Es sábado, al fin. No puedo explicar lo insoportable que es Jayden.

Heather esto, Heather lo otro, Heather esto también.

Un poco más y juro que me pide que le arregle y limpie su casa, suspiro mientras entro a la empresa y me lo encuentro justo mientras llega.

—Buenos días —murmuro antes de darle un sorbo a mi café.

—Tomas demasiado café ¿No crees? —pregunta mientras entramos al ascensor.

—Nop, no lo creo ¿Y cómo sabe usted eso?

—Cada que te veo tienes un café en la mano.

Me encojo de hombros.

—Es mi debilidad, el café digo —sonrío mirándolo—, además me ayuda a mantenerme despierta.

—Deberías de preocuparte más de tus horas de sueño, se nota tu cansancio.

—Gracias por sugerirlo señor Harris, pero ya tengo un padre —con el que no me hablo, por cierto, tengo ganas de decir.

El ascensor se detiene en su oficina y me invita a pasar.

—El lunes tenemos una reunión, esta vez iras como encargada del diseño digital, es necesario que evalúes estos papeles en los cuales están las características que deseamos para el local —me extiende un sobre con documentos—. La reunión será más temprano de lo que estamos acostumbrados, será a las 7 de la mañana, por favor necesito que estés puntual y con energía.

—Está bien, no se preocupe ¿De acuerdo a lo que lea puedo traer un boceto del logo? —pregunto ojeando los documentos.

—Si tienes el tiempo sí, pero no es necesario ya que posiblemente los Black nos quieran dar ideas.

Asiento.

—Iré a mi oficina para comenzar con esto —agito un poco las hojas—. Ah, por cierto —saco de mi bolso una carpeta—, aquí está organizado todo lo que tiene para la otra semana. Si puede léalo para ver que reuniones siguen en pie y cuales quiere re-agendar.

—Pásalos a un documento digital —ordena sin aceptar lo que le extiendo.

Intento no bufar y asiento, al fin y al cabo, es mi trabajo.

—Bien, señor Harris —doy media vuelta entrando al ascensor y llegando a mi oficina, para avanzar los deberes del día.

Jayden Harris

Señor Harris.

Es imposible que no se me endurezca la polla al escucharla decirme así.

La veo irse con rostro enojado mientras mueve sus caderas y sale de mi oficina, es gracioso ver su rostro de frustración y que no diga nada porque se supone que me tiene respeto, pero ya la he escuchado varias veces maldecirme en lo que ella cree que es voz baja.

No sé por qué carajos, pero en mi cerebro se reproduce una y otra vez la noche en la que me la folle.

Suspiro sintiendo la presión de mis pantalones y cierro los ojos antes de entrar al cuarto de baño.

Heather Levis

Cuando la noche cae llega mi salida del trabajo, tomo mis cosas y salgo a toda velocidad, es temprano así que tendré tiempo para arreglarme y salir junto a Andrew y Agus.

Tomo el bus que me lleva a la calle donde ahora vivo y cuando entro al apartamento sonrío al ver a mi amigo corriendo por la casa.

—¿Has visto mi camiseta azul?

—En la ropa sucia ¿No?

—No puede ser.

—Tienes muchas camisetas azules Agus, no seas dramático.

—Pero esa tiene una tela especial que es muy cómoda.

Entorno los ojos entrando a mi habitación para tomar una ducha rápida y vestirme rápidamente con un pantalón de cuerina y una blusa escotada que se me ve muy bien la verdad, me pongo unos tacones no tan altos y dejo mi cabello suelto con sus ondas naturales.

Pinto mis labios con un gloss y no llevo bolso ya que estoy segura que puedo dejar mis cosas en el auto de Agus.

—Estoy lista —digo saliendo y encontrándome con mi amigo que ahora lleva una camiseta gris.

—Yo igual.

—Bien, vayamos. Andrew nos espera en el bar.

—Bien.

Ambos subimos a su auto y no tardamos en llegar a nuestro destino.

En la puerta del lugar puedo localizar a Andrew, quien espera que bajemos del auto.

—Hola —saludo dándole un abrazo.

—Hola ¿Cómo te ha ido en el trabajo?

—Bien, aun no me acostumbro al cansancio, pero bien ¿Y a ti?

—Todo bien, es más divertido que en el anterior.

Agus mira la fila.

—No pienso hacer esa fila, vengan.

Nos toma de los hombros y caminamos directo donde está el guardia.

—Hey, buenas noches. Jayden Harris me invito y me dijo que usted nos haría pasar ¿Es así?

—Si claro —nos abre la puerta y entramos sin muchas complicaciones.

—¿Cómo carajos es eso de que Jayden...?

—He cruzado algunas palabras con él, querida Heather, y me comentó sobre el evento que se organizaría hoy aquí.

No pregunto más porque realmente no es mi problema, pero me quedo pensando en que quizás esté aquí.

Los tres nos ubicamos en la barra y pedimos algunas cervezas para comenzar a tomar.

No tardamos en caminar a la pista de baile y nos la arreglamos para bailar los tres juntos. Parecemos un sándwich, yo quedo en el medio mientras disfruto de la música con mis amigos.

Muevo mi cabeza mientras paso mis manos por mi cuerpo riendo, el sentimiento de tranquilidad y alegría que me da esto es increíble.

Completamente sudados nos volvemos a acercar a la barra para seguir hablando y tomando.

—Iré al baño —aviso riendo por un chiste que dice Andrew, ellos asienten mientras yo camino buscando el lugar.

Choco con alguien y lo único que puedo decir es.

—Mierda, lo lamento —digo sobre la música intentando seguir con mi camino.

—Me gusta su blusa señorita Heather —mis ojos se fijan rápidamente en rostro del rubio quien mira mi escote con una sonrisa lobuna y una ceja enarcada.

—Gracia supongo —murmuro pasando por su lado.

—¿No se detendrá a conversar?

—No, la verdad es que no. Con permiso —cuando voy a pasar por su lado me detengo abruptamente al escuchar mi segundo nombre.

—¿Abril?

Mis ojos suben rápidamente fijándome inmediatamente el rostro ya conocido. Carajo.

Jadeo con terror al ver a Oliver en frente mío.

—Abril, hace mucho no nos vemos —dice sonriendo asquerosamente mientras intenta acercarse. Retrocedo rápidamente chocando con el pecho de Jayden.

Mierda.

—¿Qué haces aquí? —pregunto con la voz temblorosa.

Se encoge de hombros mirando arriba mío.

—¿Quién es él Abril?

—Mi novio —hablo rápidamente para que piense que no estoy sola y se vaya, además Jayden es mucho más alto que él, impone y no creo que se quiera meter conmigo si ve que estoy con alguien que fácilmente lo puede mandar a la china de un golpe.

El rubio no dice nada, pero puedo sentir la energía pesada que se arma alrededor de nosotros.

—No sabía que tenías novio —dice apretando los labios—, pensé que después lo de nosotros no ibas a estar con nadie más.

—Pues pensaste mal —digo intentando hablar con voz fuerte y clara.

—Te vi bailar con dos chicos —menciona—, sigues siendo una maldita zorra al parecer.

Estoy por responder, pero la voz de Jayden hace que jadee.

—Eh, eh, eh —lo detiene—, o cierras el hocico o te reviento la maldita cara.

—¿Ahora andas con matones Abril? —pregunta negando con la cabeza—, tu padre tiene razón, eres asquerosamente decepcionante.

—Decepcionante hubiera sido haberme casado contigo imbécil, déjame en paz y púdrete.

Pasa por su lado a toda velocidad, corriendo hacia el baño intentando relajarme, pero el aire comienza a faltarme. Mojo mi rostro intentando controlar mi respiración, pero es casi imposible.

Camino por todo el baño mientras muerdo mis uñas y mi pecho se presiona, mis manos y labios tiemblan.

Entro a un cubículo para sentarme en el váter con la tapa cerrada. Pienso en cualquier cosa que pueda relajarme.

Prados de colores, paz, luz, flores...

Recuerdo las palabras de mi anterior psicóloga en la que me decía que cada vez que me pase esto piense en cosas que me dan paz, lo hago.

Cuando lo logro relajarme, poco a poco mis labios dejan de temblar, pero mis manos aún no.

Salgo del baño para buscar a mis amigos y mis labios se separan ligeramente al verlos junto a Jayden.

Masajeo mis cienes, esforzándome para caminar hacia ellos.

—Iré a casa —les aviso a Andrew y Agus—, no me siento bien.

—Heather...

—Necesito descansar —les doy una pequeña sonrisa que intenta ser tranquilizadora, pero logro todo lo contrario.

—Cariño, estás pálida —mi mejor amigo toma mis mejillas revisando cada centímetro de mi rostro.

—Estoy bien, solo...

—¿Has tenido un ataque de pánico? —pregunta viendo mis manos que aun tiemblan, mi silencio es suficiente—, carajo Heather ¿Qué ha pasado? —pregunta pasando sus manos por mi cabello.

—So-solo vi algo que no quería ver y...

—Se le acercó un tal Oliver —habla el rubio mientras se lleva un vaso con alcohol a sus labios.

Maldito rubio chismoso.

—Ese hijo de... ¿Te ha intentado hacer daño? ¿Heather te ha hecho algo?

—No, no —niego—, so-solo dijo cosas que realmente no me importan, pero aún es un poco fuerte verlo, ya sabes por lo que pasó.

—Lo voy a matar —intenta pasar por mi lado, pero la voz de Jayden lo interrumpe.

—No te preocupes, mis guardias ya se lo llevaron.

Agus asiente más tranquilo mientras Andrew me extiende una botella de agua.

—¿Quieres que nos vayamos? —pregunta mi amigo mirándome.

—No quiero arruinarles la noche —digo—, yo puedo tomar un taxi, ustedes quédense a disfrutar lo que queda de noche ¿Si?

—No pienso dejar que te vayas sola, menos a estas horas de la noche Heather. No quiero que te pase nada.

—Estaré bien, solo necesito un tiempo para mí. Quiero pensar.

—Al menos déjame acompañarte a tomar un taxi.

—No es necesario...

Mis amigos no insisten más y me dejan salir del bar, camino por algunas calles hasta tomar un taxi que me deja en casa sana y salva.