34
Es el día del evento.
Ayer que volví a casa no tenía fuerzas ni para hablar así que lo único que hice fue comer lo que Agus cocino y me acosté a dormir.
—Heather —tocan la puerta de mi habitación.
—Pasa.
Andrew entra mientras se deja caer a mi lado en la cama y mira el techo al igual que lo estoy haciendo yo.
—¿Cómo te sientes?
—No lo sé —respondo en un susurro.
—Ya hemos preparado el desayuno —dice mirando mi abdomen.
—¿Qué me miras tanto? —pregunto con un poco de diversión.
—Seré tío —dice con una sonrisita de niño emocionado en sus labios.
—Me harás llorar, Andrew —digo tapando mi rostro, emocionada y asustada al mismo tiempo.
—No sabes lo emocionado que me siento, quizás suene tonto, pero es muy importante para una persona que no tiene hermanas ni hermanos —murmura.
Lo abrazo sintiendo que lagrimas comienzan a caer por mis mejillas.
—Te quiero mucho Andrew.
—Yo a ti Heather.
—¡Oigan, ya está el desayuno servido! —grita Agus desde la cocina.
Ambos nos levantamos de la cama y caminamos hacia la cocina.
—No olvides tomar la vitamina —me recuerda mi amigo extendiéndomela, asiento y la llevo a mis labios, es masticable así que es fácil pasarla.
Veo el plato de comida con curiosidad, es un tipo de comida estética pero no logro descifrar que es.
—Es papilla de avena con plátano cortado en trozos —menciona Agus como si leyera mi mente—, leí que es bueno para las embarazadas —hago un puchero con mis labios, estoy muy sentimental y quiero volver a llorar.
Agus me sonríe y deja un beso en mi frente mientras sigue pasándonos los platos con el desayuno.
Comenzamos a comer en silencio hasta que uno de mis amigos carraspea.
—¿Cuándo se lo dirás a Jayden? —pregunta la voz de Agus haciendo que pase saliva con fuerza.
—Hoy —murmuro.
Asiente.
—Si quieres te podemos acompañar.
Niego.
—No es necesario.
—Vale, igual estaremos cerca.
—Él no me hará daño Agus, no es Oliver.
—No menciones a esa basura.
Antes de que mi confianza se vaya, escribo un mensaje a Jayden.
Heather: Tenemos que hablar.
Rubio<3: ¿Está todo bien?
Heather: Si, solo tengo algo muy importante que decirte y mostrarte.
Rubio<3: Vale, castaña ¿Me lo dices antes del evento?
Heather: Si está bien, nos vemos. Te amo <3
Rubio<3: Te amo, castaña.
Suspiro un poco más tranquila por saber que ya está establecido que hablaré con él.
• • • • • •
Estamos terminando de arreglarnos, Andrew y Agus también fueron invitados así que están enfundados en unos trajes muy elegantes.
El vestido que llevo puesto es blanco, largo y elegante, muy elegante y bonito. El evento lo amerita así que maquillo mis ojos delicadamente y mis labios de un color parecido a mi tono natural de labios.
Pongo unos zapatos nude no tan altos y tediosos en mis pies y me miro en el espejo atentamente, quedo de perfil y no puedo evitar pensar en cómo se verá mi abdomen cuando crezca.
¿Ya soy madre?
Es decir, no sé si se desde ya lo soy o hasta que nazcan.
Puedo decir que una parte de mi está muy emocionada de pensar que tendré a dos personitas, pequeñitas y muy amadas.
—Hola pequeños... ¿Fetos? —hablo bajito mirando y tocando mi abdomen—, soy Heather, su madre. Quizás no me escuchen, es obvio que no lo hacen, pero quiero que sepan que tengo miedo pero los amo, es inexplicable, pero simplemente lo sé. Les juro que seré la mejor madre del mundo, lo juro por mi vida.
Doy un respingo cuando la puerta de mi habitación se abre y mis amigos entran diciéndome que Jayden ya está abajo. Asiento y tomo mi bolso, metiendo el sobre que ayer me entregaron mientras tomo una larga respiración.
—Nosotros iremos en mi auto ¿Bien?
—Vale.
—¿Estás lista?
—Sí, solo tengo muchos nervios.
—Todo saldrá bien, te queremos. Nos vemos en un rato.
Ellos suben al auto de mi amigo y yo entro al de Jayden, está hablando por móvil, pero deja un beso rápido y cariñoso en mis labios.
—No lo haré —repite— ¡Ya dije que no! —repite alterado—, adiós y deja de tocarme las bolas —cuelga la llamada y no puedo evitar mirarlo con las cejas levantadas.
—¿Estás bien?
—Sí, lo lamento... solo era mi padre.
—Vale —asiento jugando con mis dedos, nerviosa y ansiosa.
¿Cómo se lo digo?
—Jayden yo... —estoy por hablar, pero su móvil vuele a sonar— Contesta, luego te lo puedo decir.
Asiente pero masculla una disculpa y toma el móvil conectándolo con un audífono que lleva puesto.
—¿Ahora qué es lo que quieres tú? Maldita sea, ya dije que no lo haré. A la mierda tú y tus contratos, no haré eso. Claro que no. Tu lambe botas me importa una mierda. Deja de llamarme o te reventaré la cara cuando te vea, imbécil.
Vale, mejor hablo con él luego, se ve fastidiado así que suspiro recostándome en el asiento.
—Ahora ya puedes decirme lo que tienes que decirme, castaña.
—Mejor hablamos luego —murmuro con una sonrisa comprensiva en su rostro.
—Yo no quería que...
—Oh no, no es por nada de eso. Entiendo tu trabajo, no te preocupes que podemos hablarlo luego.
Asiente con la mirada perdida mientras nos estacionamos.
—Vamos —sale del auto y abre mi puerta, tomando mi mano y ayudándome a bajar.
Caminamos hacia el local y me sorprendo al ver lo grande y elegante que es, la cantidad de personas y camarógrafos con logos de empresas de noticias mundiales me sorprende.
Agus y Andrew ya están en la mesa donde nos sentaremos así que caminamos hacia ellos y los saludo como si no los hubiera visto hace media hora.
—Ahora vuelvo —indica Jayden cuando ve a el hombre mayor que le hace señas desde lejos.
Asiento y se va.
—¿Se lo dijiste? —preguntan mis amigos al mismo tiempo.
—Aun no, no pude.
—Bien, tranquila, tienes todo el tiempo del mundo.
Asentimos y seguimos hablando de cosas al azar mientras la mujer rubia que estaba buscando a Jayden en su apartamento la anterior vez se sienta frente nosotros saludando amablemente.
Creo que se llamaba Allie Durand.
Cuando el lugar se llena por completo Jayden vuelve a la mesa y se sienta mi lado, estoy por hablarle, pero cuando lo miro sus hombros y mandíbula tensa hacen que me detenga abruptamente.
—Jayden —murmuro pateando su pie suavemente para llamar su atención— Jayden.
—¿Qué? —pregunta dándome una mirada rápida y girando su rostro nuevamente hacia delante.
—¿Estas bien?
—Si.
¿Jugaremos a monosílabos o qué?
No digo nada más porque un hombre entra al escenario con un micrófono llamando la atención de todos.
—Buenas noches a todos y todas, soy Leo Harris, supongo que todos me conocen, ya soy muy conocido por aquí —el padre de Jayden hace que algunas risas se escuchen mientras presenta a otro hombre de apellido Durand, quien supongo es el padre de Allie.
Hablan sobre muchos proyectos elaborados, a futuro y sobre la gran felicidad que les da que la empresa esté prosperando.
Unas personas vestidas también muy elegantes comienzan a repartir copas con champagne a todas las mesas, lo recibo como si lo fuera a tomar, pero claramente por la mirada que me dan mis amigos lo dejo en la mesa nuevamente.
—El día de hoy es un día muy importante, y además de celebrar el éxito de la empresa queremos celebrar algo mucho más importante. Para dar esta noticia invitamos a Jayden Harris y Allie Durand a que suban al escenario por favor —todos aplauden y hago lo mismo, con una sonrisa al ver lo perfecto que se ve Jayden con ese traje— Los invito a pararse de sus lugares para el brindis.
—Hoy es un día muy especial —comenta el hombre Durand—, hoy nos enteramos por nuestros hijos de una gran noticia —sonríe.
Miro la escena intentando comprender de lo que hablan, pero cuando las miradas entre las cuatro personas del escenario se vuelven tensas, alzo las cejas. Los ojos de Jayden voltean y buscan los míos cuando su padre habla.
—Alcemos las copas y brindemos por el compromiso de Jayden Harris y Allie Durand, próximamente Allie Durand de Harris —la confusión cubre mi ser, mientras las cámaras disparan los flashes hacia el escenario. De haber tenido algo en las manos se hubiera caído.
Mis labios tiemblan mientras siento mi vista nublarse, mis piernas fallan, pero Agus y Andrew ya están detrás de mí sujetando mi cuerpo evitando una caída.
—¿Qué acaba de decir? —pregunto con un nudo en mi estómago y los ojos llenos de lágrimas.
Me han roto el corazón, lo han tomado, lo han utilizado, lo han tirado, lo han pateado, lo han pisado y le han escupido encima.
Quisiera que esto sea un malentendido, pero por la mirada que me da Allie y Jayden sé que no lo es.
Siento ganas de vomitar todo lo que ingerí antes de venir aquí, llevo mi mano a mi boca y Agus niega con la cabeza mirando al escenario mientras Andrew me saca del local y veo a lo lejos como Agus se acerca donde Jayden y la rubia.
—Heather, amiga escúchame por favor —pide Andrew viendo como no me muevo, mis ojos fijos en la nada, mi corazón acelerado y hecho mierda— ¡Heather! ¡Reacciona por favor! —pide agitando mi cuerpo con delicadeza.
—¿Qué le pasa?
—No me responde.
Agus masculla algo que no entiendo intentando hacer que tome agua.
Cuando veo a Jayden en la puerta caminando hacia nosotros hablo.
—Me quiero ir —murmuro sin querer recoger cada trozo de mi corazón que se ha quedado ahí dentro, justo en el momento donde mencionaron a esa mujer como la prometida de Jayden—. No te acerques —advierto cuando intenta tomar mi mejilla.
Agus me ayuda a subir al auto.
—Necesito ir a la empresa.
—¿Qué?
—Tengo... tengo que recoger unas cosas. No pienso volver ahí.
—Lo puedes hacer mañana...
—Lo quiero hacer ahora, no quiero volver nunca más ahí, no quiero verlo nunca más —digo con voz rota.
—Escúchame...
—No quiero hablar ahora, por favor.
Asiente mientras conduce hacia la empresa de los Harris, la secretaria de turno aun está ahí así que indico que subiré y tomo el ascensor, les pedí a Agus y Andrew que se queden en el auto.
Cuando mi pie toca el piso de mi oficina no puedo aguantar, me rompo en llanto, un llanto incontrolable.
Soy una estúpida.
¿En serio creí que este cliché de jefe y empleada saldría bien?
¿En serio...?
Maldita sea, soy patética.
Comienzo a guardar mis pertenecías en mi bolso, mis documentos personales que me pedían tener en la oficina, mi portátil, unos cuadros que decoraban mi escritorio, el anillo que reluce en mi dedo ya no tiene valor y lo estoy por quitar, pero la puerta del ascensor se abre revelando a el rubio que tanto daño me acaba de hacer entrando por ella y caminando directamente hacia mí.
—Heather escúchame...
—No hay nada que decir, yo ya me voy —intento pasar por su lado, pero me detiene, tomándome por las muñecas sin hacerme daño cuando intentó golpear su rostro— Suélteme señor Harris, suélteme ahora mismo.
—Amor escúchame...
—Y decías que era el amor de tu vida —niego apretando los labios para evitar soltar el puchero que se dibuja en mis labios cada que estoy triste o quiero llorar.
Paso saliva con fuerza.
—Y yo te creí... soy una completa estúpida. Suéltame Jayden, me quiero ir.
—Mírame.
—No —me niego a alzar mis ojos y verlo.
—Yo... yo no lo quería así. Tengo que hacerlo por la empresa, las cuentas se han ido al carajo y estamos en banca rota y...
—Realmente no me importa Jayden, deja de hablar y deja que me pueda ir para que puedas ir a celebrar con tu prometida —casi escupo la palabra.
—Castaña... Perdóname, pero no puedo cambiar nada. Lo tengo que hacer.
—Lo entiendo, me prefieres dejar por un puesto de trabajo, está bien. Entiendo, tu facilidad para decidirlo me ha hecho darme cuenta que nunca estuviste realmente enamorado de mí, que nunca me amaste de verdad. Alguien que ama no dejaría al "Amor de su vida" por algo tan material como eso.
—Enamórate de alguien más, yo no te merezco Heather, abre tus alas y encuentra a alguien mejor que yo, a alguien que te ame lo suficiente para no dejarte por un jodido puesto en una empresa.
Me duele, duele demasiado. Este momento me siento tan desechable, como si cualquier otra cosa fuera más importante que yo. Básicamente eso me ha querido decir. Prefiere casarse con esa mujer y dejarme por un puesto en una empresa.
Respiro aceleradamente sintiendo mis ojos húmedos. Mi cabeza duele y mi pecho arde.
—No claro que no me mereces, ni a mis hijos ni a mi...
—¿Hijos? —me detiene abruptamente.
Bien, es hora. No tengo porque ocultarlo.
Con las manos temblorosas y los ojos rojos de tanto llorar saco de mi cartera el sobre que me dieron en ginecología y se lo extiendo, chocándolo con su pecho.
No me muevo, solo dejo que lo abra lentamente pasando su mirada desde mi rostro hasta lo que tiene entre sus manos.
—Estoy de doce semanas —menciono en un susurro.
Sus ojos pasan rápidamente por las letras del documento antes de mirarme con aquella mirada fría que jamás me había dado.
—Sabías que no quería tener hijos.
—No sé cómo pasó, ni siquiera lo entiendo, tu utilizabas preservativos y yo tenía anticonceptivos, pero mi ginecóloga dijo que el medicamento que tomé cuando...
—Sabías-que-no-quería-tener-hijos —recalca cada palabra mientras se acerca a mí, retrocedo instintivamente cerrando los ojos.
Se está deshaciendo de mí de manera tan fácil que tengo miedo porque una parte de mi sabe qué hará lo mismo con mis hijos
—¿Crees que te haré daño? —pregunta mirándome con decepción cuando abro los ojos.
—No, solo... —se lo que dirás y no quiero enfrentarme a ello.
—Aborta Heather, ninguno está listo para tener hijos.
—¿De qué carajo hablas? —pregunto mientras mis ojos se llenan de lágrimas y aprieto mis puños, empuñando mi vestido en ellas.
Saca su móvil y mueve el dedo unas veces antes de que el mío suene.
—Ahí tienes el dinero, no quiero ni querré hijos, aborta.
—¡Eres un maldito imbécil! —grito golpeando su pecho— ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Me estás tratando como si fuera basura!
Él no se mueve, me deja golpearlo y llorar desconsoladamente mientras me dejo caer de rodillas en el piso, sintiendo el ardor en mi pecho y las ganas de vomitar que me abarcan, respiro aceleradamente mientras me pongo de pie rápidamente, no me humillaré de esta manera, no quiero hacerlo, yo puedo sola, yo puedo salir adelante sin un imbécil que no nos merece.
—No me busques nunca más en tu vida —digo mientras mi labio tirita— cuando te arrepientes ya no estaré más y...
—Vete Heather.
Lo miro con dolor, decepción, tristeza y furia, no me la creo, esta noche me ha tratado como la peor mierda del mundo, me ha humillado y ahora me deshecha de su vida como si de una simple bolsa de basura se tratara, doy un paso atrás sintiendo la gran decepción creciendo en mi pecho.
Él no me ama.
Antes de dar media vuelta y salir de aquí, lo miro por encima de mi hombro y hablo.
—Que te vaya muy bien Jayden, que aproveches tu jodido matrimonio arreglado. Me las arreglaré sola, nunca necesité de alguien que me sostenga, tampoco lo necesitaré ahora que me he dado cuenta de el gran imbécil que eres. Quizás algún día te darás cuenta de lo asqueroso que es hacer sufrir a una persona de esta manera, quizás algún día te pienses bien las cosas y caerás en cuenta de lo despreciable que será tu vida por las acciones que comentes ahora mismo.
Quito el anillo de mi dedo y lo dejo caer al piso. Aun llorando desconsoladamente y sintiendo como mi pecho se oprime y un mareo cubre mi ser, me sostengo de la pared y respiro profundamente antes de montarme en el ascensor y ver como las puertas se cierran en su cara mientras me mira sin ninguna emoción en su rostro.
• • • • • •
Hola... :(
Si lloré escribiendo este capitulo, la verdad.
¿Díganme que opinan de esto? De la actitud de Jayden y eso.
Si este capitulo te hizo llorar te pido perdón y te regalo una flor para que te sientas mejor, toma, tu elije la que quieras 💐🌼🌻🌷
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro