Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

『 13 』

—Alteza, los hermanos Weterford han llegado. Y desean hablar con usted —llegó Gregory con un muy claro presente ceño fruncido.

Ni siquiera habían avisado, uno tocó la puerta y cuando él la abría el otro se coló rápidamente, observando cada pintura que se encontraba de los Arendelle como el metiche que era . Y no recordaba que el rey Marco comentara que en la próxima visita irían sus primogénitos.

De haber sabido se hubiera preparado mentalmente para lidiar con más idiotas.

—Gracias Greg, comunícales que ya voy —cerró fuertemente el libro que leía.

—No es necesario majestad, hemos podido escucharla —y cuando menos lo esperaba, había un chico castaño tomándola de la cintura.

Ella se gir9 abruptamente, alejándose del muchacho.

—Disculpe, ¿quién es usted? —preguntó, con un tono bravo en su voz.

El joven de ojos cafés comenzó a carcajearse. Mientras que el otro rodaba los ojos, fastidiado por el comportamiento de su hermano mayor.

¿Y quién no? Estaba comportándose como todo un patán.

Hizo una pequeña reverencia acompañado de algunos guiños.

—Su majestad, yo soy Eugene Weterford, uno de los doce hermanos mayores de Hans —tomó la mano de la rubia, y depositó un beso corto en sus nudillos.

Realmente es como lo dijo Hans, coqueto y creído.

Era claro que le había advertido acerca de sus hermanos.

Eugene, a pesar de ya tener novia, era alguien el cual le gustaban demasiado las mujeres. Y si eran hermosas y difíciles, mucho más.

Hiccup era más tranquilo. Lo que al pelirrojo le sorprendió porque cuando eran pequeños, era de los que lo molestaban mucho. Y seguía haciéndolo, pero nunca pasó de comentarios pretenciosos o groseros.

Era el que más le agradaba de los varones de su familia.

—Él es mi hermano Hiccup Weterford. El mayor domador de caballos salvajes —alardeó el de ojos claros.
El mencionado sólo asintió amable.

—Hola. Ahm, lamento estar confundida. ¿Pero ustedes por qué han venido? Esperaba al rey Marco, o siquiera al heredero de las Islas del Sur —y enarcó una ceja, burlona.

Este comentario hizo enojar a Eugene, y al ojiverde reírse de su reacción.

Claro que fue a propósito.

—Él se encuentra atendiendo asuntos de la boda de mi hermano Jason. Por lo cual nos mandó a nosotros dos para saber el comportamiento del cretino de Hans —sonrió Hipo con un poco de hipocresía.

Elsa le daba gracias al cielo de que no le había tocado una familia así, llena de rencores y falsas emociones. No podía imaginarse qué sería de ella en un entorno como en el que creció Hans.

—Oh, eso no se discute conmigo, príncipe. Si no con mi compañero Michael, él ha llevado un registro sobre todos los trabajos y el desempeño que el príncipe Hans ha invertido en su castigo.

—Me sorprende que ése inútil sepa hacer algo —susurró Hiccup, con la mirada baja.

No sabía por qué, pero cuando el domador de fieras la miraba a los ojos, se le hacía conocida, y un poco intimidante.
Lo más tonto de todo es que no sabía por qué, ya que su complexión no era mayor que la de él, pequeña espalda, pequeña cintura, pequeñas manos. ¿Qué daño podía hacerle?

Aunque su instinto de peligro no lo dejaba en paz.

Era algo que iba a estar en su cabeza por largo tiempo.

—Síganme, yo los guiaré con él —caminó hasta la parte lateral del castillo, pasando puertas y paredes para poder llegar hasta él.

—¡Reina Elsa! —chillaron los niños que corrían en los alrededores.

La más pequeña del grupito saltó hacia ella, la rubia fue creando bajo sus pequeños pies montos de nieve. Que iban subiendo hasta llegar a los brazos de Elsa.

—¡Hola preciosa! ¿Qué tal tu día? —le hiz una bonita corona de hielo a la castaña.

—¿Podemos comer galletas doradas? —suplicaban con ojitos de cachorro.

—¿Se van a portar bien con sus padres? Porque si ustedes desobedecen Marjorie ya no les dará más galletas.

—¡Sí nos portaremos bien! ¡Lo prometemos!

Hiccup observaba con atención el trato que ella les daba.

No parecía ser el monstruo que su padre les había dicho que era. Frunció el ceño confundido.

"—Ella no les tendrá piedad, es una asesina a sangre fría. Créanme, esto que hacemos es con el único objetivo de proteger al mundo de sus poderes".

—Disculpen a la reina, como verán es muy querida entre los niños. Si gustan, yo seguiré atendiéndolos —les comentó el consejero de la rubia.

Pero los Weterford estaban muy ocupados como para prestarle atención; uno le miraba el trasero a la reina y el otro mantenía una cara seria.

Realmente molestos. Menos mal que estos rufianes no gobernarán nada nunca, pensó Gregory.

—Vayan a jugar, que tengo trabajos reales —ella les guiñó el ojo a los chiquillos, y éstos, con mirada cómplice, corrieron hasta la cocina.

—Michael, ¿qué tal? ¿Podrías darme el registro de trabajo de Hans? Por favor —sonrió.

—Claro majestad, aquí tiene —sacó un cuadernillo de la mochila que colgaba de su hombro y se lo entregó a la rubia.

—Listo, esto es lo que necesitan para comprobar su servicio comunitario —y cuando extendió el objeto, sonrió de la forma más falsa y arrogante posible.

Nunca había sacado esa faceta. Pero de tan sólo pensar que estos dos hicieron muy difícil la infancia del pelirrojo, le hervía la sangre del coraje.

—Gracias —susurró Hiccup, dirigiendo su mano a la libreta.

Hiccup sabía bien cómo distinguir a algo o alguien que será un problema para su futuro o el de la familia.

Y también sabía, que Elsa sería uno de esos inconvenientes. La pregunta era ¿cómo?

Editado
Domingo 7 de Junio, 2020.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro