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11.Preguntas

Capítulo 11

Preguntas

Max

Cargé a casi por una hora a María Elisa, hasta un rio, para poder sumergirla en el agua. Cada paso que daba hacia el rio me hacia recordar lo que Guerra me había dicho antes de irse el día en que nos dejo en el campamento:

-Quiza suene algo absurdo lo que voy a decirle Palacios, pero sí en algún momento María Elisa llega a sentirse mal o débil sin razón aparente o después de algún tipo de esfuerzo, asegúrese de llevarla a un rio que esta a unos cuantos metros del campamento, llévala allí y sumergala en el agua. Sé que tal vez esto le genere muchas preguntas, pero...mejor no las haga no soy yo quien le dará las respuestas. Solo asegúrese de vigilar a Manovan en todo momento y de hacer lo que le pedí.

El rio era más bien una laguna de agua cristalina, se podían ver hasta las pequeñas piedras bajo el agua. Como pude me quite las botas y las deje sobre la tierra arenosa fuera de la laguna.

Tome a María Elisa quien yacía casi inconsiente entre mis brazos y de apoco me fui adentrando en el agua. Cuando el agua me llego a la cintura, deje que María Elisa flotara en el agua sujetándolo con mis brazos. Su cabello oscuro estaba revuelto, sus mechones violeta se fundían de apoco en el agua perdiendo el brillo bajo el agua, sus ojos estaban cerrados, pero su respiración ya estaba estabilizándose. Había que reconocer que tenía cierta gracias, es decir no era fea, pero tampoco bellisíma, incluso su belleza es bastante original, tanto como su caracter.

Nos mantuvimos así hasta que con una voz débil dijo:

-Sueltame.

Por un instante dude en hacerlo, pero la laguna no era profunda y sí de por si lo que estaba haciendo me parecía extraño soltarla no iba hacer algo de otro mundo, y estaría aquí para ayudarla.

Lentamente retire mis manos, para degundos despues obserbar de apoco como su cuerpo se sumergía por completo en el agua. Pensé que ella flotaría sola, pero por el contrario se sumergió hasta el fondo, incluso pude sentir como una de sus manos rozo mis tobillos. En ese mismo instante reaccione e hize un ademán de querer sumergirme en su dirección, pero termine chocando mi frente con su cabeza.

-¡Uch!-me queje.

-¿Que te pasa?- dijo María Elisa de mala gana, llevandose una mano la cabeza.

-Se suponía que estabas muriendo iba a ayudarte -chiste mientras me sobijaba la frente adolorida.

-¡Pues estoy bien! Carajo, que exagerado.

-¡¿Exagerado yo?! -ofendido me señale con el dedo -te recuerdo que la dramática que se sentía débil y que casi no podía respirar eras tú, pero por lo que veo todo fue puro teatro.

-¿De que estás hablando idiota? Claro que me sentía mal, pero escucha bien me-sen-tía mal en tiempo pasado, ya fue, termino, se acabo, ahora estoy bien - explicó exaltada. -El agua extrañamente me dio...no lo sé un alivio que no puedo explicar, pero hizo que despertara en el fondo y fue allí abajo que reaccione de inmediato porque me faltaba el aire.

-Aja sí, como no ¿Y qué? Tambien me vas a decir que eres hija de acuaman o de la sirenita.

-Pues ¿Sabes qué? A estas alturas bien podría ser una gran posibilidad.

-Deja de decir tonterías -le espete salpicandole agua con una mano.

-No estoy haciendo tonterías -me salpico agua de vuelta.

Salí del agua y María Elisa vino detrás de mi, pero en el mismo instante en el que puso un pie fuera del agua, cayo al suelo mareada.

-¿Qué te pasa? -cuestione tomándola del brazo.

-Creo que mejor me quedo en el agua-susurro más para sí misma que por mi sujetándose la cabeza.

Y así lo hizo, la ayude a volver al agua y allí se repuso nuevamente, mientras que yo volví a la orilla.

-¿Mejor sirenita? -cuestione de mala gana.

-Sí garfio, gracias, que Peter Pan te page...o en este caso que lo haga Mahelo.

-Tonta, nos diste un gran susto a todos...y te lo advierto tienes mucho que explicar. Empezando con el ¿Cómo es que sabes manejar un arma? -dije señalandola con el dedo mientras me sentaba en la orilla.

-Por favor ¿Quién no sabe disparar un arma cargada? ¿Qué no ves peliculas de acción? Solo fue cuestión de jalar el gatillo. Así que mejor dime tú a mi...¿Cómo se te ocurrió traerme aquí?.

Y así empezamos lo que sería un debate de preguntas que iban y venian del ¿Por qué los chicos no estaban? ¿Por qué no podía salir del agua? ¿Cómo se me ocurrió meterla en ella? Y un montón más, que no tenían respuestas muy claras.

Después de un buen rato y de casi quedarnos sin saliba por
discutir, María Elisa se encontraba flotando en el agua muy relajada mientras que yo me encontraba pateando piedras en la orilla, lleno de incertidumbre por no saber nada de los demás.

-¿Bro estas aqui? -escuche una voz muy familiar a lo lejos.

-¡Max, María Elisa!

Eran las voces de los chicos, estaban buscandonos.

-Estamos aquí abajo -respondí, pero María Elisa parecía no darse cuenta de nada.

Segundos después los chicos aparecieron. Erick tenía algunos rasguños en el rostro, y uno que otro raspon en los brazos, pero aún así traía en su espalda a Gaia. Mahelo por el contrarío estaba muy golpeado al igual que Jeff, razón por la que venían apoyados en Camila y Noah para caminar.

-¿Qué paso? ¿Están bien?

-Estamos...- intento responder Erick bajando a Gaia de su espalda, pero lo Mahelo interrumpio.

-¿Donde esta María Elisa?-cuestiono viéndome a los ojos con un semblante serio, esperando mi pronta respuesta.

-Por allá - dije señalando con el mentón.

-Eres idiota se puede ahogar -me espetaron Camila y Noah antes de ir a su encuentro.

-Maldito, desgraciado no debí confiar en ti -mascullo Mahelo tomándome del cuello de la camisa nuevamente. Hizo un ademán de golpearme cerrando su puño muy cerca de mi cara, pero en el mismo instante...

-¡Alto ahí! -grito María Elisa saliendo lentamente del agua con ayuda de Camila y Noah.

-Estoy bien, no es necesario que lo golpees. Estaba en el agua porque quería relajarme, es todo, ya sueltalo.

De mala gana soltó mi camisa.

-¿Estás bien Gaia? - cuestione al verla sentada en el suelo ignorando por completo la situación.

- La pelos tiesos me golpeo el pecho, y no soporto el dolor. Solo espero que no me deje una fea cicatrís o de lo contrario haré que mi padre destruya su carrera militar -chilló haciendo una mueca.

-Recuerda que nuestros padres no saben que estamos aquí, debes ser discreta, además solo fue un golpe sí fuese una herida tendrías que preocuparte por la cicatrís -puntué ayudándola a ponerse en pie.

-¡Uch! Como sea -refunfuñeo volcando los ojos.

Al parecer no lograron vencer a la teniente. Y como ella lo dictaminó no podíamos regresar al campamento sin vencerla, por lo que estábamos destinados a pasar la noche en la orilla del rio.

-¿Como se supone que haremos una fogata? - cuestiono Camila.

-¿No es obvio? Se nesecita leña seca, o en este caso palos secos, y por el fuego no te preocupes lo llevo conmigo a todos lados -añadió Mahelo sacando un encendedor del bolsillo.

-Pero para que tanto tramite, le prendemos fuego, al químico que trae Gaia en la cabeza y ya - sugirió Noah divertida tomando en sus manos el encendedor.

-¡Callate estúpida! Muerdete la lengua antes de hablar de mi cabello.

-Y porque no vienes y me lo dices más...-Noah intento defenderse pero la interrumpí.

-Ya parenle a los insultos, somos un equipo y debemos de hacer el esfuerzo de llevarnos bien, y más estando en esta situación, María Elisa...- la mire en busca de ayuda.

-¿Qué? ¿Yo qué?...hoy yo no dije nada-se defendio María Elisa casi en automatico, pero al notar mi mirada sobre ella fruncio el ceño y volvío a hablar -¡Ash! Esta bien, trataremos, pero no prometo nada, todos deberíamos poner de nuestra parte, porque de nada sirve que solo uno haga el esfuerzo -dijo de brazos cruzados, creando cierto ambiente de tensión.

-Aquí están los palitos para la fogata - anunció Jeff tirando al suelo los palos que traía ingnorando por completo la situación -¿Me perdí de algo?-pregunto incrédulo.

-De nada Jeff. Porque no intentamos encender la fogata - propuso Camila.

Después de barios esfuerzos logramos encender la fogata. Los chicos lavaron sus raspones y heridas en la laguna unos minutos antes de que oscureciera.

Todos nos encontrábamos sentados alrededor de la fogata, de un lado tenía a Erick y del otro a Gaia, y en frente a Mahelo, cada que nuestras miradas se encontraban podía sentir un corto circuito recorer todo mi cuerpo, sé que en algún momento él y yo tendremos que desahogarnos y no precisamente llorando.

-¿Como vamos a hacer para vencer a esa vieja mañana? -quiso saber Jeff.

-¿Deberíamos quemarla viva? -añadió Mahelo observando el encendedor en sus manos.

-Lo que ella necesita es un buen marido que la... - Erick se detuvo en seco al notar nuestras miradas de asombro sobre el -que la haga entrar en razón -concluyo aclarandose la garganta.

-Mejor pensemos con la cabeza fría Erick, párese que la fogata te la esta calentando -comento Noah en un tono divertido. Erick ni se molesto en defenderse.

-Ella dijo que solo volveríamos sí lograbamos vencerla ¿no es así? -cuestiono María Elisa pensativa.

-¡Bingo! -dijo Gaia.

-¡Ella dijo que la vencieramos, pero nunca dijo que sería en un mano a mano! - dijeron Gaia y María Elisa al mismo tiempo señalandose la una a la otra como sí acabaran de hacer el descubrimiento de sus vidas.

En cuanto se dieron cuenta de su coincidencia al hablar, ambas se sintieron incomodas y aclararon sus gargantas dirigiendo sus miradas a lugares contrarios. Apesár de que ambas pusieron mala cara, los demás no podieron ocultar risitas burlescas. Pero yo entre en un pequeño trance evaluando lo que dijeron y tenían razón.

-Gaia ¿Qué es lo que tienes en mente exactamente? -cuestione enarcando una ceja.

-Lo que mejor sé hacer. Voy a destruirla -contesto sonriendo de costado.

-Entonces, necesitaras de la caballería pesada -añadió Erick.

- Más que eso, necesitare de la creatividad de María Elisa -comento Gaia de brazos cruzados dirigiendo su mirada hacia María Elisa.

-Bien, si la Teniente quiere un equipo, un equipo es lo que va a tener -concluyo María Elisa compartiendo una mirada de complisidad con Noah y Camila.

***

María Elisa

El día llego, y estábamos listas para enfrentar a la teniente con una pequeña ronda del ¿que se siente?.

-Tengo una pregunta muy seria ¿Me veo más agresiva con el cabello suelto o con el cabello recogido? -cuestiono Gaia areglandose el cabello mientras esperábamos a la teniente en la cima de la colina.

-La verdad, de las dos formas te ves igual de ridícula -conteste casi por instinto, pero en el mismo instante en el que esas palabras salieron de mi boca sentí la mirada de todos sobre mi y recorde el tratado de paz que habíamos acordado. Entonces rectifique.

-Ok, lo siento, no fue intencional - levante una mano en son de paz - sí verdaderamente quieres verte agresiva solo recogete el cabello y lanza miradas fulminantes nada más ¿Esta bien?.

-Ok, lo tomare en cuenta -contesto ella.

-Que puntualidad ¿Están ansiosos por comer? ¿Cómo les esta yendo sin desayuno? Y atención, sí decidí venir más temprano fue considerando las peticiones que el sargento Guerra hizo al traerlos aquí -comento la Teniente arribando a nuestro encuentro.

-Que le podemos decir, este tipo de atención no la recibe cualquiera ¿Deberíamos sentirnos afortunados? -solto Jeff con sarcástico.

-No sé digamelo usted. ¿Están listos para enfrentarme otra vez? - cuestiono la Teniente parándose frente a nosotros imponentemente apollando sus manos en su cintura.

-No, la pregunta aquí es...¿usted esta lista para perder? -dije mientras formabamos una ronda acechante alrededor de la Teniente. Ella nos observo con detenimiento, precavida ante cualquier movimiento.

-¿Qué? -cuestionó incrédula.

-¿Qué se siente ser la menos importante de los Tenientes en el país?-comenzó Gaia.

-¿Qué estas dici...?-intento defenderse.

-¿Qué se siente ser una servidora de la patria excluida y sin reconocimientos?- dije.

-¿Qué?

-¿Qué se siente jurarle lealtad a la patria para que esta luego te de la espalda enviándote a los lugares más remotos de la misma? -ataco Noah

-Eso no es....

-¿Qué se siente ser solo un pelo más del gato dentro del país? -ataco Mahelo.

-¿Qué se siente creerse la mayor de las autoridades y no tener el más mínimo del poder?-ataco Max, y sí, eso debió doler bastante.

-¿Qué creen que es...?

-¿Qué se siente perder en tú propio juego? -ataco Erick.

-¿Qué se siente ser acorralada por ocho jóvenes?- ataco Jeff.

-¿Qué se siente perder después del desayuno? -ataco Camila.

-¿Qué se siente ser una solterona a los cuarenta? -ataqué.

-Ni si quiera tengo treinta niña...

-¿Qué se siente tener el poder en las manos, y ni una sola palabra en los labios? -ataco Gaia.

-¿Qué se siente ser solo un títere del gobierno? -ataco Max.

La teniente giraba en su propio eje y nos observaba sin saber que decir o como defenderse, mientras nosotros continuabamos y continuabamos con qué se siente paradónde quiera que girase la cabeza. Más de un momento a otro entre carcajadas la teniente comenzó a aplaudir, haciendo que nos detubieramos en seco.

-¡Bravo! -aplaudio -debo admitir que han hecho que me sienta algo mediocre, pero les falta mucho para lastimar mi autoestima. Los felicito han pasado la prueba y se han ganado un merecido premio.

-Entonces ¿Ganamos? -chillo Jeff emocionado.

-Así es -afirmo la Teniente.

-Entonces ahora si puede responder a mi pregunta ¿Qué se siente perder?-quiso saber Gaia con una sonrisa malévola en los labios.

-Eso deberías contestarmelo tú, yo acabo de ganar a ocho jóvenes competentes para entrenar, y ustedes acaban de perder toda posibilidad de huir del campamento. Originalmente ayer no los deje volver porque creí que después de lo que habían pasado desearían irse, por eso los deje solos, para poner aprueba su perseberancia y disciplina, sin embargo ustedes decidieron quedarse y enfrentarme apesár de no tener oportunidad de ganar en un mano a mano, y eso mis queridos jóvenes representa sus agallas y sus ganas de dar el todo por el todo.

-Osea, que ¿los que perdimos fuimos nosotros? -cuestiono Gaia incrédula.

-Naturalmente -afirmo la teniente.

Todos sabíamos que ella estaba tratando de ignorar el hecho de que había perdido, más en ese mismo instante nos dispusimos a ir por fin al campamento, donde nos encontramos con muchos militares aplaudiendo nuestra llegada, incluso había uno sosteniendo la bandera del país. Todos pusimos expreciones de congucióm, al parecer hay algo que aun no terminamos de comprender y esas serían las acciones de la Teniente Guerra, la Teniente giró en su propio eje y dos militares pasaron al frente sosteniendo una mesa con unas cuantas cosas sobre ella, la teniente extendió su mano buscando algo en especifico.

-Ten -dijo lanzandome la Katana que Guerra me había dado días antes -la dejaste en el campamento, un grabe error la verdad, sí un arma te fue confiada debes llevarla contigo siempre que vayas al campo de batalla, nunca debes abandonarla ¿comprendes?

-¿Co-Cómo la encontró? La escondí muy bien -confese observándo la katana entre mis manos.

-Muchas cosas son imposibles de ocultar pequeña, por lo tanto imposibles de dejar olvidadas -contesto señalando la Katana.

Luego levanto un arco, junto a una funda para flechas y se las entrego a Camila.

-Ayer pude ver que eras buena lanzando piedras y palos, tal vez este arco y tú se vuelvan mejores amigos -dijo poniendo el arco y las flechas en manos de Camila.

-Esto es para ti -dijo entregándole una barra a Noah - eres hábil e ingeniosa, apuesto a que descubrirás que es por ti misma -Noah como todos los demas, observaba con interes la barra. La recorrío con su dedo hasta que noto una pequeña grieta que la dividía en dos. Con fuerza tiro de ambos lados y esta se convirtió en una especie de látigo de largo alcanze, ni mi papá se atrevió a golpearme con algo así ¿Será porque aun no están disponibles en el mercado?.

-Es un látigo -dijo Noah dándole movimiento.

-Exacto, cuando lo abres el extremo de la barra que esta en tu otra mano lo puedes apoyar sobre el mango y tendrás un mejor dominío de la cuerda -Noah siguió sus instfuciones y obtuvo lo que yo llamaría un super látigo.

-¡Guao! Te ves Noa-tastica -dijo Jeff impresionado levantando un pulgar hacia Noah, pero ella frunció el ceño y le lanzo una mirada fulminante.

-Y esto es para ti -dijo entregándole a Gaia un par de abanicos color negro con pequeños detalles dorados. Gaia los recibió en sus manos, enarco una ceja incredula y cuestiono - ¿Y qué se supone que haré yo con esto?.

-Mantenerte fresca -comento Mahelo burlesco, haciendo que todos tuviéramos que hacer un esfuerzo por no reir. Gaia le lanzo una mirada fulminante haciendo que Mahelo hisiera un gesto de ponerse un cierre en la boca.

-Estos no son cualquier tipo de abanicos, ellos y tu son parecidos ¿Sabes? perecen normales y delicados por fuera, pero en realidad, son más de lo que aparentan - y fue en ese instante en el que Gaia se dio cuenta que los abanicos tenían puntas de acero afiladas, y al abrirlos observo que traían un seguro que servía como agarre.

-Si observas bien esto sirve para que tengas un mejor control sobre ellos, así puedes asegurar la parte inferior alrededor de los nudillos de tus manos y atacar a tu oponente con las puntas, además si logras ver bien no están hechos de cualquier material, dentro esconden un secreto. En ellos existen tres pequeños orificios por los cuales se disparan agujas especialmente tratadas que sirven para paralizar una parte del cuerpo de tu oponente, sí precionas este pequeño botón dorado -explico la Trniente señalando el diminuto botón en el abanico -las agujas saldrán logrando un alcance de hasta cinco metros, sí no existen corrientes de aire muy fuertes claro. Utilizalas con suma precaución, no querrás paralizar a alguno de tus compañeros ¿verdad?. - Gaia asintió con la cabeza, pero sé que mi nombre paso por su mente ante esa pregunta.

-Ok admito que me estoy emocionando ¿Y a nosotros que nos va a dar Teniente?- chillo Jeff emocionado.

-Para ustedes tengo algo especial - dijo la Teniente con una sonrisa que no me agrado para nada.

-Tengan -dijo dándoles un palo de escoba a cada uno.

-¿Y que se supone que vamos a hacer con esto? -cuestionaron Jeff y Erick al mismo tiempo, mientras que Mahelo y Max observaban los palos de escobas perplejos.

-Siendo sincera, dan vergüenza peleando en un mano a mano, y ESO que son hombres -dijo la Teniente haciendo énfasis en la palabra hombres. Comentario que hizo que no pudiéramos evitar reír sobre bajo.

-¿Perdón?

-¿Como?

-¿Escuche mal?

Reaccionaron los chicos ofendidos, claro todos menos Max el solo frunció el ceño y se guardo su reacción para sí mismo.

-Ese y un entrenador y rival personal son mis obsequios para ustedes -dijo la Teniente mientras que al tiempo cuatro gorilotes dieron un paso al frente, los entrenadores de los chicos imponían respeto, razón por la que Jeff no tardo en titubear.

-Aún no es tarde pa-ra hu-ir ¿veerdad?-balbuceo el pobre.

-Demasiado tarde para sugerencias Jeff- dijo Mahelo entre dientes.

-¡Bienvenidos a su verdadero entrenamiento chicos! Ahora que han probado su perseverancia, valor y astucia el campamento Sahara esta dispuesto a combertirlos en verdaderos jóvenes de bien y asesinos por un bien mayor.

-¿Asesinos? -cuestionamos todos al tiempo.

¿Asesinos? Bueno no lo había visto de esa forma, pero...sí queríamos detener a los Dark Players tendríamos que ase-sinar a alguno de ellos, en defensa propia, claro, pero llenaríamos nuestras manos de sangre. Decir que voy a matar alguien es fácil, pero si me imagino a mi misma haciéndolo se vuelve dificil, pero si imagino que estoy por deshacerme de un desgraciado más despiadado que mi propio padre entonces no es tan difícil imaginarlo.

Evie♡

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