Narra María:

Finalmente el día había llegado.

Hoy sería la primera vez en años que volvería a ver a Zack.

Aún podía recordar la última vez que lo había visto: estábamos a punto de terminar la secundaria en ese momento; luego de terminar nuestros estudios mi camino y el de él se separaron pero no rompimos el contacto entre nosotros.

Él acostumbraba a llamarme varias veces por semana, desde que su banda se había vuelto un suceso ya no tenía tanto tiempo como antes y no nos veíamos, pero al menos nos manteníamos comunicados.

Nos habíamos conocido en la escuela cuando ambos teníamos seis años y a partir de ese momento nos volvimos grandes amigos; siempre jugábamos juntos o nos quedábamos a dormir en la casa del otro.

Pero el tiempo había pasado y ahora ya no éramos niños, teníamos veintidós años y nuestras vidas habían cambiado por completo.

Yo terminé la escuela, me mudé a Seattle y ahora trabajaba en una tienda de discos en el centro de la ciudad, mientras que Zack se fue a Los Ángeles y junto a Tom, un buen amigo suyo, habían formado una banda.

Eso era todo lo que sabía de él actualmente a través de sus llamadas constantes; cada vez que hablábamos me contaba acerca de como era su "nueva" vida y de lo que enfrentaba al ser reconocido de a poco por la gente y la prensa.

Me parecía increíble cada una de sus historias pero lo más increíble era saber que él siempre se mantenía fiel a si mismo: el chico que conocía aún estaba presente a pesar de la fama que estaba empezando a ganar.

Mi teléfono había sonado hacía exactamente una semana atrás y al atenderlo ya sabía quién llamaba.

Lo que me sorprendió fueron sus palabras:

-¿María, eres tú?-

-Duh, claro que soy yo ¿quién más atendería aquí? Me dá gusto que me llames despues de tantos días sin saber de ti!-

-Lo siento, estamos de gira y los horarios son de locura! Estoy algo cansado pero nos está yendo muy bien y lo más importante es que nuestra música está llegando a los oídos de mucha gente-

-Eso es genial! Me alegra mucho saberlo Zack-

-Pues espero que lo que voy a decirte te alegre aún mas-

-¿A qué te refieres?-

-Estamos de gira con el festival Lollapalooza, estaremos tocando en Irvine Meadows este fin de semana próximo y quiero que vayas, estaremos por allá el sábado-

-¿Estás hablando en serio?-

-Muy en serio, creéme que en verdad quiero que estés ahí-

-Suena fantástico! Pero no creo tener dinero para ir-  le contesté apenada

-No te preocupes, te enviaré la entrada al recital y algo de dinero para que vayas-

-No puedo aceptarlo Zack, tu idea es genial pero no necesito que hagas cosas así por mi-

-¿Crees que es problema para mi hacer esto?-

-Zack, hablo en serio, no lo hagas-

-Lo haré de todos modos! Somos amigos hace mucho tiempo y extraño verte, extraño pasar momentos junto a ti-

Suspiré, yo también extrañaba pasar momentos junto a él.

Sabía que la idea no se iría de su mente así que no tuve mas remedio que aceptar su invitación.

Antes de colgar me dijo que esa misma tarde enviaría el dinero junto con la entrada en una encomienda para mi.

Le agradecí unas mil veces por el gesto y luego fuí a mi trabajo, feliz de que este fin de semana al fin lo volvería a ver.

La encomienda llegó unos tres días después de su llamada y todavía no podía creer el hecho de que no solo iría al festival sino que además vería actuar a Zack y sus amigos en el gran escenario.

Nunca había oido a la banda así que esta sería la primera vez para mi; ni siquiera sabía como se llamaban, de seguro Zack me lo mencionó alguna vez pero se me había olvidado.

Y de repente...

Aquí me encontraba revolviendo mi armario para buscar algo de ropa cómoda para pasar un día en Irvine.

Me decidí por unos shorts y una remera que me quedaba algo grande pero que me gustaba mucho; Zack me la había regalado para mi cumpleaños número dieciocho y aún la conservaba.

Me calcé unas zapatillas y metí algunas pocas cosas junto con la entrada en una mochila.

El autobús hacia Irvine saldría en una hora.

Zack se había encargado de llamarme y darme algunas indicaciones para cuando arribara al festival solo por si acaso.

El viaje hacia Irvine Meadows se me hizo corto, solo podía pensar en que él estaría ahí y que al fin podría verlo.

Finalmente llegué y al poner mis pies allí quedé boquiabierta: el lugar era inmenso y colapsaba de gente por todos lados.

Pregunté donde quedaba el Side Stage al entrar y fuí hacia donde me indicaron.

Según Zack la banda comenzaría su acto a las cuatro de la tarde y yo había llegado apenas media hora antes como para conseguir un espacio desde donde verlos.

Él ya me había dicho que intentara ubicarme en alguno de los laterales pues el público se ponía algo agresivo y lo que menos deseaba era que yo saliera lastimada, por lo que avancé lentamente entre la ola de gente que empezaba a agolparse alrededor del escenario.

Afortunadamente unos minutos antes de que el show empezara logré encontrar un lugar bastante tranquilo en la parte izquierda.

La banda salió a escena y el publico estalló en gritos y aplausos; yo también aplaudí pero mi mirada buscaba a Zack y no podía verlo por ningún lado.

Cuando la música comenzó a sonar un chico salió al escenario, supuse que era él pero no podía observarlo bien debido a que llevaba un libro delante de su vista.

Tomó el micrófono leyendo en voz alta y al oírlo pude darme cuenta que efectivamente era él: Zack De La Rocha, el chico que conocía desde la infancia estaba recitando versos ante miles de personas.

Me quedé sorprendida de como se veía actualmente: su cabello estaba distinto a la última vez que lo había visto pero su rostro conservaba las mismas facciones como si todavía fuera un adolescente y no alguien de veintidós años.

Los últimos años de mi vida había sentido algo por él, algo que tal vez iba mas allá de la amistad que manteníamos pero al separarnos decidí olvidarlo y no volver sobre el tema; después de todo nada pasaría entre nosotros.

Pero ahora esos sentimientos que creía borrados de mi mente volvían a presentarse...

¿Acaso debía hablarle de esto?

Me negué rotundamente, no quería arruinar nuestro reencuentro con bobadas del pasado.

Me dediqué durante lo que siguió de la hora a disfrutar del concierto a pesar de que me llevé algunos golpes del público que parecía estar totalmente histérico, pero eso no detuvo mis ganas de pasarla bien.

La banda me gustó más de lo que pensaba, los chicos tocaban muy bien y Zack era todo un especialista comunicando sus ideas a través de la música.

Cuando tocaron lo que sería su última canción ví que su mirada empezo a vagar entre la multitud.

Agité mis brazos como pude para ver si lograba verme y justo antes de que se despidieran logró encontrarme con su vista.

Al terminar todos bajaron del escenario y él corrió hacia donde me encontraba.

Sin bajarse me gritó "Dá la vuelta, estaré del otro lado esperándote!"

Me abrí paso una vez más entre todas las personas y fuí hasta donde se encontraba junto al resto de los chicos.

-María!-

-Zack!-  grité emocionada corriendo a sus brazos

-Al fin estas aquí-  me contestó abrazándome

-Oigan ustedes dos! Ya dejen de jugar a los novios-  interrumpió Tom entre risas haciendo que los chicos tambien se rían de nosotros

-Tom! A ti hace mucho que no te veo tampoco, tal vez también quieras un abrazo-

-Puede ser, pero creo que Zack se pondría celoso-

Lo miré en ese momento y pude ver como su expresión había pasado de una sonrisa a un semblante más serio, sin embargo no dijo nada y tanto Tom como el resto se acercaron a saludarme entre sonrisas.

Una vez que terminé de saludarlos a todos Tom volvió a hablar:

-Oye Zack, volveremos al escenario para ver a Tool, si nos necesitas estaremos allí-

-No hay problema, pásenlo bien, yo estaré por aquí con María, tenemos mucho de que hablar!-

Tom asintió sonriendo y desapareció con los chicos.

Una vez solos Zack se dirigió a mi:

-¿Quieres que vayamos al bus? Hay menos ruido, menos gente y podremos conversar mas tranquilos-

-Me parece bien-

-Es un camino algo largo, mejor toma mi mano si no quieres perderte-

Extendió su mano hacia mi y me quede viéndole.

Esas pequeñas acciones solo hacían que revivan mis viejos sentimientos.

-¿María?-

-¿Si?-

-¿Te encuentras bien?-

-S-si... Lo siento, me distraje-

Tomé su mano y lo seguí.

Caminamos entre toda la multitud que iba de un lado a otro y al llegar al otro extremo del predio él abrió la puerta del bus.

-Este será mi hogar por unos días, está bastante desordenado y es algo pequeño pero supongo que debo acostumbrarme, nuestras giras a partir de ahora serán así-

-No te preocupes por eso, me alegro de volverte a ver, has cambiado bastante-

-¿Cambiar? No lo creo, tú si has cambiado! Y veo que aún me recuerdas-  dijo señalando mi remera.

Le sonreí, estaba claro que ninguno de los dos se había olvidado del otro a pesar de cosas como la distancia.

-Por supuesto que te recuerdo, y no solo por el hecho de que siempre me llames-

-Te ves muy bonita, lamento no haberle atinado al talle aquella vez-

-Me gusta así, descuida, y gracias... Tú también te ves b...bien-  respondí tratando de no ser obvia, pero no podría evitarlo por mucho tiempo.

Seguía siendo mi mejor amigo pero ahora se había transformado en todo un hombre, un hombre muy atractivo...

No sabía cuando volvería a verlo después de esta vez.

Podía ser pronto pero quizás debería pasar otro año para vernos nuevamente.

-Siempre te hablo de mi pero ahora estás aquí, quiero saber de ti-

-Pues mi vida no ha sido muy interesante desde que me mudé a Seattle... Trabajo en una tienda de discos y básicamente eso es todo-

-Tienda de discos, eso suena cool... Luego te daré copias de mi disco para que lleves si quieres-

-Eso sería genial, muchas gracias-

-Lo hago con gusto, es lo que amo después de todo... Y hablando de amor ¿estás con alguien?-

-La verdad no... No salgo mucho desde mi llegada a Seattle, pero tampoco pienso en eso-

-Pensé que tenías un novio-

-No, no lo tengo ¿y tú que tal?-

-Nada de nada, tampoco pienso en eso-  dijo cruzándose de brazos.

Sentí las clásicas mariposas en el estómago cuando lo mencionó.

A pesar de ello no quería arriesgarme.

-¿Quieres tomar ó comer algo?-  preguntó de repente cambiando el tema

-Estoy bien por ahora-  contesté

Luego de eso un silencio algo incómodo se instaló entre los dos.

-Te extrañé-  dijo de pronto tomándome por sorpresa

-Yo también-

Se acercó a mi y me abrazó nuevamente tal como lo había hecho cuando recién nos habíamos reencontrado.

Me estremecí por el contacto, ambos estábamos muy cerca.

-Carajo, no debería abrazarte, de seguro apesto, hacía mucho calor en el escenario-

-Está bien, no me importa-  le respondí sin romper el abrazo

-Me agrada tu cabello, te queda muy bonito-  dije alargando mi mano hacia uno de sus dreadlocks

-Gracias, eres la única que me recuerda que soy lindo después de mi madre-  dijo entre risas.

Me reí por su ocurrencia.

-Tú eres linda y siempre lo has sido ¿sabes?-

Dejé de abrazarlo abruptamente y retrocedí un poco hacia atrás.

-No deberías mentirme-

-No soy de esa clase de gente, me gusta ir con la verdad, lo sabes-

-Tal vez lo haces para subir mi autoestima-

-Eso sería muy cruel de mi parte-  me dijo poniendo su mano bajo mi mentón mirándome fijamente.

A estas instancias deseaba besarlo pero seguía conteniéndome, aunque ya me era difícil hacerlo.

-Siento que hay algo que no me dices-

-¿Como qué? Creo haberte contado todo-

-Estás algo nerviosa desde que llegaste y no se el por qué-

-¿Nerviosa? No lo creo, tal vez es la emoción de volver a verte, ha pasado tiempo... Ya no somos los chicos que éramos en el pasado-

-Lo sé, ya no somos unos niños, por eso te pregunto que te está pasando, dijiste que no te gustaba que te mientan pero parece que hay algo en lo que tú estás mintiendo-

-Yo no dije eso, no hay nada que tenga que esconder de ti!-  le dije levantando mi voz, visiblemente alterada.

Lo había arruinado, podía presentirlo dentro de mi.

-Tranquila, solo quería saber, pero si es algo de lo que prefieres no hablar...-

Se sentó a mi lado y tomó mi mano.

-En verdad te extrañaba-

-Perdóname por actuar de esa forma, hiciste todo esto sólo para volver a verme y yo... discúlpame, fuí una tonta-

-¿Sientes algo por mi?-

-¿Qué?-  pregunté con confusión

-Lo que oyes, si sientes algo por mi-

-¿Por ti? Bueno yo... yo te... te quiero mucho, eres mi mejor amigo-  le respondí dudosa

-¿Sabes que creo? Que tienes algo pendiente conmigo y por eso estás nerviosa-

-Claro que no! ¿Como crees? Vas a hacerme enojar!-

-No he podido olvidarte desde que me fuí a Los Ángeles... Hacer música me apasiona pero no ha sido fácil dejar de verte por tanto tiempo-

¿Acaso Zack me veía como alguien más?

Debía responder pero no sabía que, tal vez estaba malinterpretando sus palabras...

-Las cosas cambiaron pero lo que nunca cambió fue lo que sentía por ti-

-¿A qué te refieres con eso?-

-A que me gustas, no he conocido a nadie como tú-

-¿Te gusto?-  dije señalándome a mi misma con incredulidad

-Si, pero no te lo dije antes porque creí que era algo pasajero, pero ahora sé que no lo es, y creo sinceramente que tú sientes lo mismo-

-Zack, yo no te he olvidado en todos estos años, eres un chico especial pero... no creo ser suficiente para ti-

-Ni siquiera has intentado acercarte a mi mas allá de la amistad ¿cómo puedes saberlo? Debes arriesgarte por lo que amas y eso no pasará hasta que decidas hacerlo-

Bajé mi vista hacia nuestras manos entrelazadas.

Él era el único que había amado hasta ahora y en este preciso instante estábamos juntos...

Sin decir ninguna palabra más Zack me besó y lo correspondí.

Era lo que esperaba desde hace años y estaba pasando justo ahora!

Cuando nos separamos oímos ruido afuera.

De repente alguien abrió la puerta:

-Te dije que se traían algo! Me debes diez dólares!-  dijo Tom mientras nosotros nos mirábamos el uno al otro sin saber que decir

-¿Ustedes apostaron por nosotros?-  pregunté entre nerviosa y divertida

-Sabíamos que Zack estaba loco por ti desde hace rato, sólo nos adelantamos a los hechos-  contestó Tim

-Que quede en claro que no perdí! Pensé que te confesarías más tarde Zack-  dijo Brad levantando sus manos en el aire.

Zack y yo nos miramos a los ojos nuevamente y estallamos en risas.

-Bien, ahora que la apuesta ya se hizo y todo está aclarado podríamos comer algo todos juntos ¿no creen?-

-Estoy de acuerdo!-  dije mientras ponía mis brazos alrededor del cuello de Zack y le daba un beso en la mejilla.

-Seré el único soltero a partir de ahora-  dijo Tom fingiendo tristeza

-Te conseguiremos una novia pronto, apostaría a que la conseguirás hoy mismo pero soy mala apostando!-

-También eres mala fingiendo-  dijo Zack haciendo que me sonroje.

Le sonreí, tenía razón al fin y al cabo.

Pero ahora al fin mis sentimientos eran correspondidos!

Al fin me había arriesgado y el resultado había sido mejor de lo que esperaba.