Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

51

Termino de abrochar mi camisa y ya estoy escuchando los pasos de mis hijos correr por todo el apartamento. Ayer antes de irme a dormir recibí un mensaje de Jayden el cual hizo que mis ojos casi se salieran de su lugar.

Jayden Harris: Permíteme dejar mañana a nuestros hijos en su escuela, podemos ir juntos, después de todo luego vamos al mismo lugar.

A lo que respondí que mis hijos no tenían colegio ahora, le explique por qué y cómo, no me respondió en unos minutos, pero cuando lo hizo me dejó impactada.

Jayden Harris: Pues ya lo tienen, es una guardería privada donde no correrán ese tipo de peligros, empiezan mañana mismo. Solo no te olvides de llevar tus documentos y los de ellos para poder inscribirlos completamente y correctamente

Mis dos pequeños entran a mi habitación y les sonrío besando sus mejillas. Antes de arreglarme yo, los bañé, vestí y les di de comer a ellos.

—¿Están listos? —pregunto pasando mi mano por una de las dos coletas que Hayley quizo que le haga.

—Hunte quie lleva un caito.

—¿YO?! —Hunter abre la boca indignado mientras su hermana sonríe como un angelito.

—No lo creo —digo de la manera más dulce mientras tomo mi bolso al escuchar el timbre de mi apartamento siendo tocado —Llegó.

—Vamo —Hayley es la primera en salir hacia el salón y luego su hermano y yo la seguimos.

Al abrir la puerta no puedo evitar sentir el olor de su perfume pasando a ser parte de cada rincón de mi hogar. El traje que trae puesto me trae muchos recuerdos, y se sigue viendo igual de bien en él, y su cabello rubio... su cabello rubio es algo de lo más hermoso que he visto.

—Buenos días Jayden —murmuro.

—Bueno dia ¿Yeden? —saluda mi princesa viendo al hombre que es su padre.

—Así es cariño, Jayden —mi hija asiente sonriéndome. 

—Bueno día, seño —saluda mi pequeño pasando por su lado.

—Yo soy tu papá.

Se encoge de hombros.

—Peo yo no lo conoco.

—Pero... —intenta hablar el rubio mayor.

—No —lo detengo —Jayden, tiempo.

—Bien —suspira—, tienes razón, tiempo.

Respiro hondo antes de darme cuenta de lo que estoy haciendo ahora ¿Cómo he llegado a este punto? ¿Ya lo perdoné? ¿Tan fácil? ¿Cómo dejo que ahora intente convivir cuando hace unos años me pidió abortar? Definitivamente no estoy bien del todo.

—Tenemos que irnos para que ustedes pequeños, lleguen temprano —dice Jayden con una gran sonrisa que hace mucho no veía.

—¡Tiii! —salta Hayley emocionada.

—Bien vámonos de una vez —ambos rubiecitos salen primero y Jayden no tarda en acercarse a mi y murmurar.

—Espero que no sea una molestia que hoy quiera llevarlos en mi auto.

Niego lentamente, él me mira asustado antes de que hable.

—No hay problema —le resto importancia y el color vuelve a su rostro mostrándome una enorme sonrisa.

Jayden

Ni siquiera sé porqué, ni como pero terminamos con el auto inundado de música infantil, sobre una gallina no sé qué, que hace no sé qué. La castaña les sigue la corriente mientras agita su cabeza y utiliza su mano como si tuviera un micrófono en ella. 

—¡Cambiemos de ritmo! —grita mientras comienza a cantar con un ritmo completamente diferente, como si fuera rock— ¡La gallina turuleca! ¡Síganme casi copias! —ellos ríen e imitan a su madre. 

Yo solo los miro por el retrovisor sin saber que hacer o decir. Si que están locos, tal como su madre.

—Estamos por llegar —aviso.

Parece que la castaña sale de todo su encanto porque su cara cambia de color y se pone completamente roja al recordar que estoy aquí.

—Aaah... Sí, sí —asiente bajándole el volumen a la canción— Bien casi copias, estamos por llegar a su nueva escuela —ambos asienten— ¿Recordamos las reglas? 

—¡Si mami!

—¿Y cuales son?

—No pelea —dice Hunter.

—No se mala —dice Hayley. 

—Cuidano ente nosotos —dicen los dos chocando las palmas de sus manos.

—Muy bien pequeños, ahora sí, hemos llegado —el auto se detiene y la castaña sale automáticamente para sacar a los ¿casi copias?

—Déjame ayudarte —bajo del auto apresurándome a abrir la puerta y bajando a Hunter quien me mira no tan emocionado.

—¿Todo bien pequeñín? —pregunto.

—Si seño —vale, hasta parece que me dice "señor" apropósito. 

—Bien —asiento mientras los cuatro caminamos hacia la entrada del jardín.

Una mujer que parece ser la maestra nos recibe y mis hijos se presentan dejándose guiar por la maestra hasta donde están los demás niños mientras Heather y yo caminamos a la oficina de la directora para poder terminar de hacer la inscripción de los pequeños.

—Bienvenido Señor Harris, bienvenida Señora Harris —que bien suena eso..., la magia se va en instantes cuando Heather niega.

—El es el Señor Harris y yo soy Heather Levine, no soy la Señora Harris. 

—Oh, bueno... yo lo lamento, el Señor Harris me dijo que iba a venir con su esposa —ups, Heather me mira enojada y entorna los ojos.

—Entonces creo que se equivocó de persona, porque yo no soy su esposa, soy solo la madre de sus hijos.

—Aaah... entiendo, entiendo, disculpe Señorita Levine.

—Así suena mucho mejor, muchas gracias.

La mujer asiente de manera educada y nos pide tomar asiento.

Nos da una larga charla de normas, pagos y bla, bla, bla. Terminamos firmando un documento y listo. En realidad si lo digo así parece muy fácil pero es sumamente largo y aburrido.

—Muchas gracias por admitir a mis hijos cuando las clases ya estaban iniciadas, estaba siendo muy complicado encontrar alguna escuela que los admitiera —agradece la castaña mientras nos levantamos de las sillas.

—No hay de qué señora... señorita Levine, será un honor para nosotros tener a sus pequeños dentro de nuestro plantel educativo. Ahora si me disculpan tengo más padres por atender, que tengan un maravilloso día. Hasta luego. 

No digo una sola palabra, solo sigo a Heather, insisto en que parezco un perrito faldero con su dueño, siendo dominado.

—Mis amores, más tarde nos vemos. Se tienen que quedar a seguir sus clases ¿Sí? Hagan muchos amigos, hagan caso y recuerden que los amo. 

—Ti amu mami —Hunter se abalanza hacia Heather y la abraza muy fuerte, después es el turno de Hayley que hace exactamente lo mismo.

Tengo ganas de hacer exactamente lo mismo pero estoy seguro que al segundo que lo intente saldré sin cabeza de aquí.

—Cuídense mucho hijos, yo... yo los quiero —vaya, se siente bien decir y demostrar este tipo de cariño.

Quiero ser un buen padre.

—Adiós —Hayley me abraza y Hunter aunque no lo hace, sonríe y agita su mano en mi dirección. Segundos después, ambos se alejan de Heather y de mi. Volteo a ver a la mujer de mi lado y abro mis ojos cuando la veo con los ojos llorosos.

—¿Vas a llorar mujer? Pero...

—¿Por qué crecen tan rápido? —se lleva la mano a la boca negando y dando media vuelta para caminar hacia la calle.

—Así son todos ¿No? Crecen, crecen, crecen, hasta que se convierten en unos adolescentes rebeldes que odian a todo el mundo. Aunque yo creo que ellos no serán así, bueno Hayley es muy posible que sí pero me creo capaz de poder controlar su comportamiento en caso de... —cuando me doy cuenta de lo que hablo ella me mira con los labios medios separados— Yo... yo...

—Me alegra que te estés esforzando para ser parte de su vida —murmura— Yo... yo de verdad me alegro que piensen en un futuro con ellos.

—Y contigo —complemento, pero ella niega. 

—No lo creo.

Suspiro completamente convencido de que tengo que cambiar ese pensamiento suyo.

—Nos tenemos que ir.

—Ah sí, nos vemos en la oficina.

—No.

—¿No?

—Es decir, sí... pero vienes conmigo.

—Oooh, n-no es necesario, puedo tomar un taxi.

—Vamos al mismo lugar Heather, no es problema.

—¿Estás seguro? No quiero que confundas las cosas.

—Estoy seguro Señorita Heather Levine que solo es madre de mis hijos.

Niega entornando los ojos y no tardamos en subir al auto.

—¿Qué hay que hacer hoy?

—De preferencia besarnos, pero no sé que dices tú.

—Eres un completo idiota Jayden, me refiero a en el trabajo. ¿Qué tengo que hacer para tu proyectito ese?

—Muchas cosas que incluyen estar muy juntos, todos los días, hasta que finalice el proyecto.

—No veo la hora que finalice el proyecto entonces.

—Ni tu te la crees —le doy una de mis sonrisas encantadoras y ella me ignora mirando por la ventana. 

Heather

Me quedo mirando el paisaje como si fuera muy entretenido pero en realidad solo veo edificios mientras el auto avanza. Jayden es un completo idiota pero no pienso caer en su juego nuevamente, no más, jamás.

El camino parece eterno, pero mis pensamiento se dispersan cuando siento una mano posarse en mi muslo haciendo que de un respingo y me quede en blanco. Miles de recuerdos explotan en mi mente, mi corazón se acelera y...

—Yo... yo... yo lo lamento. Heather, dios lo siento no... no quería hacerlo, bueno sí pero... solo se sintió como antes y y-yo...

—No lo vuelvas a hacer,  no me vuelvas a tocar Jayden —digo con la voz entrecortada y el nudo de mi estomago haciéndose cada vez más y más fuerte.

Él me mira mientras asiente alejando su mano y apretando los puños mientras yo intento mantener la compostura y no soltar las lágrimas que siento se forman en mis ojos.

No quiero que todo se sienta como antes, no quiero volver a caer, no quiero volver a sentirme remplazable, la otra, o una basura, no quiero llorar, no quiero estar triste, no quiero sentir amor por él...

Quiero vomitar, siento unas terribles ganas de vomitar. 

Apenas se me hace visible el edificio de la empresa ya estoy abriendo la puerta del auto intentando huir lo más rápido que pueda de la situación.

—Espera a que estacione Heather, te puedes lastimar.

No digo nada pero hago caso, no me quiero matar, no puedo dejar a mis hijos huérfanos, claro que no.

Ni siquiera entiendo porque pienso aceptar el maldito trabajo junto a Jayden, si que estoy completamente fuera de cuadro, me voy a volver loca si paso más de una hora junto a él ¡DIARIA! Dios, ayuda ¿En qué estaba pensando? Sé que no he sido la mejor persona pero tampoco he sido tan mala, solo le boté la caja de condones a Andrew porque dijo que mi pasta no le había gustado pero no fue para tanto, ese ha sido mi mayor pecado... Bueno no, he tenido muchos otros pecados, como mentir, tomar, tener sexo en... ¿Qué diablos estoy pensando? 

—Heather, no sé si lo sabes pero hace tres minutos que llegamos y no bajas —vale, quiero seguir siendo hostil. Entorno mis ojos y bajo del auto sin esperarlo.

—Buenos días a todos —saludo al entrar y me dirijo inmediatamente a mi oficina esperando que el tonto de Jayden aparezca.

Genial, y ahí está, mi mente manifestadora sirve cuando no lo necesito.

Jayden cruza la puerta de mi lugar de trabajo sin siquiera tocar, no digo nada pero tengo ganas de tirarlo contra el piso y estrangularlo. Oh dios, si que sería muy buena idea...

—Puede tomar asiento señor Jayden, si es tan amable ¿Me puede explicar de qué demonios se trata su nuevo proyecto?

—Vaya señorita Heather, si que es muy educada. De hecho sí, si quiero hablar sobre el nuevo proyecto, pero solo lo haré si deja de mirarme con cara de asco y odio.

—Oh lo lamento señor Jayden pero es lo único que siento por usted así que no me pida dejar de transmitir mis malditos sentimientos a través de mi mirada. 

—Si que es agresiva señorita Heather pero le recuerdo que estoy pagando por este trabajo así que más le vale ser educada, muy educada.

—¿Ah si señor Jayden? Pues si quiere recibir buenos tratos es mejor que trabaje con otra mujer que no haya caído en sus mentiras, que no haya sido abandonada y echada como basura, que no la hayan hecho ser la otra, que no hayan lastimado, que no la hayan dejado con dos hijos en su vientre, que no....

—¿Ah si señorita Heather? Pues quizás si deba de irme a trabajar con otra mujer que no me saque en cara todos mis errores del pasado.

—¡Errores del pasado que siguen teniendo repercusiones en el presente señor Jayden!

—¡Estoy intentando enmendarlos señorita Heather!

—¡Pues lo estás haciendo como una mierda Jayden!

—Estás loca Heather Levine, completamente loca —se levanta de la silla y camina furioso a la salida de mi oficina— Háblame para trabajar cuando estés de  humor y no quieras meter temas personales en medio de esto —antes de salir me mira— Ah, y estoy haciendo lo mejor que puedo, lamento no cumplir el puto cliché de llegué y ya todo está bien.

Me deja con la palabra en la boca cuando se larga dando un portazo, logrando dejarme con los nervios de punta y ganas de arrancarle la cabeza.

—Aaaagh lo odio —grito enfurecida, mi cabeza se levanta poco a poco cuando me acuerdo que las paredes de mi oficina son de cristal por lo que se ve todo dentro y fuera, ay no.

Todos miran hacia mi  y lo único que atino a hacer es a suspirar y sonreír como si nada  hubiera pasado. 

—Maldito Jayden Harris —mascullo entre dientes antes de sentarme y comenzar a teclear correos que tengo que enviar a clientes.

• • • • • •

Ha pasado una semana, una semana en la cual no he podido sacar a Jayden de mi casa a no ser que sea para irse a dormir, aunque parece que ni para eso quiere irse.

Todos estos días los ha pasado con mis... nuestros hijos, conociéndolos mucho más, logrando que al menos Hunter ya no lo mire mal... bueno, ya no lo mira taaan mal. Sin hablar de los constantes inicios de coqueteo que intenta tener conmigo pero desde el incidente que hubo en la oficina no le dirijo la palabra a no ser que sea estrictamente necesario, como por ejemplo para decirle muy amablemente que es tarde y se vaya de mi casa, como ahora.

—Jayden, podrías venir un momento aquí por favor —pregunto sonriendo de manera falsa.

—Claro que sí castaña —ya me harté de decirle que no me llame así.

Cuando llega a la cocina hablo sin esperar que él lo  haga primero.

—Es hora de que te vayas.

Asiente.

—Lo lamento no me había dado cuenta que se había hecho tan tarde —murmura mirando su reloj.

Son las once y cuatro de la noche, mis hijos ya deberían de estar durmiendo pero su padre está aquí, así que ninguno quería dejar de jugar.

—¿Mañana vienes de nuevo? —pregunto.

—¿Emocionada? 

—Ni  un poco —entorno los ojos.

—Claro —me sonríe pero habla sin esperar mucho— De hecho quería saber si mañana quieres que vayamos con ellos al parque de diversiones.

—¿Mañana? Yo mañana tengo  un compromiso, es la inauguración de un bar con el que trabajé, no creo poder ir...

Me mira con ojos suplicantes, vaya, si que es convincente. Dios ¿Por qué siempre soy la buena?

—Pero, si quieres los puedes llevar tú.

—¿Yo solo?

—Seguro que puedes hacerlo.

—¿Segura?

Asiento.

—No tengo problema, después de todo te estás llevando muy bien con ellos.

—Muchas gracias Heather, mañana los paso recogiendo antes de que te vayas entonces.

—Me parece bien, yo tengo que salir de casa a las seis.

—Bien, cinco y media estaré aquí. Que tengas muy buena noche castaña, sueña conmigo.

—Nos vemos Jayden —bufo.

Se despide de los casi copias y por primera vez veo a Hunter sonreírle antes que se vaya su padre. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro