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El Pene

—¡Hola! ¿Cómo están? ¿Qué tal todo? ¿Cómo están sus cabecitas hoy? ¿Con ganas de aprender un poquito más sobre este sabroso tema? Yo sé que sí, yo sé que sí —garantiza con voz cantarina—. Y es por eso que hoy les traigo un tema bien interesante. Y para hablar de eso, nuevamente se encuentra con nosotros el Doctor Felipe Foster. ¡Bienvenido!

—¡Hola a todos!

—Doctor, ¿quiere presentar el tema de hoy?

—Mmm, sí. Hoy vamos a hablar sobre algo que conozco bien, el pene.

—Pero ojo, no vamos a hablar de su pene, doctor, sino de todos los penes, ¿cierto? —el doctor estalla en carcajadas.

—Así es, hablaremos del pene como órgano genital masculino, sin dar una clase de biología. Porque si quieren saber cómo es un pene o qué partes lo conforman, pueden googlear.

—Bien. ¿Y por dónde empezamos?

—Qué tal por la pregunta que todos se hacen siempre: ¿el tamaño importa?

—Ay sí, todos los protagonistas de novelas románticas tienen una macana. Y la verdad, es que para mí sí importa.

—¿Sí? A ver, explícame.

—Bueno, cuando es muy chiquito no se siente nada.

—¿Qué tan chiquito?

—Nunca me ha pasado de estar con alguien con un micropene, pero estuve con alguien que lo tenía del tamaño de un labial, y no sentí nadita.

—¿Erecto?

—Sí.

—Bien, lamento informarte que eso era un micropene —se ríe.

—¡¿En serio?!

—Se considera micropene cuando mide menos de siete centímetros en estado erecto y un labial debe tener más o menos ese tamaño.

—Oh...

—Ahora déjame contradecirte. El tamaño, o mejor dicho, la longitud, no influye, por tres razones. La primera es que se ha demostrado que es más importante el grosor porque obliga a los músculos vaginales o anales a expandirse más. Eso, es mucho más placentero que una penetración profunda. Segundo, la vagina tiene un largo de hasta catorce centímetros, y un pene demasiado largo puede golpear demasiado fuerte el final del canal vaginal, donde está el cérvix y esa sensación no es agradable. Y, tercero y más importante, dentro del canal vaginal no hay terminaciones nerviosas, si no, el parto sería algo insoportable. Así que el pene puede ir profundo y sin embargo, puedes no sentir nada porque no está estimulando nada. Lo que hace realmente placentera la penetración para una mujer es el golpeteo y el roce que produce la base del pene y los testículos en la vulva y el clítoris, y también cuando el cuerpo del pene estimula el punto G, que está bastante en la entrada. Lo mismo para el sexo anal en los hombres, la estimulación placentera está en el punto P, justo entre la entrada del ano y la próstata. Así que con ocho centímetros se puede hacer algo bastante bueno. El problema de ese muchacho no era el labial, era que no sabía usarlo.

—Me queda clarísimo, y nunca más lo llamaré por su nombre, de ahora en adelante es "el muchacho del labial" —ambos se carcajean—. Entonces, ¿cual sería una medida normal?

—Mmm, los miembros de ocho a doce centímetros se consideran pequeños, pero funcionales. El estándar mundial se encuentra entre doce y catorce, mientras que de quince a veintidós son considerados miembros largos. En cuanto al grosor, el promedio va de once a trece centímetros de circunferencia.

—¿Y qué me dices de las diferencias entre las etnias? ¿Es verdad que los negros lo tienen grande y los asiáticos pequeño?

—Los estudios se contradicen. No está probado que sea una ley universal. Y, de ser así, creo que los promedios más altos los compartirían los africanos con los latinos, por el proceso de mestizaje durante la esclavitud. Además, los estudios indican que los penes más gruesos son los europeos. Hace poco leí un estudio australiano que ponía a una muestra de mujeres de distintas edades a valorar fotos de siluetas masculinas según sus preferencias. Se comprobó que las mujeres le dan más valor al cuerpo del hombre que al tamaño de su pene. Si un hombre es bajito y gordito, no va a conquistar más porque tenga un pene de veinte centímetros. En cambio un hombre con músculos definidos atrae más, aunque tenga un pene más pequeño. Después de los ocho centímetros, las chicas no le daban importancia al tamaño, hasta que llegaban a unos trece que las preferencias eran negativas. Más allá de todo eso, si un hombre no se siente cómodo con el tamaño de su pene, tiene que recordar que no es el único medio para estimular a su pareja. Para eso tenemos manos, lengua, dientes, etcétera. Hay muchas mujeres, por no decir la mayoría, que prefiere un tipo de estimulación diferente a la penetración. Hay que ponerse creativos.

—¿Y qué nos puedes contar sobre las erecciones?

—Ah, esto es interesante porque es algo que experimentamos diferente de ustedes mujeres. Lo primero que tienen que saber es que no duele, a menos claro de que el muchacho esté usando una ropa demasiado ajustada en la zona.

—Ah, mira. Siempre había escuchado que dolía si no hacían algo al respecto. A los personajes cachondos los pintan como que se les va a explotar allá abajo.

—Bueno, a ver, piensa que es una zona con muchas terminaciones nerviosas y que, cuando comienza la excitación, la circulación se acumula ahí y el tejido eréctil se ensancha. Hay mucha tensión y sensibilidad que se traduce en un urgencia por liberar. Cualquier mínimo roce nos hace suspirar, incluso la ropa que tenemos puesta. Haz la prueba de dejar la mano colgando hacia abajo por unos minutos. Vas a sentir cómo la circulación se acrecienta y de a poco se hinchan los dedos, incluso sientes palpitaciones en la zona. Es algo así, pero placentero, lo prometo. Lo que es incomodísimo es tener que disimularlo porque implica doblarlo o presionarlo. Lo que me lleva a la segunda cosa que tienen que saber, y es que es absolutamente involuntario. Los estímulos son infinitos, pero una vez que eso se activa, hay que tener mucha concentración para hacer que desaparezca la excitación. Para que tengas una idea, tuve un paciente que se excitaba cuando se relajaba en un parque y le daba el sol. Sentir el calor placentero en la piel se traducía en una erección.

—Es decir, ¿no necesariamente tiene que ser algo de carácter sexual?

—Mi teoría es que ese muchacho un día tuvo un estímulo sexual que coincidió con el sol y, poco a poco y sin darse cuenta, fue reforzando la respuesta fisiológica. Ahora para él el sol es un estímulo gatillo que provoca la erección sin conectar ningún estímulo erótico, porque nuestro cerebro es plástico y aprende todo tipo de conductas, por más curiosas que puedan parecer. 

—Yo tengo un amigo que se quejaba de que se le izaba la bandera cuando iba a entrenar con el equipo de rugby, y no es gay. 

—Sí, con el ejercicio físico y una contracción reiterada de según qué músculos, se puede desencadenar una erección. Para que me entiendan, eso les pasa a muchas chicas cuando experimentan sin darse cuenta la masturbación contrayendo y relajando los abductores, ¿sabes? los músculos de la cara interna de los muslos. O también los que corresponden al suelo pélvico, esos que usas cuando aguantas las ganas de hacer pipí.

—Sí, hay toda una serie de ejercicios para esa área.

—Aja, los ejercicios de Kegel, pero hablemos de eso en otro programa.

—Sí, o sea, me queda claro que tener erecciones a diestra y siniestra no pasa porque sean unos pervertidos —se ríe.

—Bueno, algunos sí —la acompaña el doctor—, pero sepan que la mayoría de las veces es algo que no se controla. La erección no está bien vista y la reprimimos cuando es algo completamente natural, es una respuesta de nuestro cuerpo. Y, cuando vamos creciendo, la mente llega a bloquear nuestra respuesta fisiológica por condicionantes sociales. Es por eso que la mayoría de los hombres entre los veinticinco y los cuarenta años, ya no tienen erecciones tan descontroladas y se tardan unos segundos más es llegar al punto máximo, pero eso no quiere decir que haya menos calidad en la misma o menos necesidad de contacto físico. Todo lo contrario, consideramos que después de la mitad de los veinte, la potencia sexual es alta, pero moderada por la estabilización del carácter del hombre.

—¿Que quiere decir eso?

—Digamos que en la adolescencia, los chicos creen que nacieron aprendidos y con la gran potencia eréctil y descontrolada que se tiene, hay mucha inestabilidad en el ámbito sexual. Erecciones involuntarias, masturbación constante, consumo de pornografía, etcétera. Con la madurez, nos vamos dando cuenta que es la práctica lo que mejora nuestros encuentros, más que la simple potencia. Por eso quizás es que baja un poco la frecuencia en la masturbación, pero aumentan las citas, en cantidad y variedad. 

—¿En las mujeres es distinto?

—Sí, las mayoría de las chicas, considera, desde muy temprana edad, que un amante experto es lo que va a hacer de un encuentro algo provechoso. Por eso hay esta fascinación adolescente por los Bad Boys, y no tan adolescente por los hombres promiscuos. También hay un condicionante social que reprime el deseo femenino y lo subyuga al masculino. O sea, las chicas esperan que los chicos las inviten a salir, esperan que sean ellos quienes tomen la iniciativa. Por eso, si un chico es tímido e inexperto, no suele tener muchas chances. A medida que maduran, las chicas se empoderan de su sexualidad y entienden que el mismo criterio de experiencia igual a placer, se aplica a ellas mismas. El ápice de sexualidad en la mujer es igualmente al final de sus veinte y se extiende tranquilamente hasta los cincuenta. Ya sabe lo que quiere, lo que le gusta y va a por ello. Hoy en día, la menopausia no es un impedimento.Y los varones tímidos igualan sus chances con los maduritos expertos. Cuestión de gustos.

—Claro, hay más de una que le gusta corromper —ambos se ríen—. Volviendo al tema principal, una cosa que siempre me he preguntado es si la circuncisión afecta en algo.

—Mmm, qué tema escabroso. Yo, particularmente, estoy en contra de la circuncisión. Sé que hay miles de años de creencias que dicen que es mejor, pero la verdad es que está probado que tiene más desventajas que ventajas. Por ejemplo, se ha demostrado que las terminaciones nerviosas del glande pierden sensibilidad con el tiempo cuando se corta el prepucio, así que un hombre circuncidado en la niñez siente menos. Además, sé de casos de hombres que experimentan dolor, porque la piel de la zona es insuficiente y con la erección queda demasiado tirante.

—¿Y no se supone que es más higiénico?

—Eso también es un mito. La higiene depende de cada hombre, no de la piel que tenga en el pene. Incluso, hay urólogos que dicen que tener el glande expuesto, implica que el meato urinario tiene mayor exposición a bacterias. La única forma que sea una buena opción es cuando hay algún problema como fimosis o algo así.

—¿Qué es eso?

—Es una condición médica que se produce cuando el prepucio no se retrae. Ahí sí hay un tema de infecciones, así que lo más seguro es que haya que cortar. Tampoco quiero que me caiga encima la comunidad judía, pero lo cierto es que no darle la opción a alguien de definir qué quiere hacer con su cuerpo me parece terrible. Los bebés no se pueden defender, y cuando crecen, ya el daño está hecho. A veces los padres nos olvidamos que nuestros hijos son personas, que dependen de nosotros sí, pero no somos sus dueños.

—Es así. ¿Y qué otros problemas puede tener el hombre con su pene?

—Uff. Un montón de cosas. En la primera etapa, lo más común es la eyaculación precoz por lo mismo que hablamos de la inestabilidad sexual. Exceso de líbido, demasiadas hormonas, e hipersensibilidad a los estímulos. Razones netamente psicológicas. Sin embargo, también hay muchos casos de disfunción eréctil provocados por la ansiedad.

—¿Siempre son causas psicológicas?

—En esa etapa te diría que casi casi siempre sí. Pasa que hay mucha presión social en cuanto al coito, y es normal sentirse ansioso. Sólo hay que calmarse y disfrutar. También hay ejercicios que ayudan, y por supuesto, mejorar los hábitos de masturbación.

—¿Como masturbarse menos?

—O más. O de alguna forma particular. Depende de cada caso. Pero eso es en la adolescencia. Cuando ya hablamos de un hombre adulto, comienzan a aparecer otros problemas que se suman a los anteriores, como la eyaculación retardada, es decir, que se tarda mucho. Y en esos casos sí hay un porcentaje importante de causas orgánicas. Enfermedades venéreas, mala utilización de los métodos anticonceptivos, algunos medicamentos o incluso el uso de drogas o alcohol afectan la erección y la eyaculación. Por eso es bueno acudir a un médico para descartar. Pero eso no es lo único, también hay problemas médicos como el pene saxofón.

—¿Qué? —se ríe.

—Te juro que se le dice así —ríe también—. Es una deformación que se produce cuando hay bloqueo de un ganglio linfático o clamidia, que es una infección bacteriana. El pene se inflama y se enrolla hacia un lado, tal cual como un saxofón. Es muy fuerte porque duele para miccionar y es imposible el coito.

—Dios.

—También está el Peyronie que es cuando el pene es demasiado curvo hacia arriba, por lo que es doloroso incluso una simple erección. Es usual que pase por el desarrollo de tejido cicatrizal anormal dentro del pene y sólo se cura con cirugía.

—¡Qué dolor!

—Bueno, dolor debe ser una ruptura del cuerpo del pene.

—Ah sí, ¡he escuchado de eso! Mujeres que parecen una batidora y que se lo fracturan—se ríen ambos.

—Sí. En realidad no es fractura como tal porque no hay huesos, pero sí hay una ruptura cuando hay una torcedura severa mientras está erecto.

—Bueno paremos aquí antes de que me ponga a llorar. Ahora, vamos a una ronda de preguntas rápidas que nos llegaron vía redes sociales. ¿Preparado?

—Preparado.

—¿Los hombres sienten que el pene les cuelga? —el doctor suelta una carcajada.

—¿Las mujeres sienten que los pechos les cuelgan?

—¿Es normal sentarse sobre él por accidente o aplastarlo mientras duermen?

—No sólo es normal como común. Por eso ven que nos arreglamos el paquete a cada rato.

—¿Tienen un testículo más grande que otro?

—Sí, yo diría que todos los tenemos así, sólo que es más visible en algunos casos más que en otros. Como todos tenemos un pie más grande que el otro.

—¿A todos los hombres les gusta tomarle fotos a su pene?

—Yo diría que a la mayoría. Es lo que nos diferencia e identifica como hombres, así que es un símbolo de orgullo. Un tema más cultural que otra cosa.

—¿Es más cómodo hacer pipí parado?

—Depende. Es más cómodo durante el día que entras y sales del baño rápido. Pero cuando estás recién despertado, es complicado el tema de apuntar. Muchos hombres miccionan sentados en ese momento.

—¿Todos le ponen nombre a su miembro?

—No todos.

—¿El tuyo tiene nombre?

—¿Esa pregunta esta en Twitter? —se escucha un resoplido y el doctor suelta una carcajada.

—Sigo. ¿Si no se para es porque la compañera no es atractiva?

—No, no tiene nada que ver con eso. Puede ser que el chico está cansado o estresado o angustiado por algo. Como dije, el alcohol o las drogas también influyen. Que el tipo ya esté en la situación de casi coito con alguien implica que esa persona le parece atractiva. Básico, ¿no?

—¿Siempre que hay orgasmo hay eyaculación?

—No. Pueden haber muchos orgasmos y sólo una eyaculación. El sexo tántrico ayuda con eso y estimular el punto P también. Por otro lado, es posible que un hombre eyacule sin placer, lo que es indicio de algún problema y tiene que ir al médico.

—¿Existen hombres multiorgásmicos?

—Sí, aunque hay que entrenarse. Como dije, se pueden tener varios orgasmos antes de la eyaculación. Después de la eyaculación hay una sensación de saciedad que dura unos quince minutos que se le llama período refractario, durante el cual no es posible excitarse ni conseguir una erección, pero se puede entrenar para hacer ese período más corto, y por lo tanto volver para una segunda ronda más rápido.

—¿Por qué ocurren los sueños húmedos o las erecciones en la mañana?

—Primero, porque la producción de testosterona es más intensa durante la noche y llega a su pico durante la mañana, y segundo, porque cuando el hombre está relajado, la orina presiona la vejiga y un ramo de nervios en esa zona, y eso actúa estimulando la erección. Si eso se combina con un sueño excitante, ocurre la eyaculación. Es algo absolutamente involuntario y mucho más común de lo que se cree.

—¿Qué tanto puede durar una erección?

—Depende de millones de factores. Puede durar segundos u horas.

—¿Cuanto tiempo tarda un hombre entre la erección y la eyaculación?

—Eso varía dependiendo de la situación. Un hombre que dedica su atención a masturbarse puede eyacular en dos o tres minutos, pero tiene la capacidad de retrasar ese momento por horas.

—¿El pene se puede alargar?

—El pene detiene su crecimiento cerca de los veinte años, después de ahí no se puede alargar. Los tratamientos que se venden de pastillas o hierbas no se ha comprobado que tengan efecto real. La bomba de vacío no funciona tanto como se cree. Los ejercicios que promocionan por ahí tampoco sirven, recuerden que el pene no tiene músculos que fortalecer. La única opción real es la cirugía, y sin embargo implica un riesgo enorme de pérdida de sensibilidad. Insisto chicos, dejemos de lado esa obsesión con el tamaño del pene. Chicos y chicas. Hay millones de cosas más excitantes para vivir una sexualidad plena. Tener esa preocupación en la cabeza lo único que hace es generar ansiedad y trae consecuencias peores. Un buen beso puede generar mucho más placer que una estocada, se los aseguro.

—¿Un beso dónde?

—Mmm, usa tu imaginación. 

—Jesús... Mejor sigo, ¿por qué los hombres piensan con el pene?

—¡Guau! Bueno, en realidad, podría pasar horas debatiendo esta pregunta con razones biológicas y psicológicas. Pero resumo diciendo que depende de la etapa en la vida en la que un hombre se encuentre, los pensamientos sexuales suelen tener formas diferentes y las prioridades también van variando. Un adolescente se interesa en descargar esa líbido, un hombre adulto quiere experimentar, un hombre maduro, que normalmente está en una relación monógama, pasa lo que llamamos "crisis de los cuarenta" que es cuando tiene mucha frustración sexual porque o bien está aburrido, o su cuerpo no responde con la potencia sexual que su mente le pide. Es la etapa de las infidelidades, los divorcios, etcétera. Pero más allá de eso, insisto que las prioridades son diferentes para cada persona. Incluso, yo creo que en ese sentido, no nos diferenciamos mucho de las mujeres. ¿Cuántas chicas tienen encuentros ilusionadas por palabras lindas de un bad boy y pasan después por un desengaño? ¿Cuántas mujeres adultas no rompen sus relaciones por una que les promete una experiencia más excitante? Sin ánimos de juzgar a nadie ni de incentivar ningún tipo de conducta que le haga daño al otro, ojo. Pero chicas, sincerémonos, ustedes también toman decisiones con sus hormonas. Es algo que nos condiciona como seres humanos.

—Qué interesante, me gustaría ampliar esto en otro episodio porque se nos acaba el tiempo. Bueno doctor, muchas gracias nuevamente por acompañarnos, y a ustedes por escucharnos. Recuerden que si tienen alguna duda sobre el tema, gustosamente se la contestaremos. ¡Hasta pronto!

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