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C6 || Un muerto muy vivo

La verdad siempre busca un agujero para salir a la luz, y por mucho que la encierres en algún cajón, esta siempre será más rápida y saldrá a relucir.

Río y yo habíamos dormido juntos toda la noche, cuerpo a cuerpo. Sentir su calidez me hacía bien. Acaricié su pecho desnudo con el dedo índice, tracé círculos y movimientos que lo hicieron erizar.

— Es muy temprano para juegos Halley. — quitó con delicadeza mi mano.

— Los juegos son para divertirse. ¿Tú no quieres un poco de diversión? — sonrió y me jaló hasta quedar encima de él.

— Hoy no me limitaré como lo hice anoche. — me encogí de hombros.

— No tengo problema con eso. — hablé y mordí mi labio, llevó sus dedos hasta ahí y los acarició. Tomó mi nuca y me acercó a su boca, entreabrimos los labios y...

— ¿Halley? — interrumpiendo momentos con Haydeen.

— Ya va. — le dijo Río y le golpeé el pecho con los puños.

— Idiota. — me coloqué su camiseta y entreabrí la puerta para ver la cara seria de mi hermana.

— Te buscan abajo. — y se marchó furiosa. Me coloqué unos shorts y bajé las escaleras... esto no podía estar pasando.

— ¿Luca?

— Hola amor. — se acercó y me besó.

Besó los labios de la chica que amaba, la chica que lo había traicionado y la noche anterior había hecho cosas sucias con otra persona.

— ¿Qué haces aquí? — le dije recogiéndome el cabello en una coleta.

— Vine a verte, ¿te molesto? — negué varias veces.

— Solo que la última vez te fuiste un poco raro. — ladeó los labios.

— Problemas que estoy teniendo en casa, cosas que no me dejan concentrarme al cien en lo que hago. Lo siento por eso.

Yo sentía más aún la forma en que estaba haciendo las cosas... no podía seguir jugando con él después de todo lo que habíamos vivido juntos.

— No tienes por qué disculparte. — tomé la cafetera y me serví en una taza. — Luca... yo quiero decirte algo.

— Te escucho. — apoyó su mentón en ambas manos y me miró con ternura.

— ¿Recuerdas aquella vez que prometimos no fallarnos? — asintió. — Pues creo que he roto esa promesa.

— ¿Te arrepientes? — lo pensé varias veces y negué finalmente. — Wow, demasiado que asimilar.

— No quiero ser cruel, pero no encuentro otra manera de sincerarme.

— Pues adelante, seamos sinceros sin importar lo mucho que podamos herir al otro. ¿Comienzas tú o comienzo yo? — me quedé callada y aprecié la avalancha que se desarrollaba en sus ojos celestes.

— Tú silencio me dice que quieres que comience yo. — se levantó del asiento y comenzó a andar por la cocina. — ¿Recuerdas donde nos conocimos? ¿Recuerdas que te saqué de ese mundo y te acepté a pesar de toda tu historia?

— Esto no va de sacar los trapos sucios... aprecia por lo menos que tuve la decencia de decirte que te fallé.

— No voy ni a preguntar de qué forma me fallaste porque desde aquí puedo sentir el olor a sexo, y estoy seguro que bajo esa camiseta hay marcas de lo que hiciste. ¿Él está aquí todavía? — estaba siendo cruel, pero quizás lo merecía.

— Sí, aquí estoy. ¿Tú quien eres? — trágame tierra y llévame a otro planeta.

— El novio de la chica que te tiraste anoche. — y la cara de confusión de Río hizo que me doliera todo. — ¿Qué? ¿No lo sabía? — Luca sonrió como un loco y se cruzó de brazos mientras Río seguía en medio de los escalones, con el torso desnudo y los vaqueros sin cinturón en las caderas.

— ¿Eso es verdad? — tragué grueso y asentí. — ¿Por qué no me lo dijiste?

— No lo sé, no creí que lo nuestro fuera a pasar.

— ¿Lo nuestro? ¿Cómo pretendes que haya un "lo nuestro" ? Cuando lo único qué haces es mentir.

— En eso tiene razón.

— Luca, creo que sobras.

— No, no aún. ¿Cómo dijiste que te llamabas? — se giró hacia Río. — Bueno, da igual. ¿Sabes todo el pasado de Halley? — negó. — Pues...

— ¡Ya basta! ¡Es mi pasado! Tú lo sabes porque me ayudaste a superarlo, pero eso no te hace libre de contarlo a quién quieras. Déjame decidir y no hagas que mi opinión de ti cambie.

— ¿Sabes lo mucho que me importa la opinión que tienes sobre mi? Un huevo. Eres una...

— Cuidado con lo que dices. — habló Haydeen desde el comienzo de las escaleras. — Se ha equivocado mucho, pero nadie la ofende, ¿entendido? — se miraron entre ellos. — Ahora si no es molestia, se van de aquí por favor.

— No tienes que decirlo dos veces. — se marchó Luca y no lo detuve, lo vi marcharse por la puerta y me giré para ver al chico de ojos tormentosos.

— No lo intentes.

— Escúchame, solo te pido eso.

— ¿Para qué? ¿Para que me digas tres cosas y me ocultes el resto?

— Por favor... — traté de acercarme.

— Otro día, no hoy, déjame enfriar la cabeza al menos.

— Río yo... — sujeté su brazo, cerró los ojos y tensó la mandíbula.

— Otro día Halley. — lo dejé ir.

Me prometí a mi misma no desgastarme emocionalmente por nadie, no rogar, no impedir que alguien se fuera si así lo deseaba... me prometí dejar ir y él quería irse... todo era mi culpa y lo aceptaba, solo que no quería que las cosas se desarrollaran de esa manera.

— Ya nos volveremos a ver. — le dije y lo vi también salir sin zapatos ni camiseta.

Me giré buscando algún apoyo en Haydeen y no estaba ahí.

Estaba apartando a las personas que me querían, todo por un capricho, por una obsesión.

Quería escapar de ahí, perderme y esperar que por arte de magia los problemas se solucionaran solos.

La cara feliz de Lou me recibió cuando entré al café. — ¿Qué haces aquí muchacha? — suspiré y fui a la estantería en busca de un uniforme.

— Busco distraerme un poco.

— ¿Qué pasa por tu mente?

— Ay Lou. — me quejé mientras colocaba sobre la bandeja la orden de la mesa número cuatro. — No creo que seas capaz de entender y no por qué te falten conocimientos, sino porque ni yo misma entiendo.

— Bueno, siempre que quieras acá tienes una amiga. — asentí y me guiñó un ojo.

Limpié mesas, serví bebidas y despaché postres. Ví como el sol se ponía y esperé a que todos se fueran para barrer el local y dejarlo todo organizado para el día siguiente.

Estaba poniendo las sillas sobre las mesas cuando dos carros en la calle casi chocan. Abrí un poco la puerta para enterarme si habían heridos o si podía ayudar en algo, pero ya todo parecía normal... todo exceptuando aquella sombra negra que iba sigilosa por la calle frente a mi.

Era alto y se movía en silencio, pasando desapercibido a unos ojos menos curiosos que los míos. Volteó la cabeza un segundo y pude ver sus ojos grises expectantes.

Lo seguí con la mirada hasta que se detuvo en un cruce peatonal, esta era mi oportunidad.

— ¡Lou, por favor! ¡Cierra el café y mañana hago horas extras! ¡Te amo! — y en ese segundo que estuve de espaldas, el chico sombra desapareció.

Corrí varias calles, tratando de ubicar la capucha negra entre las luces de algún que otro establecimiento... pero no encontré nada. Incluso pregunté en varios puestos y nadie parecía haberlo visto.

¿Dónde te habías metido?

Regresé decepcionada por donde mismo vine y a pesar de que todos me advertían de lo peligroso que era cruzar el parque sola y de noche, algo me dijo que ese era el camino a seguir. La verdad era un poco aterrador, alguna que otra farola parpadeando cada ciertos metros, la brisa moviendo las escasas hojas de los árboles y los grillos en su habitual concierto.

Hubo algo fuera de lo común que me hizo quedarme estática en mi lugar... una voz... dos voces.

Rebusqué con la mirada y encontré dos cabezas a lo lejos, el chico que había visto y otro tipo con aspecto de vagabundo contando dinero, mucha plata para mi gusto y demasiado sospechoso todo.

Me acerqué... esa estúpida manía de acercarme a todo lo peligroso, lo que causara adrenalina. El saber que había algo sospechoso desarrollándose cerca, solo me daba ganas de descubrir de que se trataba.

— Falta dinero. — dijo aquel hombre con voz ronca .

— Es todo lo que pude conseguir en cuarenta y ocho horas. — el tipo se carcajeó en voz alta.

— ¿Me quieres engañar chico? — palmeó con fuerza su cara. — Son bailarines y por eso se cobra una fortuna. — sujetó la nuca del chico y esté se encogió de hombros.

— Con eso tienes para cubrir la deuda de mi hermano y comprarte varios porros más. — se soltó del agarre, arrojó la mochila en el suelo y se volteó para irse.

El tipo sacó un cuchillo de la parte posterior de su cuerpo, lo alzó en el aire y fue mi turno de intervenir.

— ¡RITMO CUIDADO ATRÁS! — corrí hacia él al mismo tiempo que este esquivaba el cuchillo.

— ¿Que mierdas te pasa? — le dijo furioso.

— Quiero más dinero.

— Nadie te dará nada asqueroso de mierda. — corrí hacia él y lo empujé al suelo, su cabeza golpeó con fuerza la tierra y no se movió más.

Ritmo me miró, yo miré a Ritmo.

— He matado al tipo. Lo he matado. — me peiné con los dedos.

— Pero ¿qué haces aquí?

— Idiota agradéceme, porque estuvieras tieso tú y no él. — lo señalé con el dedo.

— Vale vale, pero al menos no cargarías con un muerto en tu expediente.

— Ritmo, hay que esconder el cuerpo.

— ¿Qué? No seré cómplice de asesinato.

— Pues a la próxima me avisas y no te salvo la vida. Imbécil. — caminé hasta el hombre tirado en el suelo, no había sangre saliendo de su cráneo, quizás solo estaba inconsciente.

— Bueno parece que... — una mano me sujetó del tobillo y jaló hasta dejarme tirada en el suelo. — ¡RITMO! ¡EL MUERTO HA REVIVIDO!

— Nadie se mete conmigo niñatos. — y el sonido de una piedra contra su cabeza fue todo lo que escuché después. El agarre se debilitó y al girarme lo encontré sobándose la cabeza.

— ¡Corre Halley! ¡Corre! — tomé la mochila con el dinero y él me tomó la mano. — Esto es varios años de cárcel asegurados. — sonreí al mismo tiempo que me miraba serio.

— No me parece gracioso, apresúrate. — y corrió tan rápido que mis rodillas flaquearon en varios momentos.

— ¡Aquí, ven! — dijo más bajo y me empujó a un estrecho pasaje entre dos edificios.

Me pegó a su pecho y silenció con la palma de su mano la respiración pesada que salía de mi boca.

Me recosté a su tonificado pecho y levanté la vista. Él miraba a todos lados nervioso, esperando que aquel sujeto apareciera, pero no lo hizo... pasaron diez minutos y aún seguía pegada a él.

— Creo que ya podemos salir. — murmuré.

— Deja que revise. — estiró la cabeza y miró hacia la derecha, luego a la izquierda. — Mierda, ahí viene. — me tomó del brazo y volvió la persecución, solo que esta vez no venía nadie atrás.

— ¡Para! No viene nadie y estoy cansada. — me apoyé en mis rodillas.

— Pues vamos, te cargo. — se colocó frente a mi y no lo pensé dos veces.

Salté sobre su espalda y comenzó a andar, esta vez más despacio y por el medio de la calle. No había tráfico a estas horas, solo un bar abierto con música de los 80's.

— Bailemos. — le dije.

— ¿Por qué la gente piensa que siempre quiero bailar? — me bajé.

— Porque eres bailarín. — levantó los hombros.

— Puede ser. — corrí a sus brazos y me levantó.

Comenzó a girar y me dejé caer hacia detrás, cerré los ojos para no marearme y dejé que todo fluyera.

I wanna dance with somebody.

Sujetó mis manos cuando estuve otra vez en el suelo y comenzó a moverse.

I wanna feel the heat with somebody.

Daba volteretas y saltos pequeños, sonreía como la primera vez que lo vi en la presentación. No se equivocaba nunca, siempre iba en el tiempo correcto, me fascinaba lo medido que tenía todo.

Yeah, I wanna dance with somebody.

Estiró su brazo. — Ven hacia mi. — me envolví y quedamos pegados. Moví mis caderas contra él, era algo lento y sensual. Colocó sus nariz dentro de mis cabellos e inhaló mi olor. — Hueles genial Halley. — besó el centro de mi cabeza. — Gracias por salvarme hoy. — me sonrojé.

With somebody who loves me.

— No quería que los chicos pasaran a ser R5. — se carcajeó. — ¿Qué hacías con ese tipo? — le pregunté y me giré para mirarlo de frente.

— No es nada. — bajó la cabeza y aún así busqué sus ojos.

— ¿Qué pasa Ritmo? Confía en mi.

— Rojo debía dinero de drogas. Él está dejando de consumir, pero aún así le debía mucho a este tipo. No me lo dijo, pero lo escuché hablando sobre eso en el teléfono. Sabía que si venía, seguramente compraría más, así que... — lo abracé.

— Eres genial. Casi mueres por tu hermano.

— Sé que él también moriría por mi. Los hermanos se protegen, ¿tú no harías lo mismo por Haydeen?

Haydeen... odiaba estar así. Éramos ella y yo contra el mundo, no podía ir en su contra  porque perderíamos las dos... por separado no funcionábamos.

Asentí. — Claro que haría lo mismo por Haydeen.

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N/A: amo este capítulo, lo juro.

De todos los hermanos, el que menos participación ha tenido ha sido Ritmo, por eso creí necesario que lo conocieran un poco más.

Hablemos de los trágicos sucesos del comienzo del capítulo:

Hablemos de la actitud de Luca:

¿Qué creen que pasará con Río y Halley?

¿Cuál es su hermano favorito?

Los amo y recuerden escribirme los interesados en el grupo de WhatsApp. <3

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