30. Revolution School
Capítulo 30
Revolution School
Gaia
La noche de anoche, fue una noche que sorprendió y dolió mucho, fue tanto el empeño que puse para que todo fuera perfecto esa noche, los vestidos, el maquillaje, las uñas, el peinado, todo, me encargue de todo, cuide hasta el más mínimo detalle y aun así....él apenas y volteó a verme. Dylan era como mi sol, sentía que su sola mirada iluminaba mi vida, aunque suene estúpido creía que era el amor de mi vida y que yo...tal vez en el fondo también era de su agrado, pero anoche me di cuenta de que la única tonta ilusionada y enamorada era yo.
—Ten, será que ahora sí me aceptas esta botella de agua, ¿o me vas a volver a decir que estas hecha a base de alcohol? - dijo Mahelo ofreciéndome una botella de agua.
El día del campeonato estaba iniciando pero en lugar de ir y dirigir el equipo de animadoras decidí esconder mi desanimada existencia bajo las gradas y evadir mi responsabilidad como capitana.
—¿Cómo supiste que estaba aquí?— pregunte tomando entre mis manos la botella de agua.
—No es difícil saber dónde se esconde la gente que siente vergüenza de sí misma — contestó como si nada sentándose a mi lado.
—Soy tan obvia—respondí bajando la mirada.
—Obvia no, tonta si— no se porque sus palabras no me sorprenden, Mahelo ha sido de todo conmigo, pero lo que más aprecio es su sinceridad...aunque a veces duela—. No entiendo como puedes deprimirte por un idiota que no te merece, porque te avergüenzas de tu error sí errores cometemos todos, nadie es perfecto, tú te equivocaste al enamorarte de un imbécil con aires de niño bonito y yo me equivoque...al dejar que otro llegara a tu vida antes que yo.
Sorprendida levanté la mirada sin dejar de parpadear de la imprecisión, Mahelo me estaba viendo a los ojos, y lo estaba haciendo con una calidez que llegó hasta mi corazón.
—¿Qué estás tratando de decir?—. Pregunte dudosa.
—Digo que lamento tanto que un imbécil haya herido tu corazón...cuando yo he deseado tanto poder cuidarlo.
Sus palabras me llegaron hasta el alma, Mahelo por primera vez se estaba abriendo conmigo, por primera vez había llegado a mi corazón con su sola mirada, y sus palabras... me dejaron sin habla.
—Gaia...yo...
—No digas más— le dije acercándome a su rostro dejando un escaso espacio entre sus labios y los mios; mis ojos estaban sobre los suyos buscando un mínimo rastro de falsedad en ellos, pero no logre encontrar nada, Mahelo estaba siendo sincero— no tienes que decir más— me deje llevar por mi instinto y lo bese tiernamente como nunca antes lo había hecho.
—Gracias— le susurre viéndolo a los ojos.
—¿Por qué?
—Por ser sincero
Él sonrío ligeramente proyectando satisfacción, puso su mano sobre mi nuca y me beso, mi corazón latía a mil por segundo, sentía como dentro de mi había un montón de emociones subiendo y bajando desde mi corazón hasta mi estómago, sí hasta mi estómago, lo que me hace pensar...Dylan nunca me había hecho sentir así, entonces...quizás nunca estuve tan enamorada como yo creía.
—No hay de que niña tonta— dijo al separar sus labios de los míos.
—Siempre serás un cretino ¿verdad? — le dije burlesca.
—No. No siempre, Gaia...no quiero que me tomes como el tonto que está ahí siempre que tú quieras. Quiero estar cuando me necesites, ser ese cretino que te dice la verdad, aunque te duela, que te es sincero y aunque no lo admite siente una gran admiración por ti... Gaia ¡oh vamos! practiqué toda la noche esto y aun me es difícil admitirlo... yo— dijo clavando su mirada es cualquier cosa que no fuese mi cara, no pude evitar soltar una pequeña risita, antes de acunar su cara entre mis manos.
—Lo se tontito, sé que me quieres... y también se lo mucho que te cuesta admitirlo.
—Entonces aceptarías este humilde regalo de mi parte como símbolo de un nuevo capítulo entre los dos— dice sacando de su bolsillo un brazalete con un dije color turquesa con la forma de dos corazones entrelazados, con nuestras iniciales dentro. La puso en mi mano y me dio un tierno beso en la frente.
—Mientras este yo aquí, nunca estarás sola.
Después de uno u otro cruce de palabras y de...bueno ya se imaginan que, nos encontrábamos del otro lado de las gradas escuchando como anunciaban el partido de futbol que estaba por iniciarse, era el turno de la sub diecisiete Mahelo era suplente pues estaba a casi nada de cumplir los dieciocho, por lo que se alejó un momento para hablar con el entrenador.
—Gaia, ¿dónde te habías metido toda la mañana? — dice Camila acercándose junto a María Elisa y Noah quienes están muy entretenidas peleando por los últimos doritos que hay en el empaque.
Como no me sentía muy bien emocionalmente, me levante temprano para evitar cualquier comentario de consolación por parte de cualquiera de la tres.
—Salí a tomar un poco de sol, ya sabes como soy...
—Sí una mandona y antipática de lo peor— escucho decir a Noah, como también veo que María Elisa le da un codazo en el abdomen señalandole que se calle.
— ¿Como sigues?— pregunta María Elisa llevándose su pulgar seguido de su dedo índice a la boca supongo que lo hizo para limpiar el colorante.
—Normal— respondo con una media sonrisa
—Umm...bueno sí estas normal...¿eso significa que nos podemos quitar estos uniformes?—pregunta a Camila, quien le da una mirada algo molesta.
En ese instante me doy cuenta que las tres llevan el mismo uniforme que yo, el uniforme de animadoras,— el uniforme es color verde neon, con una pequeña franja blanca casi al final de la falda y otra de color gris, el pecho y parte de las magas es de color blanco, en el pecho lleva el escudo del colegio, y el resto solo es verde neon con pequeñas rallitas grises en el final de las magas, todos colores representativos del colegio— las tres se lo han puesto y lo han acompañado con dos coletas, a mi me gusta más llevar el cabello suelto acompañado de un lazo...pero ellas me han inspirado a un nuevo estilo.
—Woww— suelto sorprendida— ¿van a animar conmigo?
—Esa es la intención— contesta Camila.
—La intención era animarte...—soltó Noah, como sí Camila la hubiera obligado a vestirse así.
—Bajo ninguna circunstancia me pondría este uniforme para animar a una bola de idiotas peleándose por una pelota, perooo...hice una excepción porque tampoco iba a permitir que la única hermana que me toco en este mundo se hunda en la tristeza por un cabrón— dijo María Elisa pasándome una mano por los hombros atrayendome hacia ella, y de alguna forma su gesto me hace sentir...mucho mejor.
—Ahora veo que lo de las palabrotas es de familia...— escucho decir a...Dylan detrás de mi.
Automáticamente me giro hacia él junto a María Elisa, pero esta vez lo hago sin una gota de ilusión en el cuerpo, sin un solo cabello alterado por su sola presencia, esta vez estoy segura de que él ya ha dejado de importarme.
—No sabía que tenías una hermana Gaia, pensé que eras hija única— dice sin despegarle la mirada a María Elisa, ella también lo esta viendo pero para nada lo esta haciendo de buena gana.
—Pues no pienses entonces...— digo observándolo de arriba abajo algo irritada. Sí irritada, porque su sola sonrisa aunque perfecta ahora me resulta estúpida.
—Vamos Gaia, ¿qué pasa? No quieres portarte bien y traerme una botella de agua antes de que inicie el partido— pregunta con un sinismo que me retuerce los intestinos por dentro; recuerdo que años antes solía hacerlo, solía dedicarme más él que a mi misma, aunque más de una vez me toco verlo con otra chica, siempre que iniciaba un noviazgo con alguien yo guardaba la esperanza de que terminaran pronto y que él se fijaría en mi, de ahí la iniciativa de mejorar mi triumphant entranceñ año a año, de vestir las mejores marcas, de mirar a los demás por encima del hombro, todo con tal de hacerme notar, pero nunca conté con que él me veía de todas las formas posibles, menos como alguien que podría llegar a ser su novia.
Veo a María Elisa haciendo un ademán de ir hacia él con la clara intención de golpearlo, y aunque se que se lo merece, ese es un gusto que quiero darme yo, por lo que la tomo de la muñeca y le hago un gesto con la mirada para que se detenga.
—Sí, claro— respondo con una sonrisa dando un paso hacia él—¿Quieres agua? Aquí la tienes...— digo lansandole a la cara lo que queda de agua en la botella que Mahelo me dio minutos antes.
La satisfacción que sentí al hacerlo es inexplicable, es como sí acabara de renunciar al trabajo que más he odiado en mi vida— y eso que nunca he trabajado— y ahora por fin he roto la burbuja y puedo ser libre, libre para ser feliz con alguien más, libre para elegir a quien verdaderamente me merece, libre para darme cuenta que él jamás fue digno de mi.
Cerré la botella en mi mano, mientras que él pasaba una de sus manos por su rostro indignado, la sonrisa de satisfacción que había en mis labios era indisimulable, pase por su costado con una gran sonrisa en mis labios pero no sin antes decir:
—De mi no volverás a recibir ni un solo vaso de agua, pero bien puedes pedírselo a Dayanara seguro que ella estará encantada de ser tu nuevo juguete.
Seguí con mi camino dejandolo atrás, y verdaderamente siento que lo he hecho, siento que Dylan ya no significa nada, que esta fuera de mi vida y que a pesar de que ya nunca volveré a estar cerca de él, eso no significa que la vida vaya a terminar.
Las chicas me siguieron de cerca, y no dejaban de felicitarme por lo que había hecho, incluso Noah me ha pasado un brazo por los hombros entusiasmada por verme tan cambiada.
—Vaya, hasta que aparecío la princesa— ironizó Brenda al vernos llegar hasta la zona de animadoras, zona que no esta muy lejos de la banca de suplentes.
—Ya me conoces...nunca decepciono a mi público.
—Pero a tus amigas sí, ¿no?
—¿Qué tal Brenda? — interrumpe María Elisa, y se lo agradezco— ¿Todo bien en brujilandia?
—Estúpida
María Elisa se acercó a ella dejando escaso espacio entre ellas.
—Esta estúpida, te bajo a tu crush, entonces no soy tan estúpida ¿no crees? — le dice María Elisa
Brenda pone los ojos en blanco y le da un empujón por los hombros, y antes de que esto se salga de control, aparece Max y toma de la mano a María Elisa llevándosela a la banca de suplentes, por su puesto, María Elisa no pierde esa oportunidad y le dedica una mirada de victoria a Brenda, quien se queda viéndola con mala cara. A veces me duele verla así...fuimos amigas desde la primaria, compartimos muchas cosas juntas, secretos, horas de llanto y momentos de alegría, pero la vida nos llevó por caminos distintos y ahora solo puedo apoyar a mi hermana, solo deseo que supere a Max y que encuentre a alguien que verdaderamente la ame por lo que es y no por lo que ella puede hacer por esa persona.
—Bien, bien chicos, hoy sí que vamos a ganar, porque tendremos a la mismísima Noah animándonos— dice Jeff al ver a Noah con el uniforme.
Todas terminamos junto a todo el equipo en el área de suplentes, allí estaban casi todos los chicos del salón aun no iniciaba el partido por lo que estaban colocándose bien su uniforme y zapatos. María Elisa estaba hablando con Max un poco retirada del grupo ya me imagino que...
—Espero oírte animándome ¿eh? — dice Mahelo plantándose frente a mí. Mientras detrás de él veo como Noah y Camila ríen junto a Jeff.
—Y yo espero que el entrenador te deje jugar— digo algo burlesca.
—Eso ya está arreglado, Erick decidió no jugar a última hora y el entrenador considerando mi atlética figura me ha dejado jugar.
—Jajaja, ok, entonces puedes estar seguro de que voy a animarte...— digo dándole un abrazo.
—No. Esto definitivamente no puede estar pasando... ¿en serio? — escucho decir a María Elisa a nuestras espaldas.
—Qué te puedo decir cuñadita...
—No me digas cuñadita— le dice con mala cara.
—Cañada entonces— bromea
—En serio Gaia, te prometo que no soy tan tonta, yo sabía que a él le gustabas, pero... ¿a ti te gusta él?
—Bueno él...es quien verdaderamente altera los latidos de mi corazón...y me gusta— lo miro y él también me mira con ilusión.
—Pero. Pero.— intenta hablar María Elisa pero Max consigue calmarla. Y todos a nuestro alrededor comienzan a hacer pequeños coros, para molestarnos
El partido inicio y las barras de cada equipo no se hacían esperar, de un lado de las gradas se escuchaba a la muchedumbre de estudiantes gritar ¡Revolution! ¡Revolution! Y del otro lado estaba una muchedumbre aún más grande— debido a que éramos sede— gritando ¡Discipline! ¡Discipline!, más a unos cuantos metros de mi costado derecho tenía a Brenda y todo el grupo de animadoras haciendo sus mejores coreos, coreos que yo les enseñe, pero que ya no practicare; más a mi izquierda María Elisa y Noah no dejan de gritonearles a los chicos dándoles ordenes, como sí ellas fueran las entrenadoras...
—¡Dale! ¡DALE!
—A la izquierda Do, ¡No sonso a tu otra izquierda!
—Vamos, marquen....
Entre tanto, mi mirada se desvío hacia una de las gradas y a lo lejos pude ver a Erick con una mirada desolada y perdida, seguro que no quiso jugar para evitar que Camila lo viera, jamás lo había visto así, siempre lo veía rodeado de chicas y con una gran sonrisa...pero ahora ese Erick no parece ser él mismo que le canto a Camila para pedirle perdón de la manera más romántica que he visto en mi vida...definitivamente él se enamoró de ella, el problema es que se dio cuenta demasiado tarde de lo que sentía.
¿Debería ayudarlo?
—Cami— me acerco a hablarle sin pensarlo tanto— yo...quisiera hablar de algo contigo, el problema...es que no se sí tú quieras hablar de eso conmigo.
—Quieres hablarme de lo que paso anoche con Erick ¿no? — dice y noto como su expresión está diciéndome que esperaba que yo lo preguntara.
—Si, bueno, hoy todos han estado hablando y diciendo lo mal que yo me he sentido por Dylan...pero nadie habla de lo que tu sientes respecto a lo que paso anoche.
—Bueno las chicas saben que prefiero no hablar de eso...pero tú...tú quieres decirme algo ¿no es así?
Asiento con la cabeza y el tomo de un brazo disimuladamente para señalarle la dirección en la que esta Erick, ella levanta la mirada y lo ve...se queda así por un par de segundos y vuelve su mirada hacia mi
—Dicen que todos terminan teniendo lo que merecen...bueno él se lo bus...
—Sí lo sé, a Erick nadie le quita lo jodido de su error, pero en sus ojos también se encuentra el arrepentimiento, he sido testigo de que ha intentado recuperarte de muchas formas— veo que esta por interrumpirme y subo un poco el tono de voz— también sé, que lo que hizo te dolerá toda una vida, porque tal vez él fue...tu primer amor, aunque te cueste reconocerlo. Yo pase por algo similar y peor te lo aseguro, Dylan me destrozo por dentro, pero al fin de cuentas la culpa no fue suya sino mía por ilusa, pero tu historia es diferente, tú eres diferente, y él ha cambiado por ti...Cami solo toma la decisión que venga desde tu corazón sin importar lo que piensen los demás...la felicidad será tuya no de los demás.
Digo y noto que ella no ha bajado la mirada de las gradas.
—Yo...no lo sé Gaia..
—Claro que lo sabes...— la miro y ella me devuelve la mirada, le sostengo la mirada por unos segundos hasta que ella baja la mirada hasta sus pies
—No es tan fácil Gaia...El destrozo todo lo bonito que yo sentía y me decepciono...
—Pero sin embargo él ha reconocido su error...Camila en este mundo existen dos tipos de hombre, los idiotas que creen que por ser guapos todas se derriten por ellos y los que aman, y se enamoran de verdad, claro eso no quiere decir que los que aman no cometan errores...depende de lo grave de su error, de lo grande de su arrepentimiento, y de las ganas que sientas para perdonarlo
—Tal vez tengas razón, voy a buscarlo...— me dice antes de salir corriendo en dirección a las gradas, la veo irse y me doy cuenta de que lo que ella necesitaba era un pequeño empujoncito.
Feliz me uno a las chicas quienes están celebrando un gol que los chicos han anotado, ni siquiera han notado que Camila se ha ido.
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María Elisa
El campeonato estuvo muy reñido, especialmente para los chicos quienes terminaron empatando dos a dos. Por mi parte puedo decir que me siento satisfecha pues le ganamos a las engreídas del Revolution en básquet veinte a cinco, y pude disfrutar la victoria no se imaginan cuánto.
—Estoy muerta, en mi vida había jugado así...y ganado...creo que perdí tres uñas— dice Gaia dejándose caer sobre la cama
—Eso es porque es mi primer año en este colegio, yo solía ser de las mejores en mi anterior colegio...y no he perdido mi toque— dice Noah orgullosa.
—Y a mi mis papás me quedaron debiendo medio metro como para poder jugar— comenta Camila burlona
—Quiero darme un baño y ser feliz...
Las palabras de Gaia se quedaron el aire al ver que la puerta de la habitación se abre de golpe...
—¡Gaia Remington!— la mujer furiosa entra en la habitación, al verla Gaia se pone de pie lo más rápido que puede...y yo empiezo a darme cuenta de quien se trata...
—¿Me puedes explicar cómo gastaste tres tarjetas de crédito en menos de una semana? — pregunta la mujer sin despegar la mirada de Gaia...sí sin duda es ella, su cabello oscuro con pequeños rayos rubios y sus ojos penetrantes están frente a mí, viste elegante, ropa que dice claramente que es de marca; es la mujer que me trajo a este mundo y por primera vez la tengo frente a mí, solo que ella aún no ha notado mi presencia.
—Mamá...no exageres puedo explicarlo...
—¿Explicar qué? Esta vez pasaste los límites, tu padre no dejara que...
—Buenas noches— me escucho decir, y no sé porque lo dije, ni porque me levante del sofá en el que estaba, mucho menos sé que hago detrás de Gaia esperando ver su reacción.
Ella levanta la mirada por encima del hombro de Gaia, sus ojos se abren como platos al verme, esta impactada, se endereza por completo y susurra algo que no logro escuchar...
—Mamá ella es...— empieza Gaia
—María Elisa— dice la mujer aun en
shock
Wow, al menos aún me recuerda, al menos aún sabe que existo, después de todo estuve dentro de ella durante nueve meses ¿no?
Mantengo mi postura, no digo nada, ella tampoco, parece aun no salir de su asombro, Gaia juguetea nerviosa con sus manos sin saber que hacer, y tanto Noah como Camila solo pueden observar tal escena desde sus camas...
—Estas viva...— dice finalmente— estás viva...— se acerca a mí con la intención de abrazarme, pero la aparto rápidamente.
—¿Creías que moriría en manos de mi padre? — pregunto sosteniéndole la mirada; durante años había esperado este momento, durante años imagine nuestro primer encuentro, y elabore cientos de preguntas que hasta el día de hoy no tenían respuestas—. ¿Pensabas no volver a verme nunca? ¿Por qué me dejaste con mi padre?¿Por qué me abandonaste? — doy un paso hacia ella con cada pregunta, y a pesar de que siento que me desmoronó por dentro con cada pregunta no dejo que ninguna lagrima escape de mis ojos— Acaso nunca me quisiste...mamá
Esa última palabra hace que su cara de culpabilidad cambie a una de estupefacción...
—Me dijiste mamá...¿yo?
—¿Qué? Ahora me vas a decir que no eres mi madre...
—No...claro que no...es decir sí...yo no soy tú madre...soy tú tía
Frío, mucho frio, un frío horrible recorre todo mi cuerpo, mi primera reacción es no creerle...claro quiere lavarse las manos...esta mujer es increíblemente mentirosa y lo más horrible es que es mi madre.
—Eres tan horrible, que eres capaz de negarme en mi propia cara. LO SÉ TODO...me hice una prueba de ADN con Gaia, necesitas que te la muestre para seguir negando en mi cara quién eres.
—Claro que salió positiva, porque Marina y yo somos gemelas...ustedes son hijas de dos hermanas gemelas que esperabas...
—No te creo ¡mientes!
—¿No me crees? Yo también tengo pruebas chiquita— me dice mientras mete su mano en su bolso Chanel y saca una fotografía de el mismo, la mira unos segundos y duda en mostrármela, hasta que la gira hacia mi lentamente.
La tomo entre mis manos y confirmo sus palabras. Es una foto vieja y algo arrugada en ella hay dos chicas de unos dieciocho años de cabello oscuro y piel morena sonriéndose la una a la otra, estaban abrazadas lateralmente y se miraban con fraternidad, como sí se estuvieran reencontrando después de un tiempo, mi corazón empezó a latir muy fuerte, escuchaba mi propio pulso mientras que mis piernas me gritaban que ya no podían mantenerme en pie, sin poder más me deje caer en el suelo sin despegar la mirada de la foto.
Gaia y no se quien más me tomaron de los brazos y me ayudaron a sentarme en la cama, Estefanía seguía sin moverse, como sí me estuviera dejando procesar la información.
—Esa es la única foto que tengo junto a Marina, ese día yo llegue del extranjero acababa de graduarme y ella también se había graduado del Discipline School, estaba muy feliz de volver a ver a mi hermana— escuche decir a Estefanía, mientras que yo me concentre en la fecha al pie de la foto 11 de marzo de 1999.
—Entonces... ¿tú eres mi tía? — dije con una voz débil.
—Así es, nunca pude estar cerca de ti pues tu padre no me lo permitió...
—¿Por qué?
—No sé sí ya lo sepas...o ya lo hayas vivido, pero el apellido Luna es un apellido que marca la vida de la hija primogénita...
—Creo saber a lo que se refiere, ya hice un vínculo...
—Ya lo hiciste— su expresión de espanto hizo que se me pusieran los pelos de punta— entonces Marina...siendo la primogénita...y tú eres su primogénita
—¿Qué estás diciendo mamá? — masculla Gaia
Segundos después nos veo a las tres sentadas sobre la cama y a Estefanía frente a nosotras.
—María Elisa, como ya has notado tú no eres alguien...normal, en la familia Luna existe un gen que se hereda de generación en generación, pero este solo lo hereda la o el primogénito, este gen proviene de una antigua tribu, misma que con el tiempo se extinguió, ahora nuestra familia es lo único que queda...o que quedaba. El hace que puedas interferir en la mente de alguien más...como telepatía, una telepatía poco convencional, cuando tu madre y yo nacimos éramos como dos gotas de agua, imposibles de diferenciar la una de la otra, por ello nuestro padre decidió esperar a que pasaran los años, pues la habilidad y la marca solo la portaría la mayor...
—¿Qué marca?
—Una circunferencia plana y oscura a la altura del hombro izquierdo...
—¿Un lunar?
—Exacto, pero no un lunar cualquiera, este lunar definía por su ubicación que eres la portadora del gen, cuando ni Marina ni yo presentábamos el lunar aun a nuestros diez años de edad, nuestro padre dedujo que tal vez yo sería la primogénita, ya que era más alta y robusta que Marina, por ello me envío al extranjero durante ocho años, para así desarrollar mi poder sin restricciones, un grave error porque mientras yo disfrutaba de libertad, Marina fue encerrada en este mismo colegio, y lo que ni ella ni yo esperábamos, era que la marca apareciera a sus quince años, pues se considera que sí la marca no es de nacimiento y aparece a esa edad...traza la mitad de la vida— todas sus palabras empezaron a volverse confusas, parece como sí hablara de una película, pero no es una película, es la vida de mi madre.
—¿Qué quieres decir? — pregunte más confusa aun, tanta información me estaba confundiendo.
—Cuando Marina descubrió que tenía la marca y los síntomas empezaron a aparecer yo le preguntaba a mi padre como tratarlos asumiendo que quien tenía la marca era yo, después de obtener la información de mi padre le decía todo a Marina y ella lo ponía en práctica. Así paso un tiempo hasta que aprendió a dominar la telepatía, en sus cartas solía decir que el amor la había cegado, estaba enamorada, y era la única razón por la que no quería que papá supiera que ella tenía la marca, ella no quería que papá la tratara como rata de laboratorio. Decidí apoyar su felicidad y mantener la farsa, pero cuando nos graduamos y yo regresé del extranjero todo se vino abajo, el mismo día que nos tomamos esa foto...fue el último día que vi a Marina y a mi padre, papá descubrió que yo no tenía la marca, y Marina se escapó con su novio, mi padre me saco de la casa esa misma noche...me dejo en la calle, me llamo traidora y me quito el apellido.
—Mamá —Gaia se acercó a su madre con la voz temblorosa y la rodeo con sus brazos, y por un momento sentí la envidia, Gaia a pesar de todo aún tiene la oportunidad de abrazar a su madre...mientras que yo...solo puedo esperar a que ella se digne a decirme donde esta la mia.
—¿Y mi madre? ...¿Qué fue de mi madre? — pregunte ansiosa
—Esa noche...termine en casa de mis vecinos, los Remington, allí se estaba llevando a cabo el funeral del señor y la señora Remington, un accidente acabo con sus vidas y una desgracia dio paso a la mía...resumiendo todo me case con el único hijo de los Remington, gracias a él me convertí en lo que soy ahora...y desde aquel día Mariana Luna falleció para darle paso a Estefanía Remington...
—...muy conmovedor y todo, pero vuelvo a preguntar, por sí no me ha escuchado ¿Dónde está mi madre?
—Durante muchos años no supe de Marina, hasta que un día recibí una carta de su parte...en ella decía que se había casado y que tenía una hija...María Elisa, me envío una foto de ella contigo en brazos...
—¿La tienes? —pregunto con una voz débil, a punto de dejarme caer en un llanto involuntario...
—Si, está en casa, te la haré llegar pronto, junto a la carta para que seas tu quien lea las últimas palabras de tu madre...
—¿Qué quieres decir con eso? ¿Como que sus últimas palabras?
Me acerque a ella y la tome por los hombros, la sacudí no sé cuántas veces, exigiendo una respuesta, pero ella no hacía más que sorber su nariz y negar con la cabeza.
—María Elisa...tú padre tenía una obsesión algo insana con Marina y él...
—¿Y él qué?
—Él la mato...
Evie♡
Nota de la autora: ¿Qué les pareció este capítulo?
Estuvo lleno de emociones ¿verdad?
Me ayudarían muchísimo dejando su voto y compartiendo esta historia para que así llegue a más personas.
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