|• MIN JULES HEE •|

     Su cara de decepción era invaluable. A veces no sabía que quería Jung Kook para su vida, sólo dejaba que le dijeran cómo vivirla. Terminé de comer y me acosté al lado de Kai, el hermoso bebé de ojos gigantes y azulados. Retiré las almohadas y cerré los ojos, luego sentí un peso al otro lado de la cama, Jung Kook se había acostado después de haberlo abandonado en la sala, había sentido una horrible punzada por mis directas palabras, después hice mis necesidades y lo perdí de vista.

     La noche se me hizo eterna, no podía dormir, solamente estaba atenta del reloj que estaba a mi lado marcando las seis y veinte de la mañana, unos escasos rayos de sol entraban por la ventana, pero no eran molestos, eran todo lo contrario, eran extremadamente hermosos y de esa forma alumbraban la habitación. Me puse de pie y acomodé nuevamente las almohadas en donde estaban anteriormente, me alejé un poco y observé como Jung Kook tenía un abrazo alrededor de Kai, evitando que el pequeño se moviera, cayera o se hiciera daño, se me hizo un momento súper tierno.

     Me hubiese encantado tener un hijo contigo, Jeon.

     Me acerqué a Jung Kook con cautela y besé su mejilla con extremo cuidado, no quería que despertase por mi culpa.

     —No sabes todo lo que me haces sentir —Susurré sólo para él.

[☪]

     —¿Qué huele tan bien? —Un Jung Kook adormilado apareció en la cocina con Kai en brazos.

     Mordí mi labio inferior al escucharlo con su voz ronca bastante mañanera.

     Súper sexy.

     —Decidí preparar unos ricos panqueques, espero y no te moleste —Sentí una de sus manos en mi cintura, junto a un beso en mi cuello y luego en mi mejilla.

     —¿Cómo va a molestarme?, Me encantaría verte todas las mañanas de esta forma —Reí.

     —¿Desarreglada y toda adormilada?  —Me giré para verlo a los ojos. Él negó divertido.

      —No. Ver que eres sólo para mi —Algo dolía en su interior, lo podía ver en sus ojos y con respecto a mi, me dejó sin aliento.

     —Kook... —Acaricié su mejilla.

     —No digas nada, Jules —Un llanto se hizo presente haciendo que ambos pasemos de nuestra incómoda conversación.

     —No me había olvidado de tí —Besé una de las manitas de Kai— En la nevera está su tetero.

     —¿Y para mí no hay? —Se quejó él con el ceño fruncido.

     —¿Qué cosa? —Ya se estaba volviendo loco.

     —Esto —Me tomó de la cintura y besó mis labios, sentía que el mundo se había paralizado por unos segundos.

     —Papá —Una voz tan adorable se hizo presente, Jung Kook y yo nos separamos por la impresión.

     —¡Me llamó papá! —Chilló Jung Kook de la emoción, pegando pequeños brincos con Kai en sus brazos— ¡Oíste, Jules, me llamó papá!

     —Ahora debes decir mamá, mi amor —Acaricié la naricita de Kai, pero se limitó a no responder, ni siquiera hizo presente su llanto nuevamente.

     —Me quiere más a mi —Dijo Jeon con voz aniñada.

     —¡Oye, yo lo calmé y le dí de comer!, No es justo —Le seguí el juego imitando su voz.

     —Tengo unas terribles ganas de hacerte uno, Jules, por favor, no me sigas dando razones para hacerlo — Me limité a no decir nada y besé sus labios rápidamente.

     Él sólo se alejó para sacar el tetero de Kai para dárselo, lo acomodó en su brazo y le daba el biberón de la forma más tierna del mundo. Miré la escena anonadada, ya me había preguntado dos veces que hacía aquí, apuesto que Jeon se las hubiese apañado para cuidar a Kai sin mi ayuda.

     Serás un gran papá, Jeon.

     Me dí la vuelta y terminé de preparar los panqueques, tenía un hambre horroroso y apuesto a que Jung Kook también lo tendría. Serví la mesa, observando como pequeñas gotas descendían del cabello mojado de Jeon, había tomado completamente mi atención, ni si quiera sé en que momento apareció o salió de su habitación, pero lo que si sabía era que salía de bañarse, sin Kai en brazos.

     —¿Y Kai? —Pregunté sirviendo el jugo en los vasos de vidrio.

     —Se durmió después de que le sacara los gases y así aproveché de bañarme, aunque me hubiese gustado bañarme contigo, claro, para ahorrar agua —Reí. Sus habladurías me empezaban a sacar una sonrisa, ¿Estaba cayendo en su red?

     —Muy gracioso, siéntate a comer o se va a enfriar —Caminé hasta el desayunador y me senté a su lado.

     —Veamos que tan bien cocinas —Cortó un poco del panqueque y lo introdujo a su boca, cerrando los ojos al masticarlo, ¿Qué significaba eso?— ¿Saben mal?

     —Está delicioso, jamás pensé que alguna mujer en la tierra pudiera hacer unos panqueques tan parecidos a los que hacía mi abuela, hasta el grosor está perfecto —Sus ojos comenzaban a cristalizarse.

     Jeon Jung Kook tenía sentimientos.

     —Cuando quieras puedo hacerte unos cuantos para llevar —Lo abracé acariciando su espalda que estaba algo húmeda.

     —Me hubiese encantado que te quedaras conmigo para siempre —Me separé al escuchar sus palabras, ¿Por qué insiste con lo mismo?

     —Debo decirte algo —Prestó completamente su atención en mí— MinSeok pidió mi mano hace dos días y no sé qué decirle —Le comenté y su semblante se puso serio.

     —Jules, no te cases con él —Suspiré pesadamente.

     —¿Dejarás a Nayeon por mi? —Desvió su mirada de nuevo a los panqueques. No era necesario que respondiera, me había quedado todo claro— ¿Ves?, Adoro a MinSeok y me voy a casar con él, te duela o no, eso quiere decir que te estoy liberando de tu promesa, puedes hacer lo que quieras con quien quieras y cuando quieras —Imité su acción y seguí comiendo los panqueques.

     —Que sean muy felices —Tomó el vaso de vidrio con jugo y lo arrojó impactando con el suelo, rompiéndose en cientos de pedazos— ¡Espero y él si sea digno de penetrarte! —Despegué la vista de mi plato y lo miré dolida, ¿Siempre piensa en sexo?

     —Si tanto quieres follar, hazlo con Nayeon, total, ya te levanté la maldita promesa —No le dí importancia, sólo seguí mirando nuevamente mi plato.

     —Eres como todas las demás mujeres, una perra —Giré lo más rápido que pude y estampé mi mano en su mejilla.

     —¡Jamás en tu vida vuelvas a insultarme, tu te follas a las mujeres que quieras y por eso no te insulto, mucho menos te reclamo! —Levantó su mano, como si fuera a devolverme la abofetada, pero algo lo detuvo.

     Me puse de pie y corrí al interior de su habitación, revisé rápidamente a Kai que dormía plácidamente en aquella gran cama y luego me encerré en el baño ¿Tenía miedo?, No, él no me daba miedo ¿Lo quería?, Sí, más de lo que me gustaría aceptar y eso dolía. El problema estaba en que yo lo quería y era incapaz de hacerle daño, pero ¿Él me quería?

[☪]

     —¡Vamos, Jules, sal, tienes dos horas ahí metida! —Alcé la cabeza viendo por encima de la bañera, sí, estaba metida en ella, abrazándome a mi misma.

     —¡No, déjame en paz! —Grité furiosa.

     —De verdad lo lamento, Jules, no era en serio, sólo estaba molesto, pero no contigo —Suspiré poniéndome de pie, quería bañarme, relajarme y olvidar todo lo que estaba pasando.

|• JEON JUNG KOOK •|

     ¡Eres un imbécil!, Incluso más que eso soy, ¿Cómo se me ocurre decir dichas palabras?, Sólo me dió coraje saber que mientras me besa a mi, besa a ese idiota también o que otra cosa hará con esa boquita tan linda, mejor no me lo quiero imaginar.

     Estaba sentado pegando mi espalda a la puerta del baño rezando para que Jules saliera de su escondite. Minutos después escuché como el seguro de la puerta era quitado y me paré de inmediato, esperando una abofetada, pero fue más que eso, esa niña va a matarme. Jules salió desnuda y mojada del interior del baño, pude ver a la perfección sus senos redondos, su monte de Venus sin un vello y ni hablar de su marcada cintura, era toda una Diosa y yo un estúpido calenturiento.

     Estaba muy excitado.

     —No había toallas en el baño, así que no me quedó mas remedio que salir así —Explicó firme mirándome a los ojo, sin notar el problema que tenía allí abajo.

     —Tran-Tranquila, está bien, están en aquel armario —Señalé detrás de mí.

     —Debería arreglar aquel problema, por si no entiendes, hablo de tu erección —Alzó los hombros sin importancia y como dolía aquel problema.

     Y vaya que tenía razón.

     Pasó por mi lado, tropezando su hombro en mi brazo, ya que su altura realmente no ayudaba, pero no podía dejarme así y menos ahora que estábamos molestos, el uno con el otro, debíamos resolverlo con el único método que me sabía de memoria.

     —No, ven acá —Fuí detrás de ella y la sorprendí poniéndose la toalla.

     Empezó a retroceder en dirección al baño, chocando con la puerta del mismo, la acorralé entre la puerta y mi cuerpo, no tenía escapatoria o por lo menos no de mi. Aferré mi mano a su cuello y comencé a besarla, aunque se resistiera y quisiera empujarme alejándome de esa forma, sólo sería un intento nulo.

     Moví mi otra mano recorriendo su cuerpo por encima de la toalla, estaba algo húmeda y supongo que ella también lo estaba por el fogoso beso que estábamos teniendo, busqué desesperadamente el nudo de la toalla para desaparecerla de su hermoso cuerpo, sonreí contra sus labios al encontrarlo, jalé la misma tirandola a cualquier rincón de la habitación, ignorando la presencia de Kai en la misma o por lo menos cuidando que no le cayera encima.

     —Kook, detente —Dijo contra mis labios— Kai está en la habitación.

     Justo en el mejor momento.

Holaaaaa, ¿cómo están?

¿Les está gustando por como va tomando camino la historia?

GRACIAS POR LEER😘💕