Nada es eterno en la vida, Tsuna fue más consciente de ello cuando sus versiones jóvenes fueron al futuro y supo que tanto él como Reborn, igual que muchos de sus compañeros habían sido asesinados por Byakuran, la poca tranquilidad, el sufrimiento de sus amigos.

Se sintió tan impotente por ser la razón de que ellos pasaron por todo esto, tan vez ellos habían tomado la decisión de seguirlo, pero eran niños no era justo pedirles que tomaran una decisión tan importante.

Cada una de las batallas, le demostró que debía apreciar a sus personas amadas cada día como si fuera el ultimo, atesorar los hermosos momentos con su amante. Vaya que tuvo que ser masoquista, para este punto acepta feliz ese término, porque su hitman es un sádico/romántico.

Se aferra a la pequeña felicidad que le brinda y lucha todos los días porque las cosas se mantengan tranquilas, cuando les avisan que hay una familia atacando la casa, entiende que incluso la calma nunca será eterna para ellos, eran mafia después de todo, manteniendo el orden y ayudando a evitar muertes, pero aun así no hay diferencia ellos son el enemigo de muchos que solo quieren causar caos.

Lo acepta, sus amigos también, su hitman solo asiente diciéndole que estará a su lado, por lo que se defienden manchándose las manos de sangre con las muertes de sus enemigos. Se distrajo solo un minuto y cuando voltea piensa de nuevo nada es eterno al ver a Reborn, su esposo caer debido a un disparo, maldice grita y llora mientras descarga su arma de su amado sobre el tirador, en este momento no le importa nada.

Se hinca al costado del cuerpo, le acaricia las mejillas, las personas a su alrededor piden espacio para ayudar al pelinegro pero el se niega a moverse, tomando la mano de su esposo solo se sienta al costado dejando que lo revisen.

Ahora se encuentra al costado de una cama de hospital rogando que su ser amado despierte, y vuelve a pensar como muchas veces que nada es eterno, que un solo minuto puede quitarte la felicidad o la vida, llora, se rompe porque se siente solo, vacío, solo quiere que todo vuelva a ser como antes. Un movimiento lo saca de su desesperación, levanta la mirada, todo lo que puede hacer es reír y llorar al ver a esos ojos ónix mirándolo.