Al día siguiente todo estaba listo para el sepelio, todo menos los padres, nadie nunca está preparado para eso, más cuando las cosas son tan inesperadas como ahora; por más elegante, fino y distinguido que fuera todo, el dolor no menguaba, al contrario se volvía más fuerte y latente porque estaban por llegar al final, al momento en el que jamás lo volverían a ver más que solo en sus recuerdos y fotografías, no volverán a escuchar su voz expresándoles el gran amor que sentía por ellos ni a sentir los abrazos cargados de calor humano que llegaba hasta el alma.

Para ese momento no les importaba nada de lo que había ocurrido fuera de su hogar, porque siendo jefe de seguridad siempre, el señor Kim, se había preocupado por el bien de su ciudad pero en esta ocasión era su hijo el que había sido dañado, la víctima de algo que no debía, sentía que eso era una falla por ser blando con la justicia y cambiaría eso, lo primero sería hacer realidad la última voluntad del joven; se llevaría a su hogar a Hobi y a su madre para que estuvieran seguros, también mandaría patrullas que aparte de cuidar llevarían alimento a las personas de Guryong, era lo que su hijo habría querido.

El difícil momento llegó, la señora Jung abrazaba a la madre de Taehyung mientras veía como el ataúd empezaba a bajar, la señora Kim quería correr tras él, pero no se lo permitieron, el llanto se volvió desgarrador cuando los trabajadores empezaron a tirar tierra sobre este aquel sonido que Hobi había advertido estaba ahora llegando a los oídos de sus padres y esto los estaban destruyendo, el señor Kim giro para ver a su esposa que estaba de rodillas suplicando que fuera mentira entre el llanto.

Se movió para levantarla y abrazarla, era el mismo dolor que ahora sentían y tenían que estar juntos, las personas que los veían sentían tan dolorosa la escena que no podían evitar que sus lágrimas se derramaran, pero aún estaba Emma, ella que se había enamorado como una niña de ese hombre maravilloso, su familia vivía en el extranjero y estaba sola en la ciudad, él la había hecho sentir segura pero ahora se iba, fue entonces que Hobi tuvo a bien consolarla, la abrazó fuerte y ella se liberó entonces, todo aquello era agotador para los que estaban viviendo este calvario.

─Fueron las horas más horribles de mi vida, nunca pensé en esto, aprendí tanto de él que ahora no sé cómo voy a vivir con su ausencia ─decía Emma mientras caminaba junto a Hobi rumbo a los vehículos que los llevarían de vuelta a sus hogares.

─Todos vamos a tener que hacerlo, pero a quienes les va a tomar más tiempo será a sus padres, ellos están destrozados, todo esto es tan horrible ─resumió Hoseok ya sintiendo que de alguna manera había empezado una venganza en la que la justicia sería tomada por su propia mano.

La conversación siguió hasta que por fin llegaron a los coches, ella iba en su propio vehículo a la recepción en la mansión Kim donde se le iba a ofrecer una cena de agradecimiento a los que habían acompañado a la familia en esos momentos tan difíciles, Hobi no había recibido en todo el día la aparición de Taehyung, puesto que parecía dolerle ver a su familia triste cuando en ocasiones había tocado el tema mientras sostenían una conversación, pero Hobi no había dejado de extrañarlo.

Mientras iban, la camioneta negra del funcionario y su familia era custodiada por la escolta gubernamental de protección a personalidades coreanas, las calles habían sido cerradas por seguridad de ellos pues iban a alta velocidad para que el cierre fuera lo más corto posible, dentro del automotor había un silencio infernal que todos comprendían, la señora Kim parecía estar en shock, no hablaba, no lloraba y su rostro carecía de expresión, como si se tratase de alguien que ya no tenía nada que sentir y todos lo comprendían, nadie rompió el silencio porque el único tema que se les venía a la mente era Taehyung y eso solo removía fibras delicadas.

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─ ¿Cómo es que no viste nada?, estabas en el mismo lugar, estabas en la misma fiesta... ─cuestionaba el jefe de la unidad de inteligencia de la policía coreana a un Yoongi que parecía tan o más confundido que él.

─Sí estaba en la misma fiesta pero no hubo gritos, yo estaba dentro de la casa y no me di cuenta en qué momento los fallecidos salieron porque estaba vigilando a Sowung, pensé que él era mi objetivo ─alegó Min con una mezcla de confusión y enojo.

─Es que esto no tiene sentido, sí Sowung es el asesino o le jefe de los asesinos, ¿porque se arriesgaría en asesinar a una de sus mejores amigas en su propia casa? ─analizaba aquel hombre que ahora solo tenía confusiones, todo les parecía demasiado cerrado para dar una hipótesis.

─Puede que parezca descabellado pero creo que lo hizo para despistar, para que todos creyeran que era una víctima en todo esto, pienso que mandó a sus secuaces a cometer el crimen y dejó que la servidumbre lo encontrara, no hay otra explicación ─agregó Yoongi una vez más, puesto que ya habían encontrado la macabra escena de la muerte de Liza.

El nuevo arte de Jack había llenado de horror a una de las mucamas que trabajaban en la mansión Ha mientras hacía las labores de limpieza del jardín por la suciedad de los perros, nadie se dio cuenta del crimen puesto que todos pensaron que ella se había ido a intimar con su novio temprano y sin avisar, no era la primera vez que lo hacía porque sabía que eran muy calenturientos, nadie imaginó que jamás la volverían a ver con vida luego de aquella noche y menos que iba a irse junto a su amante, que iba a tener una muerte tan horrible que hasta los demonios habían llegado en persona para llevársela al su infierno.