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Episodio IV: Causa y Consecuencia

🚫ADNVERTENCIA🚫

Contenido delicado, descripción explicita. Mención de suicidio. No apto para sensibles. No repetir en casa. Absolutamente NO, copiar la palabras escritas.

Aviso de antemano que todo viene directamente de mi propio pensar.

Sin nada más que añadir, que disfruten de la lectura.

Lan Wangji fue felizmente arrastrado dentro del templo de Puji, por su sonriente madre y Hua Danxin. Sin mencionar a los niños que alegremente, saltaban a su alrededor por tener un nuevo invitado.

—¡Tian-gege, baba trajo un nuevo amigo! —exclamó un feliz Hua Yuan, ingresando al inmueble.

Lo recibió un adolescente de ojos suaves, devolviéndole la sonrisa al infante. Él se encontraba leyendo un libro de poesías, que Hua Danxin le había obsequiado el día de su ceremonia de entrega de espada además de unos cuantos accesorios que podría utilizar durante cacerías. —¿Es así, A-Yuan?

—Lo es, Tian-gege —lo apoyó Hua Yen— baba trajo al gran HanGuang-Jun, del que Laoye siempre habla.

Tang Tian se puso de pie inmediatamente, en el momento exacto que ingresaba el aludido por la puerta junto a su madre, y Hua Danxin. El joven se encontró conteniendo la respiración, cuando él y Lan Wangji quedaron cara a cara.

El Segundo Jade parpadeó unos segundos. Se volvió a su madre con una expresión interrogante. —¿A-Niang?

Madam Tang carcajeó. —A-Tian, él es Lan Zhan, de cortesía Wangji. Él es tu Segundo hermano mayor.

Lan Wangji boqueó, regresando su atención hacia dicho niño que le acababan de presentar. Abrió y cerró la boca. Tang Huifang añadió. —A-Zhan, él es Tang Tian, de cortesía FengYu. Es tu didi, hijo.

—¿didi? —murmuró el hombre incrédulo.

Hua Danxin habló por la mujer. —Es lo que quería mostrarte, Lan Zhan. A-Tian y tu madre, llegaron a mi hace un tiempo...

Ahí, el Joven le relató detalle por detalle qué fue lo que sucedió. Cómo su padre había salvado a Tang Huifang de la definitiva muerte, teniendo que huir de su propia secta; que ella en realidad, fue todos estos años inocente siendo víctima de miembros pertenecientes al consejo de GusuLan. Que, de no ser por Hua Cheng, ella y su bebé en gestación habrían muerto envenenados.

Madam Tang aportó por sí misma su historia, de cómo ella y Lan Minzhe se conocieron antes de casarse. La verdadera historia tras el asesinato del Maestro de QingHeng-Jun.

—Lan MaoYan intentó abusar de mí, pero no se lo permití —dijo la mujer con impotencia, rememorando aquellos días—...ellos lo sabían, pero lo encubrieron usando sus reglas a conveniencia.

Lan Wangji sintió a ira fluir en su cuerpo cuando su madre le confesó que, debido a aquel delito fue que añadieron cierta regla para tomarlo como base en su defensa. Afortunadamente, ella tiene los nombres de cada culpable para poder llevar a cabo su merecido juicio.

—Estoy tan feliz de verte, hijo mío —dijo la mujer, sin dejar de acariciar la mano de Lan Wangji. Este último, pensaba que, si se trataba de un sueño. No deseaba despertar jamás.

—¿Volverás a casa con nosotros? —preguntó el Segundo Jade esperanzado. No podía imaginar la alegría que sentirán tanto su padre como hermano mayor, cuando vean que su madre no sólo está viva; sino que además, ¡Tiene un hermano más!

Tang Huifang asintió. —Por supuesto. Sin embargo, aún no es el momento.

Lan Wangji frunció el ceño. Ellos se hallaba sentados cara a cara compartiendo una taza de té, mientras Hua Danxin, sus hijos y Tang FengYu practicaban con talismanes en el jardín del templo. —¿Momento?

—Mhm. Le prometí a Dianxia y Chengzhu que cuidaría de A-Yun —ella miró por la ventana, teniendo vista del susodicho que sonreía alegremente junto a los niños. Acción repetida por HanGuang-Jun, quien sintió su corazón latir desenfrenadamente al ver a su amado deslumbrando.

Tang Huifang de pronto dijo. —Sus recuerdos fueron sellados.

El hombre volvió hacia ella con un movimiento brusco. No esperaba que su madre dijera algo de tal magnitud. —¿Sellados?

Mirándolo, ella respondió. —Sabes a qué me refiero, A-Zhan; conocer a A-Yun desde antes, ¿no es verdad?

El Jade abrió y cerró la boca; presionó uno de sus puños, sobre su túnica. —¿Q-Qué sucedió con Wei Ying?

Suspirando, Tang Huifang le sonrió con tristeza. —La pregunta correcta sería ¿Qué no le sucedió? —agitó suavemente su cabeza— ese pobre niño ha sufrido tantas cosas inmerecidas. Es triste ver ese tipo de situaciones, cuando de un corazón tan bondadoso se trata, A-Zhan.

Por alguna razón, aquel dolor que ha estado frenando durante años. Nuevamente comenzaba a intentar salir a flote. Conteniendo el nudo en su garganta, Lan Wangji preguntó. —¿Puedo saberlo?

—Por supuesto, hijo.

Y así, su madre le relató lo que Hua Cheng y Xie Lian le contaron. Cómo hace veinte años atrás, el hijo del Emperador Marcial Celestial y el Dios Rey Fantasma Supremo fue sacado del vientre de su madre sin que este se diera cuenta; los mimos Dioses Marciales pertenecientes a la Corte celestial, habían planeado aquello de antemano temiendo que un descendiente de Dos Dioses poderosos llegara al mundo. Sin mencionar la envidia generada por aquello mismo.

Aquellos Dioses, llevaron al hijo de Xueyu Tanhua y Taizi Dianxia hacia otra dimensión. Según les relataban ellos a Madam Tang. Debido a que era apenas un ser en gestación hecho de energía, buscó a alguien poseedor de una fuerza única para poder refugiarse. Es así, como llegó al vientre de la cultivadora de SanRen.

Cangse SanRen, esposa de Wei Changze dándolo a luz. Por lo tanto, aún siendo concebido por los Dioses, creció en el vientre de la mortal y nació de ella; teniendo su sangre, como la del ex discípulo de Jiang. Así que, aquello lo convirtió en hijo de cuatro personas.

—A-Se era una amiga querida mía, A-Zhan; puedo asegurarte de que A-Yun, tiene tanto de ella como de Changze. Así como también de Chengzhu, y Dianxia. —sonrió melancólica la mujer.

Ambos Dioses buscaron sin descanso alguno a su hijo; ambos sin dudar un solo segundo, sin rendirse incluso cuando las cosas se complicaban y el destino no estaba de su lado. Con ayuda de otros seres superiores, llegaron a este mundo a base del sufrimiento que su pequeño Hua Yun estaba pasando.

¿Podrían imaginar el dolor de unos padre que, años de buscar incansablemente al fruto de su amor, al encontrarlo fuera en las condiciones que lo hicieron?

Ver a tu hijo, tu todo.

En el suelo, sin vida, sobre un charco hecho de su propia sangre.






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En ese entonces, Wei WuXian llegó a las fronteras de Jiangsu.

A pesar de que sintió después de tantos años esa libertad tan anhelada. El dolor en su alma y corazón, fue demasiado para llevar.

Incluso sacando lo que tenía dentro, por medio de lágrimas y escribiendo una última carta. Nada cambiaria el sufrimiento de años. Ni un día, ni una semana. Ni menos, cuando no tenía a alguien que lo sostuviera cuando estaba rindiéndose. Él, al final, había decidido terminar con su vida.

Aquel fatídico día el niño sacó su espada de su funda, apreciándola como la primera vez que sostuvo su arma. Su adoraba Suibian, su mejor compañera.

"—¡Woah! ¡Es tan genial! ¡Muchas gracias, Jiang-shushu!"

Sonrió a los cielos cerrando los ojos.

"—¡Mira Jiang Cheng! ¡Ahora los dos, podremos volar sobre las nubes juntos!"

Lágrimas derramándose por sus mejillas.

"—¡Lan Zhan, Lan Zhan, mírame!"


Con un movimiento de su muñeca, deslizó la hoja por su cuello.

¿Se puede sentir cansancio o tristeza sin saber el porqué?

Cuando respiro, cuando sonrío, cuando como.

No existe una motivación para mi existir.

¿Por qué es tan difícil acabar con todo esto de unas vez por todas?

¿Por qué el suicidio no puede tomarse como una opción sin consecuencias de por medio?

Si una persona está cansada de la vida, y no existe una 'cura' para ese mal más que acabar con su vida propia. ¿De qué otra forma podría resolverse aquel problema?

¿Por qué no se puede tener dominio de tu propio existir?

¿De qué manera se puede sobrellevar esta carga?

Estoy agotado. Quiero terminar.

Ya basta con todo.

Por una vez en la vida, quiero dejar de ser egoísta conmigo mismo.

¿Qué está mal en mí?


La sangre carmesí tiñó la hierba, manchando su ya roja cinta que quitó de su cabeza; cayendo de rodillas al suelo desangrándose, Wei Ying, de cortesía WuXian, quien fue alguna vez discípulo principal de YunmengJiang, acabó con su vida.

Hua Cheng había llegado tarde para impedir que su niño lo hiciera. Con su cuerpo fantasmal entumecido, cargó el inerte de su bebé, llorando su partida llevándolo a casa como tanto lo había deseado con su esposo.

El mundo de Xie Lian se vino abajo, cuando su marido llegó con su niño en brazos, y sin vida. Llorando al destino injusto que tuvo, el Emperador Marcial ordenó la ejecución de los culpables que lo separaron de su bebé; aquellos Dioses Marciales desgraciados, por la eternidad recordarán su divino castigo.




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Cuando creyeron que todo estaba perdido, Yin Yu llegó de rodillas frente a ambos padres desconsolados. Él, a pesar de su adrenalina encontró su voz para decir. —Chengzhu, este subordinado ha traído para usted algo muy preciado.

El Rey Fantasma se sorprendió al percibir por primera vez, el temblor en la voz de su subordinado. Por ello, tampoco fue capaz de rechazar aquella misteriosa bolsa que le extendió. No estaba en condiciones de dejar salir su ira y dolor contenido con gritos, además de las lágrimas.

Y vaya que no se arrepintió de haberlo recibido.

Un sonido roto salió de sus labios. Xie Lian, sorprendido por la reacción de su marido se acercó a mirar también lo que el hombre había traído.

Su voz fue entre cortada. —Yin Yu...¿cómo?

El susodicho respondió con la mirada baja. —Escuché el dolor del Joven Príncipe, y seguí sus clamores hasta encontrar su alma vagando en las fronteras del Reino Fantasmal. Antes de que se fragmentara, la capturé en esta bolsa. Vine lo más pronto que pude, para que pudieran salvar al Joven Amo, Dianxia.

Ese día Yin Yu lo recordará por el resto de su eterna vida como en el cual, Hua Cheng dejó de lado su orgullo por amor a su hijo; porque tanto él como Xie Lian, abrazaron hasta el cansancio al conmocionado subordinado.

Contando con el cuerpo en mantención de su hijo, y el alma en mano. Hua Cheng y Xie Lian tomaron una rápida decisión.

Fusionaron ambas como uno solo, transformándolo en energía como cuando fue concebido. Xie Lian lo mantuvo dentro suyo, como si nuevamente estuviese viviendo un embarazo. Junto a Hua Cheng, recurrieron al cultivo dual para fortalecer su alma y reparar el daño. Por último, cuando llegó el nacimiento de su hijo; para evitar que se volviera a fragmentar, sellaron sus recuerdos.

Hasta que su alma termine de adaptarse otra vez a su cuerpo y sane. Hua Danxin no recordará su vida anterior como Wei WuXian.

—El daño que sufrió viviendo en Muelle de Loto, fue demasiado para su dulce corazón —dijo Tang Huifang, sosteniendo a su hijo cerca suyo; ambos, llorando intensamente ente el triste y doloroso relato.

Lan Wangji sollozaba abiertamente, aferrado a las túnicas de su madre con su corazón destrozado. Sin poder creer todavía que en realidad, su amado Wei Ying se quitó la vida. Él realmente murió, murió con la finalidad de detener ese dolor. No entiende, simplemente no comprende cómo fue posible que lastimaran a una persona tan dulce como su Loto Rojo.

Un Joven bondadoso tan lleno de vida. Aquel brillo opacado por la crueldad de las personas, y se incluye en ese mismo saco por haber sido un completo imbécil. Si tan sólo, no hubiese sido tan devoto de sus reglas. Si tan sólo, hubiese escuchado más a su hermano mayor; las cosas pudieron ser tan diferentes. Pero, ¿de qué le sirve arrepentirse ahora cuando todo aquelle ya sucedió? Cuando ya no hay vuelta atrás. Cuando no hay manera de remediar sus errores del pasado.

Wei Ying ya sufrió, él lloró, él luchó, pero estaba tan herido que se agotó. Entonces, cuando ya no halló una salida, porque tampoco contaba con apoyo para poder continuar. Fue natural que recurriera a aquel doloroso último recurso como el suicido.

Wei Ying ya no está. Él murió; murió hace cuatro años, cuando el mundo le falló. Cuando nadie fue capaz de darle una mano en ayuda. Cuando nadie le demostró que estaría incondicionalmente para él; cuando nadie fue capaz de decirle que todo estaría bien.

Abrazarlo, besar su frente, darle palmaditas en la cabeza. Lo hiciste bien, ahora descansa.

Nada; siempre estuvo solo. Hasta el último respiro de su vida.

Él se fue creyendo que no era amado. Creyendo que Lan Wangji siempre lo había odiado. Creyendo que, nadie en el mundo lloraría su partida o la sufriría. Creyendo que nadie lo recordaría.

Oh, Wei Ying; niño dulce de los ojos grises, incomprendido por el mundo. Un alma libre e indomable, tan pura desde el núcleo; luz apagada por el veneno de los demás, que incluso hundida en la más densa de las oscuridades a la superficie saldrá.

El mundo debería agradecerles de rodillas que no hayan sido destruidos. Porque, de no ser por el corazón de Hua Danxin y su amor por la humanidad. Si hay algo seguro, es que, ni siquiera estarían ahí charlando del pasado.



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Cuando Lan Wangji y Tang Huifang lograron controlar sus lágrimas y volver a la normalidad. Fue justo cuando Hua Danxin ingresaba nuevamente al templo, acompañado por una mujer que llevaba su ceño fruncido.

Al parecer, ella venía regañando al Príncipe. —Como vuelva a enterarme de que no desayunaste debidamente, haré que A-Ning te introduzca la comida por las orejas.

—¡Pero Jiejie, no seas tan cruel! —se quejó dramáticamente— ¡Fue solamente esta vez, lo juro!

La Jiejie de Hua Danxin bufó. —¿Solamente esta vez? ¿Y qué me dices de las demás veces?

Tang FengYu, el mocoso traidor asintió de acuerdo. —Qing-Jie tiene razón, Xin-Gege; no es primera vez que 'olvidas' desayunar.

Hua Danxin lo miró boquiabierto. —¡A-Tian, cómo pudiste traicionarme de esa manera!

—¡Lo siento, Xin-Gege! ¡Pero es por tu bien! —gritó de vuelta el adolescente, escondiéndose detrás de una barrera humana. O mejor dicho, otro Joven desconocido para Lan Wangji que ingresó al templo— ¡Lin-Gege, sálvame!

Lin-Gege parpadeó confundido, dándole palmaditas en la cabeza la niño más pequeño. Él dijo. —Está bien, A-Tian.

Hua Danxin soltó una carcajada.

—Ah, A-Qing, A-Ning. Ya están de regreso —Madam Tang saludó a los recién llegados, poniéndose de pie arrastrando al Jade en el proceso— Vengan, quiero que conozcan a mi hijo Lan Zhan, Lan Wangji.

A-Qing, y A-Ning incluso cuando claramente se veían tan sorprendidos como Lan Wangji. Saludaron con una reverencia. —Segundo Maestro Lan.

Hua Danxin dijo alegremente. —¡Te presento a mis hermanos, Lan Zhan!

—Hua Qing, médico de Puji.

—Hua Ning, de cortesía QiongLin, médico de Puji.

Definitivamente Lan Wangji estaba totalmente seguro de que, su amado, le causaría una temprana baja de presión con tanta información que le lanza de golpe sin una preparación previa. Él recuerda, algo incómodo cómo la Señorita Jiang y el heredero Jiang lloraron su muerte. ¿Cómo se tomarían el hecho de que, además de no recordarlos, Wei Ying tiene otros hermanos pero que sí, puede llamar libremente suyos?

Bueno, como siempre se ha dicho. Esos problemas no son de su incumbencia. Al fin y al cabo, ellos tuvieron su tiempo para haber tratado al Loto Rojo como parte de su familia. Lan Zhan no olvidará fácilmente todas las veces que Jiang Cheng trató bruscamente al mayor, gritándole la mayor parte del tiempo, o golpeándolo también.

Tampoco el hecho de que (y era bien sabido), los celos generados por Madam Yu producto de su deficiencia como mujer. Jiang Wanyin lo internalizó todo, y desarrolló esa envidia por su propio hermano mayor; es por eso que, la incomodidad ante el recuerdo de los Jiang llorando. Más fue porque no le afectaba en lo más mínimo sentirse aliviado de que su Wei Ying tenga hermanos que en realidad le muestran su cariño.

Además, es obvio que Wei...No, Hua Yun los adora incondicionalmente recibiendo el sentimiento de vuelta. Entonces, Lan Wangji piensa sorprendido que tal vez, sería mejor que su amado jamás recordara su sufrimiento con los Jiang.

Sé ve totalmente feliz y radiante tal y como están las cosas. El Segundo Jade por nada del mundo quiere quitar esa luminosa sonrisa de los labios del hermoso Loto Rojo. Y, si tiene que iniciar desde cero para conquistarlo o algo parecido; entonces, lo hará sin pensarlo dos veces. Sin importar el tiempo que le tomé, valdrá cada maldito segundo.

Porque su Hua Yun, no volverá a estar nunca más solo. Tampoco, le faltará el merecido amor que debieron demostrarles, incluyéndose, desde un inicio; así que, el Portador de la Luz, desde el corazón se hizo la promesa de, proteger, amar y hacer feliz a su Loto Rojo.

Claro que para comenzar, será mejor pasar primero por sus retoños. Lan Wangji tendrá que ganarse la aprobación de las tres florecitas de su Hua Yun si quiere conquistarlos.






















Nota: Ah, este fue un capitulo bastante difícil de escribir. Meterme en el papel de Wei WuXian; pensar como Wei WuXian. sentir como Wei WuXian; entonces, al final me di cuenta de que...terminaron siendo mis propios pensamientos. Así que, no estaba tan lejos de compartir mentes. 👌🏻

Nunca me había sentido tan identificada con un personaje como ahora, gente. ¡Estoy impaktadeishon! Sljdksnkd...🤣

Por cierto, ¿qué les pareció? ¿logré hacerlas iorar?

De ser así....

¡Si te he fallado te pido perdón de la única forma que sé...!~

¡Es todo por hoy! ¡Hasta la protzima! ✌🏻😘🏳️‍🌈

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