Maratón 2/5

     —Ahí está tu Romeo —Dijo Sook estacionando el auto frente a mi casa— Le dije que tú hermano te llevó temprano porque te sentías mal —Me guiñó un ojo como tal cómplice.

     —¿Sólo eso? —Pregunté antes de bajarme del auto.

     —Sólo eso, se nota que te quiere y mi hermano igual, pero la decisión es tuya —Me sonrió mostrando sus dientes blancos.

     Sé cuanto le encanta la idea de que seamos algún día cuñadas.

     —Gracias por traerme —Le dí un beso en la mejilla y salí del auto con los nervios de punta.

     Caminé en su dirección y tan sólo al verme se puso de pie, caminó hacia mí y sin poder aguantarse me abrazó muy fuerte.

     —Estaba tan preocupado, si hubiese sabido que el alcohol te afectaría tanto no hubiese dejado que tomaras —Busqué dentro de mi cabeza, no recuerdo haber tomado tanto anoche y tampoco que Sook me haya dicho que le dijo eso a MinSeok.

     —Por eso mismo no te dije, no quería preocuparte —Mentí.

     —Pero igual lo hiciste al no encontrarte al lado de mi en la cama —Separamos nuestro abrazo para vernos directo a los ojos.

     —Con respecto a eso, ¿Lo hicimos anoche? —Pregunté con cierto temor, no recordaba nada después de haberme subido al ascensor con él.

     —¿No lo recuerdas? —Negué— De verdad la bebida te afectó —Bromeó.

     —¡Oye! —Me reí— Esto es en serio —Borró la sonrisa de su rostro y volvió a su inicial postura.

     —Me dijiste que eras virgen y que aún no estabas lista, acepté aquello y te quitaste el vestido para acomodarte a mi lado justo encima de mi pecho, durmiendo de la forma más placentera en el mundo —Explicó.

     ¿En serio yo había dicho eso?, No puede ser más falso que cuando YoonGi me dijo que volvería y jamás lo hizo.

[☪]

     —¡Hija, hay un chico en la puerta que quiere verte! —Escuché el grito de mi padre desde la primera planta.

     Eran las siete con cincuenta minutos de la noche, ¿Quién sería a esta hora?, Taehyung puede ser muy sorpresivo y es capaz de aparecerse sin avisarme. Bajé las escaleras tan rápido como mis piernas me lo permitían y me llevé una gran decepción al llegar al salón, mi padre hablaba animadamente con él, pero ¿Por qué?

     —¿Qué haces aquí? —Hice notar mi presencia.

     —¡Jules! —Reprendió mi padre— No puedes hablarle de esa forma al... —Lo interrumpí.

     —Al simio con corona de oro blanco, ya lo sé, así que reformularé mi pregunta, ¿Qué hace en mi casa, su alteza con complejo de simio sin neuronas? —Hice una reverencia y mi padre me miraba apenado.

     —Con todo respeto señor Min, pero necesito hablar con su hija en privado —Mi padre asintió ante las palabras de insistencia de Jeon.

     —Hija, por favor pórtate bien, ¿Quieres?, Debes tratarlo con respeto, es el líder y rey de todo Seúl, para no decir de toda Corea del sur —Asentí cruzándome de brazos, mientras mi padre se alejaba.

     —¿Qué quieres? —Alcé una ceja acercándome a él.

     —Programé una cita con un gineco-obstetra, es mañana a las ocho y media, faltarás a clases con un informe médico que le pediré a mi médico de confianza para que no pierdas la clase con el profesor Chang y... —Lo interrumpí.

     —¿Es en serio? —Reí— Quiero que entiendas que no me acosté contigo y menos que, menos estoy embarazada de tí —Frunció su ceño e intentó tomarme del brazo, pero me alejé— Ni creas que volverás a lastimarme, Jeon —Solté y él me miraba atónito, estaba sin palabras y eso me gustaba.

     ¿Acaso cree que soy una débil que se deja golpear o lastimar porque no es capaz de defenderse?, No, ahí está completamente equivocado, si pasa una vez, la segunda es inexistente.

     —Jules, por favor, el primer mes es importante —Rodé los ojos— Te lo pido —Odiaba que el gran líder hiciera carita de perrito sólo para lograr su objetivo.

     Bufé. —Iré, pero no quiero verte decepcionado, Jeon, porque estoy tan segura de que no lo estoy Y que, además no ha pasado ni una semana desde que se hizo la fiesta en aquel hotel —Me acerqué con cautela para acariciar su mejilla con mi dedo gordo.

     —Gracias —Dijo disfrutando de mi tacto.

     —¡¿Qué hace él aquí?! —Preguntó YoonGi haciendo que del grito alejara mi mano del rostro del líder— ¡Te quiero lejos de mi hemana! —Le señaló— ¡Y tú no lo toques! —Ahora me señalaba.

     —No es lo que crees... —Fui interrumpida por Jeon.

     —Tu hermana está embarazada y ese niño es mío —Y todo se fue por la borda, la cara de mi hermano no podía ser peor y también podía ver decepción en ella.

     —¡TE DIJE QUE NO LA TOCARAS, NUNCA! —YoonGi quería abalanzarse encima de él, pero no se lo permití.

     —¡En la casa no, YoonGi! —Lo tomé de ambas manos e hice que me miraba— Mírame —pero no lo hacía, estaba tan enfocado en Jeon— No estoy embarazada y es todo un malentendido —Le expliqué y ahí pude llamar su atención.

     —¿Me lo juras? —Me preguntó como si de un cachorro herido se tratase.

     —Te lo juro.

[☪]

     —¿Segura que no quieres que vaya contigo? —Negué.

     Mi hermano siempre tan protector.

     —No, hermano, prometo estar aquí en un rato, no por eso debes faltar a clases, ¿Si? —Sus ojos examinaron cada facción de mi rostro, buscando alguna respuesta que no encontró en el.

     —Tienes razón, hermanita —Miró a Jeon que estaba a mi lado con odio— Si le haces algo, te mato y no tendré miedo de morir si sé que ya no estarás en su vida —Escupió sin más.

     Mi hermano siempre tan amigable... Y violento.

     —A penas salgamos de la consulta la llevaré a desayunar y luego estaremos aquí, ella no tendrá ningún rasguño o moretón, lo prometo —Aseguró Jeon dejando más tranquilo a mi hermano.

     —Ahora pueden irse —Besé su mejilla y le sonreí.

    —Recuerda que te amo —Mostré mis dientes blancos y él los suyos.

     —Y yo a ti, Jules.

     Caminé al lado de Jeon hasta su auto, un Camaro amarillo estaba frente a mis ojos, suspiré, era un hermoso auto.

     —¿Te gusta? —Preguntó Jeon abriendome la puerta.

     —Me encanta, pero no debes ser caballeroso porque pienses que estoy embarazada de ti —Subí al auto y él cerro la puerta luego de eso.

     Ví como rodeó el auto para subirse a mi lado, al puesto del piloto. —No lo hago porque creo que estés embarazada de mi, lo hago porque quiero hacerlo —Lo miré fijamente esperando el truco, chiste o el queso a la tostada, pero no había nada.

     —Haré que te creo —Dije y él puso el auto en marcha a quien sabe donde.

     Segundos después sacó su teléfono mientras estaba conduciendo y recordé que debía ponerme el cinturón de seguridad o Jeon me mataría tarde o temprano, lo ví marcar un número y luego pegó el gran teléfono a su oído.

     —En veinte minutos estoy allá —Dijo a quien sabe quién, ¿Iba a secuestrarme?— Sí, necesito ambos para estar seguro —Aquella persona le hablaba y sin más Jeon cortó la llamada.

     —¿A dónde vamos? —Pregunté. Fue lo único que se me vino a la mente.

     —Veremos a una amiga, no quiero que todos se enteren que engañé a mi prometida con una alumna —Respondió sin quitar su vista del camino, ni siquiera me dió aquella mirada rápida con sus ojos cafés o blancos.

     Ambos eran encantadores.

     —¿Te has acostado con ella? —Me miró con burla y yo fruncí el ceño, no era gracioso y tenía curiosidad.

     —No, pero si te apetece podemos hacer un trío —Lo miré con asco.

     —Eres un cerdo —Desvié la mirada a otro punto. Jeon llegaba a asquearme.

     Un sonido insistente invadió el interior del auto y menos mal que lo hizo porque empezaba a formarse un silencio incómodo, saqué mi teléfono del bolso pequeño que tenía conmigo y ví quien era la persona que llamaba insistentemente.

     —Hola, mi amor —Respondí apenas contesté la llamada.

     —¿Amor, en dónde estás? —Preguntó más que preocupado, mientras Jeon me miraba de forma extraña, estábamos parados en un semáforo en rojo— ¿Te sientes mal?, ¿Por qué no veniste a clases?, Ya te extraño —Sonaba tan tierno al teléfono.

     —Estoy bien, amor, estoy con una amiga yendo a una consulta, disculpa por no avisarte, no me extrañes tanto —Dije ignorando las miradas de Jeon, parecía todo un celoso y de esos que son patéticos.

[☪]

     Después de un largo trayecto llegamos a una gran clínica, caminé junto a Jeon sin separarme, era gigantesca y apenas las enfermeras nos vieron se acercaron a nosotros para decirle a Jung Kook que la gineco-obstetra llamada Young Ji Hye nos estaba esperando en su consultorio.

     Caminamos hasta donde nos habían indicado, aunque Jeon se sabía el camino de memoria, llegamos a la esperada puerta y él la tocó esperando el pase que llegó más tarde que temprano, abrió la puerta y me dejó pasar como tal caballero se hace creer que es, luego él pasó y me indicó que me sentara.

     —Veo que no es tu esposa —Jeon negó, haciéndome sentir mal, su prometida debería estar aquí y no yo— Mi nombre es Young Ji Hye, mucho gusto, ¿Y el tuyo es? —Preguntó con un bolígrafo en su mano, supongo que para anotar todo en esa gran libreta que tenía encima de su escritorio.

     —Soy Min Jules Hee —Estiré mi mano y la estreché con la suya.

     —Que sea rápido, Ji, no creo que mi hermana pueda cubrirme tanto en la universidad —Insistió Jeon viendo como nos presentabamos.

     —El que quiere saber si su amante está embarazada eres tú, nadie más —Ella alzó las cejas, tiene un gran carácter y eso me agradaba de ella— Entonces, no me digas cómo debo hacer mi trabajo.

     Espera, ¿Ella acababa de llamarme amante?, Ni amigos somos.

     —Por cierto, no soy su amante, sólo amanecimos desnudos en la misma cama, él es mi profesor de contabilidad —Expliqué, no quería que mi apellido fuera manchado por una simple equivocación.

     —Sea cual sea su relación, te revisaré de todas formas de manera completa, desde tus pechos hasta tus ovarios —Asentí algo nerviosa, ni sabía porque lo estaba, ¿Y si de verdad estaba embarazada?— ¿Has tenido algún malestar?, ¿Mareos, vómitos, náuseas? —Negué ante sus preguntas— Bueno, algunas embarazadas son asintomáticas, es decir, que no presentan síntomas —Explicó.

     —Le dije que no estoy embarazada, pero no me escucha —Me quejé.

      —¿Qué no acabas de escuchar que algunas mujeres no presentan síntomas de embarazo? —Rodé los ojos— Hasta que los exámenes y revisiones no me digan lo contrario, seguiré creyendo que lo estás —¿En donde había quedado el Jung Kook lindo, amable y caballeroso?

     Se murió a tan sólo pisar la clínica.

     —Ahora lo que necesito es que salgas conmigo un momento —Él asintió— Y tu, Jules, necesito que pases a ese cuarto y te desvistas, hay una bata azul que debes ponerte, en unos minutos te veo —Asentí como una niña buena.

     —Gracias, doctora —Ella me Dedicó una sonrisa y salió con Jung Kook.

     Me puse de pie y caminé hacia la puerta que había señalado, la abrí y sólo ví una habitación con una gran máquina, una especie de cama, supongo que para revisarme, una camilla y la bata que dijo que debía ponerme. Me desvestí poniendo la ropa en un perchero que había junto a la camilla, me coloqué la bata y la doctora enseguida entró.

     —Quizás te resulte algo incómodo conocer a una de las íntimas amigas de Jung Kook y lo entiendo, es la primera vez que trae a una mujer aquí y eso me dice que te debe de apreciar mucho —Negué.

     —Se equivoca, sólo soy la solución a su más grande problema —Dije sin más, ¿Para qué mentir si era cierto?

     —Necesito ser lo más profesional posible, siéntate aquí —Señaló la especie de cama, hice lo que me pidió— Bien, necesito que coloques tus pies aquí —Señaló un posa pies derecho— Y aquí —Luego señaló el posa pies izquierdo— Arrímate un poco más —Hice lo que me pidió al pie de la letra— Perfecto, te presentaré a mi amigo, es como una cámara pequeña para ver dentro de tu vagina y aquí —Señaló una pequeña pantalla a mi lado— Podrás ver, lo que yo realmente veo —Asentí y sin más, comenzó con ese aparato de forma circular, viendo en la pantalla mi vagina en todo su esplendor.

     —Ya puedes cerrar las piernas —Jaló una parte de la cama especial y apoyé mis pies— Espero y no te incomode, pero necesito revisar tus senos.

     —No, claro que no —Se acercó a mí y palmó cada uno de mis senos con suavidad— Están perfectos ¿Alguien en tu familia sufrió cáncer de mamas? —Negué rápidamente.

     —No que yo sepa —Respondí rápidamente.

     —Ahora te haré un eco —Acercó otra máquina y echó un poco de gel en la parte de mi vientre, más arriba de mi intimidad.

     Estaba nerviosa y al parecer ella igual, le temblaba la mano, pero respiró profundo y lo hizo, examinaba mi interior, revisando mis ovarios, las trompas y demás.

     Podía verlo todo en esa pantalla.

     —Perfecto, vístete y nos vemos afuera —Asentí y ella salió segundos después, dejándome sola en el pequeño cuarto.

Gracias por leer💕

CORREGIDO: 05/06/2020.