I
-¿Vas a salir así? -preguntó la mujer de cabello castaño, mirando con desaprobación el atuendo de su hijo mayor.
-¿Qué tiene mi ropa? -respondió el aludido poniendo los ojos en blanco.
-Te compré muchísima ropa el mes pasado- se quejó la mujer- ni siquiera te la haz probado Sannie, ya no eres un adolescente, debes aprender a vestir adecuadamente.
-Si por adecuado te refieres a ponerme esos trapos color rosa pastel, lamento decepcionarte mamá... - se acercó a su progenitora para dejar un beso en su frente- ¡Yunho, te espero en el auto! -gritó mirando a las escaleras que daban a las habitaciones, luego salió, ignorando la mirada insatisfecha de su madre puesta sobre su persona.
¿Qué había de malo en su forma de vestir? Según él, nada. Aunque claro, unos pantalones de mezclilla, botas militares, polo ajustado y chaqueta de cuero, no es lo que un omega comúnmente usaría, pero él no era un omega común. A simple vista no lucía como uno, no era bajito, tampoco delgado, gracias a los cuatro años que llevaba en el mundo de la natación, había obtenido una buena musculatura, sin contar unas cuantas horas de dedicación en el gimnasio y los tres años de Karate.
Y esa aura ruda y hostil que le rodeaba. Definitivamente que no daba la primera impresión de ser omega, sin embargo, las hermosas facciones de su rostro, esa cintura, ese trasero de infarto y un suave aroma a canela y vainilla, le delataban. Lo último no era un gran problema, no le gustaba su aroma, por tal motivo, ingería supresores la mayor parte del tiempo, para minimizarlo. No podía cambiar lo que era pero eso no quería decir que debía resignarse. No iba a pasar el resto de su vida siendo un sumiso débil dedicado a parirle cachorros a un puto alfa. Él era mucho más que eso, podía e iba a lograr mucho más que eso.
-Terminarás por sacarle canas verdes a mamá- comentó su hermano subiendo al auto, en el asiento del copiloto.
Yunho era su hermano menor, a diferencia de San, era un alfa. Con tan solo 16 años, casi 17, era mucho más alto que San, e incluso un poco más fornido, aunque todavía era muy joven y seguía en desarrollo.
-Ya debería estar acostumbrada... -comentó el mayor poniendo el auto en marcha- por cierto, esta noche pagas tú- como cada segundo viernes de cada mes, ambos hermanos iban al cine, ese viernes, tocaba una película de terror. Hacían lo mismo desde hace poco más de un año. Se tomaban una noche exclusivamente para ellos dos, tenían una muy buena hermandad. San amaba a Yunho y Yunho amaba a San.
-¿Por qué?- se quejó el menor con un puchero- tú eres el hermano mayor aquí.
-Exactamente, obedece a tus mayores- respondió el pelinegro burlón.
-Eres un idiota...
-También te amo.
. ° •★ ° • ★ •°★ • °
-Ahh joder... -masculló el alfa rubio mientras llegaba al orgasmo, liberando su blanquecina y viscosa esencia en la boca de su amante.
Para Jung Wooyoung no era difícil encontrar un polvo ocasional, justo como en ese momento, aquella pelirroja de grandes pechos se le había ofrecido en bandeja de plata ¿Cómo iba a negarse?
-No estaba equivocado respecto a ese boquita... -comentó con picardía, mientras arreglaba sus pantalones- ojalá se repita, muñeca- dijo al salir de aquel cubículo. Por supuesto que no se volvería a repetir. Esa chica jamás volvería a verlo, para Jung una noche era más que suficiente, ni que las putas fueran camisetas para repetirse.
Caminó a paso seguro fuera de los baños, volvió a integrarse al bullicio de aquel antro, encontrándose en la barra a su amigo, justo donde lo había dejado hace media hora.
-Si conseguiste a la chica después de todo- comentó este, peinando su rojo cabello con los dedos.
-¿Y qué esperabas pequeño Minky? -sonrió ladino.
-Basta de diversión por hoy, semental, no es justo que te pierdas por ahí para follar, dejándome solo.
-No es mi culpa que a nadie le gustes- se burló el rubio.
-¡Obvio! si todos piensan que soy tu omega porque me dejas tu peste impregnada- se quejó el pelirrojo.
Mingi y Wooyoung eran mejores amigos de la infancia, casi hermanos, Wooyoung era alfa y el otro a diferencia, era un omega. El rubio era muy protector con el pelirrojo, le marcaba con su olor a propósito para alejar a alfas impertinentes.
Wooyoung era mayor por tres años, era alto y fornido, labios gruesos, mirada penetrante y poseía un rico olor a chocolate amargo. Mingi a pesar de ser omega, era de buena estatura, pero su complexión delgada, rostro delicado y aroma a jazmines, gritaban que era omega.
Todos apostaban a que terminarían siendo pareja, pero no, a pesar de ser un pedante y arrogante alfa hijo de puta, Wooyoung tenía la firme creencia de que algún día llegaría un omega, destinado para él. No le importaba si era chico o chica, le haría suyo y le amaría, tal y como hizo su abuelo con su abuelo, y su padre con su madre.
-Y así será hasta que llegue uno que sea capaz de demostrarme que en verdad te merece- respondió el rubio con simpleza.
El omega iba a emitir otra queja, pero fueron interrumpidos por uno de los trabajadores del club, este ya los conocía puesto que ambos eran clientes frecuentes.
-Jung, acaba de pasar una grúa, se llevaron tu auto- comentó el sujeto.
-¡Mierda! -exclamó el alfa con enfado.
° •★ ° • ★ •°★ • °
-No sabes las ganas que tengo de golpearte- dijo San, con el seño fruncido mirando hacia el frente, caminando a paso rápido, con su hermano pisándole los talones.
-Vale lo siento ¿okay? No me percaté de que me había estacionado en un lugar prohibido.
-¡Pero si había un letrero cerebro de nabo!
Luego del cine decidieron ir a cenar algún restaurante, San había dejado que el menor condujera, grave error. Una grúa se había llevado su auto, su precioso auto.
Ahora se encontraban regresando a pie.
-¡Oye, belleza! Deja a ese niñato y vente con nosotros- gritó alguien a sus espaldas, San se giró, cuatro tipos venían detrás de ellos.
-Malditos...
-Ignóralos- dijo San, sujetando el brazo de su hermano, obligándolo a apresurar el paso.
No sirvió de mucho, los cuatro sujetos, obviamente borrachos les alcanzaron.
-Estamos hablando contigo bombón, no seas maleducado- dijo uno de ellos, deteniendo el andar de los hermanos.
-Piérdanse bastardos...- dijo Yunho con molestia, colocándose protectoramente frente al pelinegro.
-Quítate de mi camino- el más alto de todos, de un brusco empujón logró que el alfa menor fuera a parar al piso.
-¡Yunho! -San quiso acercarse pero el alfa se lo impidió sujetándole con rudeza.
-¡Suéltalo! -Yunho se incorporó con rabia.
-Yunho ve por ayuda, yo manejaré la situación...
-No pien...
-¡Ahora! -Yunho sabía que su hermano no era alguien débil, le tenía confianza.
El rubio salió disparado, en busca de quien sea que pudiera servir de ayuda. Los restantes rieron, intentaron arrastrar al menor consigo pero este logró zafarse del agarre y sin perder tiempo, le propinó una patada en las bolas al primer tipo, quien fue a parar al suelo chillando adolorido. Un segundo hombre, esta vez beta, tuvo el mismo destino que el primero, pero con el labio partido.
Los dos restantes le atacaron a traición, un fuerte golpe en su cabeza le dejó aturdido.
-¡Por favor! ayúdenme, unos sujetos intentan abusar de mi hermano, el es omega...- habló Yunho alterado, al cruzar la esquina se encontró con un par de sujetos, un rubio y un pelirrojo.
-Claro ¿Dónde está? -preguntó el alfa rubio, salieron corriendo por donde el alfa menor indicaba.
Wooyoung no pudo evitar molestarse al instante, odiaba a los pervertidos que hacían ese tipo de cosas.
De repente un aroma inundó sus fosas nasales, golpeando su sistema, acelerando su corazón.
Entonces lo vió, vió como un alfa sujetaba al omega de cabellos negros y golpeaba su cabeza contra una pared. Algo inexplicable nació dentro de él.
-Mío... -dijo con su voz de alfa, mientras sus ojos se inyectaban en sangre y la furia subía hasta su cabeza.
(N/A)
Hola💜
No tengo tiempo para ocuparme de un solo fic pero aquí ando publicando otro🤡🤡
La verdad esta idea me emociona mucho, así que espero que disfruten leyendo así como yo lo he venido haciendo al escribir❤️
No habrán grandes cambios, pienso partir del omegaverse que todxs conocen.
De antemano muchísimas gracias ❤️
I 💜 ATEEZ
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro