Radio.
Me desperté... Casi igual que siempre, supongo...
Un ruido monótono me tenía miserable toda la mañana, una alarma con un sonido de ultratumba.
¿De dónde proviene? Hace unos días, recibí un paquete, una radio antigua, análoga y en definitiva inservible... Quién me la mandó es un misterio, pero no el único, la radio en sí es un enigma totalmente.
Cuando Dante giró la perilla de la radio, esta se prendió, y con un chirrido exasperante sintonizó una señal desconocida.
De repente luces intermitentes salían del parlante hasta que, la electricidad de la casa entera se cortó, y como si de Sadako se tratase un espectro femenino salió de la antena, Dante no se esperaba esto, no habia ocurrido antes...
— Hola~ hombre miserable... — dijo la desconocida.
— ¿Qué haces aquí? — respondió con superioridad.
— Es qué... — tartamudeó.
— ¡Estoy enamorada de ti! — agregó mientras se abalanzaba contra el protagonista. Dante no entendía lo que sucedía, el era un hombre drogadicto de mediana edad, poco atractivo y mal hablado, ¿Cómo era posible siquiera?
— Esto no tiene sentido alguno — dijo Dante.
La chica paranormal no tenía apariencia de tener más de 19 años, cabello castaño, ojos turquesa, labios gruesos, imposible comparar con Dante, solo era un detective fuera de servicio, de apariencia calaverica, el susodicho sacó un cigarro de su bolsillo y con un encendedor con forma de serpiente, después de expulsar el humo exclamó...
— Soy literalmente la peor opción, ¿Puedo saber por qué yo? —.
— Eres el único qué... No se deshizo de la radio — respondió.
— ¡Solo por esa gilipollez! — gritó enfurecido.
Con ira agarró a la paranormal mujer del cuello, ahí se daría cuenta que la podía tocar, no era un simple fantasma.
— No me hagas dañ... — intentó decir la chica antes de ser interrumpida por un comunicado de la radio.
"Oyente, como decidiste quedarte con este antiguo objeto, ahora eres parte de nuestra maldición"
Dante gritó aterrorizado.
"Ahora hasta el final de tus días tendrás que..."
Dante pedía al universo que no sea nada malo...
"...Investigar espectros"
— ¿¡Qué!? — exclamó confundido.
— Y sabes, es parte del contrato... — dijo la chica.
— De que hablas... — dijo desanimado.
— Pues... ¡Seremos esposos! — agregó riendo.
Dante se sentó en una despreocupada cama, y le preguntó a la desconocida su nombre, si estaban destinados a casarse debía saber aquello.
— Mi nombre... Difícil recordarlo — respondió.
Pronto le dijo a su compañero, que el le pusiera un nombre...
Dante además de caracterizarse por su poca imaginación, también es bastante creativo.
— Tu nombre será... — exclamó.
"Salem" pronunció sus labios.
Salem no dejaba de sentirse más y más obsesionada con el, hasta qué.
— Tengamos sexo — dijo la chica.
— Pero eres un fantasma... — respondió.
— Ya verás... — agregó Salem.
La ropa de la chica se hacía trasparente y su cuerpo de colores fantasmagóricos relucía.
— No me siento cómodo haciendo eso con una persona muerta — dijo.
Salem volvió a ponerse su ropa, y ambos se sentarían en la cama.
Cuando de repente la radio volvió a sonar, esta indicó una dirección, unas coordenadas.
Así inició la aventura de Dante y Salem.
Fin del capítulo.
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