Extra
Discusión: Vida al 1%
Hablaba conmigo misma, mientras sentía como la sangre ormigeaba en mi cerebro, puesto que estaba acostada sobre la cama pero con el dorso colgando de ella, haciendo que mi cabeza tocara el piso.
—¡María Elisa!.
Y allí estaba la señal, papá había llegado.
—¡Aquí vamos!— dije algo tensa mientras veía mi cara en el espejo. Asustada y tensa por lo que ya estaba llegando, me dirigía hacia donde estaba mi padre en la sala.
Al llegar, los nervios se esfumaron totalmente, yo esperaba verlo de pie gritándome a penas me viera, pero no, por el contrario estaba sentado en un sofá viendo con decepción unos papeles entre sus manos, lentamente levanto su mirada hacia mi y en un tono seco dijo:
—Maria Elisa tenemos que hablar, ven y siéntate—me lo dijo con un tono de voz algo cortante y muy aterrador, con solo esas palabras me neutralizó me limite a acercarme a él y sentarme de frente en otro sofá.
De inmediato me lanzo una mirada penetrante llena de furia y enojo, de esas miradas que a la cuenta hablan solas y matan sin necesidad de un arma
—Maria Elisa, ¿que voy a hacer contigo? dimé, solo quiero que me digas que hacer para ya no recibir este tipo de papeles y poder al fin dejar de pasar tales vergüenzas, dime ¿Qué tengo que hacer contigo?.
Siendo sincera, en este tipo de regaños simplemente no puedo meter mi lengua y tratar de defenderme, porque en lugar de recibir un regaño constructivo, mi padre lo único que sabe es juzgarme y se que todo lo que diga será utilizado en mi contra, así que solo hice lo que siempre hago, baje la mirada a mis pies y me encogui de hombros mientras que el tiro los papeles de exspulción a la pequeña mesa que se encontraba entre los dos sofás, se levanto furioso y ofuscado al no obtener una respuesta de mi parte, por un momento miro hacia el techo suspiró e inmediatamente volvío a mirarme y continuó desahogandose.
—¿Sabes?. Incluso una niña de cinco años se comporta mejor que tú, esta es tu decima cuarta exspulción Maria Elisa, por favor ya madura, ya no tienes seis años. Yo a tu edad era él mejor de mi clase y el orgullo de mis padres,....pero en cambio tú, tú eres todo lo contrario a mi, tanto, que a veces me pregunto si en realidad eres mi hija.
Todo mi ser se hizo pedasos en un instante con esas palabras. Mi padre nunca me había regañado y herido hasta este punto, por más que quize aguantar, dos lagrimas rodaron por mis mejillas mientras que mi corazón se hizo diminuto y en mi pecho se empezo a sentir un vacio más grande de lo habitual; me pregunto ¿es así como se siente cuando nos rompen el corazón? Más en mi mente solo retumbaban las palabras "Yo no pedí nacer" "Yo no pedí venir a este mundo" "Ya estoy harta de vivir así". Más tampoco le respondi nada, preferí callar a decir como me sentia, lo único que para él cuenta son las calificasiones y el que diran en la familia y en los catorce coleguios por los que había pasado. Solo precione con fuerza el sofá en el que estaba mientras agachaba más mi cabeza intentando ocultar mis lagrimas.
—No dices nada, la gran Maria Elisa experta en ser exspulsada de distintos coleguios no dice nada, ¡ha!. Y que puedes decir, por algo tu madre se largo de casa cuando eras pequeña, incluso ella no te soporto por mucho, solo te parío y se fue, ya no sé que voy a hacer contigo, ya no puedo pegarte porque por lo visto tú, ni a golpes entiendes, es más, ya no eres una niña ya eres toda una señorita, se supone que tú ya entiendes y deberías saber el como comportarte.
Se supone que yo ya entiendo, ¿qué es lo que tengo que entender? creo que el que no termina de entender es él, acaso durante mi niñes yo era un animal que entendia a base de golpes, ¿entonces ahora si soy un ser humano?, como quisiera poder gritarle a la cara todo lo que pienso, pero me detengo porque para él lo que yo opino son idioteses solo un adulto como él sabe lo que hace y lo que dice.
—Levanta la cara y dime, no sientes ni un poquito de vergüenza al ver como otros jóvenes son mejores en comparación contigo, ¿no les tienes ni un poquito de envidia? — dijo tomando mi mentón entre sus dedos pulgar e índice bruscamente, obligándome a verlo a la cara.
No me jodas, ahora sí. Se armo la grande, pude aguantármelas todas pero lo que para nada tolero es que me comparen, esa fue la gota que derramo el vaso. Me levante llena de coraje pase mis manos por mis mejillas y lo mire directamente a los ojos.
—¡Basta papá!, hasta donde piensas llegar con esto ¡¿eh?!. Yo puedo ser lo que tu quieras, una desobligada, una irresponsable o una inútil , incluso la peor de las hijas, sí es que soy tu hija claro, pero aún así yo valgo mucho más en comparación con todos esos cerebritos de allá fuera, ellos pueden ser el orgullo del gobierno si quieren, pero yo, yo se que dentro guardo un gran potencial, y que lastima que como mi padre no tengas ni un poquito de esperanza en tu propia hija– me brindo una sonrisa burlesca y una mirada de desaprobación como siempre, pero ya ni con eso podía detenerme, me he callado durante muchos años, pero hoy no callaré más–puedes reirte si quieres papá, porque puede que ahora nadie lo vea, y nadie me crea pero te aseguro que cuando ese potencial salga a la luz no volverás a regañarme o a renegar de mi existencia si quiera. Puede que tengas razon y hayas logrado ser el mejor de tu clase, pero...¿sabes hace cuanto fue eso?, ¿conoces la sociedad en la que vivimos hoy en día? y no me refiero a la suciedad en la que tu habitas, sino a la sociedad en la que yo vivo día a día, una sociedad en la que si eres callada eres una amargada o una santurrona para los chicos de tu edad, mientras que para los adultos eres biiiennn seriesita, en cambio si te ríes mucho y tienes amigos eres más facil que la tabla del dos para unos chicos, y súper chevere para otros, y claro, una facilota de lo peor para los mayores, ¿sabes lo que es vivir eso?......no verdad— comentario ante el cual él solo fruncio el ceño y aleguas se veía que no sabia ni que decir, supe entonces que era el momento de retirarme ya había dicho sufisiente, mientras me retiraba hacia mi habitación con pasos aguigantados él se giro así mi y reprendió.
—Espera no hemos terminado– exclamo con una voz algo más calmada. Mientras que yo solo me detuve en el pasillo y con una voz cortante respondí:
—Lo siento, pero yo ya dije lo que tenía que decir- seguí avanzando hasta llegar a mi habitación para encerarme en ella.
Las discusiones y peleas con mi papá son prácticamente una rutina, rutina que casi siempre terminan con él golpeandome y conmigo llorando en el silencio de mi habitación. Desde que tengo memoria él siempre ha sido frío y cortante conmigo, pero no niego que me ha dado todo tipo de comodidades, al mismo tiempo que siempre ha tratado de mantenerme en internados para así no tener que verme a diario; No niego que no soy precisamente el prototipo de hija perfecta, pero sí soy como soy es porque él me hizo así, no amo a nadie en este mundo, ni siquiera a mi misma, y todo por haber nacido.
Cerré la puerta a mi espalda y me tumbé tras ella, ¿qué más podía hacer?, me había llenado de coraje e impotencia, que puede saber él del ¿por qué se fue mi madre de casa? o el ¿por qué no soporto los colegios u escuelas? Yo nunca tuve una madre que me despidiera en la puerta de la escuela u que me esperara a la hora de la salida, tampoco hubo alguien que me preparara el lunch con amor o que me esperara en casa con comida caliente y una sonrisa, tampoco alguien a quien contarle como me fue en el colegio y mucho menos alguien que me ayudara a realizar mis tareas por las tardes. Mirando hacia el cielo azul a través de mi ventana con mis ojos llenos de lágrimas solo me puedo escuchar decir con la voz quebrada—Te extraño mamá.
------------En otra parte del país---------------
Camila
Rinnnnnnnn
—Hello Lili. Imagino que sí llamas es porque todo se fue a la mierda ¿o me equivoco?
—¡Ayyyy! Camila es que ya me conoces, me voy a matar ¡ah! ¡ha! no sabes, es que el metiche de mi novio llego y la defendió y ya no pude hacerle ni decirle nada— lloriqueo al otro lado de la línea.
—¡Queeee! Lili ¿Tú eres estúpida por nacimiento o por deporte?. Osea, sínicamente estaba poniéndote el cuerno en tus narices y tu bienes a mi y me dices No pude hacer nada mi novio llego y la defendió. Hija de tu madre solo eso me faltaba que tras de estúpida y cachuda me salieras pendeja, es que tú de plano no tienes remedio— le espete enojada.
—Ay ya, Camila no me regañes que estoy muy sensible — dijo dejandome escuchar claramente como sorvía su narís.
—Ayy ya Camila no me regañes. Hazme el favor y deja de llamarme para pedirme que te ayude con tus problemas sentimentales, ¿quieres?. Es más si vuelven a pelear hasme el favor de no volverme a escribir, y más bien tomate la molestia de leer todo el chat de hace más de una semana entre tú y yo.
—Espera Cami no cuelgues no me dejes con esto sola.
—Lili yo ya te he ayudado demasiado a lidiar con las infidelidades del sinvergüenzas de Josèlo, ahora ¿qué quieres? que compartamos los cuernos y nos volvamos ponys juntas, pues déjame decirte que nó señorita, eso de la magia de la amistad a mi no se me da.
—Pero Cami hice todo lo que me dijiste que hiciera no seas así.
—Perdónnn te estás oyendo a ti misma, sí ubieras hecho lo que te dije no estuvieras llorando como una magdalena atravéz de la línea, pero no mi amor, definitivamente no hiciste nada de lo que te pedí que hicieras y ¿sabes qué? ya no me aturdas más con tus problemas sentimentales, bastante tengo con ser yo y existir, y dado que a ti te gusta ser una vaca más de entre el ganado pues que ¡VIVA LA VACA! ¡ ADIÓS!
—¿Qué? ¿como que una vaca más?, Cami, Cami...
Corte la llamada y lance el celular sobre mi cama.
Es que esto es el colmo como puede segarse por un hombre y todavía por Josèlo ni que fuera Leonardo DiCaprio en sus mejores años, definitivamente no se por qué tengo amigas así.
—¡Camila ven a comer ya deja ese teléfono y apúrate que se enfría!–Oí el grito de mi mamá venir desde el piso de abajo.
—Si ma ya voy— conteste, y me apresure a bajar por las escaleras— Siempre es lo mismo de mi cuarto al comedor del comedor a la sala, pero nunca más allá.
—¿Qué estas diciendo Camila? Niña consentida y malcriada sal ya–Replico mi madre al oírme resongar.
—Ya estoy aquí mamá no me regañes, sí.
Suspiro brevemente y luego volteo hacia mi y dijo:
—Camila, hija hay algo que necesito decirte así que siéntate, y come.
Mi madre es una mujer muy reservada y dulce pero de un carácter algo fuerte y rara vez me llama la atención, y hoy como muy pocas veces tenía una expresión algo seria, así qué me limite a sentarme y comí obedientemente.
Mi madre se sentó a un lado de la mesa y mientras tomaba mi mano empezó a confesar lo que para mi sería una cruel realidad:
—Hija, escucha no sé, sí lo que voy decirte debería decírtelo o no pero, prefiero contártelo yo a que te enteres de otra forma, así que de una vez te pido que me escuches hasta el final y me perdones si lo que te voy a decir es muy fuerte para ti.
Su expresión cada vez me asustaba más así que como tenía la boca llena, solo pude asentír con la cabeza.
—Muy bien, escucha, tú sabes que tu padre siempre esta de viaje y que tiene muchos negocios ¿verdad?.
—Pues claro mamá, por algo somos una de las familias más reconocidas del país, papá trabaja mucho, él mismo lo dice todo el tiempo— dije con total naturalidad.
—No es eso a lo que me refiero, mira yo siempre he tenido dificultades para concebir y tu padre siempre a anhelado un hijo barón quien continúe con el linaje de la familia y yo... lamentablemente no se lo he podido dar y no creo poder llegar a dárselo. Antes de tenerte a ti pasamos por muchos tratamientos y fueron años y años los que pasamos de un lado para el otro intentando tener a ese anhelado hijo barón, y cuando al fin logre concebir tu padre se volvió el hombre más amoroso y atento del mundo no había negocio que importara, para èl, lo más importante era yo y el hijo que llevaba en mi vientre, todo iba de maravilla y no fue solo hasta que...—Dudo por un momento.
—¿ Hasta qué, qué mamá? Ya dime— Su actitud empezaba a intrigarme, deje el cubierto a un lado del plato.
—Y no fue solo hasta que nos enteramos que la que venía en camino eras tú y no su anhelado hijo barón, fue cuando todo cambio entre nosotros y lo primero que dijo al saber que venias en camino fue....—Apreto sus labios por un segundo y tomo mi mano entre sus dos manos con fuerza— Todo mi tiempo perdido, por una simple niña ese día al igual que hoy, dos lagrimas rodaron por mis mejillas. Desde ese día dejo de acompañarme a los controles y de pasar tiempo conmigo, simplemente aunque no lo decía sé que se sentía decepcionado de que la que viniera en camino fueras tu mi pequeña y no su anhelado heredero y sucesor.
— ¡Ha! esto es el colmo mamá y me lo dices hasta ahora—dije llena de indignacióm dando un fuerte golpe sobre la mesa.
— Bueno hija, no había tenido el valor de decírtelo y solo hasta ahora creí que ya estabas en edad de saberlo.
Suspire un par de veces intentando calmarme y me levante de la mesa.
—Necesariamente su sucesor tiene que ser un barón, ¿es que acaso yo no soy su hija?, o ¿acaso yo no por ser mujer no puedo ser su sucesora? ¿Qué soy para mi padre entonces? Un cero a la izquierda que no sirve para más que un lujo o una formalidad. No puedo creer que mi padre nos ayá hecho ese tipo de desplantes, y más a ti mamá— dije indignada a mi madre mientras mis ojos rebosaban de lagrimas de ira.
—No hija no digas eso tu padre...— Después de todo, mi mamá aun intentaba defenderlo.
— ¡Mi padre nada mamá! Ya no lo defiendas más, ahora entiendo porqué tantos viajes, porque siempre que lo llamaba me colgaba rápido y decía que tenia cosas que hacer, al principio pensé que de verdad tenia muchas responsabilidades y que estaba trabajando para dárnoslo todo a las dos pero en realidad...—hice una pausa— solo nos evita para no tener que vernos—Me aleje de la mesa indignada a pasos agigantados y me encerré en mi habitación.
—¡Camila! ¡Camila! Espera hija escúchame, tampoco quiero que lo tomes así—mi madre se acerco a la puerta de mi cuarto y con la vos entre cortada dijo:
—Camila. Sé que quizás esto sea como un baldé de agua fría para ti, pero te puedes imaginar todo por lo que yo he pasado todos estos años: desplantes, peleas, noches sin dormir, días sin dirigirnos la palabra, días nublosos y grises llenos de llanto. Y lo único que me mantenía con ganas de vivir era una pequeña luz que me decía; mamá tengo hambre, mamá me duele mi barriguita, mamá quiero verte sonreír, mientras con sus pequeñas manos secaba mi rostro lleno de lagrimas; esa luz ha sido lo único que le ha dado color a mi mundo y me ha mantenido con vida, no me prives de ella ahora—No soporte más en cuanto mi madre dijo esas palabras sali de mi habitación hecha un mar de llanto para abrazarla. No podía creer que mi mamá haya aguantado tanto solo por mi, no imagino todo lo que mi papá le debió hacer pasar solo por no haberle dado un hijo barón, sinceramente admiro su valentía.
— ¡Mamá! No llores más, me tienes a mi y mientras yo este aquí te prometo que nadie va a ofendernos ni lastimarnos nunca más ok.—La tomé entre mis brazos he intente confortarla mientras profundizaba el abrazo.
—No hace falta hija que te preocupes por mi yo estoy feliz de verte crecer sana, y mi único anhelo es que Dios nos de vida y me de la oportunidad de verte cumplir tus sueños, para mi eso es lo único que más me importa en esta vida.
—Mamá...te amo— dije con la voz quebradiza—nunca me faltes, prométeme que nunca me vas a dejar sola y que siempre vas a estar conmigo, ¿si? prométemelo mamá–La abrace aún más fuerte.
—Te prometo hija que mientras Dios me de vida siempre estaré contigo mi cielo para darle color a tu mundo.
Mi madre me hizo esa promesa mientras estábamos abrazadas, y echas un mar de llanto, todo por el hombre machista que tengo por padre, y que hasta hoy me he venido a dar cuenta.
Por la noche cuando estaba más calmada y apunto de ir a dormir recibí una llamada. Maguicamente era mi padre, quise ignorar la llamada y no contestar, pero mi curiosidad me gano ya que en mi vida él me había llamado, ni siquiera por mi cumpleaños me llamaba, la tonta que siempre lo llamaba era yo para que cantáramos juntos mi feliz cumpleaños, así que no me las aguante y conteste:
—Hola papá—dije con una voz seca.
—Hola Cami, ¿como estas?.
Pero ¿qué estaba pasando? No lo entiendo, él no suele ser tan cortes, y tampoco le iba a decir lo que se merecia por telefono así que me limite a responder lo que todos responden para no perder el hilo de una conversación.
—Bien, gracias.
—Qué bueno hija me alegro, sé que no podrías estar mejor estando tu madre cerca —. Pero que hipócrita que ganas tengo de decirle lo que se merece — Y sí me lo preguntas, yo estoy muy feliz, porque te he conseguido un cupo en el Discipline School, y no solo para ti sino también para Lili, bueno para Lili aún no es seguro ya que mantenerlas a las dos ahí dentro sería muy costoso, más bien a ella le conseguí la posibilidad de una beca, ¿que te parece?— Hasta que dejo ver las garras, ya decía yo, solo para saber como estoy no me iba a llamar.
—Papá porque quieres cambiarme de colegió cuando prácticamente estoy por acabar el año, y según tengo entendido en el Discipline School ya están por iniciar las clases, ósea no tendría vacaciones además no sabemos si Lili este de acuerdo en cambiarse— proteste, intentando hacer que se lleve consigo su ofrecimiento apsurdo.
—Escucha Camila, el Discipline School es de los mejores colegios que hay en el país, sabes las oportunidades que tiene una persona graduada del Discipline School, además ya hable con Lili y esta feliz de la vida ya que podrá estudiar en el mismo colegió que su amado novio, no te compliques hija por si tendrás o no vacaciones, no sabes lo feliz y orgulloso que me sentiré al verte egresada del Discipline School.
Sé que eso es solo manipulación, a él le importo menos que un comino, sabe lo mucho que me importa hacerlo sentir orgulloso y lo esta usando para persuadirme.
—No te obligó a ir si no quieres pero está es una gran oportunidad para ti, allí estudian los hijos de los hombres más adinerados del país, y quien sabe, quizás llegues a ser novia de alguno de ellos y con el tiempo incluso podrías tener la suerte de casarte con uno de ellos—Recalco sínicamente su ultima frase Podrías tener la suerte de casarte con uno de ellos.
No me jodas la existencia, todavía tiene el cinismo de decirme que yo sería la de la suerte si uno de ellos se casaba conmigo. Dos lagrimas rodaron por mis mejillas y me volví a enfurecer, y aunque estuve a nada de gritarle sus verdades guarde la compostura por mi madre y le dije:
—Muy bien papá dado que es tu deseo voy a ir al Discipline School —No se que carajos acabé de decir pero ya lo había dicho.
Pero por su puesto que no voy a ir a conseguir marido sino a prepararme y voy a graduarme de uno de los mejores colegios del país y voy a demostrarte de que estoy hecha. Vas a ver papá voy a demostrarte que el nacer mujer no me hace menos nadie.
—Sabía que tomarías la mejor dedición hija, no te preocupes yo terminare los tramites y todo lo que se tenga que hacer ok .
—Si pa —dije con voz seca.
—Bueno, descansa Camila adiós —Concluyó el sínico.
—Adiós.
Colgué y tire mi celular sobre la cama, cualquiera en mi lugar lo hubiera mandado a volar, después de saber todo lo que yo sé. La verdad ya no sé ni como sentirme, ni qué hacer, mi padre por lo visto quiere usarme como carnada a traedora de negocios, y mi madre ya a sufrido lo suficiente como para hacerle más daño, por ahora en lo único que puedo pensar es en superarme, se que no será fácil pero tratare de dar lo mejor de mi y le demostrare a mi padre todo lo que puedo lograr siendo mujer y no precisamente me refiero a conseguir un buen marido, si no a ser unaaa... bueno, algo tengo que llegar a ser.
Evie♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro