35.Un nuevo comienzo
Capítulo 35
Nuevos comienzos
María Elisa
Abro lentamente mis ojos. Todo es borroso, apenas logro distinguir el color del lugar. Lentamente mi mirada va aclarándose y lo primero que veo es el rostro de Gaia al lado de la cama, quien está sujetándome una mano. Su rostro se ilumina al ver mi mirada chocar con la suya.
—¡María Elisa! Finalmente has despertado. ¡Chicos! Despertó. — la escucho decir con emoción.
No pasan ni cinco segundos desde que la escuche decir eso cuando veo a Max acercarse y tomar mi otra mano entre las suyas.
—¿Como te sientes? ¿Te duele algo? ¿Quieres algo? Dime— pregunta casi desesperado.
Pero yo aun me siento incapaz de contestar, no porque no quiera sino porque mover mis propios labios y lengua me resulta difícil.
—Ya llamé al doctor, no la acoses con preguntas, hay que dejar que se tome su tiempo— Escucho decir a Noah quien está junto a los demás al otro extremo de la cama.
Pasan unos cuantos minutos, mientras asumo que estoy en un hospital, tengo un montón de aparatos conectados a mi pecho, y también tengo una bigotera (cánula de oxígeno) ¿tan mal estoy? En vista de que el doctor no aparece y de que yo aun no puedo hablar, Mahelo y Jeff salen en su búsqueda, mientras los demás tratan de mantener una conversación poco interesante conmigo para mantenerme despierta.
Veo la puerta abrirse, entra una mujer con bata blanca acompañada de los chicos, asumo que es mi doctora. Es una mujer alta, muy guapa y....extrañamente se me hace conocida. Se acerca a mí, Gaia le da paso y le explica que no he pronunciado palabra, la mujer hace una mueca, y saca un pequeño aparatito con el que empieza a probar los reflejos de mis ojos. Sonríe al ver que los resultados son buenos. Luego saca un lapicero y empieza a darme pequeñas punzadas con el en la palma de la mano, al ver que reacciono ante el dolor, deja mi mano y prosigue a apartar la manta que cubre mis pies y pincha la planta de mis pies, también reacciono ante el dolor, pero esta vez suelto un gritillo.
—¡Ayyy!— esa vieja piensa que no duele o que.
—Ahí está— dice con satisfacción— estas muy bien María Elisa. La cosa es que aún estas sufriendo los efectos de la anestesia, y por ello aun te cuesta hablar—Me dice y ahora sí la enfoco bien y logro reconocerla, es la teniente Guerra, pero... ¿Qué hace aquí?
—No me veas con esa cara. Se lo que te estas preguntando por dentro. La cosa es que en la vida puedes tener más de una profesión, siempre y cuando seas perseverante y comprometido. Ahora que están todos reunidos sobra felicitarlos, pues han logrado su cometido, y todo gracias a su perseverancia...e impulsividad— sé que eso último es para mí, queda más que claro por la forma en que me miro— pero lo importante es que lo lograron y todo gracias a que los entrene bien...tienen que admitir que el campamento les fue de mucha ayuda.
—Por supuesto, gracias a los mosquitos del campamento done una pinta de sangre que me estorbaba en el cuerpo —masculló Gaia.
—Que bien, me alegro, eso significa que en el campamento ya no deben quedar muchos mosquitos— si no fuera porque apenas puedo abrir la boca hubiera estallado a carcajadas como los demás.
—Perdooon ¿qué quiere decir con eso teniente?
—Lo que todos entendieron por supuesto— dice y le guiña un ojo— en fin, siempre que quieran serán bienvenidos en el campamento, y sí gustan también podrán enviar a sus hijos dentro de unos años, estaré encantada de...
—¡Alto ahí! — la interrumpe Noah— ¿Qué usted no se piensa jubilar algún día? Porque lo que soy yo no vuelvo a estar bajo su yugo.
—Y yo ni loca enviaría a un hijo mío a ese campamento— masculla Gaia.
—En primer lugar, estoy muy joven para mi jubilación y en segundo, cuando sus hijos las tenga hasta el tope y no los soporten ya veremos sí me llaman o no. Por ahora solo dejen descansar a María Elisa, poco a poco ira hablando más. Siempre es un gusto, pero debo atender más pacientes— Dijo antes de desaparecer por la puerta.
—He visto mujeres locas, pero como esa ninguna— dice Jeff aun observando la puerta como sí la que acabo de salir fuese un bicho raro.
—Bien...creo que me han triturado...todo el cuerpo— digo con mucho esfuerzo, llamando la atención de todos.
—Tranquila, ahora todo está bien. Poco a poco el dolor ira disminuyendo— Dice Camila regalándome una mirada reconfortante.
—Así es, te extrajeron la bala y curaron tus heridas, ahora todo depende de que tan bueno haya sido el cirujano para que no te quede una fea cicatriz— Dice Gaia con tanta naturaleza.
—Gracias Gaia, seguro que con tus comentarios se recupera pronto— dice Erick con ironía.
—De nada, gracias a ella me he vuelto más realista— contesta con una sonrisa.
—Y bien imprudente también—Dice Mahelo viéndome, sé lo que va a decir— ¿Nos vas a contar como se te ocurrió la maravillosa idea de enfrentarte a los Darck Players tu sola? — la verdad es que no, pero siento que por la mirada que tienen todos, no me queda más.
—No...quería ponerlos en más peligro...sentía que yo podría...sé que fue una estupidez...pero al final creo que fue una gran azaña... después de todo los D.P ya no están ¿no?
—Pues no, ya están tras las rejas bajo el control de las autoridades competentes, dado que todos son menores de edad tal vez no vayan directamente a la cárcel. Guerra está encargándose de los cargos, las pruebas y no sé qué otras cosas más, por eso no está aquí— me explica Max
—Entiendo...ese día yo...— con esfuerzo empecé a relatar lo que paso antes de que llegaran los agentes. Los D.P me lanzaban baldes de agua fría con cubos de hielo a la cara. Exigían saber cómo crear un vínculo, cada golpe, cada burla, cada grito, hizo que de mi interior se desprendiera una fuerza extraña, mis ojos se cegaron por completo mis manos ardían, sentí como mi cuerpo expulso toda esa ira retenida en un ventarrón que me libero de la silla he hizo que los D.P dentro de la habitación cayeran adoloridos al suelo. Para mí era algo irreal, pero no tenía tiempo de pensar en ello, tenía que escapar. Con gran esfuerzo di un par de pasos por encima de los cuerpos de los D.P y trate de ayudar a Miguel a ponerse de pie, pero estaba muy golpeado, y yo muy débil, me suplico que lo dejara allí y me salvara encomendándome pedirle perdón a sus padres en su nombre.
—...le prometí que lo haría y con las pocas fuerzas que me quedaban...abrí la puerta de aquel lugar, luego...los agentes...la ambulancia, todo fue tan...espontaneo— expliqué.
—¿Entonces él era el chico con el que hiciste el vínculo? — pregunta Erick dudoso.
—Sí, se llama Miguel...esperen ¿dónde está? ¿Ustedes lo saben?
—La verdad es que a él también lo trajeron al hospital, y aún se está recuperando. Pensamos que era uno de los malos así que la policía lo está rondando constantemente— contesta Jeff.
—Sí, pero aún no sé sabe sí sobreviva, le hicieron un lavado y está en un proceso de desintoxicación, pues se encontraron rastros de una droga en su cuerpo— concluye Mahelo.
—Él me hablo de eso...creo que todos los D.P la tomaban.
—Guerra lo sospecho, por eso todos los D.P serán sometidos a un proceso de desintoxicación.
Poco a poco nos fuimos poniendo al día sobre nuestra situación actual, y todo lo que había pasado en el colegio y fuera de él. Hasta ahora me vine a enterar que llevo casi 24 horas encamada dado que tarde en salir del quirófano, y tarde aún más en despertar.
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Después de varios exámenes y de pasar un par de días más en el hospital, por fin me dejaron en libertad. Pero como el colegio estaba siendo investigado por el ahora caso D.P (como los noticieros y los periódicos ponían en todos sus titulares) y tanto las clases como las olimpiadas habían sido suspendidas, tuvimos que volver a aceptar la oferta de Gaia y quedarnos en su casa de la playa. Siendo yo esta vez la que tendría a siete niñeros jodiendo todo el día.
Día 1
No podía moverme ni para ir al balcón solo estaba recostada en la cama, sí me movía Gaia llamaría a sus sirvientes y entre todos me tumbarían en la cama.
—Vamos tienes que comer esta sopita para que mejores pronto— dice Gaia con la cuchara en el aire.
—Gaia— la miro con un semblante serio—¿Cuantas veces tengo que decirte que puedo comer sola?
—Tantas veces como las que yo te he contestado diciendo que solo abras la boca, porque yo de aquí no me voy hasta que no te la comas— volque los ojos y abrí la boca de mala gana, con satisfacción ella metió la molesta sopa en mi boca.
El odio no saben cuánto. Lo que no sé es sí odio más a Gaia o a la insípida sopa, pero la odio.
Día 2
Estoy a la mitad de la noche cómodamente dormida, de la nada y no sé ni porque abro los ojos y me encuentro con Gaia durmiendo a mi costado, cuando obviamente no estaba ahí hace un par de horas
—¡¿Qué haces aquí maldita loca?!
—Cállate vas a arruinar mi sueño y me van a salir ojeras— dice sin abrir los ojos, babeando sobre la almohada, pasan unos segundos y se incorpora rápidamente— Espera, ¿te duele algo? ¿Tienes fiebre? ¿Llamo a un doctor?
—Olvídalo Gaia, solo déjame dormir, y vete.
—Lo siento, pero no. Estas bajo mi cargo y no pienso dejarte sola, así que puedes rezongar todo lo que quieras, pero no voy a irme— dice ubicándose unos auriculares y volviendo a acomodarse en la cama.
Sino el mato es porque no quiero ir a la cárcel no porque no tenga ganas, eso casi podría jurarlo.
Día 3
—¿Quieres que te ayude a bañarte? — pregunta al verme entrar al baño.
—Como te atrevas a entrar al baño mientras estoy dentro, no respondo por tu vida— le digo entrecerrando mis ojos en su dirección, casi imaginándome como la iba a estrangular.
—Ok, pero ¿puedo ayudarte a vestirte? — pregunta con énfasis al mismo instante que cierro la puerta del baño a mi espalda.
—¡No!
—Ok, entonces puedo...
Antes de que se le ocurra otra idea loca saco el torso por la puerta y la señalo con el dedo índice— Nada. No quiero que me ayudes en nada ¿ok?
—Ok
Día 4
—Buenos días— digo asomándome en la cocina.
—Buenísimos, tiempo sin verte María Elisa— contesta Jeff, y de inmediato se acerca a mi y me rodea con un brazo—Gaia nos tiene prohibido entrar a verte, dice que podemos contaminar tu herida y cosas así— me susurra al oído, aprovechando que Gaia no está en la cocina.
—No le hagan caso. Esta loca. Quiere tenerme encerrada, y ya estoy harta de eso— respondo sentándome en la mesa al lado de Max.
—Lo sabemos, pero tampoco queremos poner en riesgo tú salud. Solo la complaceremos esta semana por ser la más delicada— comenta Camila, llevándose una manzana a la boca.
—¿Como te has sentido? — pregunta Max.
—Bien, la herida está cicatrizando de apoco según yo, y los moretones ya casi no me duelen.
—Eso es señal de que ya no te vas a morir— dice Mahelo algo burlesco.
—Primero voy yo a tu funeral antes que tú al mío.
—¡María Elisa Manovan Luna! ¿Qué haces aquí? Tú lugar está en tú habitación recostada en una cama— Sí, apareció Gaia y empezó a gritonear. Las chicas ahogaron unas risitas con sus manos, mientras yo ponía los ojos en blanco del fastidio.
—Gaia, me sacaron una bala no un órgano, ok. Ya deja de tratarme como una niñita.
—¿Vas por las buenas o por las...? — levanta ambas manos haciendo un ademán de dar una palmada, y sé que cuando da una palmada en el aire siempre aparecen los insoportables sirvientes.
—Ni se te ocurra llamarlos— me adelanto a decir.
—Bien. Entonces...— me señala la puerta.
—Ok. Ya entendí— dije antes de levantarme de la silla. Me gire hacia los chicos en busca de ayuda, pero al instante todos evadieron mi mirada. Nadie quería contradecir a Gaia.
Pase por su costado haciéndole una mueca y ella sonrío con satisfacción.
—¿Qué? Es mi única hermana y no pretendo dejarla sola hasta que se recupere— la escucho decir a mi espalda.
—Sabes qué técnicamente somos primas ¿no? — le digo mientras subo las escaleras.
—Es lo mismo. Nuestras madres eran gemelas después de todo.
Ganarle una pelea se ha vuelto casi imposible, y francamente prefiero ahorrar mis energías.
Un mes después
Ha pasado un mes desde que los D.P desaparecieron del Discipline School. Ahora todo parece volver a ser como antes, con ciertos cambios claro...como, por ejemplo, el colegio no cerrara dado a que la mayoría de asesinatos se dieron fuera del colegio, dentro del colegio solo hubieron suicidios, pero con abogados y claro dinero, el colegio logro lavarse las manos. Duque con pesar y por el cargo de consciencia decidido renunciar a su cargo dentro del colegio, el cual asumió inmediatamente su exesposa y directora del Revolution School Marcela Manrique proponiendo la unión de ambos colegios para fomentar la unión, la paz y la inclusión entre becados y...bueno los denominados privilegiados. Guerra sigue en sus funciones normales, ha tratado de ayudar a Miguel el D.P con el que hice el vínculo, él también tiene varios cargos en su contra pero a mí no me parece una mala persona, solo se equivocó una vez, se dejó llevar por los consejos de personas erróneas y tomo las decisiones equivocadas, pero...él merece otra oportunidad porque se arrepintió de corazón, lo vi en sus ojos el día en que me confeso todo, por eso le pedí a Guerra que lo ayudara a salir con una libertad condicional. Muchos de ellos no necesitan estar tras las rejas lo que verdaderamente necesitan es un buen siquiatra, en el mejor de los sentidos. El vínculo quedo deshecho, seguí las instrucciones de ni madre y puse un vaso de agua a reposar bajo la luz de la luna un 14 de noviembre, lo bebi y desde entonces no he vuelto a tener pesadillas ni visiones de la vida de Miguel. Ahora estoy a salvo y más porque la bala atravesó el lunar que tenía en el hombro, la marca ahora es una cicatriz y asumo que el gen ya no surtirá efecto en mí.
Volví al colegio, Gaia por fin se compró una cama (ya estaba harta de dormir con ella) Camila se enfocó en los exámenes finales, por lo que rara vez se la ve en los pasillos, se la pasa estudiando y repasando a cada rato, quiere darlo todo y pues solo me queda apoyarla de lejos porque sentarme a estudiar con ella me causaría migraña. Erick por su parte mantuvo la promesa de darle su espacio, se hablan muy poco, y solamente sí es necesario, pero cuando cruzan miradas aún se siente esa sensación de brillitos en el aire, así que es muy probable que ese par vuelvan a estar juntos, claro sí Camila está dispuesta a volver con él.
Noah y Jeff por su parte ahora llevan una vida de gamers, les gusta pasársela jugando videojuegos y escuchando música. Noah muy aparte de jugar con Jeff, logro que su madrastra le diera el poder para manejar su parte de la herencia, y ahora por fin siente que es libre, hasta tiene definido a lo que se va a dedicar, ahora quiere ser cantante, dice que a través de la música puede expresar lo que siente, lo que piensa, incluso lo que cree o las experiencias por las que ha pasado, por ello ahora se la ve de un lado al otro con una libretita y unos auriculares alrededor de su cuello, escuchando música y escribiendo letras cada que se siente inspirada.
Por otra parte, Gaia y Mahelo parecen complementarse, Gaia tiene todo lo dulce que a Mahelo le hace falta, y Mahelo tiene ese toque de oscuridad que hace que Gaia vea la realidad en la que vivimos. Solo se los puede ver agarrados de las manos por todos los pasillos, riendo y jugando, como si fueran unos niños. Más esa felicidad se acorta un poco cuando Mahelo entra en crisis de abstinencia, pues a pesar de tener la voluntad de querer dejar las sustancias que lo apresan a un vicio nada saludable, las recaídas lo obligan a tomarlas nuevamente. Ahora piensa que estando fuera y con el poder de adquirirlas le va a ser imposible dejarlas, por eso cree que lo mejor será unirse al ejército una vez que nos graduados, cosa que no tiene muy contenta a Gaia a pesar de que aún falta un año para eso.
Y finalmente estaba Max... sí mi casi amigo...y mi compañero de buenas y malas. El decidió pasar la página de su padre, ahora siempre vamos juntos los domingos al cementerio a llevarles flores a mi madre y a su padre. De alguna forma se sentía bien saber dónde encontrar a mi madre, no es que me alegre saber que está en el cementerio, pero es que antes todo era incertidumbre y preguntas...pero ahora todo parece estar claro. Como mi madre me lo pidió, decidí no guardar rencor hacia mi padre, pero tampoco puedo guardarle cariño, todo lo que pase a su lado no se va a esfumar de mi mente así como así, por eso prefiero pasar la página no aferrarme a lo malo de mi pasado, eso solo me causa dolor y tristeza, ahora solo quiero encontrarme a mí misma, tener algo de paz y crear nuevas experiencias con las personas que verdaderamente quiero en mi vida...lo demás es pasado y aunque allá se va a quedar eso no significa que de mis errores y de los errores de los demás yo me vaya a olvidar. Sí algo he aprendido es que de los errores se aprende más no se vive.
Estoy caminando entre la masa de alumnos en uno de los pasillos del Discioline School abrazando a mi pecho un par de libros, en una esquina veo a Glenda cuchicheando con Brenda, misma que aún me mira como si quisiera matarme, más adelante a unos cuantos metros veo Josélo junto a su banda de inútiles coqueteándole a unas chicas, más es cuanto ve a Lili pasar en frente de él tomada de la mano con Jay su nuevo novio, (Jay no es precisamente un adonis usa lentes, es alto, delgado de test blanca, en resumen el nerd de la clase, pero el físico no importa porque él quiere y respeta a Lili de verdad) su semblante cambia a uno muy serio, quizá se dio cuenta muy tarde de la chica que tenía al lado y nunca la valoro.
Paso por el costado de Lili, la saludo, se ve muy feliz, se nota que Jay la hace sentir bien, sigo mi camino, y veo a Guerra reprendiendo a Do y Does, ese par solo sabe meterse en problemas. Sonrío y paso cautelosamente por detrás de Guerra, pero ese par aprovecha la oportunidad para escapar de Guerra y escudarse detrás de mí.
—¡Ayúdanos reina malvada! — dice Do detrás de mí.
—Sí ayúdanos, por favor sí lo haces te compraremos un helado— argumenta Does poniendo su cabeza sobre mi hombro.
—Ni crean que por esconderse detrás de María Elisa van a salvarse de la sanción— les advierte Guerra.
—¿Ahora qué hicieron? — pregunto y Guerra suaviza su expresión bajando su mirada hacia mi.
—Pasa, que los jóvenes con intelecto de niño de kínder se metieron al baño de las mujeres sin darse cuenta ¿puedes creer? — dice Guerra clavando su mirada en Do y Does por encima de mi hombro.
—No, lo dudo los accidentes pasan, ¿Y por qué no los envía a leer un libro a la biblioteca? Quizás así empiecen a leer mejor— digo dibujando una sonrisa malvada en mi rostro, sé que ambos odian leer y más ir a la biblioteca, la encargada es muy amargada y ama ver sufrir a la gente que va allí por castigo.
—¡No! — dicen ambos.
—Yo creo que sería una excelente idea— dice Guerra antes de pasar por mi costado y llevárselos a rastras hasta la biblioteca.
Pobres almas en desgracia. Tienen que admitir que leer no es un castigo como tal, así que pensándolo bien sí que los ayude, doy unos cuantos pasos para acercarme a mi casillero y al instante siento mi celular vibrar en el bolsillo de mi falda.
Lo saco y veo en la pantalla el nombre de pobre imbécil (sonrío al recordar que así registre a Max en mi celular cuando apenas empezaba a conocerlo).
—¿Pasa algo? — digo al contestar la llamada, llevándome el celular a la oreja, mientras guardaba los libros en el casillero.
—Sí, tengo algo importante que decirte. Sube a la azotea y te lo contare mejor, te estoy esperando no tardes. — dice rápidamente y cierra la llamada.
Su tono de voz me intriga así que no tardo en correr hacia las escaleras que estaban dos pisos arriba. Cuando por fin llego a las escaleras las subo lo más rápido que puedo y con la respiración entre cortada abro la puerta que da el acceso a la azotea. Un montón de pensamientos negativos invadían mi mente, pero todos se esfumaron al verlo de espaldas con sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón observando el exterior.
Me escucha entrar y se da la vuelta hacia mí y sonríe.
—Pensé que tardarías más.
—Yo pensé que...— un D.P le estaba apuntando a la cabeza, pero ya veo que no, porque los D.P ya no están, solo que a veces se me olvida— olvídalo. Dijiste que querías decirme algo ¿no?
—Sí...— me señala la pared que dividía la azotea en dos, me giro hacia ella y veo que ahora está limpia y tiene pintado un cielo pintoresco lleno de nubes, un sol y una luna que están cerca de su encuentro, del lado del sol están los colores más vivos y representativos del mismo, del lado de la luna las estrellas brillan en un hermoso color brillante iluminando y dándole realce a ese lado de la pintura.
—¿Tú hiciste esto? — pregunto estupefacta sin apartar mi mirada de una nube en especial, esta sobre el sol y la luna, una parte de ella es blanca bordeada por el azul celeste, mientras que la otra mitad es una mezcla entre blanco y gris...pero lo que más me llama la atención es que de la nube sale un rayo que divide la pintura.
—¿Te gusta? — pregunta acercándose a mí.
—Es...precioso. Podría pasar horas observándola y no me cansaría— contesto finalmente.
—Me alegra oír eso. Representa lo que somos...un lado de nosotros parece estar soleado y lleno de alegría, es el lado que les mostramos a las demás personas...pero en realidad, por dentro llevamos solo pequeños momentos de felicidad que iluminan nuestra solitaria existencia, porque en la vida no todo es alegría y no todo es sufrimiento, por...eso pinte este mural para ti. Porque quiero que sepas que, así como hay momentos malos también hay momentos buenos dignos de recordar.
Cuando Max me habla así casi puedo sentirme una niña pequeña e indefensa, es tan...no sé como decirlo, pero su mirada y sus palabras me llenan de paz.
—Creo que empiezo a entenderlo. Gracias por pintar esto para mí...siento que me representa tan bien...— digo regresando mi mirada hacia el mural. A veces pienso que el lee mi mente...de otra forma no sé porque sería así conmigo.
—Lo sé y justo por ello me tome la atribución de hacer esto...— me ofrece lo que parece una pequeña tarjeta.
En ella va escrito el nombre de una doctora su número telefónico y su especialidad en.... ¿psicología?
—Qué...— intente decir observando la tarjeta sin entender muy bien a lo que se refería.
—Tenemos una cita con ella para la próxima semana. Creo que nos hará bien ir a terapia por un tiempo.
—¿Me estas llamando loca? — sí rompí toda la magia del momento, o más bien él lo hizo...
—No, por supuesto que no...María Elisa ir a terapia no significa que estés loca, ir a terapia es aceptar que emocionalmente te han herido y mentalmente necesitas soltar para sanar. ¿No has oído la frase cuerpo, mente y corazón saludable hacen fuerte a una persona? — mi cara de estupefacción lo dijo todo—Significa que los golpes y las heridas no son solo físicas también existen golpes y heridas mentales y emocionales...y estos dos últimos son los que muchas veces no podemos sanar solos...o sin ayuda...por eso quiero que los dos vayamos a terapia. Claro si tú quieres, tampoco pienso obligarte.
De a poco empiezo a procesar lo que me dijo, y ok, tiene razón. Quizá una cita con una psicóloga sea lo que más he necesitado todos estos años.
—Gracias. Por supuesto que voy a ir. — me escuche decir.
—No hay de que. Tan, tan— lo escucho decir y giro mi mirada hacia él. Tiene la mano levantada en el aire de ella cuelgan un par de collares que completan un dije, el dije tiene la forma de la nube con el rayo— María Elisa Monovan Luna, ¿me harías el honor de compartir un dije conmigo? Espera antes que digas que no, quiero describirte su significado...este— dice separando la nube del rayo— representa al cálido e inestable cielo, nunca sabes con exactitud cuando habrá una gran tormenta o cuando saldrá el sol, solo puedes esperar y darle su tiempo para ver— levanta el otro con su otra mano—Este representa, la inestabilidad, la descarga de un problema y lo aterrador de enfrentarlos.
—¿Son dijes de amistad o algo así? — pregunte sin dejar de verlos.
—Más bien, yo los llamaría dijes de compromiso...tu eres como el cielo que siempre, aunque inestable está ahí para ayudarme a desahogar mis tormentos. Por eso son dijes de compromiso ambos se complementan, porque que sería del cielo sin una tormenta...y que sería de una tormenta sin su cielo. Tu eres mi cielo María Elisa ...pero la pregunta aquí es... ¿quieres que sea tu tormenta?
Sabía a lo que se refería, Max sentía algo por mi desde hace ya mucho tiempo, y aunque yo he tratado de aparentar que le soy indiferente, por dentro sé que no es así...este tonto siempre ha estado para mí y mi pobre corazón no ha podido huir de sus encantos.
—Creo que jamás había querido algo con tantas ganas en mi vida— dije manteniéndole la mirada, él sonrío y se acercó a mi para ponerme la cadena con el dije de la nube. Segundos después me vi a mi poniendo alrededor de su cuello el collar con el dije del rayo.
Me aleje lentamente de él, y cuando parecíamos estar a punto de besarnos...aparecieron por la puerta de la azotea Jeff, Noah, Mahelo, Erick, Camila y Gaia, armando todo un alboroto, haciendo que nos separáramos instantáneamente.
—¡Qué vivan los novios! —escucho decir a Jeff mientras lanza confeti al aire con no sé qué aparato, pero arma un gran estruendo.
—Ya era hora pensé que te harías monja Bro—comenta Erick.
—¡Felicidades! Hermanita, que romántico, que bonito que te quieran así— dice Gaia lloriqueando en los brazos de Mahelo
—Que les dire está en sus días. Pero felicidades pensé que nunca se animarían a intentarlo— dice Mahelo.
—Eh...gracias— me escucho decir. Verdaderamente no sé qué hacen aquí, pero conociéndolos como los conozco sé que debieron escuchar todo detrás de la puerta.
—Bueno, bueno, yo solo voy a decir dos cosas...una, es que de verdad ustedes dos se tardaron mucho...y dos es que más te vale no hacerla llorar eh, porque sí lo haces te buscare hasta debajo de los granos de la arena y te haré probar la verdadera amargura de mi ser— dice Noah totalmente amenazante inclinándose sobre Max— fuera de eso hacen una pareja disfuncional perfecta— dice finalmente con una sonrisa.
—A mí solo me queda decirles... ámense de verdad...y respétense mucho— nos dice Camila con una pequeña sonrisa en el rostro, y de reojo veo a Erick hacer una pequeña mueca, sé que, aunque lo perdono aún le duele.
—Ok, gracias a todos...por sus deseos...pero solo somos novios no nos vamos a casar— aclaro para romper el hielo causado por el comentario de Camila.
—¿Quien dijo que no? — pregunta Max casi ofendido.
—Bueno yo no he dicho que sí.
—Eso es solo cuestión de palabras.
—Ajá— digo poniéndole mala cara mientras me rodea con sus brazos.
—Vean...se está poniendo el sol— dice Jeff apoyando sus manos en el muro de la azotea.
Todos nos dirigimos hacia ahí y apoyamos la mitad de nuestro cuerpo al muro que daba vista al estadio y a la hermosa puesta de sol.
—Es hermoso.
—Lo es.
—Más que hermoso es el fin de una etapa.
—Sí, mañana será un nuevo día.
—Sí mañana será martes...
—¿En serio Jeff?
—¿Qué? Mañana es mi cumpleaños...
—¿Y qué quieres un beso?
—Sí es de Noah porque no...
—Ni siquiera lo pienses. Sí Mahelo te lo está ofreciendo pues que te lo de él.
—Ni de broma dejo que te bese. Sus besos son solo míos.
—Que toxica...
Mientras los chicos discutían entre ellos Max se acercó a mi oído y susurro...
—Este no es un fin... es el inicio de una nueva etapa. Una más sana que la anterior.
Le sonreí y me dio un pequeño beso en la frente. Apoyé mi cabeza en su hombro y seguí contemplando aquel hermoso paisaje que tenía frente a mí... estaba rodeada de las personas que más quería y en la puesta de sol podía sentir a mi madre observándome con una cálida sonrisa...no podía pedirle más a Dios que esto...sin duda todo llega a su debido tiempo, las verdaderas amistades, los sueños, los sentimientos por alguien más y... las ganas de luchar por aquello que te apasiona y te hace feliz. Y aquí, soy feliz.
FIN
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