Único
🅻︎🅾︎ 🆀︎🆄︎🅴︎ 🆂︎🅴︎ 🅳︎🅴︎🅼︎🆄︎🅴︎🆂︎🆃︎🆁︎🅰︎ 🅴︎🅽︎ 🆃︎🆄︎ 🅼︎🅸︎🆁︎🅰︎🅳︎🅰︎
Ya había pasado más de dos meses que pudieron escapar con todo el dinero y de esos guardias enmascarados que los retenían como unos prisioneros que morían y cumplían sus pecados en ese enfermo lugar.
Por suerte pudieron salir todos ellos, justo de que se acabará el tiempo al jugar las canicas Sangwoo y Ali se las ingenearon para salirse con la suya y atacar a los guardias. Claramente fueron ayudados por los demás miembros del grupo.
Además, que mejor que la fuerza y el ingenio juntos, pues, ese era el dúo dinámico Ali y Sangwoo. A lo que Gi hun pudo apreciar por unos momentos ya que lo defendían de unos guardias que lo querían retener.
Ahora, en el presente, se encuentran en una casa mucho mejor de lo que hubieran imaginado. Cada uno se repartió el dinero y realizó sus asuntos pendientes con sus familiares y deudas.
Sae Byeok se encontraba ahora con su hermano juntos, como siempre lo anhelaron y ahora veía la manera de traer a sus padres a Corea, para así poder ser la familia que deseaban ser. Jiyeong había estado junto a ella apoyándola en todo lo que pueda hacer para así, recuperar esa sonrisa de aquella chica que lo mantuvo oculta durante varios tortuosos años.
Además, ambas querían cumplir en ir a la isla Jeju. Es lo que ambas querían y deseaban, más Saebyeok que llevaría a su hermano y madre con ellos.
Ali lo primero que hizo fue contactarse con su amada esposa e hijo.Quería saber cómo se encontraban ambos, ya que eran personas muy importantes que si les ocurría algo, no lo podría soportar.
Sangwoo fue literalmente corriendo a visitar a su madre, antes tuvo que asearse y comprarle un lindo regalo y las flores favoritas de su madre. Extrañaba tanto la calidez y amor de su progenitora que hacía que nunca más se separara de ella.
Gi hun, el simplemente fue a llevar a su madre al hospital sin antes darle un gran abrazo y un montón de besos en su arrugado rostro que hizo que se sorprenda y le reprendiera en dónde estaba. Él no le dijo nada, no quería preocupar a su madre así que solo la hizo razonar de hacerse ese tratamiento de la enfermedad que tenía, convenciendo a la señora después de veinte minutos.
Todos estaban totalmente felices, hasta el señor Il Nam que se encontraba con ellos lo que le quedaba de vida.
Ahora se encontraban cocinando Jiyeong junto a Ali y pequeñas ayudas de Gi hun que hacía que los tres tengan un mandil rosa sujetado a sus cuerpos.
Aquel olor de la comida pudo atraer al sereno Sangwoo que estaba pegado a su computadora realizando su trabajo de todos los días. Y allí lo vió discutiendo con Jiyeong sobre echarle más agua al arroz o no.
En su mirada se veía como miraba hacia la chica con reproche mientras hacía un leve puchero con sus labios color cereza. Se notaba que estaba confundido y a la vez frustrado porque era la tercera vez que se le quemaba el arroz, por lo que tenía miedo que haga el mismo error muchas más veces.
Hasta que el Ángel de la casa intervino.
—Disculpen el pollo se está friendo demasiado—Agregó Ali quitando del camino a los dos que seguían con su debate que parecía interminable—.
Sangwoo suspiró al ver el comportamiento infantil de su amigo de la infancia que hasta parecía perrito regañado por su dueño.
—¡Eh! Sangwoo acomoda la mesa, ya que estás aquí—Replico la joven bajita como si se tratara de su madre—.
En realidad, ni su madre lo trataba así.
—Voy, voy—Respondió acomodando sus lentes y empezó a buscar individuales, cubiertos o palillos y demás—.
Sin embargo, disimuladamente veía como Gi hun tenía amarrado en una pequeña cola sus cabellos desordenados que se le pegaban un poco en la cara.
Este se encontraba haciendo una pequeña ensalada para acompañarlo con el arroz y el pollo. Se le veía tan concentrado que decidió acercarse un poco y mirar lo que hacía, soltó una pequeña risa al ver la dificultad de cortar unos simples limones.
Ante ello, Gi hun dió un pequeño salto y resultó un pequeño corte en su dedo.
—¡Ouh!—Dijo frunciendo un poco el seño y miraba hacia Sangwoo, para que el índice dejará de sangrar estaba por meterse el dedo a la boca—.
—¿Sabes cuántos gérmenes y bacterias puede haber en tu boca? vas a infectar la herida—Dijo tomando su mano y lo lavo en el fregadero, luego busco en uno de los cajones una pequeña curita de diseño de los pitufos, y se lo colocó a su contrario—Mucho mejor.
—Oh, ¡gracias Sangwoo-ah!—Le sonrió con cariño al anterior mencionado, este solo lo miro por unos segundos—.
Allí vió de nuevo ese brillo especial que brindaba a aquellas personas especiales como lo era él. Su mirada dice mucho más de lo que su parlanchín amigo puede hablar.
Después de eso, quedó en un silencio un poco incómodo y ambos hombres ya mayores decidieron voltear para encontrarse con cuatro pares de ojos en sus figuras.
—Parecen una pareja de esposos recién casados—Murmuró la joven desviando la mirada hacia una de las ollas que estaba removiendo su contenido—.
Ante eso, Ali le dió un codazo por ser poco discreta al observar las expresiones contrarias, uno estaba con el seño fruncido y mirada totalmente filosa y el otro estaba cubriéndose la cara para que no se note su gran sonrojo.
—¡Es verdad! Miralos, pareciera que Sangwoo hubiera venido de trabajar de una empresa y Gi hun lo estuviera recibiendo con todo el esmero posible—Agrego creando una pequeña historia en su cabeza sin sospechar de las miradas frías de nuestro personaje de lentes—.
—Muchas comedias románticas por hoy—Dijo una voz que se acercaba hacia la cocina para verificar si habían muerto o no—¿Que cocinan?
—¡Sae byeok! Estamos haciendo pollo frito—Dijo sonriente la castaña—Ven, siéntate, ya vamos a servir.
—Pero todavía no está el-
—¡Dije que ya vamos a servir!...en unos minutos—Sonrió mientras le daba una clase de tics en su ojo izquierdo—.
—Bien, bien, ahora terminó la ensalada—Hablo Gihun, luego imitaba a Jiyeong al hablar haciendo muecas graciosas dónde no lo viera—.
Eso hizo sonreír a Woo que trataba de ocultarlo con una mano en su boca.
—Hyung, si quieres puedo ayudarte—Agrego mientras se acercaba a Gihun, este negó rápidamente mientras hacía una sonrisa algo boba—.
—No te preocupes Sangwoo-ah, puedo hacerlo yo solo—Respondió.
Su contrario se lavó sus manos y se puso detrás de Gihun, este tenía una carita confundida.
"Lindo"
Se dijo así mismo desviando un poco su mirada.
Después, puso sus manos sobre las del chico con mandil rosa haciendo que este procese la situación con la que se encontraban.
—...¿Sangwoo?
—Mira Hyung, se hace de esta manera—Le dijo con voz serena y calmada que hacía que Gihun se durmiera ahí mismo—.
Este prestó atención a los movimientos del más grande, pero la concentración era la mínima al sentir la respiración tranquila del otro en su cuello, la cercanía que había entre ambos cuerpos, el cómo lo sobrepasaba de altura lo hacía desear que lo abrace y lo tenga entre sus brazos.
Eso lo puso nervioso y no era su intención querer demostrarlo en su mirada.
—¿Entendiste?
Y se safó de ahí, de ese agarre que lo tenía sometido el mayor. Trató de darle una sonrisa convincente pero más salió una mueca.
—Si, gracias. Ahora vuelvo—Dijo al irse corriendo hacia los baños—.
Al entrar se sentó en el inodoro y vió fijamente su pantalón. Había un pequeño bulto que deseaba salir a satisfacerse.
—Maldición—Dijo colocándose una mano en su cabeza, maldita imaginación—.
Después de lamentarse por diez minutos, decidió calmar su erección. De todas formas, no había de otra ya que la mayoría se daría cuenta de ello, además de sentirse tan doloroso al estar apretado en aquellos jeans.
Lentamente fue bajando su cierre y desabotonando cada botón que había en su pantalón.
Luego bajo todas sus prendas de abajo y sacó su miembro erecto, trato de pensar en actrices o escenas que involucraban placeres en todo su cuerpo pero todavía no dejaba de pensar en la respiración tranquila en su cuello, la sensación de calidez en su espalda por el calor que irradiaba el cuerpo de Sangwoo que lo hacía sentir especial por tener un amigo así.
Si es que puede decirle amigo.
Masajeo aquella extensión de manera tortuosa y lenta, como a él le gustaba. Por más que pensara en chicas aquel chico de lentes aparecía en su mente, con aquella mirada dominante sobre el, mientras su única prenda que tenía fueron sus pantalones.
Mientras que sus cabellos se pegaban a su frente, un poco cansado estando arriba de él.
Se dejó llevar por aquellas imágenes mentales y los movimientos eran mucho más rápidos mientras soltaba algunos jadeos y gemidos bajitos para que sus amigos no escucharán nada, mucho menos Sangwoo.
—Ah, Sangwoo...
Y toda su fantasía acabo cuando dos toques en la puerta lo despertaron y aquella voz que lo hacía suspirar resonó en sus oídos.
—¿Gihun? Ven ya vamos a cenar—Dijo con aquella voz ronca y varonil que hacía temblar las piernas a cualquiera, y de ese grupo está Seong Gihun—.
—S-San-Sangwoo, si, y-ya voy—Su voz salió un tanto aguda y cargada de deseo que el contrario no dijo nada al respecto por unos segundos—.
—Hyung...
—Mhm
—Dejame entrar
Sonó tan demandante, pero no quería que lo viera así tan sucio y perverso. Temia a qué su amigo lo odie por el resto de su vida.
—¿Hyung?...vamos déjame entrar, ¿Acaso no quieres que vea algo?
Pero no hizo caso, a lo que el mayor abrió con fuerza encontrándose a un ser indefenso tapándose su parte íntima con ambas manos y con un tremendo sonrojo en sus pómulos que llegaba hasta las orejas.
Se sintió superior, intimidante que con lentitud puso las manos en la cerámica que adornaba la pared, dejando sin escapatoria al de cabello largo que lo miraba con ese brillo que demostraba lo avergonzado que estaba y que se posaban algunas lágrimas gruesas que deseaban derramarse pero que eran sometidas por el agarre firme que hacía para que no lo haga ver más patético de lo que ya se demostraba.
—¿En qué pensabas pequeño diablillo?—Dijo con aquella voz gruesa y fuerte que hasta te podía derretir poco a poco—Eres tan lindo—Dijo eso en un pequeño susurro—.
No podía responder a aquella interrogante, se sentía tan intimidado por la anatomía que lo acorralaba contra la cerámica que no se dió cuenta de la cercanía que había entre sus rostros y como la respiración de ambos se mezclaba de una forma intensa.
Deseaba tanto tener aquellos labios sobre los suyos que se inclino hacia él dejando sorprendido al contrario que disfrutaba los movimientos suaves y delicados de Gihun.
Se rió entre el beso mientras volvía más intenso aquella conexión de bocas, Gihun se percató de que alguien sostenía su miembro y que aquella grande mano realizaba un Vaivén que hacía que el menor soltará gemidos agudos y jadeos que excitaban al mayor y hacían que continuará con mucha más confianza.
Siguieron así como unos minutos más y el menor cada vez hacía mucha más aguda su voz como si de una mujer se tratara.
—Ah, ¡a-ah! e-espera voy a—Un beso lo hizo interrumpir, y grandes chorros de aquel líquido blanco mancharon el abdomen de ambos— P-Perdón...
Una sonrisa apareció en aquel hombre con lentes, tan bonita a la vista pero que duró poco tiempo al ser llamados por milésima vez para cenar.
Lo último que hicieron fue acomodarse y asearse un poco para que no sospecharan de lo que había pasado.
—Seong Gi hun—Se le escuchó al mayor decir mientras lo miraba de una forma intensa—esto no acaba aquí
En eso sintió como le dejaban un beso en la parte de su nuca haciéndolo saltar como si hubiera visto a un fantasma.
Ambos salieron y fueron regañados por la de menor altura, que parecía furiosa por ver qué la comida que había preparado ya estaba fría. Gi hun no pudo aguantarse
—Es mejor que comer comida quemada...
—¿Decías?
—Que está rica la comida—Y se metió una gran cucharada de arroz, para no seguir hablando—.
Todos se quedaron en silencio pero antes habían agradecido la comida que ya estaba servida, y con todas las ansias del mundo se pasaban la ensalada que al parecer parecía que iba a faltar.
Jiyeong y Ali se pusieron contentos al ver que les gustaba la comida.
Todo siguió normal y se pusieron a conversar de lo que habían logrado con aquel dinero, hasta se encontraba el hermano menor de Sae Byeok.
—¿Y cómo se encuentra tu madre, Gihun?—Preguntó el señor Il Nam con una sonrisa en sus labios que fue correspondida por el anterior mencionado—.
—Después de los tratamientos ahora se encuentra mucho mejor—Dijo riendo bajito emocionandose de hablar como estaba el estado de su madre— Y usted ¿cómo se encuentra señor?
—Como siempre hijo, tiendo a olvidarme muchas cosas—Dijo con una pequeña sonrisa en los labios mientras se llevaba una cucharada de comida a la boca— pero después de eso todo va muy bien.
—Me alegro señor Il Nam, usted se va a recuperar— Dijo dándole esperanza a aquel señor quien sonrió en grande— Y tu Sangwoo, como está tu-
Y sintió como el de lentes agarraba su mano y lo colocaba justo en su entrepierna, al parecer todavía no se quedó satisfecho con lo anterior en el baño ya que ahora era él quien se encontraba en un estado medio acalorado allí abajo.
—¿Mi madre? desde que me vió está perfectamente, se le ve más alegre que de costumbre—Dijo luego de tomar de su bebida fría que se encontraba ya servida anteriormente—.
—Mmh
—¿Pasa algo, Hyung?—Preguntó de forma descarada mientras le sonreía cínicamente—.
—N-no estoy bien—Dijo algo encogido en su lugar así que dejó de pensar en ello y comenzó a comer—.
Sin embargo, la mano que retenía a la suya cada vez hacía más presión haciendo que aquel bulto se notará con mayor intensidad en su mano izquierda.
—Al parecer te está gustando—Dijo volteandolo a ver con aquella mirada que demostraba dominancia—.
—¡Si! Claro, claro, me está gustando mucho la comida—Este entrecerró los ojos mirándolo con enfado a lo que esté respondió con una risita—.
Por suerte, ninguno de los presentes se encontraba prestándole atención porque cada uno se encontraba en su propia conversación y otros simplemente se encontraban comiendo.
Gihun en un acto rápido empezó a masajear con la punta de sus dedos la parte baja de su contrario, en el que abrió un tanto los ojos sorprendido por la acción inesperada que produjo este.
La sonrisa del primer mencionado no podría borrarla ni Dios ya que de reojo vio como Sangwoo suspiraba un poco dejándose llevar por un buen rato, sentía como cada vez más la entrepierna del mayor se enduraba.
—Bien, quien se apunta para volver esto más emocionante—Habló la más alta con una sonrisa sacaba una bebida alcohólica—.
—Tengo que cuidarme, pero unas copas no me harán daño—Sonrió mientras aceptaba el vaso tendido—.
—¡Bien! Toma Ali—Este acepto gustoso y de poco a poco bebía para no emborracharse tan rápido—.
Gihun vió como Saebyeok ofrecía a todos los presentes —Excepción al más pequeño— un vaso de aquella bebida, solo quedaba él y era el que más emocionado estaba.
Pero ese vaso jamás llegó.
—¡Hey! ¡¿Y a mí?!—Contestó ofendido, se sentía como un adolescente que todavía no le permitían beber—¡Es injusto!
—La vida no es justa—Susurró Cheol siendo solo escuchado por el mismo—.
—Hyung, todos sabemos cómo te conviertes cuando te emborrachas—Dijo Alí el cual todos asintieron, hasta el señor de mayor edad—.
—¿Que importa? La vida es muy corta y Gihun está así por cumplir los cincuenta, ya está viejo el pobre no tan pobre—Dijo ahora Jiyeong que por tomar muy rápido su rostro estaba todo rojo—Ahora ve a servirme más, esclava.
Sae Byeok rodó los ojos y sirvió dos vasos más, dándole de mala gana al que reprochaba.
—Que conste que yo no lo voy a cuidar.
—Ya no soy un niño, puedo cuidarme solo—Dijo después de darle un sorbo—.
Pasaron las horas y ya iban por la cuarta botella, se oían risas y anécdotas totalmente fuera de la realidad pero para ellos era solo una cualquiera y que cada persona pasa por eso todos los días.
Los únicos cuerdos eran Sangwoo e Il Nam. Pero había algo malo en eso, el primero aunque no lo parezca odia tolerar con borrachos y el segundo es una persona mayor el cual no podrá cargar a algunos a sus habitaciones.
Esto será un desastre.
De un momento a otro, casi todos empezaron a bailar con canciones que aparecian en la radio. No importa si eran tristes, cada uno andaba en su ritmo.
Su mirada se posaba en el más alto, que se veía totalmente contento; el brillo de alegría y esperanza que producía en él seguía a pesar de haber pasado por tantas cosas horribles.
Su risa resonaba en sus oídos, parecía una hermosa melodía creada por los mismos ángeles, también, agradece que su "amigo" no pueda tolerar el alcohol, ahora puede mirar aquel trasero con más tranquilidad.
Aunque no debería cantar victoria tan rápido, ¿no?
Un niño de pequeña estatura se le acercó un tanto sereno.
—Señor, usted es un pervertido, ¿Lo sabía?
Aquello que escuchó no le agrado para nada, así que volteó a verlo con aquella mirada penetrante que te hacía correr y pedir ayuda.
—¿Y tú qué sabes? Eh, mocoso—Apartó su mirada y siguió tomando de su bebida que ya estaba casi vacía—Y no me digas señor.
De reojo veía como este se sentaba a su lado.
—¿Usted sabe cuántos miraron de esa manera a mi hermana? puedo reconocer esa mirada—Argumentó algo molesto, tampoco le gustaba que le llamarán "mocoso"—.
La verdad es que no se había puesto a pensar en como una mujer se sentía que la vieran con ojos de depredador, ni tampoco el cómo un niño de diez años podía darse cuenta de todas las cosas que pasaban a su alrededor.
Era admirable para alguien realista como él.
—Si quiere algo serio con él, tiene que decirlo—Aquel niño lo miraba con ojos comprensivos—Sino, se arrepentirá cuando la persona deje de esperarlo y haga nuevamente su vida.
Se quedó en silencio, aquel "mocoso" tenía razón. Si no se lo decía ahora puede que mañana o más tarde se aleje por cualquier circunstancia.
Estaba apunto de responder cuando sintió un peso sobre su espalda y unas manos tapaban sus ojos. Antes de eso, sintió unas palmadas de consuelo en su hombro y como unos pasos se alejaban.
—Sangwoo-ah—Pronunció algo coqueto y borracho—Adivina quien soy, una pista, soy alguien muy especial para ti.
—Hm, ¿Alí?—Se hizo el desentendido y sintió un puñete en su espalda, se rió ante esa reacción—Bromeo, eres tú Gihun Hyung.
—¡Felicidades! te ganaste muchos besos y un abrazo de oso—Ante eso sintió como los piquitos mojados en cerveza se posaban en todo su rostro y unos brazos rodeando su cuello—.
Se dejó mimar por unos cuantos minutos hasta que agarró el rostro del contrario haciendo que pare.
—Muy bien, me encantó el regalo pero ahora debes descansar, el Gihun consciente no me daría besos así como así—Habló viendo el puchero que se formaba el de cabello largo—.
—Lo haré si me cargas—Sonrió y el otro entrecerró los ojos pero de todas formas lo hizo, parecía como si un koala se aferraba a su bambú—.
Subió sin hacer tanto ruido y se acercó a la habitación del mayor, la abrió con bastante cuidado de no hacer caer a quién tenía en brazos y se acercó a la cama de este.
Con delicadeza lo arropó y estaba apunto de irse pero una mano le sostuvo una manga de su chaqueta que le hizo voltearse y ver aquel rostro sonrojado que miraba a un lado.
—¿Podrías quedarte? Porfavor...
No hubo ninguna objeción y solamente se arropó a su lado, sintió como era abrazado y como aquel pequeño rostro se fundía en su pecho sintiendo aquella colonia olor a naranja.
—Quisiera preguntarte tantas cosas en este momento—Susurró lo más bajo que pudo mientras correspondía el abrazo protector para porfin quedarse dormido—.
Y paso otro día, ya eran más o menos las seis de la mañana y no sintió nada al otro lado de la cama, pero al voltear hacia la pequeña terraza lo vió fumando apoyado en la barandilla de metal; se acercó con lentitud.
—Buenos días, Sangwoo-ah—Dijo sobándose un poco su cabeza mientras bostezaba—.
—Buenos días, Hyung—Dijo volteando a ver a su contrario—.
—¿Que haces aquí tan temprano?—Preguntó algo curioso mientras se acercaba y se ponía al lado—.
—Me es costumbre levantarme temprano—Dijo mientras volvía a colocarse el cigarrillo a la boca—Gihun
—Ah, si, mandé
—¿Porqué siempre me dedicas esa mirada solo a mí?
El más alto parpadeo confundido mientras lo veía con confusión, no entendía a qué se refería su amigo.
—¿Porqué tu mirada brilla cuando se topa con la mía?—Dijo esta vez viéndolo con serenidad y comprensión mientras se acercaba poco a poco, pero Gihun retrocedía al triple—.
—Yo...ehm—No sabía que responder a ello y solo balbuceaba palabras incoherentes—.
—¿Qué es lo que significa ese brillo para tí?—Dijo cuando vio que el menor no tenía escapatoria y puso sus manos encerrandolo—.
Paso un silencio matador para el más alto pero algo inquieto para el que dominaba.
—Lo siento—Pronunció el de cabellos largos mientras se tapaba el rostro—Yo no decidí enamorarme de tí, ni tampoco el de expresarlo con facilidad en mi mirada. Aún así, porfavor, no me odies por esto
Unos pequeños sollozos se escucharon que hicieron reaccionar al de cabellos negros, que fue quitando las manos de a poco, para luego sostener la carita con mejillas y nariz rojas del contrario.
—Hyung...
—Basta, se que sientes pena por mí. Pero no tienes porque hacer esto—Dijo con dificultad al hablar—Solamente te pido que no me odies, con eso me basta.
—Hyung, yo solo quería decir que-
—Esta bien, no hay necesidad de explicarte porque no es relevante—Lo interrumpió y Sangwoo veía como poco a poco el brillo desaparecía—Sangwoo tu siempre me-
Y ahora el fue interrumpido por algo que se posó en sus labios, y fue aquella boca que danzaba sobre la suya. Aquel beso demostraba el amor no expresado por mucho tiempo, se sentían libres de toda carga en sus hombros.
Sentían como si se hubieran liberado de su caparazón de amor "no correspondido".
—Gihun, solo quería decirte que me gusta que me mires así solo a mí, me gusta tu risa, me gusta tu alegría que produces en alguien tan frío como yo, me gusta que con tu simple mirada puedas crear emociones que ni yo podía expresarlas. Simplemente, me gustas, Seong Gihun
La sorpresa se reflejó en su rostro, tal vez no se esperaba esas dulces palabras del chico de lentes. Vió y analizó la sinceridad que había en su amorosa respuesta.
Lo miró a los ojos, se le veía algo nervioso por el simple hecho de morderse el labio inferior con algo de fuerza, eso hizo reír un poquito al más alto.
—Tu también me gustas, Cho Sangwoo—Dijo con todo el amor posible mientras rodeaba sus brazos alrededor del cuello del contrario—.
Y ante aquella mirada que se dieron ambos, se reflejaban a ellos mismos como la adoración que tienen por el otro.
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