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Prefacio

Min Yoongi había vivido una vida tranquila, al lado de sus hermanos y sus padres, personas amables, trabajadoras y comprensivas, a sus diecinueve años sentía que tenía la capacidad para solucionar cualquier problema que se presentará ante él, claro, que nunca imaginó que su vida se vería complicada por una mujer hermosa, la amaba, fue amor a primera vista, Irene era preciosa, una chica que venía de intercambio, que provenía de una familia adinerada, tenía todo lo que a cualquiera volvería loco, por eso, cuando ella mostró interés en él creyó que se había ganado la lotería, fueron una pareja bastante dispareja, ella no dejaba de recordarle que era algo pasajero, que volvería a Estados Unidos y que debían disfrutar el tiempo que estaban juntos sin pensar en el futuro, eso a Yoongi le causaba un gran conflicto, pero lo acepto, era mejor estar con ella por un tiempo que simplemente perderla. Su relación iba bien, hasta que se dieron cuenta que estaba embarazada, Irene dejó claro que no lo quería, que no estaba en sus planes y lo odiaba, Yoongi trató de ayudarla, una interrupción era lo ideal, pero ella tampoco quiso eso, decía que no podía tener daño de ninguna manera y que no había forma de ocultarlo de sus padres, así que Yoongi le hizo una oferta, quedarse con el bebé, ella aceptó, vivieron juntos el embarazo y creyó que ella los elegiría, porque podía ver la felicidad en sus ojos, sin embargo, no fue así, su hijo, Sunoo nació y ella se fue un par de meses después.

Con la ayuda de sus padres, dejó la universidad para entrar a un trabajo, uno donde ganaba lo suficientemente bien para darle una buena vida a Sunoo, y también que lo llevaría a alejarse de Daegu, trabajar como conductor de un trailer de carga fue bueno, realmente estaba ganando dinero y se msntenia fuera de sus recuerdos, se juró jamás volver a meterse en problemas,  todo estaba bien, hasta que lo conoció a él, un chico maltratado, tomando muy malas decisiones y huyendo de su destruida vida, le recordó a sí mismo, asi que lo ayudó, sin saber que eso sería una bendición y una maldición al mismo tiempo.

Park Jimin nació en una familia rota, su madre murió cuando era un niño pequeño, su padre cayó en el alcoholismo, y su hermano mayor, Namjoon, era el único que trataba de cuidar de él, sin embargo, su hermano tenía sus propios problemas y no podía estar a su lado para salvarlo siempre. Sufrió carencias, no podía acceder a lo más básico, en la escuela se burlaban de él por ser de escasos recursos, tenía sólo un amigo a quien realmente no le importaba su situación, fumaba y tomaba a una edad muy temprana, odiaba estar en casa, dormir solo, o que su padre hiciera esas fiestas, a los trece años su padre lo vendió por alcohol a sus amigos, después él también empezó a participar, se orinaba en la cama del miedo a estar solo, su hermano no sabía nada, por lo que dormía con él y trataba de olvidar. Con el tiempo, su padre se convirtió en un monstruo, tan agresivo, les quitaba el dinero de sus becas para continuar con su adicción, no tenían nada. Jimin fue expulsado, sin saber qué hacer, aceptó la idea de su mejor amigo, esa noche fue a una parte de la cuidad y trato de obtener dinero de una forma equivocada, fue en ese momento que lo conoció, Min Yoongi pudo hacerle daño, pero no lo hizo, al contrario le dió el dinero que necesitaba a cambio de que prometiera que no volvería a ese lugar, era un hombre amable y dulce. Al día siguiente su padre se volvió loco, lo golpeó a pesar de haberle llevado el dinero, y cuando su hermano lo defendió arrasó con él. Sólo recordaba el grito de Namjoon "Corre Jimin, vete de aquí" no dejó de correr, buscando a la única persona que parecía amable y que podía ayudarlo, subió con Yoongi y se fue de Busan.

No quería volver, porque sabía que hacerlo condenaría también a su hermano a tener que cuidarlo, Yoongi accedió a ayudarlo y lo llevó a casa de sus padres, al principio fue extraño, la forma en la que convivían, sin gritos u odio, todo era más ameno, comprendió el significado de familia. Con el tiempo fue sanando algunas heridas más superficiales, al tiempo que despertaban sentimientos de amor hacia Yoongi, este se negaba rotundamente a aceptarlo, "Eres demasiado joven y yo no soy gay" esas eran sus palabras, terminó aceptandolas, aunque dentro esas emociones sólo crecían conforme pasaban los años, Yoongi se volvió su confidente, su amigo, alguien en quien confiaba, que lo hacía sentir seguro, se volvió la persona más especial.

Después de seis años de esa noche, Jimin con veintidós años, estaba estudiando una carrera, había vivido lo que un chico de su edad debía vivir, sonreía y era feliz. Pero, algo le faltaba y después de hablar con su amiguito Sunoo y Sunmi la madre de Yoongi, sobre una posibilidad que se abría ante sus ojos, de confesar nuevamente aquellos sentimientos que no se habían extinguido, tomó la decisión de escabullirse al departamento de Yoongi, este había aceptado trabajar de planta en la empresa de transporte, a petición de su familia y de Sunoo, para no abandonarlos, sin embargo, no regreso a vivir con sus padres, sino que tenía un espacio para sí mismo. A dónde Jimin se dirigía con los nervios de punta y la angustia en su estómago ¿Qué es lo que estaba haciendo?  ¿Y si no estaba solo?

Estaba por irse cuando miró a alguien en el pasillo, observándolo con seriedad, iba en deportivos, con dos bolsas en la mano.

—¿Se volverá costumbre tenerte aquí en la madrugada? Para darte una llave.

—Oh, no, amm ¿De dónde vienes?

—De la tienda, me quedé con hambre—se acercó abriendo el departamento—. ¿Quieres algo? Es ramen, podríamos compartir.

Jimin asintió, lo acompaño a la cocina en dónde Yoongi empezó a preparar todo, no lo miraba, y no le hablaba, la tensión estaba ascendiendo, Yoongi era un experto en la cocina, veía con asombro como sus manos se movían expertas para cortar algunos ingredientes.

Sacó un par de cervezas de la nevera y le dió una, al tiempo que terminaba de preparar el snack de medianoche, puso ambos platos en la barra de la cocina. Jimin comenzó a comer, casi gimiendo por lo delicioso que sabía.

—Esto está delicioso.

—Ventajas de vivir solo—se encogió de hombros—. Supongo que nadie sabe que estás aquí.

—No.

—No deberías hacer eso, es peligroso.

—¿Por qué? ¿Podría encontrarme a un camionero en medio de la noche que me lleve a otro estado?

Yoongi rodó los ojos. —Exacto, tienes un mal historial.

Jimin rio por lo bajo. —A veces recuerdo esa noche—suspiró—. Ni siquiera sé cómo es que tuve el coraje de subirme contigo, no te conocía, si hubieses querido te habrías aprovechado de mí, supongo que tengo suerte de haberte encontrado a ti, en mis sueños locos, quiero creer que no es una casualidad, sino el destino.

Yoongi le miró fijamente, antes de sonreír. —Podríamos llamarlo destino, jamás creí encontrarme a un chiquillo como tú que estuviera huyendo, pero, ¿Sabes? No me arrepiento de haberte ayudado, aún si eso pudiera haberme costado años de cárcel, ahora eres un joven que ha crecido bien y sobre todo a salvo.

Jimin mordió su labio inferior y asintió, tratando de no llorar, estaba demasiado sensible, escuchar decir a Yoongi que no se arrepentía de tenerlo en su vida, era lo mejor, hacia sentir cálido su corazón.

—Gracias por eso.

—Viniste a algo ¿Verdad?

—Sí, pero me he arrepentido, la plática es muy linda como para arruinarlo—sonrio a medias.

—¿Tiene que ver con JiEun? —preguntó elevando una ceja—. Sunoo no estaba cómodo y tú tampoco ¿Verdad?

—¿En verdad te gusta?

Yoongi bufó antes de comenzar a reír. —¿Por qué piensas en eso? Dije que era una amiga, porque es mi amiga.

—Es que...jamás habías llevado a nadie a cenar a casa, ni siquiera a las chicas con las que sales.

Yoongi soltó una carcajada. —Tal vez porque ella no me gusta y no salgo con ella. Es más simple de lo que piensas, es una buena amiga, la invité a casa, porque probablemente la vean más, ya que es mi amiga, ella tiene pareja, de hecho, creo que se van a casar pronto.

Jimin trató de no emocionarse, pero no lo logró, sonrió en grande algo que hizo a Yoongi reír y negar.

—Dime ¿A qué has venido? ¿Tanto me extrañas?

—Sí, te extraño—dijo aún sin dejar de mirarlo.

Yoongi dejó de reír, cambiando por completo su semblante lleno de diversión a uno más serio, bebió un poco de cerveza, antes de suspirar.

—Jimin, creo que tienes que irte.

—¿Por qué?

—Porque no es propio que estés aquí, en el departamento de un hombre adulto.

—¿Olvidas que soy un adulto también? Tengo casi veintitrés años.

—Pensar que eres mayor a los veintidós años es precisamente por lo que eres aún un mocoso.

—¿Por qué estás haciendo esto? —bufó cruzando sus brazos—. No entiendo, todo estaba bien.

—Jimin, de verdad tienes que irte y no regresar, no quiero que vuelvas aquí a media noche, no es adecuado.

—¿Y por qué no lo es? Se supone que somos amigos ¿No?  Tú has salido con muchas chicas y creo que han venido aquí en la madrugada.

—Tú no eres ellas.

Aquella frase se clavo en su pecho, hizo una mueca y asintió, se levantó y se encamino a la puerta, estaba desilusionado, ahora no había más que hablar, ellos no tenían nada, todo lo que veían los demás era una farsa, Yoongi jamás lo amaría, sólo había confundido las cosas, como siempre. Se detuvo un momento en la puerta, sabía que Yoongi estaba detrás de él, a una distancia considerable, como siempre lo hacía.

—¿Sabes? Duele tanto Yoongi, no sabes lo mucho que duele—su voz sonaba temblorosa—. Entiendo a la perfección que no te guste, lo has dejado tan claro que ahora sé que no tengo ninguna oportunidad contigo, entiendo lo de la edad, que tú eres un hombre y estás buscando mucho más, entiendo también sobre tus preferencias, no debería insistir si has dejado claro que sólo te gustan las mujeres, ha sido desconsiderado de mí parte, pero, lo que duele, lo que me mata por dentro, es que pienses que mis sentimientos no son sólo más que una confusión o un capricho por la edad, no soy estúpido, después de toda la mierda que he pasado, sé bien que lo que siento es amor, no te pido que me correspondas, pero, por favor, no faltes al respeto mis sentimientos, te quiero, estoy enamorado de ti, me gustas mucho, no sólo físicamente, sino todo tu ser, jamás me he sentido cómodo con alguien a como me siento contigo, y eres divertido, siento tanto cuando estoy a tu lado.

Paró unos momentos al no escuchar nada, su labio inferior tembló, miró la puerta, era momento de irse, tenía que moverse, pero, parecía que sus pies estaban clavados en el suelo.

—Tenía que decirlo—susurró conteniendo su voz—. Es estúpido, creo que sí sueno como un niño idiota enamorado de una ilusión nada más, pero, Yoongi, tú no lo haces sencillo, eres tan amable y dulce conmigo, me confundes, yo....lo siento, olvidemos que dije esto, y....

Su cuerpo fue movido de repente, Yoongi tomó sus hombros y lo miró fijamente, tan profundo, sus ojos eran oscuros, parecía tenso, su mandíbula apretada, trataba de contenerse, su agarre era firme, sin intención de daño.

—No es mi intención faltarle al respeto a tus sentimientos Jimin, pero, entiende, soy un adulto, tú apenas estás viviendo, te espera una vida maravillosa, buena y llena de cosas, estar conmigo no es tu mejor opción.

—Una vez me dijiste que yo tenía el poder de elegir, bueno, yo elijo estar enamorado de ti, aún si no me correspondes.

Yoongi boqueo, cerró los ojos unos momentos y negó, cuando los abrió, Jimin buscaba en ellos algo, una pequeña cosa que le diera un indicio de lo que Yoongi estaba sintiendo, sin embargo, era tan difícil leerlo, las manos de Yoongi dejaron de apretar sus hombros y poco a poco fueron subiendo hasta su cuello, volviéndose calidas y suaves.

—Eres tonto Jimin, muy tonto, lo que estás diciendo es un error.

—No me importa, ¿No soy el chico que se fugó con un desconocido? Soy la definición de tonto Yoongi.

Yoongi rio por lo bajo, negó y se acercó, junto sus frentes.

—Te vas a dar cuenta muy rápido que no soy el hombre con el que quieres estar, soy aburrido y ñoño.

—Puebame, no soy de las personas que se da por vencida tan rápido. Sólo tienes que decir que si, por favor.

—Maldita sea—gruño antes de acercarlo lo suficiente.

El beso tan esperado llegó con un ligero toque de labios, Jimin abrió los ojos en grande debido a la sorpresa, antes de cerrarlo, abrazarlo y mover sus labios de forma delicada, por primera vez, Yoongi le estaba correspondiendo, tomaba su nuca, tratando de acercarlo aún mas, la profundidad de su beso fue exquisita, saboreaba su sabor dulce, el calor de su boca, la suavidad de sus manos acariciando sus mejillas, su interior estaba a nada de explotar, en una emoción incontrolable, por fin estaba en los brazos de la persona que quería, Yoongi no se negaba, al contrario lo sostenía contra su cuerpo. Cuando se separaron, Yoongi beso su mejilla.

—Te vas a arrepentir.

—No, yo creo que no Yoongi, entonces ¿Aceptas?

—Sí, acepto Jimin. Aunque no sé qué aceptar, no me has preguntado nada.

—Oh, es verdad—rio—. ¿Quieres ser el novio de este tonto?

—Mmmm—dijo pensativo, Jimin dió un golpe en su cabeza—. Auch, está bien, sí.

Jimin sonrió antes de volver a besarlo, un beso que esperaba durará para toda la vida.




Asi empezamos 🖤💛

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