|☪ Cᴀᴘ. 084 ☪| ʟɪɴᴅᴏ ᴀᴘᴀʀᴛᴀᴍᴇɴᴛᴏ ✔
Maratón: 1/3
|• JEON SOOK •|
Seok Jin y yo terminabamos de decorar nuestra habitación, para que tuviese un poco de ambos. Él amaba el color rosado o tonos muy parecidos, mientras yo adoraba el blanco. Sin siquiera dejarme hacer algo el había pintado las paredes de color blanco, pero tenía pequeños diseños en la pared dibujados por el mismo en color rosado tipo mandala en cada esquina con detalles en dorado, era simplemente hermoso.
Él era hermoso.
Mi hermano nos había regalado un lindo apartamento bastante alejado de la casa de mis padres, prácticamente sería imposible que ellos supieran que vivía en un moderno edificio cuyo condominio era más alto que el sueldo mínimo en Seúl.
Por su propia cuenta jamás podrían encontrarnos.
—Cariño —Él llamó mi atención, aterrice en tierra para dirigir mi vista hacia él.
—Dime, amor —Pude notar que tenía mi teléfono en su mano derecha y con una sonrisa me lo acercó.
¿Cómo no había caído en los encantos de éste hombre antes? Tenía que darme tan fuerte contra un muro de concreto para saber que él era el amor de mi vida, mi alma gemela... Esa que la Diosa luna había elegido para nosotros los licántropos.
—Es Sugar, de seguro quiere saber donde está Jules —Tomé el teléfono con una sonrisa seguida de una carcajada, nunca le atinaba al apodo del hermano de Jules.
—Es Suga, mi amor —Dije con diversión.
Él no era de esas personas que dejaba que las corrigieran.
—Tú me entendiste, cariño —Me devolvió una cara divertida y antes de que la llamada se cayera, arrastré el símbolo que salía en la pantalla para contestar.
—Hola, Suga —Hablé de inmediato.
Era el hermano de mi mejor amiga, claramente debía atender la llamada, quizás él podría estar preocupado por Jules y sus aventuras con mi hermano, además de ese matrimonio falso que llevaba con MinSeok... Sólo quizás ella decidió huir sin decirle a sus seres queridos a donde iría, olvidándose de todo lo que realmente le hacía daño.
—Sook esto que te voy a decir no te va a gustar nada —El tono serio de su voz no me gustaba en lo absoluto.
—YoonGi, si esto es una broma, realmente no es graciosa —Min YoonGi era mejor conocido por hacer bromas pesadas en los momentos menos adecuados.
—Jimin y yo estábamos almorzando en un restaurante cerca de mi casa, en eso me llama mi padre con una noticia aterradora. —Pensar que había terminado de hablar fue en vano— Ahora estamos de camino a la zona central, hubo un horrible accidente —Me tensé.
Éramos licántropos, morir en un fatal accidente no estaba dentro de nuestros planes, nuestro cuerpo podía regenerarse por completo.
—¿Y eso que tiene que ver conmigo? —Seok Jin me miraba atento ante mis palabras, no había despegado su vista de mí desde que contesté la llamada.
Las manos comenzaban a sudarme y sentía como el aire acondicionado sólo expulsaba aire caliente, haciendo que se acumularan pequeñas gotas de sudor en mi frente.
—Necesito que no te alteres. —Sus palabras comenzaban a aterrarme— Te recuerdo que estás embarazada y el estrés, las preocupaciones y el dolor no pueden caber dentro de tu cabeza. No quisiera que perdieras al bebé y menos que Seok Jin me asesinara —Se escuchaban sirenas de fondo, habían llegado a la escena.
Me puse de pie, dejé aquel cómodo sofá que había en la esquina de la habitación. Seok Jin se aproximó a donde yo me encontraba y rodeó mi cintura con uno de sus fuertes brazos, dándome aquella fuerza que al parecer perdería como para quedarme de pie.
—YoonGi, me estás asustando —Intenté que mi voz no saliera temblorosa, pero fallé en el intento.
—Jung Kook y Jules fueron los afectados —Sentí mis piernas fallar.
—¿Pero están bien? —Miré a Seok Jin, pidiéndole con la mirada que me buscara aquel abrigo que estaba encima de la cama— ¿A qué hospital los llevaran? —YoonGi suspiró, como si realmente no quisiera decirme.
—Sook...
—¡Jules está embarazada, debo estar ahí! —No faltó mucho para empezar a ver borroso, mis lágrimas se acumulaban en mis ojos y sólo las dejé salir, deslizándose por mis mejillas —No me quedaré aquí en casa, mientras mi mejor amiga y mi hermano están en una camilla de hospital por un accidente. —Suspiré, tranquilizandome —Ahora dime, ¿A qué hospital privado los llevarán? —Insistí.
—Hospital de San Martín. —Dijo a penas con un hilo de voz— No... deberías... venir —Sugirió con la voz quebrada.
—En treinta minutos estoy allá —Ese hospital privado no quedaba cerca de mi apartamento, pero si conducía a máxima velocidad llegaría en menos de lo que cantaba un gallo.
No quería, no podía imaginarme una vida sin Jung Kook, mi hermano y él único al que realmente le importé pese a mis rebeldías.
—Insisto, no vengas —Voces se escuchaban tras él, pero nada podía procesar.
Era imposible saber de qué hablaban.
—¡Iré! —Comenzaba a alterarme— Tú no decides por mí —Seok Jin se acercó aún más, abrazándome por detrás, bajando un poco la tensión que tenía.
—¡QUE NO VENGAS, TE LO PIDO! —Gritó.
Sí tanto quería que no fuera, ¿Para que me dió la dirección del hospital privado a dónde los llevarían? Algo pasaba y él no se atrevía a decírmelo.
—¡¿POR QUÉ?! —Grité de la misma forma en la que él lo había hecho.
—¡PORQUE JUNG KOOK ESTÁ MUERTO!
Al escuchar sus palabras, el hermoso sol que entraba por mi ventana comenzaba a verse borroso y las cosas frente a mi empezaban a oscurecerse... No podía creer en sus palabras.
Jung Kook era un Jeon.
Veníamos de la familia más poderosa de todo Seúl, con la genética más compleja y mejorada de todos los tiempos.
Debía ser una broma.
Mi hermano no estaba muerto.
Me rehúsaba a creerlo.
—¡MIENTES!
—Lo siento, Sook —Su voz era dulce, pero eso no bastaba para creerle.
—¡MI HERMANO NO ESTÁ MUERTO! —Lágrimas salieron de mis ojos a borbotones.
—Por favor, avísale a tus padres para hacerle un entierro digno de él.
—Él no está muerto —Dije de nuevo.
—Cariño... Cálmate —Seok Jin se aferró a mí.
—No... No puede ser —No iba a aceptarlo.
Debía ver su cuerpo sin vida para creerlo.
Nos vemos el domingo, lindos y hermosos lectores de mi corazón❤️
Espero les haya gustado éste esperado capítulo😉
Gracias por leer😍
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