Especial: Pregúntale a Foster
—¡Hola! Bienvenidos a un nuevo programa. Esta vez, quisimos hacer una pausa en la planificación para dedicarnos a contestar preguntas que nos han llegado por privado y que no requieren un espacio entero para resolverlas. Para ello, tenemos con nosotros al Doctor Foster.
—¡Hola! ¿Qué tal?
—Doctor, hay muchas muchas preguntas.
—¡Eso es bueno! Quiere decir que la gente siente curiosidad.
—Bueno, vamos directamente a la primera. ¿Es normal sentir miedo a perder la virginidad?
—Empecemos por decir que es natural, es humano y es común. Como cualquier otra experiencia de la que no tenemos registro de haber vivido, nos genera cierto temor. Pero si además le sumamos la mala prensa que tiene el primer coito, pues yo también estaría aterrado. Empecemos por definir a qué exactamente le tenemos miedo. Reuní en unas pocas categorías los motivos que más generan temor, pero si me salté algo, no dudes en preguntar.
»La primera categoría sería "¡Me va a doler!" —da un gritito agudo imitando una voz femenina—. Y no chicas, no necesariamente tiene que doler. Ya les explicamos un poco en los programas que dedicamos a eso. Cada cuerpo es diferente y vive una experiencia diferente. Pero sigan los consejos que publiqué en el Compendio de Técnicas y no la van a pasar mal. En resumen, lubricante y mucha paciencia.
»La segunda categoría está muy asociada a la primera, sería "¿Me va a gustar?". Y ahí no me queda de otra que tratar de ponerme en los zapatos de una chica adolescente que tiene un montón de hormonas bullendo en su organismo, que le gusta muchísimo un chico y se lo quiere comer vivo, pero que además sabe que anatómicamente no las tiene todas a favor porque va a estar tensa e incómoda metiendo una cosa dentro de su cuerpo. Y eso está bien, es lo esperable. Mi recomendación es que hagan un pacto con su pareja donde sin importar qué pase, no salgan de ese encuentro sin un orgasmo cada uno como mínimo. Así que estimulen bien ese clítoris.
—Ah, me parece perfecto —se ríen.
—Otro miedo muy común es "¿Y si mi familia se entera?", y aquí tengo dos casos. Las familias conservadoras, bien sean religiosas o no, que le inculcan a los hijos que esperen o de plano les prohíben a las chicas salir con chicos hasta cierta edad. O si no, están las familias que simplemente no hablan del tema. Quizás los padres no son los más restrictivos, pero como no se habla de sexo, las chicas prefieren esconderse. En cualquiera de los dos casos, no caigamos en machismos. Las mujeres tienen tanto derecho de iniciar su vida sexual cuando estén preparadas como los hombres, sin tabúes y sin vergüenza. Si tienes una familia religiosa y tú misma te consideras creyente, no te sientas menos por querer esperar. Es tu cuerpo, tú decides sobre él. Ni tus padres ni tu pareja tiene opinión al respecto. Toma la decisión cuando realmente estés preparada.
»Y ahí nos vamos a otro miedo "¿Y si hago algo mal?". Aquí mi contrapregunta sería ¿Y que si haces algo mal? ¿Cúal es el problema? Es la primera vez, después habrán más y mejorarás con la práctica. No nacimos aprendidos, ninguno. Y mi consejo es que le tienes que decir a tu pareja que eres inexperta. Hazlo, dícelo. Si no, corres el riesgo de que sea brusco y que te haga daño. Si no tienen la confianza suficiente para decírselo o crees que te va a ver diferente por ser inexperta, entonces deberías preguntarte si él es la mejor opción para esto. No porque le vayas a regalar algo preciado —se ríe— sino porque es un momento donde tu cuerpo necesita que lo respeten. Ojo, no estoy diciendo que tiene que ser tu novio de toda la vida. Puedes tener un encuentro casual con un desconocido, pero no dejes de decirle que tenga cuidado.
»Una variante de la anterior es "¿Y si no le gusto?". Y bueno, dos cosas aquí. ¿Tienes idea lo común que es tener la autoestima baja en la adolescencia? ¿Que no te guste tu cuerpo? Ahora, que sea común, no quiere decir que se sienta mejor, lo sé. Pero te aclaro, casi todos los que pasamos por ahí aprendimos que hay partes de nosotros que nos gustan y partes que no nos van a gustar nunca. Mírate al espejo y analízate objetivamente. Estoy seguro que hay muchas cosas de ti que son lindas. Créeme, vale la pena ser tú, vale la pena tener tu cuerpo. Y si hay cosas que no te gustan, ¿qué puedes hacer para cambiarlas sin hacerte daño? Ahora, volviendo al momento donde te tienes que quitar la ropa ante el muchacho por primera vez, creeme cuando te digo que él está ahí porque vio cosas lindas en ti, porque le gusta tu cuerpo, porque lo calientas. ¿No me crees? Prueba quitarte la ropa muy lento y sin quitarle los ojos de encima, manteniendo un semblante serio y sexy. Fíjate cómo te mira. ¿De verdad creíste que no le ibas a gustar?
»Después, me quedan un par de razones. La siguiente es "¿Y si se enteran los demás?". Entiendo que en las escuelas y universidades hay mucho bullying y presión en el tema sexual, pero tienes que saber que no eres menos o más mujer por ser virgen o por dejar de serlo. Seguirás siendo tú después del primer coito, así como sigues siendo tú cuando te tiras en paracaídas o cuando te metes al mar por primera vez. Lo que piensen los demás de ti debería importarte más bien poco.
»Y por último y la que yo considero más importante es el miedo al embarazo o a las enfermedades. Para eso la solución es educarse. Lee blogs de sexólogos, ve videos en Youtube, infórmate. En Wattpad hay varias obras de gente que da consejos o cuenta sus experiencias. Yo me he dado la tarea de ir en busca de esas joyitas y estoy agregándolas a una lista de lectura en mi perfil. También me he encontrado con muchos mitos, así que seguramente me vean por ahí comentando, corrigiendo o dando mi opinión. Pero volviendo al tema, educarse ya es el primer paso para ir preparado para un primer coito.
»Ahora, no importa tu edad, después de la primera menstruación, se espera que una mujer pueda ir regularmente a consulta con un ginecólogo. Y no, no te tienen que acompañar tus padres y ver lo que te hacen o dicen. Es un médico, tiene el deber legal y moral de proteger la privacidad de su paciente. Así que si no quieres que tus padres se enteren de nada, anda a un hospital público si funcionan bien en tu país, o a una clínica de control natal que normalmente funcionan de forma gratuita. Pide que te hagan un estudio y te recomienden un método anticonceptivo. La mayoría de los países tiene algunos tipos que distribuyen de forma gratuita. No necesitas esperar a tener novio para tomar anticonceptivos. En muchos casos los recetan para regular los ciclos o mejorar algunos temas hormonales. Pregunta y cuídate por ti, por lo que tu cuerpo representa para ti. Y cuando hayas decidido que vas a hacerlo, pasa por una farmacia y compra una cajita de condones o pídelos gratis en esos mismos centros de salud. Si el muchacho lleva, genial, pero asegúrate de que lo usen bien. En el calor del momento es común equivocarse y hacer las cosas mal. Presta atención y ayúdalo si él no puede. Recuerda que también hay mucha presión social para los hombres y no es el único nervioso en la habitación.
—Doctor, más claro imposible. Y recuerda que si tu miedo va más allá de estas explicaciones, puedes escribirnos. Siguiente pregunta: ¿Es verdad que la vagina se tira pedos? —se ríen a carcajadas.
—Sí, es verdad. Piensen que es un canal con las paredes cerraditas. Cuando el pene entra y sale bombea aire que a veces queda atrapado y sale en el momento menos esperado. Muchas chicas lo que hacen es que al terminar van a orinar y hacen movimientos de presión pujando para asegurarse que no quede nada ahí. A mí muchas veces me pasó que sonaba en pleno acto y nos matábamos de risa. Pero es completamente normal chicas, que no les dé vergüenza.
—¿Las duchas vaginales son malas?
—Bueno, en principio no. Lo que malo es el uso que le den. ¿Tienes una infección vaginal? ¿Te pica, te arde, o tienes un flujo raro? No te hagas una ducha casera, anda a un ginecólogo a que te haga un examen y te de la receta correcta. Hay veces que la infección es bacteriana, hay veces que es viral, hay veces que no es una infección vaginal sino urinaria, o no es una infección de ningún tipo sino otra cosa. Cada problema tiene un tratamiento y meterse allá adentro una solución con vinagre, manzanilla y no sé qué otras cosas usaban las abuelas, no es una buena idea. Alteras la flora vaginal y puedes empeorar la situación. Sé inteligente y cuídate.
—A una amiga le pasó que estaba con una molestia como un picor adentro y fue al ginecólogo, le hicieron estudios y no encontraron nada, pero cuando describió bien lo que sentía, descubrieron que no era nada vaginal sino un nervio en la columna que estaba siendo presionado por mala postura. Hizo algunos ejercicios de elongación y yoga, y se le quitó.
—¿Ves? ¿Te imaginas que se hubiese hecho una ducha vaginal? Totalmente innecesario.
—Sí. Bueno, siguiente pregunta: Nunca he ido a un ginecólogo y me da terror. ¿Qué debo esperar? ¿Es mejor un hombre o una mujer?
—Bien, creo que esta pregunta mejor la contestas tú.
—Bueno, en mi experiencia, la cosa va mas o menos así. Lo primero que te dicen es que te quites la ropa y te pongas la batita. Te acuestas en la camilla esa que tiene los soportes para subir los pies y el médico se pone en la parte de abajo. Hace primero un examen físico donde mira tu vulva. Y sí, te toca para poder revisar toda la piel de esa zona. Después, seguramente te haga una ecografía. Hay dos tipos, la abdominal que es la típica que sale en las películas donde te echan un poco de gel en el vientre y te pasa un aparatito que capta la imagen en una pantalla en blanco y negro. O está el eco trasvaginal que es un aparato parecido a un vibrador al que le ponen un condón y lo insertan en tu vagina. Tiene una camara en la punta o un dispositivo de ultrasonido y hace lo mismo que el otro, ver tus órganos y proyectarlos en una pantalla. Ahí revisan tu útero, tus ovarios, etcétera, toman mediciones y ven que todo esté bien.
Si está incluído en la consulta, que casi siempre lo está, te ponen un espéculo, que es un aparato parecido al pico de un ave. Ese aparato lo introducen en la vagina y le permite al doctor mantener abierto el canal para revisarlo. Luego, mete un aparatito que parece un hisopo largo y raspa el cuello del útero para tomar una muestra de las células. Este examen se llama Papanicolau o Citología. Esa muestra la pone en unas láminas de vidrio y lo manda a un laboratorio para que descarten varias enfermedades. También, aprovechan de ver el cérvix con una especie de microscopio que acercan a la zona y buscan alteraciones. Ese examen se llama Colposcopía. Y el chequeo termina con un examen físico a tus pechos. El médico toca haciendo diferentes tipos de masajes buscando protuberancias o cualquier síntoma raro para descartar cáncer de mama. Esa es la versión larga, digamos. Si tienes el himen intacto, sólo te hacen el examen físico y el eco abdominal, no meten nada por tu vagina. No tengas miedo de ir. Yo sé que da un poco de incomodidad que te estén tocando ahí, pero piensa que también debería ser incómodo ir a cualquier médico, es sólo otra parte de tu cuerpo que tienes que revisar.
—Bien completa tu explicación. Me siento orgulloso —se ríen.
—Bueno, me gusta saber qué me hace el médico cuando voy a verlo.
—Así debe ser. ¿Y en cuanto a tu preferencia sobre ginecólogo mujer u hombre?
—Bueno, aquí entra mucho la preferencia personal. Por razones que no vienen al caso, he tenido que cambiar varias veces de ginecólogo y he visto mujeres y hombres. Yo, sinceramente, los prefiero hombres. Creo que no he tenido buena experiencia con las mujeres. Siempre me sentí juzgada o regañada de alguna forma. Una vez una me dijo que no estaba depilándome bien. Otra me dijo que tenía que dejar de quejarme de los dolores menstruales. Pero bueno, esa es mi experiencia, seguramente habrán mujeres muy profesionales y dedicadas que son un As en su profesión. Mi ginecólogo actual, al que amo con todas mis fuerzas, es un tipo super profesional. Para empezar el consultorio está a media luz, así que automáticamente te sientes más tranquila. Todo es limpio y huele rico, como a velas aromáticas. Él no es un tipo guapo, pero sí es joven, tendrá unos cuarenta, pero me empezó a atender cuando tenía treinta y pocos y yo unos venti pocos. Eso siempre me dio confianza, no sé por qué. Después, cuando va a usar el espéculo, primero lo calienta un poco con un secador de pelo. Piensa que es un aparato de metal o plástico que está frío, así que se agradece la consideración —Foster se ríe—. Él es lo mejor del mundo, en serio.
—No lo dudo.
—Bueno doctor, sigamos con la siguiente pregunta: ¿Qué es el sexo en seco?
—Mmm. ¿Se acuerdan cuando en el primer programa dijimos que los toqueteos eran sexo?
—Sí, el magreo, no se me olvida más.
—Exacto. El sexo en seco es lo mismo. Es la estimulación de las zonas erógenas con la ropa puesta. Es genial para las personas que no quieren avanzar a desnudarse frente al otro, o para los que quieren mantener todo en el terreno seguro en cuanto a concepción o enfermedades. Yo lo recomiendo para los adolescentes más que nada, sean inexpertos o no, porque les da la posibilidad de tener orgasmos y bajar el nivel de excitación sin comprometer la salud.
—Genial. ¿Cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo?
—En torno a esto hay toda una cultura de publicidad, muchas veces engañosa. A ver, sexo, como les vengo diciendo desde el principio es la búsqueda del placer. Nos sentimos atraídos hacia alguien y llevamos a cabo conductas que nos permitan compartir nuestro gozo con esa persona. Hacer el amor es tener sexo con alguien por el que tienes sentimientos. Involucra la parte emocional y se siente totalmente diferente psicológicamente hablando porque compromete otras partes de uno y de la otra persona. Hay otro nivel de confianza, de entrega, de complacencia.
»Y aquí necesito hacer una salvedad. El amor, en términos de sentimiento que une a dos personas, no es algo que se da hacia un desconocido. Y un desconocido es una persona que tienes pocos meses de conocer. Si bien uno nunca "conoce" por completo a otra persona básicamente porque siempre estamos cambiando, el hecho de convivir diversas situaciones con él o ella es lo que nos permite crear un patrón en la mente de cómo se suele comportar. Eso quiere decir que si no convivimos con esa persona lo suficiente, es muy difícil que lleguemos a crear un lazo afectivo tan fuerte como el amor. Se supone que amamos a alguien de quien conocemos sus patrones, sus reacciones, sus gustos, sus expresiones, y nos sentimos a gusto con ello.
—¿No crees en el amor a primera vista?
—Creo en la atracción a primera vista y el amor a largo plazo. Puede ser que nos vuelva loco una persona, pero una vez que va pasando el tiempo y vamos viendo cómo se comporta, puede que nos decepcionemos porque no sea compatible con nosotros, o al contrario, nos sintamos más atados emocionalmente que nunca.
—Bien, sigo: ¿Cómo sé si soy ninfómana o simplemente una prostituta?
—Bueno, dos conceptos totalmente diferentes. En principio, te cuento que vamos a hacer un programa exclusivo de parafilias. Quédate atenta y vas a saber detalles, pero te adelanto que la ninfomanía o la satiriasis, que es el término que se usa para los hombres, es un trastorno psicológico con conductas compulsivas y rituales no deseados, en los que una persona participa en varias ocasiones sin obtener placer de ellos o ser capaz de controlarlos. No es que le guste tener sexo, es que no lo puede evitar y muchas veces se sienten mal por eso. La prostitución es un tema totalmente diferente. Se trata de personas que se someten al deseo sexual de otra persona a cambio de un beneficio, normalmente económico. Y es otro tema serio. Muchas mujeres están en ese tipo de trabajo porque quieren, porque les gusta, pero la gran mayoría están ahí por necesidad o porque las obligan. Así que ojo con minimizar la seriedad de un tema o del otro. Si tienes muchas ganas porque te gusta alguien o simplemente porque te gusta el sexo, ¿qué te detiene de rascarte la piquiña? Vive tu sexualidad, complácete sin etiquetas.
—No tengo dinero para comprarme un vibrador y no le puedo pedir a mis padres, ¿qué me recomiendas?
—Primero, tus manos. Nada más útil. Pero si lo que quieres es experimentar con un juguete, puedes fabricarte el tuyo. Te dejo un video, que aunque está en inglés, me parece que está muy bien explicado gráficamente tipo tutorial de Pinterest. Ahí, una sexóloga te enseña varias opciones para que puedas fabricarte tu propio dildo.
https://youtu.be/VZ-2xS3wgoI
—Mmm, yo quiero ver ese video —Foster se ríe— Sigo, ¿qué opinas del sexting?
—A mí me parece muy divertido. Lo único que tienes que tener en cuenta es la seguridad. Primero, asegúrate de que estás hablando con la persona que crees que estás hablando. Si es alguien que conociste en línea, pídele una videollamada para verle la cara, hay mucho pedófilo y loco por ahí. Después, ten cuidado con las fotos y los videos que compartes. Internet tiene memoria y es muy fácil rastrear un archivo que quedó en la nube y difundirlo sin tu consentimiento. Mi recomendación es que envíes fotos donde no salga tu rostro o partes claramente identificables de ti, como un tatuaje, por ejemplo. Pero de resto, ¡disfruta!
—¿Qué opinas de la abstinencia?
—Es una decisión personal, como lo puede ser convertirse en vegetariano, por ejemplo. Hay muchas personas, adolescentes sobre todo, que prefieren no tener sexo por una variedad de razones. Y eso esta bien si es lo que quieres y si es lo que crees que es mejor para ti. En mi caso personal, creo que me hubiese vuelto loco con tantas hormonas alborotadas. Además tenía una novia en la escuela que era bastante mente abierta, así que habiendo tanta confianza entre nosotros, no tuvimos problemas en iniciarnos sexualmente de una forma responsable y divertida. Nunca pasó por mi mente la abstención, pero insisto, esa fue mi experiencia.
—¿La abstinencia incluye la masturbación?
—Si es por motivos religiosos, sí. Para varias religiones es un pecado, así que los creyentes ni siquiera eso practican.
—Qué locos están.
—No diría que locos, diría que están claros en sus prioridades, las cuales son diferentes a las tuyas y a las mías. Hay que respetar las creencias de todo el mundo.
—Tienes razón. ¿Cuál es la diferencia entre ETS e ITS?
—La "E" es de enfermedad y la "I" es de infección. En la medicina no se hace referencia a la infección como una enfermedad a menos que haya síntomas. Se usa el término ITS para incluir las infecciones contraídas que suelen ser silenciosas y no presentan síntomas.
—Bien, después quedan varias preguntas sobre el sexo oral, anal, técnicas y algunas sobre la literatura erótica y el porno, pero prefiero que esas las dejemos para más adelante porque tenemos capítulos destinados a cada uno de esos temas.
—Exacto. Manténganse en sintonía.
—¿Hay algún tema del que quieras hablar antes de despedirnos?
—Sí. Quiero hablar sobre el consentimiento. Hay algo sobre este tema que me molesta mucho y es que me parece que lo estamos enfocando mal. Lo esperable para cualquier persona es que se respete el derecho a decir "no" en cualquier momento de la relación sexual. Y eso está bien, pero me parece mal que asumamos el "sí" primero.
»A ver, me explico con un ejemplo típico. En un bar, un chico mira a una chica y ésta le sonríe. Eso es una señal universal para el "hola, me interesas". El tipo se acerca a la chica y mantienen una conversación banal, se toman unos tragos y él la invita a un lugar más privado. ¿De dónde sacó ese chico que esa chica esta interesada en tener sexo? A lo mejor le pareció atractivo y lo quiere conocer un poco primero. Entonces, ahí ella le dice que no y sin embargo, intercambian teléfonos. Se mantienen en contacto un par de días y él la invita a comer. Al final de la cita, la besa. ¿Quién le dijo a ese chico que ella quería ser besada? ¿Por qué asumimos que ese es el momento de probar físicamente a alguien? Supongamos que ella se aparta y le dice que no quiere ser besada aún. ¿Qué crees que pasa luego?
—El muchacho se desanima y deja de llamarla.
—Exacto. O quizás es paciente y salen un par de veces más, pero ella sigue negándose a avanzar físicamente. Llegará un momento en el que el tipo va a asumir que ella no siente atracción por él o que ella es un hueso duro de roer y prefiere buscar una presa más fácil. Chicas, estoy seguro que este escenario es más común que el arroz. Bueno, no se sientan mal. Ese tipo de hombres no se merecen su atención. Apuesto que muchas han doblegado sus propios instintos y han accedido a complacer al tipo sólo para que no se aleje. No, no y no. Consentimiento no es tener que decir no. Implica no asumir que primero va el sí.
»Cambiemos un poco la historia. Está vez, otro chico que está en el bar ve a otra chica sonriendo y se acerca. Charlan, se toman unos tragos e intercambian teléfonos. Luego, cada uno se va a su casa. El chico invita a salir a la chica varias veces, pero nunca propone un acercamiento físico. Pasan dos, tres meses y, a pesar de que siguen saliendo, ni un beso se han dado. ¿Qué creen ustedes que estará pensando esa chica? —Foster usa una voz aguda— "¿Será que no le gusto?".
—¿Será que es gay o simplemente lento? —comenta la conductora entre risas.
—Exacto. Ese muchacho quizás sólo está tomándose su tiempo en conocer a la chica. Está respetando sus tiempos, los de él, y avanzando con paso seguro. El consentimiento va de ida y de vuelta y no tiene género ni preferencia. ¿Si tantas ganas de avanzar tienes, por qué no tomas la iniciativa y le preguntas? ¿No es romántico que en un momento lindo le digas que tienes ganas de besarlo o besarla a ver si él o ella está de acuerdo? ¿Por qué seguimos apoyando esos comportamientos irrespetuosos con la integridad del otro? El hombre no tiene que tener urgencia, no tiene que marcar el ritmo y definitivamente no tiene que asumir que todas las chicas quieren sexo en ese momento con él. Y las mujeres no tienen que ajustarse a ello si no quieren, no tiene que tener miedo a que se vaya con otra, no tienen que menospreciarse, pero también tienen que estar claras que pueden ser las que den el primer paso. ¿Por qué a la chica del primer ejemplo la etiquetamos como histérica o "hueso duro de roer"? ¿Por qué si en este ejemplo el muchacho está haciendo lo correcto al no asumir el sí, lo etiquetamos de lento o gay? No sé, para reflexionar, ¿no te parece? Comunicación ante todo. Si tu ritmo es diferente al del otro. Pregunta y respeta el punto de vista del otro.
—Totalmente doctor Foster, respeto ante todo. Bueno, hemos llegado al final de este programa especial, espero que les haya gustado. Ya saben, estamos para ustedes a sólo un mensaje de distancia. ¡Que tengan una sexy semana!
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