Reír
Tsuna miro a su familia y rio al ver el lio tan disparejo que eran, pero, aun así, tan unidos como ningún otro grupo tan singular podría ser, todos con suaves sonrisas disfrutaron de la calma que les proporcionaba la alegría de su cielo.
Reborn miraba toda la locura un poco alejado, disfrutaba la alegría, la calma que Tsuna también le proporcionaba, pero admitía envidia y celos, suena tonto hasta para él, pero quería que ese cielo fuera solo de él, que todas sus expresiones fueran solo de él.
Sonara egoísta pero el pelinegro odiaba tener que compartir a su amado castaño con tantas personas, compartiendo su día a día con sus guardianes, y siempre recibiendo su atención, su cariño, aquel que sentía solo le pertenecía a él. Si era malditamente posesivo, pero no podía evitarlo, su cielo era hermoso y no era idiota veía que muchos lo deseaban.
Tsuna lo miro extrañado preguntándose que pensaba su amado, se acerco y con una suave caricia en la cara del contrario y un suave beso le tranquilizo.
- Soy solo tuyo Reborn – afirmo sacándole una sonrisa al contrario – no necesitas encerrarme, ni encadenarme a la cama para impedir que el mundo me vuelva a ver. – aquella afirmación hizo reír a Reborn.
El castaño lo miro fascinado pues nunca escucho reír a su sexy hitman, mientras el pelinegro se preguntaba cuando su hermoso y lindo alumno/novio lo había prendido a leer tan bien, supuso que mientras fuera solo él no habría problema, solo su persona amada tenia derecho a ese privilegio.
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