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16 | más que compañeros

Aléjate de mí —Sam empujó a Bucky cuando escuchó a Freya jadear en su auricular—. Frey, ¿estás viva?

—Apenas —respondió Freya sin aliento—. Pregúntame de nuevo en... nunca.

Eran todos supersoldados, Sam —dijo Bucky, con una expresión atormentada en su rostro.

Lo sé —respondió Sam—. A propósito, de nada.

Bucky miró hacia el cielo—. Freya, ¿dónde estás?

—Actualmente tirada en medio de la carretera esperando que venga un auto para terminar con mi sufrimiento —respondió Freya.

Bucky se puso de pie—. Iré a buscarte. Quédate donde estás.

—No te preocupes, siento que cada hueso de mi cuerpo está roto, así que no iré a ningún lado.

Sam puso los ojos en blanco—. Dramática.

—Oye, la próxima vez que te arrojen desde la parte superior de un camión hablaremos de drama.

Sam y Bucky encontraron a Freya sentada en medio de la calle, con la cabeza apoyada entre las rodillas. Su traje estaba ligeramente desgarrado por golpear el suelo con tanta fuerza, y los autos se desviaban para evitarla, por lo que Bucky y Sam se unieron a ella en medio de la carretera.

—Levántate —instruyó Sam, tendiéndole la mano.

Freya aceptó su mano y dejó que Sam la ayudara a levantarse—. Gracias.

—¿Estás bien? —preguntó Bucky.

—Veamos —dijo Freya—, los supersoldados nos acaban de dar una paliza, el nuevo Capitán América trató de ser un héroe y creo que me rompí las costillas, así que estoy bien.

—En mi defensa, no sabía que eran supersoldados —dijo Sam—. Solo pensé que eran...

—Realmente fuertes, lo sé —terminó Freya, sacando un trapo y presionándolo contra su nariz—. La próxima vez que me pidas que luche contra supersoldados, diré que no.

—Sí, yo también —dijo Sam malhumorado—. Nos patearon el trasero.

Tenían una larga caminata de regreso al aeropuerto y al avión, por lo que partieron miserablemente. Freya caminó en silencio entre Sam y Bucky a lo largo de un camino angosto, los tres se habían quedado en silencio después de tal paliza. Su hemorragia nasal se había detenido, pero cuando Freya se tocó con cuidado el labio inferior, lo sintió hinchado y su ojo derecho estaba sensible al tacto, por lo que sin duda estaba magullado.

—Siento lo de Redwing —dijo Bucky eventualmente.

—No lo sientes —respondió Sam—. ¿Qué está pasando en ese gran cerebro cíborg?

—Está computado —respondió Bucky.

Sam se rió—. ¿Sabes algo? Puedo verlo. Puedo ver girar los engranes. Están fallando, apagándose. Sí, están en llamas.

—Debemos averiguar de dónde viene el suero —dijo Freya, sacando una barra de chocolate de su cinturón. Torres realmente había hecho su tarea.

—Sí, y cómo diablos luego de 80 años hay ocho supersoldados sueltos —agregó Sam.

El sonido de un camión acercándose a ellos hizo que Freya se volviera, y cuando vio que Walker y Hoskins se acercaban a ellos, volvió su atención a la carretera y los ignoró mientras tocaban la bocina, reduciendo la velocidad de su vehículo hasta detenerlo.

—Eso no salió según lo planeado, ¿eh? —preguntó Walker.

Abrió la puerta trasera de la camioneta para ellos, pero los tres lo ignoraron y siguieron caminando. Walker le indicó al conductor que siguiera moviéndose.

—Al menos sabemos a qué nos enfrentamos —dijo Walker—. Y creemos que es uno de los Tres Grandes, así que...

—Alienígenas, androides o magos —dijo Hoskins.

—Sí —dijo Walker.

—Los magos no existen —dijo Bucky.

—Bien, entonces son alienígenas o androides —dijo Walker.

—O supersoldados —dijo Freya.

—Diablos. Supersoldados, ¿en serio? —preguntó Hoskins.

—Sí —respondió Sam.

—Vaya —dijo Walker—. Bueno, entonces debemos trabajar juntos.

—Eso no sucederá —dijeron Bucky y Freya al unísono.

—Creo que tenemos más posibilidades si todos...

—Llevar ese escudo no te hace ser el Capitán América —le recordó Bucky.

—Mira, hice el trabajo, ¿sí?

—¿Alguna vez saltaste sobre una granada? —preguntó Bucky.

—Sí, lo hice —respondió Walker—. Cuatro veces. Lo hago con mi casco. Es un casco reforzado. Es una historia larga, pero...

—No, quiere decir, ¿alguna vez saltaste sobre una granada? —preguntó Freya—. ¿Alguna vez arrojaste voluntariamente tu cuerpo sobre una granada a pesar de que sabías que morirías? Ese es el tipo de acto desinteresado que convirtió a Steve en el Capitán América perfecto, y ningún casco reforzado te acercará a ser como él.

—Mira, el aeropuerto está a 30 km —dijo Walker—. Precisan un aventón.

—No —respondió Freya.

—Chicos —dijo Walker—. Gary, detente —el camión se detuvo de nuevo y Walker dijo—: Suban.

Sam y Bucky compartieron una mirada antes de volverse hacia Freya, quien dejó caer los hombros derrotada—. Bien —dijo ella, terminando el resto de su barra de chocolate, y entregándoles a Sam y Bucky un tercio cada uno antes de subirse a la camioneta.

Freya miró a Bucky y Sam, quienes parecían tan tensos como ella. Sus ojos seguían mirando el escudo, apoyado contra las rodillas de Walker, y pensó en lo fácil que sería agarrarlo e irse.

—Bien, son ocho supersoldados en una entrega de suministros a granel —dijo Walker—. ¿Por qué?

—Dicen que su misión es hacer que todo vuelva a ser como durante el Blip —dijo Sam—. Quizá solo tratan de ayudar.

—Lo demostraron de forma rara —respondió Bucky.

—Ese suero no tiene un buen historial —dijo Walker, mirando a Bucky—. Sin ofender.

—Debemos averiguar adónde van —dijo Freya—. ¿Cómo rastrearon a los Flag Smashers?

—No, no los rastreamos a ellos, sino a ti, mediante Redwing —respondió Hoskins.

—¿Hackearon mi tecnología? —preguntó Sam.

—Perdona. No es hackear —respondió Walker con una sonrisa—. Es propiedad del Gobierno —se señaló a sí mismo—. Una clase de Gobierno.

—Eso no te da ningún derecho a rastrearnos —respondió Freya.

Bucky estaba mirando a Walker, quien miró a Sam—. ¿Siempre se queda mirando fijo?

—Te acostumbras —respondió Sam.

—Bien, miren —Walker se aclaró la garganta—, las cosas se volvieron un poco...

—Caóticas —dijo Hoskins.

—Sí. El GRC hace lo que más puede para que todo funcione luego del Blip —continuó Walker.

—Reactiva ciudadanías, seguridad social, salud —dijo Hoskins—. Básicamente administra los recursos para los desplazados por el regreso.

—El Consejo de Repatriación Global lo hace —dijo Sam—. Entiendo. Entonces, ¿por qué están aquí?

—Ellos proveen recursos y nosotros estabilidad —respondió Hoskins.

—Los revolucionarios violentos no sirven para ninguna causa —agregó Walker.

—Lo suelen decir las personas con recursos —dijo Sam.

—Tenemos muchos recursos —dijo Walker—. Si se unen a nosotros, podríamos...

—No —respondió Bucky.

—Eso no va a suceder —dijo Freya.

—Los respeto mucho a los tres —dijo Hoskins—. Pero los estaban venciendo hasta que llegamos.

—¿Quién eres tú? —preguntó Bucky.

—Lemar Hoskins.

—Y no olvidemos que te salvé de que te patearan el trasero —le recordó Freya—. Dos veces.

—Mira —dijo Sam, colocando su mano sobre la rodilla de Freya para calmarla—. Veo a uno colgado del helicóptero con equipo táctico, no alcanza con Lemar Hoskins.

—Soy Battlestar —dijo Hoskins—. Compañero de John.

—¿"Battlestar"? —preguntó Bucky, con una mirada de disgusto en su rostro—. ¡Detén el vehículo!

El auto se detuvo al costado de la carretera y Walker dijo—: Escucha, entiendo, ¿está bien? Entiendo la actitud, en serio. No pensabas que el escudo terminaría aquí. Lo entiendo, Bucky —Bucky no estaba escuchando y se alejaba del auto. Walker miró a Sam y Freya—. Y no... no trato de ser Steve. No trato de reemplazarlo.

—Bien, porque nunca serás Steve —respondió Freya, con la sangre hirviendo cuando Walker mencionó a Steve.

—Solo trato de ser el mejor Capitán América que puedo ser —dijo Walker—. Es todo. Sería mucho más fácil si tuviera a sus compañeros de mi lado.

Freya dejó escapar el aliento—. Compañeros, ¿eh?

Sam se burló—. Siempre esa frase final.

Freya miró el escudo y salió del auto antes de mirar a Walker—. Sabes que nunca serás él, así que no te engañes.

—Freya, vamos —dijo Walker, y en contra de su mejor juicio, Freya se detuvo y se volvió hacia él, su sangre hirviendo cuando pronunció su nombre como si fueran amigos—. Luchaste junto a Steve durante años. Eras la nueva Peggy Carter, ¿sabes? Fuiste el gran amor de Steve, al igual que ella. ¿No quieres volver a formar parte de un equipo?

Freya hizo una mueca, sus cejas se fruncieron—. Sí, peleé con Steve. No éramos sus compañeros. Éramos su familia, así que no te atrevas a venir aquí diciéndome que soy la nueva Peggy Carter. Eso es una falta de respeto hacia ella y hacia mí, disminuyendo todo lo que ambas hicimos a algo como un simple interés amoroso.

—Eso no fue lo que yo....

—No me importa —espetó Freya—. ¿Me preguntaste si quería volver a ser parte de un equipo? Bueno, ya tengo un equipo. Gente con la que vale la pena luchar —se aseguró de darle a Walker una última mirada—. Y tú no eres parte de ello.

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