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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐔𝐧𝐨.

01. pre-season.


—¿Dónde está Franks?— preguntó Asher mientras bebía agua luego de terminar el entrenamiento físico.

—Sigue en el hospital— contestó uno de los entrenadores— su corazón le falló otra vez esta mañana.

—Mierda—murmuró el alemán—¿saben cómo está?

—Parece que no es bueno—fue todo lo que dijo el hombre para salir del gimnasio junto a los otros dos entrenadores.

—¿Crees que saldrá de esta?— se dirigió hacia su compañero de equipo esta vez.

Ryker no sabía qué decir, Franks Orlov era una gran figura paterna para el piloto y antes de conocerlo era su inspiración para correr.

—Es Franks, puede con todo— palmeo la espalda del joven alemán.

No decía aquellas palabras por nada, Franks había corrido en una época donde el automovilismo era cien veces más peligroso que ahora y en una ocasión aquello casi lo mato, pero el corredor ruso sobrevivo cuando todo el mundo lo dudo.

—Espero que sea cierto, debo ir a llamar a mi hermana, ¿nos vemos a las diez para la práctica en pista?

El inglés solo asintió para salir del gimnasio directo a las duchas en su propia habitación dentro de la sede.

Savoia era sin duda el equipo que tenía más acomodaciones para sus corredores y aquello era mayormente por el nivel de dinero con el que contaban.

La familia italiana era dueña de otras grandes empresas, hoteles y patrocinaban mil cosas más.

Todo era de la esposa de Franks, pues Caterina Savoia era la única heredera del ex-magnate Rocco Savoia quien creó el equipo y le dio forma a lo que hoy sería el nombre de su familia.

—Ryker, tienes una llamada cuando puedas— un grito por parte de su asistente hizo que se terminara de vestir más rápido— es Johan.

—Hola Han— saludó a la mano derecha de Franks, quien lo cubría cuando este no podía estar presente como director técnico y quien también era como una figura paterna para el inglés.



(...)






Aleksandra siempre se mantuvo en el lado de la privacidad cuando de su vida se trataba.

Desde pequeña siempre estuvo en el ojo público, su padre era el corredor más famoso de la fórmula uno y su madre una empresaria con reconocimiento internacional, era de esperarse que cuando tuvieran hijos todo el mundo quisiera saber sobre ellos.

Su hermano tenía una vida más pública, ya que era el rostro de los hoteles Savoia, mientras que la menor se mantuvo ayudando en la empresa familiar detrás de las sombras y quiso que fuera así siempre, pero la vida tenía otros planes para ella.

Su padre tenía años luchando contra un problema en el corazón que parecía ya tener bajo control o eso pensó hasta que llego la llamada de su hermano pidiéndole que viajara a Italia a una reunión familiar en el hospital.

— No se ve nada bien, Sasha— susurro su hermano cuando está llego al hospital, usando aquel apodo que solo conocían este y su padre.

—Papa puede con todo Misha— respondió esta también utilizando su apodo, pero sabiendo que esas palabras tal vez no fueran verdad.

Mikhail la miro con los ojos llenos de pena y dolor, los hermanos se habían criado solo con su padre cuando su madre había fallecido a una joven edad y este había hecho de todo para ser el mejor padre aun cuando tenía el peso del mundo en sus hombros.

—Quiere verte.

La rubia asintió decidida a mostrarse fuerte frente al hombre que le dio todo el amor del mundo en 27 años, el hombre que le enseño a amar el automovilismo.

Le rompía el corazón ver a su padre en aquella cama de hospital, tan débil pero aun así brindándole una enorme sonrisa.

—moya printsessa— la recibió con todo el cariño del mundo.

En aquel momento, Aleksandra se odió por no haber pasado más tiempo con su padre luego de mudarse a Nueva York para manejar parte de las empresas familiares. No volvió a asistir a las carreras como hacía de pequeña, solo venía en navidad y llamaba cuando tenía tiempo.

¿Qué clase de hija había sido?

—papa—se acercó a tomar su mano.

—tu pelo está más largo, se parece al de tu madre— levanto la mano para acariciar su mejilla— siempre has sido tan parecida a ella, fuerte e independiente, igual de cabeza dura— rio levemente, pues hasta aquello le dolía.

—y ambas siempre fuimos tu fan número uno — le recordó con una sonrisa que escondía toda la nostalgia de la memoria de su madre.

—oh no, tú siempre fuiste mi fan número uno, pero te aseguro que tu madre quería matarme cuando me conoció.

Ambos rieron, pues era cierto sus padres habían tenido una historia épica, llena de amor, y por desgracia esta había terminado en una desgracia.

—sé que pronto la volveré a ver— susurro refiriéndose al amor de su vida— y nada me hace más feliz que poder haberlos visto crecer, ningún título me hizo tan feliz como el de ser vuestro padre.

Se sentía como una despedida, una que venía antes de lo esperado.

—te queda tiempo papa, todavía no ves a Ryker romper tu récord— murmuro sintiendo lágrimas salir de sus ojos, el alemán que nunca conoció, pero quien sabía era uno de los orgullos de su padre—tienes un nieto que te necesita, no te puedes ir todavía.

Su padre la miro lleno de dolor— lo que más me va a doler hija, será no verte tan enamorada como tu hermano, ese siempre fue mi sueño y sé que lo veré desde arriba.

—hasta en estos momentos me sales con eso papa— río entre lágrimas la italo-rusa.

—quiero pedirte algo, algo que sé que es demasiado.

—mientras no me pidas que me case con un extraño.

Su padre negó sonriendo, recordando todas las historias de amor que leía su hija de joven, donde pasan cosas parecidas— quiero que seas la nueva directora técnica de Savoia.

Aleksandra sintió el corazón salir de su pecho, ¿estaba loco?, no podía negra que sabía muchas cosas de como ser una directora técnica, pues cuando su padre se retiró y tomo el puesto esta lo ayudo en su adolescencia, todavía de adulta tomo algunas decisiones de marketing para ayudar a su padre, pero aun así era un puesto muy importante para el que no se sentía preparada.

Un puesto muy publicó.

—Johan sería mil veces mejor que yo, él sabe lo que hace, yo no tendría ni idea— se negó.

—Sasha, nadie se merece más ese puesto que tú, Johan te ayudara y guiara en todo lo que necesites, pero hasta él sabe que ese puesto siempre fue tuyo.

—Papa...

—Si no lo quieres lo entiendo, pero no te niegues por falta de experiencia, cuando yo tome el puesto no tenía ni dea de lo que estaba haciendo y tu madre igual.

—Pero tenías años de experiencia como corredor, yo no tengo nada.

—Oh Aleksandra no me mientas, ambos sabemos que sabes tanto del mundo de la Fórmula 1 como cualquier corredor profesional y que si en tu momento hubieras querido pudieras haber sido una tú también, piénsalo hija...

Mikhail hizo acto de presencia, con los ojos todavía rojos por las horas que seguramente había pasado llorando—Perdón por interrumpir, los chicos de Savoia vinieron a verte, ¿quieres que pasen?

El ruso asintió mientras que su hija le besaba la frente y salía de allí distraída en lo que le había dicho su padre, para terminar chocando con un cuerpo.

—Perdón— se disculpó el castaño claro con la chica, mirándola extrañado, ¿quién era?, la había visto salir de la habitación de su jefe, pero nunca en su vida antes.

—Fue culpa mía, lo siento— le resto importancia para seguir su camino.

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