Tsunayoshi era un chico tranquilo, tenia una vida que cualquiera quisiera tener, y un novio que cualquiera envidiaría, pero lo que mas amaba de toda su vida era cada pequeña cosa que hacían, cualquiera pensaría que uno se aburre con una rutina que se lleva a cabo todos los días, excepto los fines de semana que su rutina variaba un poco de lo normal, pero lo tenían establecido.

Durante los días normales era algo simple, el castaño iba a la universidad temprano salía a almorzar a su restaurante favorito donde se encontraba con su novio Reborn, el cual tenia una empresa de investigación privada, almorzaban mientras mantenían una conversación casual, y cuando terminaban su novio lo acompañaba hasta la universidad se despedían con un beso – de estilo francés cortesía de Reborn – lo que dejaba sonrojado al castaño; Tsuna continuaba con sus clases hasta las 4 pm y luego su novio lo pasaba a recoger para ir a casa.

Debido a que Reborn tenia de socio en su compañía a Colonello y a Fon no tenia inconvenientes para recoger a su novio de la universidad, lo que era un alivio, solo una vez paso que no pudo ir por su castaño, decir que las cosas terminaron mal fue poco, pues por poco y medio mata al cliente que los hizo retrasarse debido a que el hombre quería pero no se decidía, por lo que desde aquella vez ambos socios prefieren tratar con lo que quede a pasar por lo mismo.

Después de que el pelinegro recoge a Tsuna van a su casa a relajarse un poco, darse una ducha y cambiarse para luego salir a dar un paseo a veces al parque otras van en auto a una playa cerca, la cuestión es que paseen juntos, suelen hacerlo tomados de la mano, sin importarles las miradas que la gente les pueda dar, pues no les avergüenza amarse.

Una vez finalizado su acostumbrado paseo que a veces se alarga cuando es solo al parque cerca de su departamento suelen regresar e ir a cenar fuera en una acogedora cafetería al frente de su casa, Reborn siempre su amado café expreso y Tsuna su chocolate junto con un pedazo de quiche de espinacas con queso. A veces solían comer en silencio, otras preferían hablar de cualquier cosa, en esas ocasiones solía el castaño mas que su compañero reír.

Terminada la cena regresaban a casa y mientras Tsuna hacia sus deberes, Reborn le gustaba ver alguna película, una vez el castaño terminaba apagaban todo y se iban a dormir, aunque Reborn no se iba a dormir sin su sesión de besos y caricias a su castaño, muchas de esas sesiones los llevaban a hacer el amor lo que no les molestaba a ninguno de los dos, y al final dormían abrazados pero felices.

Esta rutina era algo establecido para ellos de lunes a viernes, pero los fines de semana su rutina variaba en pequeñas cosas, por ejemplo, como Tsuna no tenía clase suele acompañar a Reborn a la empresa y ayudarlo con el papeleo, salen a comer a la misma hora, y luego vuelven a la empresa.

Tsuna es feliz de ayudar a su novio en su trabajo para aligerar un poco su carga, las horas a pesar de que el papeleo es tedioso no son tan malas debido a su acompañante, disfruta verlo concentrado pues se ve sumamente sexy y eso lo lleva a tener pensamientos que no se deberían tener en un lugar donde puede entrar cualquiera, así que vuelve a su trabajo; Reborn sin querer también suele estar de la misma forma.

Después de todo el trabajo suelen salir a la misma hora habitual del resto de días de la semana, pocas veces han tenido que alargar la jornada de trabajo en los fines de semana, aunque ha pasado, van a su casa y luego su rutina es la misma de los otros días.

Si les preguntaran porque no se aburren de la misma rutina ellos responderían que son felices así, porque son dos criaturas de rutina, les encanta tener control de lo que va a pasar en sus vidas de manera constante y teniendo un orden lo tienen, por lo que aman su vida siguiendo su rutina diaria.