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|☪ Cᴀᴘ. 067 ☪| ᴠᴇsᴛɪᴅᴏ ᴅᴇ ɴᴏᴠɪᴀ ✔


     —¿Y esa cara de enamorada? —Miré a Hara que me miraba con cara pervertida.

     —MinSeok te hizo ver las estrellas y demás. —Comentó Hyerin con una sonrisa en su rostro— Quisiera que me pasara, pero ya no hay hombres que valgan la pena —Rodé los ojos, ojalá supieran que no fue con MinSeok la cena que preparé anoche.

     —Chicas, chicas, ¿Qué acaso no conocen bien a Jules? Es obvio que su rostro fresco, sonrisa radiante y su buen humor es por mi hermano, ¿Qué no es obvio? —Sook habló acomodándose en el sillón en donde estábamos sentada las cuatro.

     Las chicas y yo nos encontrábamos en el mejor palacio de vestidos de novias. Dentro de unos meses sería mi boda, ¿Y qué sería de ella sin un vestido?, No sería boda y por eso hoy me encontraba con mis mejores amigas esperando a que nos atendieran.

     Habían muchas clientes.

      —¿Tanto se nota? —Miré a las chicas con intriga y todas al unísodo asintieron— MinSeok también debió notarlo —Tapé mi rostro frustrada, ¿Por qué era tan difícil alejarme de Jung Kook?

     —¿Y cómo no se enteró?, Digo, pudo haber dejado un pequeño rastro de su perfume en tu casa —Aunque Hyerin no fuese una loba, pensaba como tal.

     —Gasté todo el aromantizante —Las tres se vieron y soltaron unas carcajadas— No se rían, debo ir por más —Y a ellas les decía mejores amigas.

     Sus risas fueron calladas cuando una chica bastante joven entró a la habitación en donde nos encontrábamos, ella posiblemente era la persona que me guiaría a elegir un hermoso vestido de novia.

     —Hola, mi nombre es Grace Palace, ¿Cuál es la novia? —Tenía una gran sonrisa en su rostro y se acercó para estrechar su mano con cada una de nosotras

     Me puse de pie para saludarla mejor y así poder responder su gran pregunta, porque la novia era yo, quisiera o no.

     —Hola, Grace, mi nombres es Min Jules y estoy algo nerviosa —Admití.

     —Todo saldrá bien —Se acercó a mí y me abrazo, tranquilizandome un poco— ¿A quiénes traíste contigo? —Me separé lentamente, dispuesta a señalar a mis mejores amigas.

     —A mis damas de honor —Comencé a señalar de derecha a izquierda— Kang Hara, Cha Hyerin y Jeon Sook.

     —Es un placer conocerlas a todas, pero necesito saber algo importante antes de ir a buscar los posibles candidatos, ¿De qué color buscabas el vestido? —Miré a mis mejores amigas y ellas a mí, ni tenía la menor idea.

     —Me encantaría que fuese el blanco tradicional, pero también me gustaría ver otros colores, para no hacerlo tan... Común —La vendedora asintió, entendiendo mi punto de vista.

     —Aqui hay para todos los gustos. En seguida traeré el primer vestido —Asentimos al mismo tiempo y ella sólo desapareció por otra puerta.

     Mordía mis uñas con desesperación, no tenía ni la menor idea de lo que traerá la vendedora, ni el color, ni siquiera el modelo del vestido, quería ser la única que brillara en el día más feliz de mi vida.

[☪]

     —¿Qué tal este? —Salí junto a la vendedora con un vestido rojo con corte princesa.

     —No quiero que parezcas una  cereza y menos el día de tu boda —Opinó Hara viéndome detalladamente.

     Me dí una vuelta para que admiraran mejor el vestido, pero era un “No” definitivo.

     —No me gusta, es muy rojo —Opinó Sook cuando me vió salir del vestidor

     Comenzaba a frustrarme y mis damas de honor igual. Volví al vestidor, estaba agotada y más porque llevaba una hora modelando los vestidos que, en lo personal, no eran muy bonitos, me hacían sentir vieja y no como una princesa sacada de un cuento de hadas.

     La cantidad de vestidos que me había probado y que alguno de ellos me quedaran bien, era incierta, ¡Ninguno me hacía sentir especial! Eran todos muy largos, sin escotes y no mostraba mi hermosa figura, pero tampoco quería algo tan extravagante o vulgar para aquel día.

     Esto era difícil e incluso más de lo que había imaginado.

|• JEON SOOK •|

     —No parece ella —Comentó Hara sacándome de mi transe.

     Debía hacer algo y rápido. Aunque ella no vaya a casarse con mi hermano, jamás dejaría que se vea de una manera tan corriente el día más importante de su vida.

     —Opino lo mismo, pero tengo una idea —Sonreí y ellas me miraron como si hubiese enloquecido — Confíen en mí —Igual no les quedaba de otra.

      Alcé los hombros y me levanté del cómodo asiento en donde esperábamos pacientemente, caminé hacia los vestidores y una de las empleadas insistió en que no debía pasar, pero me importó tres cartones de huevos y entré apartando un poco la cortina para ver a mi mejor amiga, estaba sentada con sus delicadas manos cubriendo sus ojos y parte de su rostro.

     —Jules —La llamé y ella alzó su rostro, limpiando sus lágrimas con las yemas de sus dedos.

     —¿Sook, qué haces aquí? —Estaba triste y decepcionada por no encontrar su vestido perfecto.

     Y yo molesta por no haberla ayudado antes.

     —Te voy a ayudar —La miré de pies a cabeza, mientras ella estaba sentada en aquel sillón— Tú eres hermosa, Jules, no necesitas cubrirte de pies a cabeza, porque tú —La señalé— eres hermosa y todas deberían envidiarte ese día —Ella sonrió y se puso de pie.

     —Sook, no vayas a cometer una locura, por favor y menos metas a mi sobrino en esto... —La interrumpí.

     —Espérame aquí, Jules y es una orden —Dicho eso le dí la espalda y caminé hacia donde estaba la chica que nos estaba atendiendo— Necesito un vestido pegado al cuerpo, tipo sirena y con escote de corazón, blanco con piedrería, por favor —Me miró atónita, ¿Cómo sé tanto?, me gustaba ver el programa de Randy, cuando siento gran aburrimiento y más cuando pongo a mi imaginación a volar, creyendo que era yo la que compraba esas bellezas de vestidos.

     —Le puedo traer dos estilos: con mangas y sin ellas —Asentí— Ahorita vuelvo —Sonriente volví hacia donde Jules.

     Siempre me salía con la mía.

     Al llegar con Jules de nuevo, ella me miraba curiosa y a la vez incrédula.

     —¿Qué fue lo que hiciste, Sook? —Alzó una ceja y se cruzó de brazos.

     A veces ella era tan gruñona.

     —Espera y verás. Aunque te advierto que no quieres hacer enojar a mamá oso —Ella soltó una risita por mi comentario.

     Mi pequeño bebé también era muy sensible y todas las palabras le hacían enojar dependiendo del tono.

     La empleada llegó con dos vestidos, le guiñé el ojo y salí como si tuviese un cohete en los zapatos, hacia donde estaban las chicas esperando.

     —¿Qué hiciste, Sook? —Preguntó Hyerin viendome con cara de pocos amigos.

     —¿Tú también? —Reí y me senté a su lado, esperando y ansiando de ver el resultado.

     —Sook, suelta la sopa o le diré a Seok Jin que... —Hara fue interrumpida por mí, no podría sobornarme.

     Mi preciado Seok Jin ya sabía todo lo que tenía que saber.

     —Shh —Hice aquel sonido para callarla— Sólo mira —las tres miramos a un lateral, justo por donde saldría Jules

     Salió con una sonrisa radiante, de oreja a oreja, erguida, como si su pequeño ego hubiese vuelto, ¡Esa era mi mejor amiga, mi hermana de otra madre, mi ex-cuñada y la tía maravillosa de mi bebé! Simplemente hermosa, con ese vestido bien pegado a su cuerpo con curvas, escote en forma de corazón y una hermosa piedrería que iba desde el pecho y se distribuían por todo el largo, junto a un diseño de fondo.

     Si a MinSeok no le gustaba, apostaba que a mi hermano lo iba a dejar con la erección de su vida, porque se veía perrísima..

     —Las dejaré un momento para que dialoguen sobre la decisión final —Dijo la empleada y nos dejó a solas.

     —¿Te gusta? —Pregunté emocionada.

     —Me encanta, —Sus ojos se cristalizaron y sus mejillas comenzaban a humedecerse, quería chillar de la emoción— pero no puedo pagarlo, chicas, pero gracias por acompañarme y por su buena intención —Tenía una gran cara de decepción.

     Sabía que la había cagado.

     —¿Cómo que no puedes pagarlo?, Es decir, MinSeok es dueño de un maldito banco, ¿Cómo es posible? —Estaba molesta, no quería que se ilusionara con un vestido tan hermoso.

     —Con la casa y los arreglos, estamos cortos de dinero —Dijo relamiendo sus labios.

     —¿Y si le pides un préstamo a tu padre? —Sugirió Hyerin poniendose de pie para estar a su lado.

     —¿Estás loca? Jamás le pediría esa gran cantidad de dinero a mi papá y menos por unos diamantes verdaderos —Joder, por eso costaba tanto el vestido, ¡La joyería en realidad eran diamantes de verdad!

     —Podemos pagarlos entre las cuatro, no debe ser tanta la cantidad —Sugirió Hara, pero cuando Jules nos mostró la etiqueta en donde salía el precio, todas queríamos salir corriendo.

     —¡¿Ciento cincuenta mil dólares?! —Gritó Hyerin dejándonos prácticamente sordas— Ni volviendo a nacer podría tener esa cantidad de dinero, ni siquiera un cuarto de eso —Suspiré decepcionada, porque ni yo podía pagar la mitad de ese vestido.

     —Iré a cambiarme —Jules tenía una trompita en sus labios, estaba decepcionada al igual que yo.

     Lo lamento tanto, Jules.

|• MIN JULES HEE •|

    Estaba triste y no precisamente por la cantidad de dinero, si no por haber encontrado el vestido correcto, aunque debo agradecerselo a Sook, ella siempre ha tenido una gran visión. Salí de vestidores con el vestido en brazos y se lo dí a la vendedora, pero una canción de Bts, "Boy with luv", invadió el lugar y mi corazón se aceleró, ya sabía quien llamaba.

     No me juzguen por el tono de llamada.

     —Ya vengo —Avisé a las chicas y saqué el teléfono de mi bolsillo para tomar aquella llamada— ¿Qué quieres, Jeon? —Pregunté directamente, fingiendo que no me interesaba y ni aceleraba mi corazón.

     —Vaya, alguien no despertó con buen humor. Tranquila, te daré varios besitos para bajar tu molestia —Soltó una risita encantadora y quería que él estuviera aquí conmigo, cumpliendo lo que había dicho por teléfono— ¿En dónde estás?

     —¿En serio quieres saber?, No lo creo, Jung Kook... —Si le decía donde estaba, era probable que su corazón se rompiera... De nuevo.

     —Jules, hablo en serio, muñeca, dime en donde estásSu voz era más gruesa y no tuve mas remedio que decirle.

     —Estoy en "El palacio del vestido", ¿Por qué preguntas?, ¿Ya me extrañas? —Escuché una carcajada de su parte a través del teléfono.

     —Necesito que busques a la encargada —Dió una orden y reí.

     —¿Se te perdió su número? —Reí fuertemente— No me extraña, Jeon. Ya estabas perdiendo el toque.

     Los celos viven en mí.

     —Jules, no estoy para juegos. Por favor hazlo y cuando llegues ante ella, le das el teléfono —Le dí una mirada rápida a mis amigas y rodé los ojos, ¿Desde cuando hacía lo que él decía?

    Al llegar delante de una pequeña recepción, ví a muchas chicas ocupadas y una en un computador moderno. Respiré profundo y hablé:

     —Disculpa, ¿Eres la encargada? —Me miró indiferente y asintió— Esto es para tí.

     Antes de poderle dar el teléfono, se puso de pie y retrocedió.

     —¿Quién es? —Miraba el teléfono y luego a mí, como si fuese una especie de bomba.

     —Por favor, atiende la llamada —Le extendí el teléfono y ella lo tomó muy dudosa, se lo pegó al oído y habló insegura.

     —¿Si? —Jung Kook hablaba por la otra línea— ¡Oh, Señor Jeon, no creerán que estoy hablando con usted! —Exclamó como si hubiese escuchado a su crush llamándola por teléfono. Ilusa, él es mío— N-No se preocupe, la estamos atendiendo de maravilla —Hizo una pausa, humedeciendo sus labios y mordió su labio inferior. Iba a matarlo— Como usted diga, señor Jeon... Por cierto, mi nombre es Sally —Dijo de manera sensual— Tome, señorita Jeon —La miré confundida y tomé el teléfono antes de que me lo secuestrara, y pegué el aparato a mi oreja nuevamente.

     —Creo que se te olvidó darle tu teléfono.

     —No estés celosa, muñeca. Suerte con tu vestido de novia —Lanzó un beso y mi corazón se aceleró— Te amo demasiado, Jules —Dicho eso, trancó la llamada.

     Yo te amo más.

     —Sígame, señorita Jeon —La encargada practicamente se había teletransportado a mi lado.

     Caminamos de nuevo a la "sala de espera", en donde estaban mis mejores amigas con caras bien largas, tristes y con decepción en ellas.

     No era culpa de ninguna de ellas.

     —¿Por qué no llamamos a mi hermano? Él sabrá que hacer —La miré con el ceño fruncido, no haría pagar algo a Jung Kook para usar con alguien más.

     —¿Quién es ella? —Preguntó Hyerin rompiendo la tensión que había en la habitación.

     —Ella es la gerente y tampoco sé que hace aquí... —Fui interrumpida por la misma.

     —El vestido es todo suyo —Dijo seria— Es un regalo de nuestro líder Jeon Jung Kook, dijo que su mayor sueño era que se viera más hermosa que nunca el día su boda —No, no y no, ¿Por qué me hacen esto?

     —Ha de ser una equivocación —La encargada negó.

     —No, señorita Jeon. En una semana lo tendremos confeccionado a su medida —Todas la mirábamos atónitas.

     —Gracias.

     —Es todo un placer —Se dió la vuelta y desapareció de la habitación.

     Fruncí mi ceño y miré a Sook furiosa, podía apostar que había sido ella la que le había dicho a Jeon, por eso el misterio de aquel hombre y la intención de ella buscando el vestido.

     —No me mires así, yo no llamé a mi hermano —Alcé una ceja— Juro por mi hijo que yo no fui y menos las chicas, ni siquiera les cae bien —Aquello me daba una gran certeza de que realmente no había sido ella, ni Hara y menos Hyerin.

     —Entonces, ¿Quién fue?

     Las tres negaron y sólo podía preguntarme una cosa: ¿Jeon me tenía vigilada o sólo había sido casualidad?

No sé porque, pero hoy estuve inspirada todo el día... Gracias por leer💕

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