—Genial ¿Qué te parece?

—Bueno... —carraspeo y él me mira con una ceja enarcada—, pienso que es una oportunidad realmente increíble, pero tengo muchas coas que bueno, pesar y decir, principalmente yo aún no me gradúo en mi carrera, no tiene datos sobre mi trabajo, no tiene absolutamente nada sobre lo que he hecho y ya me dio un contrato, algo que, aunque se me haga algo halagador porque al parecer confían en mis habilidades sin tener experiencia, es un poco injusto.

—¿Injusto? —pregunta.

No respondo.

—Luego está el trabajo que tengo actualmente, mis planes eran graduarme y luego buscar un trabajo en lo que me he graduado. Y ya que ahora tengo no uno, sino dos ofertas de trabajo es algo que se me hace increíble, pero realmente no sabría cómo manejar esto. Básicamente considero que estaría bien una plaza en el cargo de diseño digital, pero ¿Su asistente personal? No sabría cómo manejar eso, porque en realidad el diseño es algo que ocupa tiempo, desde bases, plantillas, realización entre otras cosas.

—Señorita Levine, y yo considero que si se propone algo lo puede lograr ¿Quién dijo que no puede trabajar para dos cargos? Yo trabajo básicamente para diez y lo he logrado —la altanería en su voz es clara, me esfuerzo para no entornar los ojos.

—En todo caso de que me lo piense ¿Qué se hace en el cargo de Asistente personal?

—Básicamente es acompañarme a reuniones y ayudarme con la organización de las cosas que tengo que realizar.

—¿Solo eso?

—Si —se encoge de hombros merodeando por detrás de mí— ¿Qué opinas del trabajo para cargo de Diseño digital?

—Como ya dije, me parece una oportunidad increíble, pero hay muchas cosas que no están explicadas en el contrato. Como por ejemplo horarios de trabajo, pagos, el tiempo que trabajaré para la empresa.

—Los horarios serian variados, eso dependería de si deseas también trabajar como mi asistente personal, el sueldo se puede balancear, pero si aceptas también trabajar en el segundo cargo seria casi el doble y el tiempo se confirma depende a tu desarrollo.

—¿Y eso cuanto seria? —me atrevo a preguntar.

Mis labios se separan al escuchar la cifra. ¡Carajo! Con eso fácilmente esforzándome en poco tiempo podría lograr comprar mi apartamento y ser completamente independiente y...

—Acepto —suelto de la nada—, ambos cargos, los acepto.

—Esa es una buena decisión señorita Levine, una muy buena decisión.

—Solo... solo creo que debería especificar todos los datos en el contrato, así no hay malentendidos.

—Así será —asiente—, puede volver el día lunes a revisar y firmar el contrato.

Asiento levantándome de mi asiento.

—Hasta luego señor Harris.

—Hasta luego señorita Levine —dice pasando por mi lado y rozando su brazo contra mi hombro.

• • • • • •

Entro al apartamento y dejo caer mi bolso en la entrada, antes de suspirar y pensar en que tengo que vestirme para mi turno en el restaurante, no demoro en cambiar mi ropa, tomar una mochila y salir de casa, caminando hacia la parada de buses.

Cuando llego, Andrew como siempre, ya está sentado en la barra.

—Hola, holaaa —saludo acercándome.

Me mira con una pequeña sonrisa.

—Hola Heather.

—He llegado temprano, debería felicitarme.

—Felicidades —aplaude divertido—, llegaste temprano la última semana de trabajo.

—¿Eh?

—¿No te lo han dicho?

—¿A qué te refieres?

—El trabajo se suspenderá por varios meses, ya que comenzarán las remodelaciones y todos nos quedaremos sin trabajo.

Lo quedo mirando, esperando que diga que no es verdad, pero claramente no lo hace.

—¿Y tú? ¿Dónde trabajaras ahora?

Se encoge de hombros.

—No lo sé, pero como sea tengo que conseguir un trabajo.

—Bueno yo... yo ya tengo una oferta de trabajo —murmuro—, si quieres le puedo preguntar a mi amigo si hay algún puesto de trabajo en la empresa de su familia.

Asiente un poco más animado.

—De lo que sea —dice—, no importa el cargo, de lo que sea está bien.

—Vale, no te preocupes. Yo te escribo si consigo algo para que puedas dejar tus documentos en todo caso.

—Vale, muchas gracias Heather —se acerca para darme un abrazo sincero.

—Está bien Andrew.

Cuando la puerta del local se abre, revelando a los primeros clientes, nos separamos y él se pierde en a la cocina y yo suspiro.

—¿Qué hace este aquí? —pregunto en voz baja, entornando los ojos, me acerco a la mesa y con una sonrisa muy forzada hablo—. Buenas tardes, bienvenidos ¿Desean el menú o tienen pensado algo que ordenar?

—Buenas tardes —el pelinegro sonríe amable, mientras el rubio mantiene su cara de pocos amigos, claramente al pelinegro si le sonrío sinceramente.

—Entonces...

—De comer una pizza grande de pepperoni y de tomar dos whiskys.

Vaya... Pizza con whisky, que extraña combinación.

—Bien, en un momento estarán trayendo su orden —les doy un asentimiento antes de ir a la cocina—, Andrew una pizza de pepperoni grande, y dos whiskys.

—Vale.

Cuando termina con la orden yo estoy sirviendo los whiskys en la barra.

—A por ellos chico —le sonrío a Andrew mientras el niega con la cabeza divertido.

Él lleva todo mientras lo miro atentamente, es alto, pero no tanto, su cabello oscuro hace contraste con sus ojos y su piel blanca. Es atractivo, para que negarlo.

Me mira con una sonrisa mientras les deja las cosas en la mesa y se acerca.

—¿Qué me miras tanto Heather? ¿Te gusto?

—Pero que ego querido Andrew ¿Sabes que me gusta? El dinero y la idea de tener mi vida arreglada —digo divertida mientras paso por su lado.

—Y yo creo que necesitas una buena follada.

—Anda ¿Ahora me ofreces una follada?

Todo lo estamos diciendo en broma completamente, que somos amigos y me cae bien, aunque sea un poquito amargado.

—No, pero quizás te la pueda dar alguien de por aquí, solo encárgate de ligar y boom, todo listo.

—Genial, ligaré con los clientes, no te preocupes que así de fácil consigo a alguien para pasar la noche.

—Bien pues ¡Suerte! Mira solo no los espantes poniéndolos en su lugar.

—¿Halago o insulto?

—Combinación de ambos.

Suelto una carcajada que el imita mientras golpeo su hombro de forma divertida.

—Eres un idiota que me cae muy bien, ahora si seguiré con mis labores de trabajo porque para vivir necesito el pago de esta semana.

—Vale, vale, vale.

Atiendo a las personas que acaban de llegar mientras de vez en cuando intercambio una que otra conversación con Andrew.

—Hola —siento un toque en mi brazo y doy un respingo, no tardo en voltear y encontrarme la pelinegro de la mesa donde está el rubio.

—Eh hola ¿Desea la cuenta? —pregunto sacando mi libreta.

Asiente.

—Bien, pagará con efectivo o tarjeta.

—Tarjeta.

—Acompáñeme por aquí por favor.

Cuando está por seguirme, la voz del rubio se hace presente.

—Yo pago —dice levantándose y haciéndolo a un lado.

El pelinegro niega con la cabeza antes de sentarse mientras el rubio camina detrás de mí.

—Entonces ¿Con tarjeta?

—Ya te lo habían dicho antes.

—Bien.

Saco el coso ese para los pagos por tarjetas y el hombre saca su Black card.

—Deme un momento.

—¿Otra vez llamarás a tu amiguito?

—¿Disculpe?

—¿Alguna razón para no querer ser tú la que cobre mi consumo?

—Ninguna en específico —sonrío sarcásticamente—, deme un segundo, me acerco a la puerta de la cocina— Andrew ¿Puedes venir? Por favor.

—No encontraste con quien follar y ahora me necesitas a mí —da por hecho.

—No idiota, necesito que cobres un pago por tarjeta.

—Ah claro, ya voy —no tarda en venir y mirarme con burla al ver al rubio ahí.

Cobra lo que debe y se vuelve a la cocina dejándome con Jayden.

—Bueno, buenas tardes gracias por la preferencia —cuando estoy dando la vuelta habla.

—Buenas noches señorita Levine, nos vemos luego —lo miro por encima de mi hombro y sus ojos verdes hacen que pase saliva con fuerza y voltee nuevamente.