(3 meses)

—Hola bonita —saludo a mi bebé quien llora con fuerza haciendo que en mis labios se dibuje un puchero—, oh cariño —la tomo entre mis brazos sacándola de la cuna que está al lado izquierdo de mi cama y sacándola de la habitación antes de que despierte a su hermano— ¿Tienes hambre, mi niña? —pregunto besando su mejilla y liberando mi pecho para poder darle de comer a mi pequeña.

Andrew sale de la habitación de invitados, pasando su mano por su rostro y mirando a la bebé que tengo entre mis brazos.

—Sabía que la revoltosa de Hayley se había despertado —dice con voz adormilada mientras yo rio bajito.

—¿Qué hora es? —pregunto.

—Las seis de la mañana.

—¿Ya tienes que volver a el campus?

Asiente bufando.

—Sí, pero Agus tiene libre.

—Bien, quiero ir a comprar algunas cosas para hacer un pequeño pastel. Hoy cumplen tres meses.

—No entiendo tu obsesión por hacerles un pastel cada mes.

—Celebro cada mes que han estado en mi vida.

—Bien súper mamá, no me imagino como será cuando cumplan su primer año —suspira divertido—. Me voy a tomar una ducha porque tengo que llegar temprano a clase de contabilidad.

Besa la frente de mi hija y se pierde en el pasillo donde están las habitaciones.

Yo prendo la televisión para distraerme un poco mientras mi niña come, pero no tardo en mucho en mirar la puerta de mi habitación cuando escucho el llanto de mi hijo llorando.

Dios mío.

Suspiro un poco mientras dejo a Hayley ya dormida entre mis brazos en su carriola por un rato mientras camino a buscar a Hunter, mi niño hace un puchero en sus labios cuando me ve llegando y suelta en llanto nuevamente, lo tomo entre mis brazos y lo acurruco en ellos mientras lo tranquilizo moviéndome hacia el salón con él en mis brazos, bajando mi blusa nuevamente y dejando que se prenda de mi seno, duele, pero no me quejo, mis niños necesitan alimentarse.

Muevo la carriola un poco donde está Hayley mientras Hunter estira sus manitas tocando mi boca riendo levemente.

—Buenos días —saluda Agus aun con pijama mientras entra a el salón.

—Buenos días —rápidamente se acerca a mis bebés y comienza a ver como un tío embobado a mi niña.

Hunter apenas ve como Agus se acerca a mí para dejar un beso en mi frente suelta mi seno y comienza a llorar haciendo que mi amigo de un respingo y se aleje.

—Bien, bien, eres un posesivo —murmura picando su estómago—, pero no te preocupes que tu mami es como mi hermana, pequeño demonio.

Se aleja a la cocina mientras prepara café y no sé qué más, Andrew ya vestido llega y se sienta a desayunar mientras yo entro nuevamente a mi habitación y dejo a Hayley en su cuna, cinco segundos después Agus llega con Hunter y lo pone en la cuna del otro lado de mi cama.

—Venga, déjalos descansar y vamos a desayunar —asiento y lo sigo ya totalmente despierta, me siento en la mesa que compartimos cuando se quedan a dormir aquí y comenzamos a comer.

(5 meses)

Escucho a Hayley pegar un grito mientras Andrew pincha su estómago y se esconde detrás de la carriola.

Agus tiene en sus brazos a Hunter quien solo mira con atención el tatuaje que mi amigo se ha hecho en el brazo.

—Listo —sonrío llegando a la sala con un plato con papilla de manzana para mis hijos.

Mis amigos los sientan en su carriola y yo les agradezco con una sonrisa.

—Me tengo que ir —masculla Andrew—, tengo que hacer un trabajo con los inútiles de mi carrera.

No puedo evitar reír.

—Eso es, que se note el entusiasmo.

No tarda en despedirse y salir de casa mascullando cuanto odia hacer trabajos en equipo. Agus minutos después también se va porque recibe una llamada de su padre avisándole que tiene que resolver unos problemas en la oficina.

—Bien mis niños, ahora solo estamos nosotros —murmuro como si me entendieran—, así que comerán tranquilos y ayudarán a mami —la pequeña ríe como si entendiera y yo niego divertida comenzando a darles la papilla poco a poco e intercaladamente para poder alimentarlos a ambos al mismo tiempo y no sentirme mal por si uno come antes que el otro. Soy un poco rara.

Prendo la televisión para distraerme un poco mientras mis niños comen y no tardo en poner noticias, así es, ahora soy una chica de noticias... Claramente es mentira, sigo viendo "televisión basura", pero ahora lo único que hay en los canales son noticias de mediodía.

Aprieto mis labios al escuchar la mención de las noticias de hoy, no lo puedo evitar, es imposible. Busco el control remoto, pero no lo tengo al alcance, dejo el plato con papilla a mi lado para levantarme y buscar la manera de apagar la televisión. Claro, es muy tarde, el nombre ya conocido de Jayden Harris aparece en el titular, avisando que ha sido nombrado como el Magnate más poderoso del país.

Paso saliva con fuerza al ver las fotos del hombre, no ha cambiado mucho, solo puedo ver lo elegante y atractivo que se sigue viendo en traje. Puedo sentir el terror al pensar que tengo dos hijos con él que jamás conoció ni va conocer. Mi barbilla tiembla cuando mi cerebro comienza a reproducir preguntas instantáneas.

¿Qué pasará si se entera que si los tuve?

Si me lo llego a encontrar alguna vez ¿Cómo será?

¿Ahora es feliz con Allie?

¿También le dice a Allie que es "El amor de su vida"?

Limpio con rabia la lagrima que cae por mi mejilla mientras en la noticia siguen hablando de él, quito mi atención de la televisión cuando escucho el grito agudo de Hayley haciendo que de un respingo en mi lugar y corra hacia ellos nuevamente para seguir dándoles de comer, la noticia ya ha cambiado, ahora hablan sobre otra cosa y lo agradezco, aunque no puedo evitar sentir el nudo en mi garganta que hace mucho no sentía.

Desde que mis hijos nacieron me comprometí completamente con ellos, conmigo y con mi trabajo ¿Distracciones? No habían, al menos todas las evitaba haciendo otras actividades para no recordar al hombre rubio que tanto me hizo sentir y llorar.

Mis niños siguen aceptando la papilla gustosos hasta que en un momento Hunter se llena y deja de comer, así que termino de darle de comer a Hayley quien gustosa come todo.

Mientras voy a lavar los trastes les doy unos juguetes para que se entretengan y yo me pierdo en la cocina, con un ojo en los platos y otro en la sala donde los mellizos juegan con el sonajero de colores que les di.

• • • • • •

Luego de terminar de enviar el trabajo de diseño que tenía pendiente en la empresa, busco a mis niños para poder comenzar con las actividades que hago con ellos para estimular su desarrollo, la pediatra me lo recomendó así que me guío de sus indicaciones.

Luego de asegurarme que en su habitación que por ahora no usan esté todo limpio y seguro los llevo ahí y los dejo en el piso cubierto por unos tapetes de espuma que cubren todo el piso.

Dejo algunos juguetes en el piso y me permito poner a mis hijos lejos de ellos esperando que comiencen a gatear buscando lo que quieran de aquí.

Hayley es la primera en mirar con curiosidad el manojo de juguetes de colores e intentar alcanzarlo, al ver que con una simple estiradita no lo logrará hace un puchero, pero no llora, inclina un poco su cabeza y comienza a gatear lentamente hacia el juguete, se cae y pierde el equilibrio varias veces por lo que Hunter se ríe fuertemente y no puedo evitar negar divertida, mi hija logra tomar entre sus manos el juguete y Hunter al verla imita sus acciones y termina gateando hacia mí.

Lo hacen varias veces y yo comienzo a hablar con ellos poco a poco.

—Hola bebés —sonrío moviendo mi cabello en sus rostros jugando y sus lindas risas hacen que mi pecho se apriete con emoción—. A ver ma-má.

Me miran sin decir nada y repito varias palabras súper cortas hasta que comienzan a bostezar y llorar, tengo que cambiarles el pañal, tienen que comer y después a dormir, ayer los bañé por tercera vez en la semana así que es suficiente hasta la otra semana, eso me dijo la pediatra.