Cuando el castaño vio a Reborn volver a la mansión sintió que por fin podía volver a respirar con normalidad, después de días de haber estado ahogándose poco a poco en preocupación, sus pesadillas acosándolo de manera constante, solo quería un momento de paz.

Solo pudo tirarse a los brazos de su amado y caer inconsciente debido al cansancio. Causándole a Reborn un ataque de preocupación, aunque por fuera no lo demostrara. Lo tomo en brazos y subió con él hasta la habitación. Una vez dentro lo coloco en la cama y estuvo a punto de irse, una mano sosteniendo su saco se lo impidió, suspirando se acostó al lado del castaño, escuchando como este suspiraba y se acurrucaba contra su pecho.

Reborn le dio suaves caricias hasta que sintió su respiración de manera lenta y regular, se admitía así mismo que respiraba mas tranquilo cuando tenia a la vista a su castaño, tenia el mismo miedo que su amante, por eso lo monitoreaba a través de sus guardianes, y estos preferían no hacer ningún comentario pues apreciaban sus vidas.

El pelinegro odiaba estar separado de su castaño es por ello, toco la pequeña cajita en su bolsillo, le pediría matrimonio, no pensaba volver a dejarlo nunca más. Dándose un descanso se recostó y decidió dejarse vencer por el cansancio, cayo dormido unos segundos después.

Ambos solo podían respirar, sin sentir que se ahogaban, cuando estaban juntos.