
Capítulo 1
Hazbin Hotel y sus personajes pertenecen a Vivziepop, la presente historia y trama es de mi autoría. Inspirado en el mini-cómic de MissMics.
De antemano, perdón por mis errores de ortografía.
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-...presentarte como un salvador en medio de toda la miseria de este lugar. Aunque eso es un poco hipócrita de tu parte, Demonio de la Radio, ¿no crees?. Proteger a algunos mientras devoras a otros transmitiendo sus gritos, ¿acaso eres una contradicción andante? Los rumores sobre tí me han causado curiosidad y si a eso le agregamos esa fascinante idea tuya sobre este pequeño hotel, me suena a una receta para el desastre y los desastres son entretenidos. Entonces, ¿aceptas mi oferta? No creo que tengas mejor opción para ayudarte en esta inútil cruzada que a la princesa en persona.
Angel podía sentir cómo su pelaje se erizaba en todo su cuerpo. Husk y Vaggie no estaban mejor, las alas del apostador se movían ligeramente, esperando el momento de atacar. El ángel caído se encontraba en una posición similar, con su lanza apretada en un agarre mortal mientras apretaba los dientes, lista para defender su hogar.
Todos allí eran conscientes de que realmente no tenían ninguna oportunidad de ganar pero, maldita sea, no iban a caer sin pelear. El demonio araña tenía la esperanza de asestar al menos un buen golpe en la cara de la rubia si ella se atrevía a ponerle una mano encima a Alastor cuando este se negase a aceptar su oferta.
La situación era ridícula, la princesa no podía estar tan aburrida como para rebajarse a atormentar a unos pecadores que ni siquiera representaban una amenaza para ella.
Pero de nuevo, era Charlie Morningstar. Ella y su padre, el rey, eran conocidos por su desprecio a los pecadores, los rumores de lo que hacía la rubia con aquellos que terminaban en su mal lado hacían ver como un juego de niños a las acciones de los overlords, y dichos rumores llevaban recorriendo el anillo del orgullo mucho antes de que cualquiera de los presentes terminase en el Infierno.
Angel podía imaginar lo que pasaría cuando Alastor dijera "no". La rubia eliminaría al demonio ciervo haciéndolo sufrir por creer que podía negarle algo y, si las malas lenguas eran ciertas, lo haría suplicar por la muerte.
Bueno, ellos no se lo iban a poner fácil, era inútil pero Angel no podía quedarse quieto viendo cómo eliminaban a una de las pocas y más preciadas personas que tenía. Casi pudo sentir que los pensamientos de sus otros dos amigos eran similares.
Escuchó a Husk gruñir cuando la sonrisa burlona de la rubia se ensanchó, esperando como un depredador el momento de su ataque. La esclerótica roja rodeando el iris amarillo se abría en su totalidad mostrando una sádica diversión.
El ambiente estaba tan tenso que cuando Alastor por fin habló, no le costó nada desestabilizar a todos con sus palabras. Aún así, Angel debió haberlo visto venir.
Alastor rara vez era predecible, o racional para el caso. Desde el principio, Angel se había hecho a la idea de que el Demonio de la Radio, contra todo pronóstico, tenía muy poco sentido de autopreservación. Creencia que mantenía hasta la actualidad, sin embargo, nunca creyó que llegaría al extremo que mostraba en ese instante.
Incluso la princesa dejó ver una genuina sorpresa y confusión en su rostro.
-Está bien, aceptaré tu ayuda y te permitiré quedarte en el hotel -accedió con tono firme, aparentemente sin inmutarse frente a la presencia amenazante, manteniendo su sonrisa de bienvenida pero ellos lo conocían bien y Mimzy, por mucho que la mujer no les agradara, les había enseñado uno que otro tic que tenía Alastor y que delataban sus emociones reales.
Había un ligero temblor en sus orejas, lo que indicaba un esfuerzo para evitar que estás cayeran frente a la amenaza letal que se cernía sobre ellos.
-Este hotel, antes que nada, es un refugio para aquellos que busquen ayuda -explicó, sacando un resoplido divertido de la rubia- Sin embargo, el quedarse también implica acatar reglas y cumplir con responsabilidades. Si estás dispuesta a seguirlas, eres más que bienvenida a quedarte en mi hotel.
Charlie agitó su bastón, la manzana dorada con una nota musical tallada en medio relucía en la punta, golpeando juguetonamente su barbilla mientras fingía pensar en lo dicho.
-¿Y si me niego?
-Aún podrás quedarte pero se te limitará la interacción con los demás residentes y se te cobrará la renta del lugar por el tiempo que decidas quedarte. La única condición es que no hagas daño injustificado o asesines a los otros residentes.
La risa estruendosa de la hija del Diablo le envió un escalofrío a la boca del estómago. Angel casi podía ver a la chica divirtiéndose mientras los destripaba a todos. El gruñido de Husk lo sacó de su ensoñación y le permitió ver a la rubia avanzar casi saltando de forma infantil hacia Alastor, invadiendo su espacio personal pese a ser más pequeña que el ciervo.
Angel tenía que darle puntos a su amigo pelirrojo por pretender tranquilidad e indiferencia frente a la presencia intimidante y opresiva de la chica.
-Está bien, pecador, jugaré bajo tus reglas,... por ahora -aseguró dándose la vuelta para contemplar el resto del hotel y perdiéndose el ligero suspiro aliviado que se permitió dar el ciervo al ver que la perspectiva de una muerte inminente para todos se alejaba. La princesa hizo una mueca ante el escenario que se le presentaba- Ahora que tendrán el honor de que sea su hotelera, creo que podría empezar con mis deberes ahora.
Charlie hizo aparecer una cadena roja antes de jalarla hacia ella y atrapar un bulto en el aire.
-Esta pequeña y mortal bola de energía es Nifty, se encargará de la limpieza del hotel, entre otras cosas -afirmó soltándola en el piso, la pelirroja sacó una gran aguja de su delantal antes de salir corriendo en dirección a Angel quien, sorprendido y asustado, saltó a los brazos de un Husk muy erizado. Nifty pasó rápidamente por el espacio entre las piernas de Vaggie con la suficiente fuerza como para hacerla caer hacia atrás.
Charlie observó con un poco de desconcierto que la cíclope se detenía de golpe frente al Demonio de la Radio, la sonrisa de la pequeña demonio se hizo más grande y afilada mientras la de Alastor era ligeramente vacilante por el intenso examen visual que le estaba dando Nifty.
-Es un placer conocerte, Nifty, todo un placer. Soy Alastor. Ellos son Vaggie, Husk y Angel Dust -los presentó, señalando a cada uno pese a que el ojo permanecía quieto en su figura.
-Chico malo... -declaró ella con un tono encantado antes de utilizar al ciervo como un poste de escalada y ubicarse frente a su rostro, sosteniéndose de las astas.
Si bien estaba muy confundido por el comportamiento de la, según parecía, nueva mucama, Alastor evitó hacer movimientos bruscos por el temor de hacer caer a la pelirroja y lastimarla en el proceso. El contacto visual duró unos segundos antes de que el dueño del hotel reaccionara tomando a Nifty de la cintura para alejarla de su rostro, la pequeña se dejó manejar fácilmente hacia el suelo antes de correr de nuevo y subir de la misma manera hacia Charlie, pasar por detrás de sus cuernos antes de saltar de nuevo con la aguja en alto y clavarla en el piso, perdiendo por poco un insecto que escapó hacia la esquina, siendo perseguido por la veloz cíclope.
-Bien... -murmuró Alastor, rompiendo el silencio atónito que se creó- Entonces, te mostraré dónde puedes quedarte, alteza. Husk prepara la habitación de Nifty, por favor.
-Oh, no seas tan formal, pecador, llámame Charlie. Todos háganlo, a fin de cuentas, trabajaremos juntos, ¿no es así? -ordenó con un tono burlón mientras los abrazaba rápidamente por sorpresa antes de soltarlos de forma brusca.
-En ese caso, por favor llámanos por nuestros nombres, será confuso si nos llamas a todos de la misma manera y, como tú bien has dicho, conviviremos cerca desde ahora -dijo con tono amable pero firme el ciervo.
Por lo que sabía, la princesa era mayor que todos allí al menos por un siglo. Aún así, el comportamiento de la rubia le recordaba mucho a ciertas jovencitas de su época que eran cercanas a Mimzy y, bueno, él siempre había tenido que ser firme cuando trataba con ellas, sin ser grosero porque ante todo era un caballero. No eran malas chicas, simplemente su carácter era un poco difícil, a menudo resultado de la vida dura en la que crecieron.
Su instinto, ese que había mantenido incluso después de morir, le dijo que el caso de Charlie Morningstar era similar, discutía que la joven era más de lo que mostraba por muy... espeluznante que fuera. El problema era que ese mismo instinto lo llevaba a meterse en muchos problemas por esas mismas personas en las que decidía creer.
Claro, si se rindiera por esa nimiedad, no tendría a los amigos que tenía en ese momento, ni a sus huéspedes. Tal vez se equivocaba de nuevo, tal vez no, solo el tiempo lo diría.
-Al...
-Angel, ¿podrías empezar con la preparación de la cena, por favor? Bajaré a ayudarte en un momento.
El demonio araña iba a protestar cuando Vaggie lo detuvo en silencio con un ligero agarre en su brazo y en silencio lo instó a ir a la cocina, Angel la miró a ella antes de señalar a la pareja que se alejaba y empezaba a subir las escaleras. La peliblanca asintió con firmeza, tranquilizándolo al verla avanzar rápidamente hasta estar junto al demonio ciervo en su caminata, manteniendo su mirada cautelosa en la rubia.
Angel soltó un suspiro resignado, regresando su mirada al apostador.
-¿Crees que ella se aburra pronto y se vaya?
-Con nuestra suerte, lo dudo -aseguró- La chica parecía tener algo personal contra la idea de Alastor de redimir a pecadores, ¿escuchaste como lo dijo cuando llegó?
-¿Burlándose?
-Sí pero también había algo más, como resentimiento quizás.
Eso hizo que Angel se golpeara el rostro con la palma de la mano en un gesto frustrado.
-Al lo va a intentar, ¿verdad? -afirmó, sabiendo que si Husk notó ese detalle, entonces el pelirrojo también lo hizo.
-Como hizo con el resto de nosotros -contestó el barman, ya viendo el agotamiento llegar en el futuro por la necesidad del ciervo de indagar en las personas hasta alcanzar su naturaleza real.
Solo esperaba que no sucediera igual que con Vox, Velvette o Mimzy. Las últimas dos siendo casos complicados al provocar una incapacidad en el locutor de radio para alejarse completamente y dejar de recibirlas. Los tres con la capacidad de hacerle daño, incluso ahora.
Un poco hipócrita de su parte, porque todos a quienes conocía terminaban lastimando al ciervo más de una vez, Husk no era la excepción.
Se preguntaría si existía algún límite en la paciencia de Alastor si no hubiera visto lo que ocurrió con Valentino hace algunos años. Ese fue el momento en que todos supieron, a través de un programa en vivo, que si bien Alastor dejaba pasar muchas cosas, él tenía límites, límites con los que no era aconsejable jugar si no querían terminar en la misma posición que la polilla en pantalla antes de que Velvette cortara la transmisión porque Vox se había quedado congelado en su lugar, sin creer lo que veía.
Fue el día en que todo el pentagrama de pecadores supo que los títulos, tanto de "Overlord" como de "Demonio de la Radio", que poseía Alastor no eran infundados. Que el ciervo fuera mucho, casi demasiado, más amable de lo que sugerían los rumores era otro asunto.
El apostador suspiró y le dió una palmada en el brazo a la araña, alentándola a seguir su camino hacia la cocina mientras él iba a pescar a la extraña cíclope para asignarle una habitación. La estruendosa risa de la pelirroja mientras agitaba una cucaracha muerta en la entrada casi le hizo dar la vuelta y fingir que no había visto nada.
Sacó su fiel licor, le dió un trago y avanzó hacia la pequeña pecadora, preparándose para un futuro que seguramente no era menos que caótico.
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Hola queridos lectores, espero hayan tenido un buen inicio de año, tuve la inspiración necesaria para hacer este capítulo así que aquí lo tienen. Me gustaría saber su opinión al respecto.
Por si tienen dudas, Charlie, en este universo, siempre se presenta en su forma transformada por eso es más intimidante. Es un conjunto de su actitud, su apariencia y el poder que irradia estando en esa forma.
Con amor,
Miko Eiko
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