7.Una díficil decisión
Capitulo 7
Una difícil decisión.
-María Elisa. María Elisa ¿Estás bien? -cuestionó Camila tronando sus dedos frente a mi.
-¿Eh? Si...¿Qué?-le conteste entre balbuceos. Hace un buen rato tenía la mirada perdida. Yo me sentía perdida, y lo peor es que no podía consultar ni hablar con nadie lo que Guerra nos había confesado.
-¿Qué te ha dicho Guerra? -quiso saber Noah.
-Nada, solo nos solto una charla sobre moral bastante pesada -mentí.
Volví la mirada al plato de comida frente a mi, estábamos almorzando en la cafetería. Guerra me había pedido discreción respecto al tema de los Dark players, pero eso no era lo que me tenía en otro mundo, sino el hecho de haber escuchado tales cosas sobre mi madre. Me resultaba poco creíble eso de que mi madre podía manipular mentes, pero Guerra no parece ser alguien que se ande con bromas. Sumándole a todo eso también estaba el hecho de que tengo una tía, lo cual me tiene muy intrigada, ¿Mi madre estará con ella? ¿Cómo se llama? ¿Seguirá con vida?.
Max, sentado al fondo de la cafetería también parecía distraído, no prestaba atención a las bobadas que decían Erick y Jeff. Él también me tenía intrigada ¿Qué tenía que ver con el tal Sebastian? Compartían algún lazo cercano eso era seguro, por eso se molestó tanto después de saber que los Dark players fueron quienes lo asesinaron.
-¿Puedo sentarme con ustedes? -cuestionó el chico de apellido Navarro. Aún no conocía su nombre, pero su apellido lo sabía gracias a las veces que Guerra lo llamo por el mientras cumpliamos con la sanción. Pagó una sanción de manera injusta, sin deberla ni temerla, todo por estar a la hora equivocada en el lugar equivocado.
-Claro -respondió Camila con una sonrisa.
-Gracias. Por cierto, creo que no nos hemos presentado, soy Mahelo.
-Mucho gusto, yo soy Camila, ella es Noah y ella María Elisa -se apresuro a decir Camila señalandonos al tiempo que nos nombraba.
-Mucho gusto -dijo Noah llevándose la pajilla de su bebida a la boca. Yo me límite a levantar las cejas al tiempo que apretaba los labios, luego pude escuchar como hacía vida social con Camila y Noah, mientras yo continuaba pensando, con la mirada perdida en algún lugar de la cafetería.
***
Gaia
Mi cuerpo estaba agotado, tanto, que en cuanto Guerra dijo que nuestro día de sanción había terminado, me deje caer de culo en el estadio, quedando sentada pero no acabada. Guerra llamo a la loca de María Elisa y a Max a unos cuantos metros de donde estábamos, no sé de que estaban hablando pero la platica se veía algo tensa.
Después de que todos se fueran y nadie se dignara en brindarme la mano para levantarme apareció el chico de cabello negro y ojos claros -el tal Navarro, la única posible víctima de esta sanción - sujetando entres sus manos unas botellas de agua, que lógicamente no eran para mi sino para el grupito de María Elisa.
-¿Ya se han ido todos? - se dirigió hacia mi. Era alto, verdaderamente alto, tenía un cuerpo muy bien trabajado, un rostro terriblemente adictivo a la vista y un aire de calle que no le iba nada mal, tanto que podría admirarlo por horas y no cansarme, pero lamentablemente no podía permitir que tanta belleza me cautivará, no cuando él estaba del lado de María Elisa.
-¿Eres ciego o sufres de la vista? Yo sigo aquí -respondí señalandome con el dedo.
De reojo vi como sonreía divertido, revelando un hoyuelo en su mejilla.
-Oh, claro, claro, perdona mi ceguera selectiva ¿agua? -con una sonrisa divertida se dejo caer a mi lado, y me ofreció una botella.
¿Cegera selectiva? ¿Me estaba tomando el pelo?
-No gracias, yo funciono a base de otro tipo de sustancia -le dije apretando los labios, desviando mi mirada desde las botellas hasta su cara. Obvio era mentira pero no iba a beber algo que estaba destinado a María Elisa.
-Entiendo, tampoco soy precisamente el estereotipo de chico sano -hizo una pausa para beber de la botella -Pero imagino que tu debes ser altamente inflamable.
¿Inflamable? ¿Me estaba llamando gorda?
-¡Oye! -chillé molesta dándole de forma impulsiba un golpetazo en la espalda.
-¿Qué? -protesto escupiendo un poco del agua que acababa de tomar.
-No me hables así -le espeté.
-¿Pooorrr qué? -dijo devolviendome el golpe en el hombro con el suyo, un poco más ligero que el que yo le di.
-Poorrrrrque soy mujer -le devolví el golpe de la misma forma pero con fuerza.
-Y yo, soy hombre -me lo devolvió un poco más fuerte provocando que me tambaleara hacia delante. El idiota rió descaradamente.
-Pues eres más patán que hombre -le escupí en la cara al tiempo que me ponía de rodillas, para sujetarle ambas manos.
-Y tú una niña engreida y malcriada -me espetó liberándose de mi agarre para luego tumbarme, y quedarce encima de mi por completo.
-Patán -le grite a la cara.
-Malcriada.
-Suéltame maldito imbecil -proteste tratando de liberar mis muñecas de sus manos.
-¿Y que vas hacer sí no lo hago? -parecía divertido mientras me sujetaba bajo su perfecto pesado cuerpo.
-Yo voy -balbuceé mientras forcejeaba con él -voy a...voy a besarte.
Maldición.
Qué alguien me diga que no dije lo que acababa de decir.
Menudo castigo, seguro que se horrorisa. Vamos ¡En serio! ¿No se me pudo ocurrir nada mejor?.
-Entonces chica barbie ¿Debería seguir sujetandote hasta que ejecutes tu castigo o debería acercarme un poco más y ayudarte? - susurro divertido cerca de mi rostro. Me puse roja coma una estúpida, gracias a Dios estaba algo sudada y cansada de ante mano por los ejercicios, así que no creo que se note mucho.
-No creo que quieras recibir un beso de una niña engreída y malcriada como yo...o¿si? -me acerque un poco más a su rostro, lo admito no era un castigo, era una tentación, una irresistible tentación. Él tenía control total sobre mí, tenia que sonar segura pero no podía dejar pasar esta oportunidad...
-En realidad...no -dibujo una pequeña sonrisa en sus labios, acto seguido me libero de su agarre y me hiso a un lado.
Su actitud me dejo perpleja, osea, me quede plasmada. Por un instante creí que si me besaría, pero no, él solo me dejo ahí tirada y se sentó a un lado, osea yo no quería besarlo, pero tampoco quería que no me besara.
-Besar tus labios sería como probar veneno para mí - lo escuche decir.
¿Perdón? ¿Escuche mal? ¿Veneno? ¿Veneno yo?
-¿Ah s? - gruñí indignada sentandome de golpe. En ese momento no pense en nada más que mi orgullo herido cuando me lanzé sobre él, dejándolo debajo de mi inmovilisandolo con mi cuerpo.
- ¿Pues qué crees? Moriras envenenado maldito patán -me apoye en sus pectorales con mis dos manos y así sin más lo bese. Al principio parecía algo tenso....asombrado, pero luego de asimilarlo me correspondió el beso pasando una de sus manos por mi cabello.
Dioses, tal vez mañana me arrepienta, pero por sentir esta sensación, por sentir estos labios sobre los míos este cuerpo...no me importaría vivir con remordimiento.
El beso se tornaba más profundo cuando...
-¿Mahelo?
¡Ay, no! Conocía esa voz, y sabía que era una de esas polillas fastidiosas...
Y sí, era Camilita, como siempre, metida donde nadie la llama. Del susto me levante de golpe y lo primero que vi fue la risita que María Elisa trataba de ocultar entre sus manos al lado de Camila.
-Guao Gaia, no pensé que te gustaran los plebeyos -comentó burlona.
-Cállate estúpida -le espeté de mala manera antes de pasar por su costado rozando su hombro con fuerza.
Max
-Chicos tengo que hablar con ustedes, sobre algo muy importante -dije sentándome delante de los tres en un sillon.
-Pregunta -Jeff levanto la mano en el aire -¿Por qué hemos traído a Gaia de contrabando? Guerra nos dará media semana de sanción sí alguien la ve aquí.
Suspire con pesades, antes de volver la mirada hacia ellos. Traer a Gaia al edificio de los barones fue fácil, más cuando Guerra me dio todas las facilidades para hacerlo, lo difícil sería convencerlos de trabajar juntos...
-Para su información, Guerra sabe que Gaia esta aquí -todos abrieron sus ojos como platos sin entender nada. -Solo él, así que hay que evitar a cualquier otro guardia ¿entendido?-los señalé con el dedo indice.
-Entendido, como sea, habla rápido, que hoy no tuve precisamente un bonito día.¡Quiero descansar! ¿Podrías apresurarte?- Gaia hizo un gesto con su mano en señal de que me sedia la palabra.
-Está bien, entiendo que todos están cansados, así que seré breve, no me gusta alardear con el no te asustes, y cha la la, la la, bla bla. Así que voy a ser directo, Los Dark players son una organización de estudiantes, probablemente becados, dedicada a torturar y matar estudiantes adinerados, engreídos, egocentricos y poseedores de una excéntrica personalidad...
-Esperate -me interrumpio Erick, le dirigió una mirada a Josélo.
-Eso...eso quiere decir que pronto le daremos el ultimo adios a Jóselo -bromeó Jeff divertido, probocando la risa de Erick, pero no la de Gaia, sabía que probablemente ella estaría en esa lista.
- ¡¿Podrían callarse de una vez?! -les espetó Gaia irritada.
-Gracias Gaia. Chicos, esto no es una broma, por muy extraordinario que paresca, no lo es, es real. Ellos son reales asesinaron a Sebastian, al conserje -el tono de mi voz hizo que a cambiaran su semblante a uno más serio -Guerra me lo dijo, y es por eso que él quiere que reintegremos un grupo para combatir a los Dark players de manera anónima. Nos quiere a nosotros, y quiere que aceptemos...si o si.
-¿Estas hablando en serio? No, lo que estás es demente -Gaia estaba pálida, pero parecía que no me creerme del todo - ¿Cómo crees que vamos a ofrecernos como carnada a una sarta de asesinos? Sí es cierto lo que has dicho, nos mataran tarde que temprano, y sí hacemos lo que Guerra pide lo harán más temprano que tarde te lo aseguro. Conmigo no cuenten para ser parte de esta estupidez -se levanto de golpe y se dirigió hacia la puerta de la habitación para luego salir a travez de ella.
-¿Jeff? -le diriguí la mirada en busca de una respuesta.
- Yo la verdad, no sé bro, esto me parece algo raro, repentino y...peligroso no creo ser un buen...prospecto para esto.Yo...no lo sé Max.
Baje la mirada y asentí con la cabeza, sabía que esto no sería fácil, pero tampoco pensé que sería así de incomodo.
-¿Erick? -le dediqué la misma mirada.
- Bro, francamente lo que acabas de decir es descabellado y muy peligroso - se acomodo mejor en el sofá subiendo sus dos piernas -pero por otro lado...¿que sería de la vida sin un poco de adrenalina? Una vez te dije que te acompañaría en cada idiotes que hicieras, y te aseguro que esta no va a ser la excepción, si tú estas dentro yo igual.
Un peso enorme se fue de mi cuerpo al escuchar sus palabras. Uno de tres. Uno es mejor que nada.
-Te lo agradesco, de verdad bro, gracias. Y Jeff, no quiero que te sientas presionado, recibiremos entrenamiento, aprenderemos a utilizar armas, será todo friamente calculado antes de actuar, Guerra no nos mandaría precisamente a la guerra indefensos, nos eligió por una razón. No creas en lo que dijo Gaia no seremos carnada de nadie, nosotros seremos los depredadores.
-Que charla tan motivacional - la voz de Gaia resono en toda la habitación con ironía. Levante la mirada hacia la puerta, y la encontre allí de brazos cruzados con expresión de aburrimiento -casi me conbences con eso de aprender a disparar armas, despues de aprender a la primera que mataría sería a María Elisa -una risa perversa se dibujo en su rostro.
-¿No te habías ido ya? -chistó Erick. La tolerancia hacia Gaia se le había acabado después de convivir con ella prácticamente todo el díam
-Pues no, sigo aquí. Les recuerdo que ustedes me trajeron y por lo tanto ustedes me llevarán. Casi me ven un par de idiotas en el pasillo así que me vi obligada a volver para que ustedes me lleven.
-No jodas -protesto Jeff volcando los ojos.
-Gaia, Guerra espera una respuesta nuestra mañana a las seis en su oficina, piénsalo, por una ves en tu vida piensa en alguien que no seas tú y has algo productivo que los demás te agradezcan dr verdad, de corazón. Podríamos evitar más muertes injustas...¡Ah! casi lo olvido, esto no puede salir de aquí así que por lo tanto tus amiguitas no se pueden enterar o Guerra te hará pedasos, eso va para todos, solo los cuatro sabemos de esto y así se tiene que quedar, participen o no.
***
María Elisa
-Por tu cara pienso que no te fue mejor que a mi con tu cuarteto ¿verdad? - le dije a Max quien estaba buscando unos libros en su casillero.
-¿Tanto se nota? -respondió entre dientes.
-Por lo general siempre traes una cara de piedra, pero hoy, traes una como de...decepción amorosa -comenté sin poder evitar sonreir divertida, ahora que Guerra nos había metido a ambos en esto no podía dejar pasar la oportunidad de joderlo por alto, y vengarme por todas las veces que me ha hecho lucir como una estupida.
-¿Y qué? ¿Acaso a ti te fue mejor que a mi? Al menos yo ya tengo a un miembro dentro ¿Cuantos tienes tú? -arremetió cerrando de golpe su casillero para dedicarme luego una mirada irritado.
- Qué genio -chisté volcando los ojos -pues aun no tengo a nadie, Camila se quedo muy sorprendida, tanto, que que casi no durmió. Noah se quedo sin palabras y Mahelo pareció no verse muy interesado. No he tenido mucha suerte después de todo.
-Triste historia, casi me haces llorar, pero tengo cosas más importantes que hacer, así que me voy -contesto inexpresivo - Y será mejor que te encarges de convencerlos lo antes posible, recuerda: somos todos o ninguno.
Recito las mismas palabras que Guerra nos había dicho ayer.
-Pues ojalá te pudras, estúpido -le grite mientras se mezclaba entre la multitud de estudiantes en el pasillo.
-Sí gritas así te van a considerar una loca - escuche la voz divertida de Mahelo a mi espalda.
-Y si besas a alguien a la mitad de un campo te consideraran un perbertido - arremetí girandome hacia él con los labios apretados proyectandole una sonrisa.
-No empieces, que aun me siento usado. Esta loca, admito que la provoque un poco, pero no pensé que...bueno ya sabes lo que hizo - se defendió indignado.
Solté una carcajada sonora.
-Eso no te lo crees ni tu. Admite que te gustó el beso de esa niña de papi.
-¿De que hablan? Parece divertido - quiso saber Camila, quien se acerco a nosotros junto con Noah.
-De nada en particular, solo del primer beso de Mahelo -conteste divertida.
-¿Hablas en serio? -Noah y Camila lo miraron divertidas antes de empezar a reír.
-Me ofenden, de verdad lo hacen -se limitó a decir.
-Por favor Mahelo, eres hombre como no podría gustarte un simple beso, aun que bueno si yo recibiera un beso de Gaia estaría asqueada -bromeé.
-Lamento haberme perdido tal escena - le dijo Noah.
-Y yo lamento que lo hayan visto - masculló Mahelo paseando su mirada entre Camila y yo.
***
Estábamos en la clase de gimnasia, yo me había retirado un poco del grupo de Noah y Mahelo para practicar y poder concentrarme, mientras Camila se la pasaba muy entretenida con Erick.
Todo iba bien para mi, hasta que cierto narcisista se me acerco.
-¿Ahora que quieres? - dije de mala manera a Max, quien no paraba de vermeme con interes desde hace un buen rato.
-Siendo sincero, pedirte un favor -dijo dedicándome por primera vez una sonrisa. Una extraña sonrisa, lo que me hizo pensar: ¿Amabilidad con interés?
- Persona equivocada -dije con una sonrisa sin despegar los labios -Brenda esta por allá, yo no hago favores - señale la dirección en dónde se encontraba Brenda con la mirada y me puse de pie.
-María Elisa, por favor es urgente. Sí no lo fuera créeme que no recurriría a ti -me tomó del brazo con fuerza moderada.
-Y a mi que más me da si es urgente o no, atiende tu vida y no me jodas -forcejeé con él intentando zafarme de su agarre.
-Sé que no somos precisamente los mejores amigos, pero en serio, en serio lo estuve pensando y eres la única que puede ayudarme...-se acerco a mi oído y susurro -con lo que tu ya sabes.
Le dedique una mirada desconcertada en cuanto alejo su rostro del mio, su aliento tibio me roso la oreja, y sentí un extraño puntazo en mi estomago. Fue una sensación extraña, y más extraña se volvió cuando esos ojos color miel se clavaron en los míos.
¿De verdad puede alguien ser tan bipolar? Cuando intenté hablarle hace unas horas fue todo un grosero, pero ahora parece necesitado y busca mi ayuda, que irónica es la vida ¿no? Lo más extraño es que no se que es lo que pretende con su actitud, acababa de conocerme y me trataba con la punta del pie, pero a la primera de tres ya me esta pidiendo un favor. ¿Debería de ser igual de ignorante y hacerlo a un lado? O ¿Debería olvidarme de los malos ratos y ayudarlo?
- Habla -le gruñí, tratando de ocultar mi curiosidad.
Finalmente me soltó. Miro para ambos lados y volvió a mi.
-Quiero que proboques a Gaia para que entre al grupo.
Ya sabía yo que nada fácil podía ser.
-¿Y yo cómo porque haría eso? Dividimos el grupo en cuatro y quedamos en que tu convencías a Gaia y yo Mahelo que por alguna extraña razón me cae muchisimo mejor que Gaia...o al menos eso fue lo que acordamos
-No te estoy pidiendo que cambiemos, solo pido tu ayuda.
-¿Y que quieres que le haga? ¿Le hago la manicura para combencerla? - levanté las dos cejas cruzándome de brazos.
-NO SEAS TAN EST...-su escasa paciencia finalmente llego al límite. Estuvo a punto de empezar a comportarse como el idiota que siempre es, pero al ver mi expresión de dominio, reacciono y bajo la voz para no llamar aun más la atención de todos en el gimnasio -Lo que quiero pedirte, es que la hagas enojar, que la manipules a tu manera...
-¡Momento! ¿Me estas llamando manipuladora? -lo interrumpí y me señale con el dedo índice.
Él se paso la mano por el cabello con frustración antes de volver a centrarse en mi.
-María Elisa, escúchame -apretó sus labios, me tomo de los hombros y se inclino hacia mi acortando la escasa diferencia de estatura entre los dos - Guerra, dijo claramente, todos o ninguno, así que es nuestra responsabilidad que los seis acepten. Tuya y mia, porque asumo que los dos ya estamos en esto...o es que acaso ¿tu no?.
-Por supuesto que estoy dentro -dije quitando sus manos de mis hombros -Y sí lo que quieres es que le meta spicologia a la estúpida esa, y que la arrastre de ser necesario con tal de que acepte....pues por ahí hubieras empezado -le espeté dejandome llevar por mis impulsivas ganas de demostrarle mi capacidad por en sima de las suya.
Minutos después me veía a mí misma sondeando el lugar buscando a Gaia con la mirada, todos estaban en lo suyo, todos estaban en su mundo, hasta que...
¡BUM!
La presa iba rumbo al sanitario, y yo obvio detrás de ella. Al entrar la vi arreglandose el cabello frente al espejo, volcó los ojos al ver mi reflejo atravez de el, puso mala cara pero fingió no prestarme atención, así que para llamarla, me senté en la hiliera de labavos, me cruce de brazos y empecé a hacer lo que mejor se me da: fastidiarla.
-Lindo rostro, pero se te vería mejor con un ojo morado.
-Linda vida, pero sería una más probechoza sí te hubiera ganado otro espermatozoide.
Le dedique una sonrisa amarga sin despegar los labios y volví a atacar.
-Tan inteligente como siempre, casi me impresionas -dije poniendome una mano en el pecho dramaticamente - ¿Sabes Gaia? Para vivir la vida se necesita de algo muy importante, y se llama valor, cosa de la que obviamente tú careces - bajé los brazos y me incline hacia ella.
-¿Me estas llamando, cobarde? -ínquirio levantando una ceja -¡Ja! ¿Y ahora bajo que cargo me acusas?.
Bingo, logre mi cometido y obtuve su atención, aparenta inteligencia, pero en realidad es muy tonta.
Ella se volteó hacia mi cruzándose de brazos en busca de una respuesta, por lo que me baje de la hiliera y pose mis manos sobre mis caderas.
-Max me conto, que no aceptaste la propuesta, pero no te preocupes -dramatice haciendo un puchero -te entiendo, se necesita de mucho valor para hacerlo -puse una mano sobre su hombro fingiendome apenada. Todo con tal de irritarte barbie. -Sé que jamás aceptarías algo así, tus uñas están primero que la vida de cualquiera, incluso la de tus amigas, las cuales deben liderar la lista de los Darck Players.
-Pensé que Max había dicho que solo cuatro personas sabíamos sobre ese asunto, pero ya veo que estas muy bien informada...¿Max no pudo encontrar un mejor sustituto?
-No solo informada, yo a diferencia tuya ya soy miembro del grupo, y no porque sea el remplazo de nadie, sinl porque yo si quiero que me aplaudan por hacer algo bueno, no por hacerme la buena y llagar en un auto último modelo alardeando de lo que tengo...- hice una pause y me hacerqué hacia su oreja -no quisiera terminar siendo el asme reír del colegio por ser una cobarde que solo piensa en el barniz de sus uñas.
Al instante senti como la ira de Gaia me disparaba por los ojos, de reojo vi como cerraba los puños llenos de ira.
Esperaba o bien una rabieta o un puñetazo, estaba lista para evadirlo, pero justo en el momento en que su reacción estaba por concretarse, entro Glenda horroriada, llorando desesperada.
-¡GAIAAA! -grito al verla -por fin te encuentro, no sabes lo que ha pasado, es horrible - dijo temblando entre sollozos.
-¿Que te pasa Glenda? ¿estas bien?.
-Yo si, pero...-dudo un poco y negó con la cabeza dirigiendo su mirada levemente hacia el suelo -pero Brenda esta...-señalo la salida sin poder pronunciar palabra.
-¿Brenda, esta qué? -exigí una respuesta.
Pero lo único que obtuve fue un llanto aún más desgarrador de su parte, ahogo un gritillo cuando callo al suelo mientras Gaia intentaba sostenerla por los hombros.
-Habla de una vez Glenda -exigió Gaia sacudiendola por los hombros.
-Brenda esta muerta - soltó Glenda entre sollozos tomando de los brazos a Gaia.
Tanto Gaia como yo habrímos los ojos como platos ¿Cómo iba a ser eso posible? Ni siquiera yo me lo podía creer. Gaia dejo literalmente tirada en el suelo a Glenda y salio corriendo del sanitario, yo salí tras de ella. Al salir pudimos constatar que no había nadie en el gimnasio, así que nos dirigimos hacia el estadio donde había una gran conmoción de estudiantes junto al profesor de gimnasia quien trataba de apaciguar la situación.
Gaia se habrío paso entre la multitud hasta llegar donde estaba Brenda, la seguí de cerca, y pude constatar la misma imagen que ella:
Brenda tirada en el cesped de la cancha desangrándose por una puñalada cerca de su abdomen bajo, por la sangre que había perdido estaba inconsciente, pero su pecho segia subiendo y bajando, con lentitud pero lo hacia, lo cual quería decir que no estaba muerta, al menos no aún. Gaia se sentó a su lado ignorando por completo las indicasiones del profesor, ordenando mantenerce lejos del cuerpo, tomo su mano antes de empesar a llorar.
Por otro lado mientras observaba la escena pude ver que en el puñal de la pequeña daga incrustada en el cuerpo de Brenda había una pequeña nota enrollada. Sin pudor alguno la tome discretamente, pero no sirvió de mucho mi discreción, Gaia me vio, y me pidio verla. No tenía ni la más miníma de las ideas del porque obvedecí ante su petición, tal vez por lo espeluznante de la situación, tal vez por los nervios que sentía al ver sangre, al ver lo que los Darck Players eran capaces de hacer. La abrí rápidamente y encontré un escrito con pintura roja:
SORPRESA
Estamos de vuelta
D.P
-¿Qué diablos es eso? -cuestiono Gaia desconcertada.
Supe de quien provenía el mensaje en el mismo instante en que vi las iniciales al final de la nota...eran ellos. No había duda. Recordé lo que Guerra nos había contado sobre las notas que dejaban, sobre sus víctimas, y sin necesidad de contestarle a Gaia, ella tambien lo dedujo al ver la expresión en mi rostro. Ella desató su frustración en lamentos, yo me levante lentamente y arrugue la nota en mi puño derecho. Cuando estuve de pie y levante la mirada hacia el frente me encontré con la de Max. Ambos sostuvimos la mirada por un rato hasta que ambos asentimos con la cabeza y salimos de la multitud.
-¿Puedo verla? -extendió su mano hacia mi. Sabía a lo que se refería.
-Esta en clave, pero se que fueron ellos-dije al tiempo que la ponía sobre su mano.
-Pero estoy seguro de que no viste el reves -dijo acomodando la pequeña nota en su mano.
-¿El revés?.
-Si, ellos siempre dejan el nombre de su siguiente victima al revés de sus notas.
-¿Y por qué harían eso? Eso sería poner en sobre habíso a la siquiente victima ¿no?.
-O la llenarían de miedo, y la turturarían poco a poco antes de matarla.
Debo admitir que Max tenía razón. Son jugadores oscuros. Sí daban el nombre de su nueva víctima harían que esta buscara su propia muerte llenándola de miedos.
-¿Dice quien podría ser el siguiente?
-Si, la siguiente será...Camila Torres.
-¿Qué? Ca-Camila -balbuceé posando mi mirada por encima del hombro de Max, en la mismísima Camila, quien al parece lo había oído todo junto a Noah y Mahelo.
-Yo seré la sigiente...
Evie♡
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