|☪ Cᴀᴘ. 013 ☪| ᴅᴀɴ̃ᴏ ɪʀʀᴇᴘᴀʀᴀʙʟᴇ ✔
M. Jules Hee;
—Por eso debes huir... —Fue interrumpido por unos tacones que resonaban en la cocina, muy cerca de nosotros.
—Alfred, ve al sótano, necesitamos más vino —Él sólo asintió y con su mano, me entregó algo discretamente, pasándolo de su mano a la mía— Eres tan linda, —La señora Jeon se acercó a mi a paso moderado y tomó un mechón de mi cabello, tomándome desprevenida— pero no serás suficiente para él —La miré más que confundida.
—¿Cree que su hijo y yo tenemos algo? —Reí amargamente— Se equivoca, soy demasiado para él y no podrá con el paquete completo —La señora me miró atónita, ¿Pensaba que me iba a quedar callada o que sería sumisa?, Que siga soñando.
—Mi hijo se casará con mi hermosa nuera, ahora está embarazada de mi nieto y lo único en lo que puedo preguntarme es, ¿Cómo se puede ser tan descarada en la vida? —Alzó una de sus cejas.
Se acercaba un poco más e invadía mi espacio personal.
—¿Descarada?, No vine para quitarle al papá de su nieto, vine por una invitación de mi ahora mejor amiga, pero si le soy sincera no estoy para un interrogatorio, hoy no —Me separé de ella y le quité mi mechón de cabello con el cuál ella jugaba— Si me disculpa, iré a mi habitación. No me siento bien —Dicho y hecho, desaparecí de la cocina y de su vista.
—¡Jules! —Me llamó Sook, pero sólo la ignoré, quería ir a la habitación en donde dormiría.
¿Qué se cree esa señora?, ¿Qué su hijo es inalcanzable?, ¿Qué jamás seré suficiente para él?, ¡Ni siquiera me gusta!
Al entrar a la habitación, me quité los tacones y el costoso atuendo que llevaba, sentía que me estaba asfixiando en el. Tiré todo al suelo, busqué un pijama cómodo y me lo puse sin pensarlo dos veces. Tomé la pequeña nota que había dejado en la mesita de noche y me senté en la cama para leerla: “Si entras, jamás podrás salir. Tu vida se volverá un laberinto”. Releí varias veces lo que decía y no pude descifrar su significado.
—¡Maldita sea! —Grité tomando una almohada, poniéndola en mi rostro.
Unos minutos después, escuché varios golpes en mi puerta, lo menos que quería el día de hoy era discutir con Sook, ella ha sido muy buena conmigo.
—Sook, por favor no estoy de humor —Me aferré a la almohada, era tan cómoda.
Hizo caso omiso y la puerta se abrió, quité la almohada de mi rostro dándome una vista no tan perfecta de un descerebrado Jeon con su camisa blanca abierta, con un pantalón negro con diseño y despeinado, ¿Qué hacía él así y en mi habitación? Cerró la puerta después de entrar y sentí como me costaba respirar, su abdomen muy bien marcado me hacía pensar en cosas muy morbosas, pero por el pequeño trauma que tenía dentro de mi, mis pensamientos volvieron a la normalidad; subí mi vista y me concentré en sus ojos, estaban algo oscuros, más de lo que siempre estaban.
—¿Está bien? —Preguntó acercándose a mí e incluso se sentó a mi lado en la cama. Asentí— No me mienta, señorita Min, dime qué es lo que le pasa —Lo miré a los ojos sin disimulo, dispuesta a contárselo todo, pero enfocó algo con su vista— Si entras, jamás podrás salir. Tú vida se volverá un laberinto —Leyó lo que me había escrito Alfred. Su rostro cambió drásticamente, tenía tensa la mandíbula y frunció su ceño— Maldito viejo.
—Jung Kook, quiero que salgas de aquí, ni sé que haces aquí, ni amigos somos —Pedí de forma amable. Él por su parte sólo me miraba.
No sólo me mires, pégame contra la pared y penetrame de una sola estocada
—Dime que te dijo de mi familia —No contesté y desvíe la mirada— ¿Ahora me tienes miedo? —Con su dedo índice hizo que lo mirara y en sus ojos pude ver el miedo. Ese cuando te descubren haciendo una travesura y no quieres que te regañen.
—Jung Kook, sólo quiero que te vayas —Pedí nuevamente— Odio que me vean la cara de estúpida, cuando sabes perfectamente que no lo soy —Continuo, pero de pie, fuera de la cama— ¡No sé quiénes son o ha donde me he metido, pero lo único que sé es que, quiero que te vayas de mi vida! —Grité. Él se levantó y se acercó a mí— También estaría conforme si te vas de esta habitación ahora, no quiero discutir contigo.
—No sé si lo notaste, pero estamos en mi casa, puedo salir de esta habitación si me da la gana o no y adivina, no quiero irme —Sonrió— ¡Me importa una mierda lo que te haya dicho el viejo, además tú haces lo que yo te ordene!—Se alejó de mi y me dió la espalda.
Busqué con mi vista mis zapatillas, dispuesta a ponermelas para salir corriendo de esta pesadilla.
—¿A dónde vas? —Preguntó girándose rápidamente al escucharme como buscaba en mi bolso mis zapatillas.
—Con Alfred o Sook. Quiero irme de aquí —Sentí unos pasos aproximándose a mi y un dolor en mi cuello se hizo presente, acompañado de una asfixia.
Jung Kook me había levantado del suelo por el cuello, me estaba asfixiando, él iba a matarme y no sé qué otras cosas podría hacerme si estoy en su terreno. Miraba sus ojos con miedo, los suyos brillaban e intentaba mezclar ambos tonos de sus ojos, cafés y blancos, pero jamás se volvieron uno, era como una batalla para saber cual color predominaba, sólo me asusté más, ¿Qué le pasaba?, Aún no quería morir y menos así. Con mis manos intenté zafarme de su agarre, pero era ¡Inútil!, Recurrí a lo primero que haces cuando estás en este tipo de aprieto, suplicar por tu vida.
—Jung Kook. Suéltame. Por favor, no quiero morir —Me salían palabras entre cortadas, la falta de aire en mis pulmones y de oxigenación en mi cerebro se hacían cada vez más presentes— Te lo pido, no diré nada —Veía la furia en sus ojos y eso me aterraba.
Jamás me hubiese gustado ver esta faceta de Jung Kook. Segundos después, me encontraba recobrando el aire en el suelo de rodillas, me había soltado y él sólo se pasaba las manos por su gran cabellera de color negra.
—Min Jules Hee, yo lo siento, eso jamás debió pasar —Se sentó en la cama y yo me puse de pie, intentando no caer de nuevo al suelo.
—¿Qué harías, matarme?, Casi lo logras, Jeon. Ahora, ¡Largo! —No se inmutó. Y ahí estaba yo, lidiando con un loco y además, sordo— ¿Acaso no escuchaste? —Hablé de nuevo acercándome a él, quería intimidarlo mientras él estuviera sentado.
Cuando quedamos frente a frente, no tan literal, pero jamás despegamos nuestras miradas, él me tomó de la cintura, metiéndome entre sus piernas, chocando contra su pecho, mientras él quedaba a gusto en los míos. Una gran corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo al sentir sus manos en mi espalda desnuda, había metido sus manos debajo de mi blusa, iba a detenerlo, pero sus ojos me pedían a gritos que no lo hiciera y eso hice, me dejé llevar por las millones de sensaciones que estaba teniendo. O tal vez no.
—¿Qué estás haciendo?, Tu esposa debe de estar esperándote —Sentía su boca moverse encima de mis pechos— Jeon...
—Demostrarte que sólo eres un juguete —Abrí mis ojos más de lo normal y sin pensarlo estampé mi mano en su mejilla izquierda.
—¡Eres un animal! —Estaba furiosa.
Me cansé de ser el juguete.
—¿Quieres que te demuestre que tan animal puedo ser? —Rodé los ojos y le dí la espalda.
—Sólo vete.
[☪]
—¿Te ha hecho daño?, Puedes confiar en mí, Jules. Él no sabrá que me dijiste —Asentí— Él prometió que jamás iba a tocar a una mujer —Puso ambas manos en su rostro para empezar a sollozar— Todo es mi culpa, jamás debí invitarte, él es un abusivo, mi madre una interesada y mi padre un estafador, el único normal es Jung Hyung y yo, no sabes cuánto lo lamento —Tomé ambas manos para retirarlas de su rostro, así garantizaba que me mirara al rostro.
—Sook, mírame —Pedí— Estoy bien, sólo Jeon me dejó unos moretones en el cuello, nada que no pueda tapar con una bufanda o maquillaje, en algún momento se quitarán, no es tu culpa —Le sonreí y cesó su llanto.
—No, tu no entiendes —Su mirada cambio a un semblante serio— No parará y aunque sea un buen hombre, no dejará de hacerlo. Fue por su crianza y por las cosas que le pasaron, Jules —No comprendía sus palabras.
La miré confundida. —No entiendo lo que me dices, Sook —Fue interrumpida por la mesera que traía nuestras órdenes.
—Disculpen por molestarlas —Puso el plato correspondiente enfrente de cada una de nosotras— Espero y lo disfruten —Hizo una reverencia y se desapareció de nuestra vista.
Se veía realmente delicioso, al despertar por la mañana, Sook me invitó a desayunar antes de dejarme en mi casa, no pude negarme y aquí estaba frente a un café con leche, waffles y jugo de manzana, mientras que ella pidió unos beagles con una malteada de fresa.
—¿Te contó sobre su crianza? —Negué cortando un poco de los waffles, ¿Ella cree que tuvimos una conversación amena?, Eso sólo pasa en telenovelas— Mi padre siempre quiso que Jung Kook fuera fuerte, ya que él sería el próximo heredero de los bienes y la empresa. Así que le regaló un ave mensajera y le ordenó que la educara... —La interrumpí. No me podía quedar callada.
—¿Y eso que tenía de malo? —Mi ignorancia salía a la luz.
—Jung Kook hizo lo que mi padre le había pedido, con amor y paciencia el ave respondía a todo sus mandatos. Orgulloso de sí, fue hasta donde mi padre y le mostró lo que había logrado; mi padre negó y le dijo con rabia: "no lo educaste, sólo le enseñaste a amarte" y sin más le rompió el cuello al ave. Mi hermano lloró por muchos días y desde aquel suceso, nada volvió a ser igual. Nadie lo a visto llorar.
Estaba sorprendida y con una inmensas ganas de llorar, ¿Cómo le podías hacer eso a tu propio hijo?, Puedo entender que lo quería hacer fuerte, pero hay otras formas de lograrlo.
—Jules, que no te sorprenda, aunque tenga esa fuerte coraza, no quiere decir que debajo de ella no exista un chico tierno, detallista y romántico —Sonrió— Hablaré con mi hermano... —Detuve lo que estaba diciendo.
—No es necesario. Yo puedo encargarme de eso —Sonreí. Lo más fingido que pude— Sigamos desayunando.
Había quedado complementa traumada.
Pregunta seria, ¿Les está gustando o la mando a borradores?
Nos vemos el JUEVES💕
GRACIAS POR LEER😍
CORREGIDO: 16/05/2020.
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