de donde salieron esa serie de películas de softporn famosas en los 80 y 90. También Las edades de Lulú de Almudena Grandes que cuenta la vida sexual de una mujer de los 15 a los 30, una joya literaria española. La Historia de O de Pauline Reage o La atadura de Vanessa Duries que tienen sadomasoquismo "de verdad", entre comillas. Diario de una ninfómana de Valerie Tasso, que bueno, tomen la etiqueta de ninfómana con pinzas teniendo en cuenta el contexto en el que transcurre la novela. En busca del amor de Anne Cummings que es básicamente una apología a la soltería y a la libertad sexual de la mujer. Lisario o el placer infinito de las mujeres de Antonella Cilento que es una versión moderna y muy sexy de La Bella Durmiente. Camiones de ternura de François Rey que toca el tema de los tríos y el poliamor. Y si les gustan las recopilaciones de relatos, les recomiendo Delta de Venus de Anaïs Nin y Bajo las sábanas de Kirstina Wright. Pero bueno, en general, si buscas una buena novela erótica, las premiadas con el galardón La Sonrisa Vertical, siempre son una buena opción.

—¿La sonrisa vertical? —se carcajean.

—Ingenioso, ¿no?

—Muy genial.

—Y bueno, si saben leer en inglés, les recomiendo la app Radish. Tiene libros pagos y otros gratis con un sistema de liberación de capítulos a cuenta gotas. Muy interesante. Además todas las historias son picantosas y he encontrado varias tramas divertidas. Pero está todo en inglés y es más New Adult o Chick-lit.

—Hay que probarla. ¿Y qué me dices del porno?

—Primero, quiero aclarar por qué juntamos porno con literatura erótica en este programa. Y es que la idea base de hoy es la activación del deseo sexual mediante estímulos eróticos. La literatura funciona porque la lectura nos abstrae a una realidad que, aunque no la estamos viviendo, la sentimos real y nos excita. Es el mismo principio que funciona para el porno, sólo que es más visual y menos imaginativo. Pero el efecto de excitación es el mismo.

—Claro.

—Bien pudimos haber incluído pintura erótica, o hentai, o hacer un playlist de canciones que si llegan a la persona en el momento correcto le generan respuesta sexual. Como dijimos desde el primer programa, cada persona es una gran red de estímulos, y lo que me calienta a mí es posible que no te caliente a ti, o te caliente menos, o te caliente diferente. ¿Se entiende?

—Por supuesto.

—Entonces, aclarado ese punto, el porno —suspira—. Tenemos tanto que cubrir aquí —se ríe—. Empecemos por que es ficción. Eso ya lo habíamos dicho también, ¿verdad? Se alteran factores para que el contenido sea más excitante para el consumidor, y esas alteraciones lo llevan al terreno de lo irreal. No es educación sexual, chicos, es ficción. Desde tamaños de pene a mujeres que gritan y gimen ante cualquier estímulo de la misma manera, pasando por eyaculación facial o el sexo anal. A ver, son prácticas sexuales que de por sí no son negativas ni extrañas siempre que ambas personas estén de acuerdo en realizarlas, pero hay que estar claros en que éste tipo de películas exagera el placer que se puede llegar a sentir. Esos choques con la realidad, pueden crear frustración al no obtener el mismo resultado en la vida real y es cuando pensamos que el problema lo tenemos nosotros. Repito, es ficción. No es real.

—Bien, enumeremos. Mitos del porno.

—Bien, primero, los penes no son como unas garrafas de gaseosa de dos litros —se ríen—. No son así de largos ni así de gruesos, ni tienen erecciones que duran tres horas seguidas. Tampoco es verdad que las vulvas son rosaditas y no tienen ni un pelo. O el ano es blanquito y limpiecito. Estamos hablando de tratamientos de depilación con laser, blanquemiento de la piel, uso de photoshop y maquillaje. ¿Se entiende?

—Totalmente.

—Segundo, mayor velocidad no es igual a mayor placer. Tampoco mayor fuerza. Ni para él, ni para ella, ni para el vecino que esta harto de escuchar los golpeteos en la pared —se ríen—. Después de unos minutos de taladro percutor, él tiene la cadera cansada, la ingle adolorida y ella seguramente está gritando "¡pero qué bestia!"—hace una voz aguda— y no en el buen sentido —se ríen de nuevo.

»Tercero, eyaculación facial. Es falso que a las personas eso las excite, sobre todo a las mujeres. No es rico que el semen caiga en el ojo y luego se les irrite, no es rico que caiga en el pelo ni en el maquillaje que se hicieron con esmero para verse lindas para su pareja. Y, aunque nada de eso te importe, no es una práctica que genera morbo en las chicas, per se. Tampoco el hecho de tragar el semen lo es porque no sabe a helado. Si las personas lo hacen es más por satisfacer a su pareja y ver cómo ellos disfrutan, eso sí genera morbo. Pero bueno, si no te gusta, no lo hagas.

—Así de simple.

—Otro, el orgasmo femenino no es un concierto de gritos y gemidos. El placer en la culminación es exagerado en las películas para que no quede duda que esa mujer disfrutó la escena. Pero en la vida real, cada orgasmo es diferente, incluso los que experimenta una misma mujer en diferentes circunstancias. Y una última, no se puede saltar de un orificio a otro así nada más. Se necesita higiene, preparación y dilatación previas de los músculos radiados del ano. Se debe usar una muy buena cantidad de lubricante para evitar romper los vasos sanguíneos y utilizar un condón para impedir el contacto con las bacterias fecales. Me dan risa las escenas, en el porno y la literatura, donde se pasa de la penetración anal a la oral. Ya quisiera ver la cara de la persona que tiene que meterse un pene lleno de materia fecal en la boca.

—¡Wac! Qué asco. ¿Y es verdad que el porno afecta la masturbación masculina?

—Afecta tanto la masculina como la femenina en tanto que la persona no consiga activarse sexualmente sin utilizar las imágenes. Para masturbarnos podemos alcanzar los mismos buenos resultados si sólo fantaseamos, o si lo compartimos con alguien. También está el mito de que afecta las relaciones de pareja porque que la persona no se excita de la misma manera en una situación con su pareja que en la masturbación con porno. Pero en estos casos la solución no está en dejar el porno. Esta no es la causa, sino la excusa. Quizás es un chico que tuvo un episodio de eyaculación precoz, por ejemplo, y piensa que a las chicas de la película no tiene nada que demostrarles pero a su pareja sí, así que ese tipo de sexo le crea menos ansiedad y lo prefiere. O una chica a la que el porno le genera un nivel de excitación más rápido y eso lo confunde con mayor satisfacción. Cada caso es diferente.

—Entendido. ¿Y cuál es la diferencia del porno femenino con el tradicional?

—Bien, una aclaración. Hay un tipo de porno hecho para mujeres, y un tipo de porno feminista. El primero, que ya tiene más de quince años en el mercado, tiende a hacer películas con una visión más romántica, es decir, en lugar de sexo como tal, muestra los personajes "haciendo el amor". Sin embargo, desde hace un tiempo han surgido reacciones que rechazan esa idea y se está haciendo un porno más bien feminista, con lenguaje libre de estereotipos que excita pero no deja de lado la realidad. El mayor elemento son mujeres disfrutando sin convertirse en objetos sino en protagonistas del éxtasis, bien sea a solas, en situaciones lésbicas, heteros, bisexuales, sexo grupal o gang bangs. También se añaden juguetes, fetichismo, BDSM, pero siempre desde una perspectiva de apertura femenina al goce, sin la pasividad y sin el juicio social, libres para experimentar, digamos. Además, no hay violencia, se muestran más caricias, juegos, cunnilingus, erotización de la vulva y el clítoris así como dinámicas lúdicas previas. Se muestra un mayor erotismo, sutileza, preparación y excitación gradual. También, es un tipo de porno con más contenido en tanto que hay más congruencia y sustento en el argumento, en la historia que se cuenta. Y bueno, también tiene más producción en cuanto a la escenografía y fotografía. Le ponen más atención a esas cosas.

—Perfecto. Es decir, el feminista no es una película romántica con sexo.

—No. Es porno. El centro del argumento es sexual. Habrán películas más románticas y otras menos románticas, habrá sexo suave o sexo rudo, pero siempre con consentimiento y disfrute más equilibrado en cuanto a género. Eso sí, sigue siendo ficción.

—Perfecto. ¿Y el porno ético?

—Ah bueno, ahí lo que se promueve son mejores condiciones de trabajo para los actores y actrices. Además, ayuda a concientizar que es un trabajo y, como tal, depende de una industria. Así que si somos consumidores de porno, deberíamos pagar por ello, como lo hacemos con todo lo demás que consumimos. Piensa que la palabra más buscada en internet es "sexo" y con sólo meterte en imágenes y pedir que sólo te muestre gifs o videos, ya tienes material gratuito. O puedes entrar en ciertas páginas que tienen videos cortos que, aunque te llenan la computadora de virus, puedes salir del apuro sin pagar un centavo. Hace diez años, si una persona quería ver porno tenía que alquilar o comprar una película. Estaba obligado a pagar.

—Claro. Queda clarísimo. Bueno doctor, ¿te parece bien si cerramos aquí?

—Me parece perfecto.

—Al menos te vas más calmado —se ríe—. Y a ustedes, gracias por escuchar. Si les quedan dudas, estamos aquí para resolverlas. Un beso y nos escuchamos pronto.